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Raymond Scott, un pionero en el uso de la música electrónica en la publicidad. |
La historia de la música electrónica no ha dejado de sorprender a propios y extraños en los últimos años. Muchos críticos sitúan el inicio del éxito comercial de la música electrónica durante los años 70, con la popularización de los primeros modelos de sintetizador a precios asequibles. En ese período Brian Eno supuestamente "inventó" el ambient, decenas de músicos publicitarios comenzaron a utilizar instrumentos electrónicos, y no fueron pocos los compositores de bandas sonoras de cine y televisión que incorporaron a sus partituras sonoridades sintéticas. En muchos de estos casos y generalmente por desconocimiento, no dudaron en autoerigirse como pioneros.
No obstante, ya en los años 50 había un músico que se había adelantado en al menos veinte años a muchos de los "hallazgos" que algunos creyeron descubrir en los 70. Ese músico, en 1949 ya tenía unas ideas clarividentes al respecto de cómo sería la música del futuro: "Tal vez dentro de cien años, la ciencia perfeccionará un proceso de transferencia del pensamiento del compositor al oyente. El compositor se sentará en el escenario y simplemente pensará en su concepción idealizada de su música. En lugar de las actuales grabaciones musicales, las grabaciones transportarán las ondas cerebrales del compositor directamente a la mente del oyente".
No obstante, ya en los años 50 había un músico que se había adelantado en al menos veinte años a muchos de los "hallazgos" que algunos creyeron descubrir en los 70. Ese músico, en 1949 ya tenía unas ideas clarividentes al respecto de cómo sería la música del futuro: "Tal vez dentro de cien años, la ciencia perfeccionará un proceso de transferencia del pensamiento del compositor al oyente. El compositor se sentará en el escenario y simplemente pensará en su concepción idealizada de su música. En lugar de las actuales grabaciones musicales, las grabaciones transportarán las ondas cerebrales del compositor directamente a la mente del oyente".
Ese músico de ideas tan revolucionarias no era otro que Raymond Scott (1908-1994). Nacido en Brooklyn, Nueva York, con el nombre de Harry Warnow, estudió piano, teoría y composición en la prestigiosa Juilliard School Of Music. En los años 30 y 40 y ya usando el nombre artístico de Raymond Scott, dirigió varias orquestas de 'swing' con un enorme éxito popular, en las que interpretaba sus propias composiciones -Powerhouse, Twilight In Turkey o The Toy Trumpet son algunas de las más conocidas-. En 1946 fundó Manhattan Research Inc., su excéntrica firma "para diseñar y fabricar dispositivos y sistemas de música electrónica", casi de uso privado, y más adelante también de producción musical en publicidad y bandas sonoras para cine y televisión.