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miércoles, 26 de junio de 2013

Oskar Sala. My Fascinating Instrument

My Fascinating Instrument (1990), el álbum del sello Erdenklang que revalorizó la figura de Oskar Sala y el Mixturtrautonium.
My Fascinating Instrument (1990), 
el álbum que dio a conocer a Oskar 
Sala a una nueva generación de oyentes.
Entre finales de los 80 y la década de los 90 la industria discográfica viviría una época dorada con la popularización masiva del disco compacto. Desarrollado por las multinacionales Philips y Sony durante la segunda mitad de los años 70 y presentado en 1980, el CD supondría el inicio de la revolución del audio digital doméstico. Tanto es así que el éxito del formato reduciría al disco de vinilo y al cassette -los anteriores estándares del mercado-, a su mínima expresión, dando inicio a un negocio multimillonario. 

Tanto las últimas novedades del mercado musical como las reediciones de los vastos fondos de catálogo de las grandes multinacionales verían nuevas ediciones en el nuevo estándar. Por lo general, todos aquellos artistas que habían cosechado éxitos y álbumes superventas en años y décadas anteriores, en especial dentro de la música popular, disfrutarían de rápidas y completas reediciones de sus obras. Otros, los menos conocidos y afortunados, tardarían años en ver publicado alguno de sus trabajos en el nuevo estándar, y muchos, jamás llegarían a despertar el interés de ninguna discográfica.

Lo cierto es que el proceso de concentración del mercado musical en manos de unas pocas compañías, así como la progresiva homogeneización de los catálogos de éstas en torno a unas fórmulas preestablecidas que relegaron a los productos menos rentables, se haría más patente que nunca en los años 90. Así, para dar salida a estilos musicales minoritarios proliferarían infinidad de pequeños sellos independientes, que no sólo serían responsables del descubrimiento de nuevos talentos, sino también los encargados de la recuperación de artistas olvidados.

En lo que respecta a la música electrónica, la aparición de multitud de estos pequeños sellos independientes y especializados propiciaría una época pródiga en resurrecciones musicales en la que se rescatarían del olvido grabaciones históricas de un buen número de pioneros, a menudo piezas de auténtica arqueología sonora. 

En 1989 el sello Small Planet Records reeditaba en CD, tras más de una década desde su primera edición limitada en elepé, la banda sonora del clásico del cine de ciencia ficción, Forbidden Planet (Fred M. Wilcox, 1956), que volvería a atraer la atención hacia el papel crucial de Louis y Bebe Barron como precursores del diseño sonoro y la música electrónica en el séptimo arte.

Casi al final de su periplo vital Lev Termen, recibiría el reconocimiento a una vida de película gracias al documental Theremin: An Electronic Odyssey (Steve M. Martin, 1994). Su musa y primera diva del theremin, Clara Rockmore, olvidada durante lustros, vería cómo gracias a su papel estelar en el film, suscitaba un renovado interés y veneración entre centenares de thereministas de todo el mundo, tras décadas de infatigable trabajo promocionando el instrumento. Con el éxito del film de Martin, su LP The Art Of The Theremin (Delos, 1977), reeditado en CD en 1987, volvería a convertirse en una referencia ineludible para todo estudiante que se precie de la técnica del theremin.

El gran Raymond Scott fue un ejemplo de músico con alma de ingeniero. Scott fallecería en 1994, pero tan sólo tres años más tarde se reeditaría en disco compacto su trilogía de proto-ambient de 1964 Soothing Sounds For Baby (Basta, 1997), que sería la antesala de la magna antología Manhattan Research Inc. (Basta, 2000), sobre su obra electrónica para el mundo televisivo en los años 50 y 60. Otro músico olvidado tras casi veinte años, el francés Jean-Jacques Perrey, precursor del pop electrónico, resurgiría en 1997 reivindicado por las nuevas generaciones encarnadas por artistas como AIR o Luke Vibertgracias a su célebre tema "E.V.A."

Tampoco hay que olvidar la recuperación de los "Electrosonics" holandeses Tom Dissevelt y Dick Raaijmakers (bajo el alias de Kid Baltan), que sin duda marcarían un hito en la música electrónica popular con sus grabaciones realizadas entre 1957 y 1961 en el NatLab de la multinacional Philips en Eindhoven, y que serían puestas de relieve en el seminal elepé Song Of The Second Moon (1962/1968), que verían la luz en CD en el monumental sampler Popular Electronics: Early Dutch Electronic Music From Philips Research Laboratories (1956 - 1963) (Basta, 2004).

También sería un tiempo para el descubrimiento de pioneros que habían realizado importantes aportaciones técnicas y musicales alejadas de la ortodoxia. En 1999 se reeditaría en disco compacto Compositions Demonstrations 1946-1974 dedicado a la obra del insigne pionero canadiense Hugh Le Caine, a la vez que se publicaba una extensa biografía sobre su vida y obra. Unos años más tarde el artista multidisciplinar finlandés Erkki Kurenniemi también sería objeto de reconocimiento mediante la antología Äänityksiä / Recordings 1963-1973 (Love Records, 2002), y el film Future Is Not What It Used To Be (Mika Taanila, 2002).

Más adelante, ya en la primera década del siglo XXI vendría la recuperación de otras grandes figuras de la vertiente popular del sonido electrónico como Daphne Oram, Delia Derbyshire (y en general todo el trabajo del BBC Radiophonic Workshop), así como el legado de otros artistas olvidados como el canadiense Bruce Haack, o genios desconocidos como el austriaco Max Brand.

Pero rebobinemos hasta 1990. En aquel año, otro pionero que había pasado casi a hurtadillas por la "historia oficial" de la música electrónica, a pesar de haber realizado significativas aportaciones técnicas y musicales, iniciaba con ochenta años su segunda juventud publicando su primera referencia discográfica en CD. Su nombre, Oskar Sala

jueves, 12 de abril de 2012

Oskar Sala. El último artesano (IV).

El compositor Oskar Sala con el Mixturtrautonium transistorizado en su estudio de la Avenida Heerstraße de Berlín en 1992
Oskar Sala en 1992 con el Mixturtrautonium transistorizado en su estudio 
privado de Heerstraße en Charlottenburg, Berlín. Foto: Matthias Becker.
La década de los 60 fue una época próspera para Oskar Sala en la que consiguió ganarse bien la vida y al mismo tiempo obtener cierto reconocimiento por su trabajo. Sin embargo con la llegada de los 70 vendrían tiempos difíciles. 

Aunque Sala continuaría con su labor como compositor para cine, radio y televisión, y ofrecería de manera muy ocasional algún concierto, la realidad es que el número de encargos descendió de manera notable. Los proyectos cinematográficos de amigos como el director y productor Manfred Durniok continuaron llegando a su estudio con cierta regularidad, pero se hacía evidente que los buenos tiempos ya habían quedado atrás y los réditos que había conseguido el músico en los años 60 ya no volverían a repetirse.

Ciertamente fue un período difícil para el músico de Greiz, una etapa de su vida de la que jamás le gustó hablar y en la que una parte de su sustento económico y el de su esposa Käte provino de los ahorros de su época de bonanza en los años 60. Los motivos del drástico cambio en la situación eran obvios.

La aparición de los primeros sintetizadores comerciales, así como su popularización a lo largo de la década de los 70 en el campo de las bandas sonoras cinematográficas supuso un duro golpe. Sala ya no era el único que disponía de un instrumento electrónico capaz de aportar sonoridades nuevas casi al instante. En este sentido un Moog podía ser tan bueno como un Mixturtrautonium para recrear efectos sonoros y la competencia comenzaba a abundar en todos los géneros cinematográficos, en especial los que se manejaban con bajos presupuestos, como los que había abordado Oskar Sala, es decir, el cine documental, las películas industriales y los films de terror o misterio. Por si fuera poco, la rápida evolución tecnológica experimentada por los sintetizadores durante toda la década no hizo más que relegar al Trautonium hasta convertirlo en una especie de reliquia de otro tiempo. 

Por otra parte, el desdén de las 'vanguardias oficiales' de Colonia o Múnich hacia la obra de Sala y el papel anecdótico que varios autores le atribuyeron en su contribución a la historia de la música electrónica, también le hicieron un flaco favor. Si a ello se le suma que desde comienzos de los 60 el Mixturtrautonium rara vez se veía en una sala de concierto, manteniéndose lejos del escrutinio público, es lógico que todos estos factores sumieran al músico en el más completo de los olvidos.

Oskar Sala era un compositor electrónico que entendía su arte a su manera, totalmente ajeno a cualquier movimiento musical o escuela y siempre se enorgulleció de su independencia. No obstante, se encontró ante una tesitura insólita en la que no encajaba ni en la vertiente popular de la música electrónica, que desconocía por completo su existencia, ni tampoco en la más académica, que lo ignoraba o lo consideraba un anacronismo.

Sin embargo, como otras veces en el pasado, Sala volvía a estar solo, pero a pesar de las dificultades, no se amedrentó. Él era el único valedor del Mixturtrautonium y debía seguir adelante con su rutina diaria en su estudio en Mars-Film donde trabajaba largas horas creando nuevos mundos sonoros con el Mixturtrautonium en una de las escasas salidas que le quedaban para sus composiciones; las grabaciones discográficas.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Oskar Sala. El último artesano (III).


El Mixturtrautonium y el cine

 
Alfred Hitchcock en el estudio de Oskar Sala en Mars Film en 1961 bromeando con los sonidos del Mixturtrautonium
Alfred Hitchcock bromeando con los sonidos del 
Mixturtrautonium en el estudio de Oskar Sala en 1961.
La actividad concertística de Oskar Sala se detendría casi por completo en 1962. El transporte del Mixturtrautonium para una gira de conciertos era una tarea extremadamente delicada y el más mínimo accidente podía poner en riesgo el principal sustento económico del músico. Además, tras la guerra, la progresiva ausencia de conciertos que programaran obras de compositores contemporáneos creadas para el instrumento, por lo general poco conocidas entre el gran público, significó un punto de inflexión en la carrera de Sala, que le convenció de ir abandonando gradualmente la actividad concertística.

Al mismo tiempo, la mejora en las posibilidades de grabación que ofrecía la comercialización de los primeros magnetófonos y la cinta magnética a finales de los años 40 y en especial su popularización durante los años 50 hizo que Oskar Sala fuera reorientando el destino del Mixturtrautonium desde un instrumento solista de concierto a un émulo aventajado del sintetizador, especializado en la creación de grabaciones multipista, la investigación sonora y sobre todo el trabajo en el terreno de las bandas sonoras.

A comienzos de la década de los 50 ya habían transcurrido más de veinte años desde la presentación del primer prototipo del Trautonium en el film Stürme über dem Montblanc (Arnold Fanck, 1930), y Oskar Sala sólo había vuelto a trabajar para el medio cinematográfico en el cortometraje de dibujos animados Armer Hansi (1943), de Frank Leberecht, estrenado en mitad de la guerra, y que siguiendo la estética de Walt Disney narraba las aventuras de un canario después de escapar de su pajarera. Sala compondría con el Konzerttrautonium la partitura musical y los efectos sonoros, entre los que se incluía el canto del pájaro y los ruidos de la jaula. Esta película supuso un hito histórico en su día al tratarse de la primera de su género en la que se usó música electrónica, aunque este hecho obviamente pasó desapercibido para los espectadores de la época.

Sin embargo, durante la posguerra y gracias a una cierta fama adquirida por el instrumento a lo largo de los años, comenzaron a aparecer algunos productores cinematográficos que requerían los servicios de Sala y su Mixturtrautonium, y así fue como el músico comenzó a adentrarse de manera seria en el terreno de la composición de bandas sonoras, que a la postre se convertiría en su principal fuente de ingresos y de éxitos artísticos.

Una serie de compositores de bandas sonoras se interesaron en primera instancia por el instrumento. Hans-Martin Majewski lo utilizó en conjunción con la orquesta para el film Liebe '47 (1949), adaptación al cine por parte de Wolfgang Liebeneiner de la conocida obra de teatro antibélica de igual título. Con Herbert Trantow, músico con el que Oskar Sala había colaborado en 1949 en la ambientación musical de una versión para radioteatro del drama Die heilige Johanna de George Bernard Shaw en la Berliner Rundfunk, trabajaría en las bandas sonoras del largometraje de género 'krimi' Fünf unter Verdacht también conocida como Stadt im Nebel o Mord in Belgesund (Kurt Hoffmann, 1949), el drama Die Treppe (Alfred Braun/Wolfgang Staudte, 1950), y la película de fantasía Das kalte Herz (Paul Verhoeven, 1951). Ese mismo año Sala crearía los efectos sonoros de otro film de Verhoeven Die Schuld des Dr. Homma, con banda sonora de Friedrich Schröder.

Uno de los proyectos más extraños en los que se vio involucrado Oskar Sala en esos años fue el largometraje Der Rat der Götter (El Consejo de los Dioses, 1950), dirigido por Kurt Maetzig y con una banda sonora compuesta por Hanns Eisler que contó con la participación de Sala con el Konzerttrautonium. La peculiaridad de esta película propagandística, rodada en plena Guerra Fría, es que estaba producida en la República Democrática Alemana por la DEFA y llevaba implícito un claro mensaje antifascista y anticapitalista. En 1991 el sello francés Milan publicaría el recopilatorio Spur der Steine, que incluiría una suite de seis minutos en la que Eisler utilizó el Trautonium para recrear la inhumanidad presente en diversas escenas del film por medio de sonidos gélidos.

En 1952 Oskar Sala daría otro paso más en el campo cinematográfico realizando los efectos sonoros del extenso documental musical de Hermann Stöß Botschafter der Musik (Embajadores de la música), dedicado a la Orquesta Filarmónica de Berlín y a varios de sus directores, entre ellos el controvertido Wilhelm Furtwängler. Entre esos primeros trabajos también se incluían los documentales de Willy Zielke Verzauberter Niederrhein (El mágico Bajo Rin, 1953), que se recreaba en las leyendas que rodean al famoso río centroeuropeo y Verlorene Freiheit (Libertad perdida, 1956).

En la trayectoria de Oskar Sala de esa época se incluye su participación en la película infantil Schneeweischen und Rosenrot (Blancanieve Y Rojaflor, 1955), dirigida por el especialista en el género Erich Kobler, y basada en un cuento homónimo de los hermanos Grimm, en donde Sala creó música y efectos sonoros. Por su parte el documental sobre el tarot Dein Horoskop - dein Schicksal? (Tu horóscopo, ¿tu destino?, 1956), de Konrad Lustig, también destaca entre esas primeras producciones.

Pronto se hizo evidente que su estudio en la radio no era suficiente para acometer proyectos más ambiciosos, y aunque tampoco era la situación ideal, en 1956 la Berliner Musikhochschule puso a disposición de Sala unas dependencias en las que poder trabajar con su Mixturtrautonium y en donde también ofreció cursos de composición electrónica a compositores como Heimo Erbse, Herbert Trantow o Max Baumann entre otros.

martes, 22 de noviembre de 2011

Oskar Sala. El último artesano (II).

A la búsqueda del instrumento perfecto


Versión evolucionada por Oskar Sala del Volkstrautonium de 1933 fabricado por Telefunken
Un Volkstrautonium evolucionado con tres controles 
manuales, nuevos filtros y dos pedales de control que 
anticiparía futuros desarrollos. Foto: Deutsches Museum.
La audiencia con el Ministro de Propaganda Joseph Goebbels surtió el efecto deseado y pronto le llegó a Trautwein a través de Telefunken, el encargo oficial de la Radio del Reich para la realización de un nuevo Trautonium completamente equipado, con el que los presentadores del programa radiofónico "Allerlei von Zwei bis Drei", Otto Dobrindt y Herbert Jäger estaban deseosos de contar.

No obstante, Friedrich Trautwein había asumido un nuevo cargo como profesor de acústica en la Universidad de Berlín y no disponía del tiempo necesario para acometer un proyecto de tal envergadura. Ante esta situación Trautwein dejó en manos de Oskar Sala el diseño y construcción del nuevo Trautonium, desentendiéndose a partir de entonces casi por completo de su propia creación. Por vez primera Sala se encontraba ante el reto de materializar todas sus ideas sobre un instrumento electrónico.

El Rundfunktrautonium (Radio-Trautonium), de 1935 fue ese primer instrumento construido por el joven músico en el laboratorio radiofónico de la Musikhochschule.  Poco después de la salida a la venta del Volkstrautonium, Sala había comenzado a hacerle cambios, incluyendo un segundo control manual y añadiendo nuevos bancos de filtros y un segundo pedal de control. Este hecho contó con la desaprobación de Trautwein, que consideraba que la inclusión de continuas novedades y mejoras en el instrumento perjudicaría la venta de Volkstrautoniums. No obstante, el fin de la producción por parte de Telefunken zanjó la polémica entre ambos.

La innovación más importante del Rundfunktrautonium, fue la inclusión de dos tubos Thyratron RK 1, en lugar del único con el que se había equipado al Volkstrautonium. Gracias al circuito patentado por Trautwein en 1934, Sala pudo obtener los primeros rudimentos de tonos subarmónicos gracias a los experimentos realizados en la sincronización de ambas válvulas de vacío, no obstante, los resultados musicales no fueron satisfactorios, dado que implicaban que cada subarmónico se tenía que ajustar individualmente y si se cambiaba de clave había que volver a ajustarlo, lo cual era impracticable en un contexto de directo, por tanto se desechó la idea de seguir en esa dirección.

La inclusión del segundo control manual sensible a la presión junto al segundo tubo permitieron la duofonía y por consiguiente la interpretación con ambas manos, que llevó a que Sala emplazara un segundo pedal. Es interesante resaltar el importante papel que jugaba cada pedal, que se dedicaba de manera independiente a cada control manual. Con el movimiento hacia delante y hacia atrás del pedal se controlaba el volumen, mientras que el movimiento lateral del pie permitía controlar por medio de una serie de interruptores el rápido cambio de octava durante la interpretación, aunque también se podían variar determinadas cualidades tonales previamente prefijadas.

En agosto de 1935 Paul Hindemith escribió la primera pieza para el nuevo Rundfunktrautonium bajo el título de Langsame Stück und Rondo für Trautonium, que Sala grabó de manera privada en formato fonográfico shellac para entregarle como regalo al compositor el día 16 de noviembre de 1935 durante la celebración de su cuarenta cumpleaños. Durante muchos años se creyó que dicha pieza se había perdido en la guerra, dado que nadie conservaba su partitura y gracias a esa grabación, encontrada entre las pertenencias de Hindemith tras su muerte, Oskar Sala la pudo reconstruir en 1985 e incluirla en su álbum Subharmonische Mixturen (1997).

Desgraciadamente durante los años del nazismo Sala se vio obligado a prescindir en sus actuaciones de las partituras que había escrito Hindemith para el Trautonium, al tratarse de un compositor proscrito por las autoridades nazis y más tras verse obligado a exiliarse en 1938, primero a Suiza y dos años después a los Estados Unidos. En este sentido, Sala basó su repertorio para el nuevo instrumento en célebres piezas clásicas, en algunas propias y en composiciones creadas ex profeso como A Konzert für Trautonium und Orchester (1936), de su amigo, el compositor Harald Genzmer, que había reconocido las grandes posibilidades tonales que se abrían con el Rundfunktrautonium.

Con el Rundfunktrautonium Sala alcanzó tal nivel de maestría interpretativa que fue incluso capaz de ejecutar varios de los 24 Capricci Op. 1 de Niccolò Paganini, piezas concebidas para violín solo, que están consideradas entre las más complejas jamás escritas para dicho instrumento.

lunes, 31 de octubre de 2011

Oskar Sala. El último artesano (I).

Oskar Sala ante una fotografía del Mixturtrautonium, un instrumento electrónico único originalmente desarrollado por Friedrich Trautwein
Oskar Sala en 1995 sentado ante una fotografía del
instrumento que significó el trabajo de toda una vida; el
Mixturtrautonium de 1952. Foto: Deutsches Museum.
Con esta entrada da comienzo una serie de cuatro entregas dedicada a trazar la trayectoria musical del irrepetible músico y pionero electrónico alemán Oskar Sala y del instrumento al que dedicó su vida: el Trautonium. El texto presentado aquí es una versión revisada y ampliada de la biografía que apareció publicada en la sección "Audionautas de Ayer" correspondiente al número 24 de la revista Margen del invierno/primavera de 2002.

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L
a vida y obra de Oskar Sala se puede definir con dos palabras: dedicación e independencia. Sala fue un artista que dedicó setenta años de su vida a trabajar con un instrumento, el Trautonium -y el posterior Mixturtrautonium-, desarrollándolo hasta el punto de convertirlo en el más capaz y expresivo instrumento electrónico de su tiempo. También fue un creador que siguió su propio camino guardando celosamente sus conocimientos y su arte, permaneciendo totalmente al margen de las vanguardias "oficiales", y por consiguiente, siendo relegado a un relativo olvido.

Hasta su fallecimiento en 2002, Oskar Sala fue el último vínculo de unión con toda una generación de pioneros anteriores a la Segunda Guerra Mundial; una época en la que la música electrónica no existía como género, y en la que instrumentos como el Ondes Martenot, el Theremin o el propio Trautonium eran vistos por la sociedad de su tiempo como aparatos futuristas sólo al alcance de unos pocos o excentricidades surgidas de la mente de “científicos locos". Pasó un cierto tiempo hasta que esos instrumentos comenzaron a ser asimilados y entraron a formar parte de orquestas, a utilizarse como instrumentos solistas o a llegar al gran público a través de la radio o el cine. Gracias al infatigable trabajo de creadores como Sala hoy podemos conocer cómo era la protohistoria de la música electrónica.

viernes, 11 de febrero de 2011

Oskar Sala. Pionier der elektronischen Musik

El retrato de Oskar Sala en Pionier der elektronischen Musik
Oskar Sala. Pionier der elektronischen Musik.
Hace ahora cerca de once años, el 18 de julio de 2000, se cumplía el 90 aniversario del músico e inventor Oskar Sala. Por este motivo, el compositor de Greiz recibió toda una serie de homenajes por parte de sus conciudadanos y de las autoridades de su país, entre los cuales se incluyó la comisión de un libro foto-biográfico sobre su figura. Peter Friess, director del Museo Alemán de Bonn y gran conocedor de la obra de Sala coordinó un proyecto que corrió a cargo del joven fotógrafo Peter Badge.

El libro en cuestión, Oskar Sala. Pionier der elektronischen Musik, publicado a través de la editorial Satzwerk para coincidir con la mencionada celebración, es a día de hoy la única referencia bibliográfica dedicada enteramente al compositor alemán, siendo al mismo tiempo una obra poco conocida fuera del círculo de aficionados y expertos en la obra de Sala.

Sus 120 páginas se plantearon desde un comienzo como el retrato de un hombre que consagró toda una vida al perfeccionamiento técnico-artístico por medio de un instrumento único como el Trautonium. Aunque todavía nadie ha escrito la biografía definitiva sobre Oskar Sala, este libro supone una buena toma de contacto para todos aquellos interesados en conocer la labor, ampliamente desconocida, de uno de los pioneros de la música electrónica que desarrollaron su trabajo con anterioridad a la Segunda Guerra Mundial.

La obra se abre con un breve prólogo firmado por Florian Schneider de Kraftwerk, gran admirador del Trautonium y del trabajo de Sala, en el que lleva a cabo la presentación del personaje, resaltando la importancia de su contribución a la música electrónica y el interés que despierta su figura en las nuevas generaciones de músicos que han hecho de la tecnología su herramienta de trabajo.

Oskar Sala. Pionier der elektronischen Musik está dividido básicamente en dos partes principales: una extensa entrevista para ahondar en los hechos vitales del protagonista, y dos secciones de fotografías temáticas para caracterizarlo en dos de las facetas de su vida como fueron sus viajes y su trabajo de aislamiento e investigación en el estudio. 

lunes, 20 de diciembre de 2010

Oskar Sala. Die vergangene Zukunft des Klanges

La historia de Oskar Sala y el trautonium
Cartel del documental biográfico sobre Oskar Sala.
En los últimos años, y sobre todo con la aparición del formato DVD, los "audionautas" que buscamos conocer más detalles sobre la historia de la música electrónica, hemos visto satisfechas nuestras expectativas. Leon Theremin, Robert Moog, Bruce Haack, Jean Jacques PerreyRaymond Scott o Erkki Kurenniemi son sólo algunos de los pioneros que cuentan con documentales dedicados a glosar su vida, su obra y su legado.

En esa ilustre lista faltan personalidades de la talla de Pierre Schaeffer o Karlheinz Stockhausen que todavía no tienen un film a la altura de su trascendencia histórica dentro de la música del siglo XX. Con otros en cambio, como es el caso de Oskar Sala que hoy nos ocupa, sí existe un documental, pero desgraciadamente no ha podido ser editado todavía y su exhibición sólo se ha hecho por medio de festivales de cine o ciclos dedicados a la figura del artista.

Ante esta situación, hace alrededor de un año me puse en contacto vía email con la productora alemana Upstart! para ver si existía alguna posibilidad de adquirir el documental Oskar Sala. Die vergangene Zukunft des Klanges, dirigido en el año 2000 por Oliver Rauch e Ingo Rudloff. Desde la productora a su vez remitieron mi correo electrónico a Oliver Rauch, que muy amablemente me contestó y me habló entre otras cosas de lo inspiradora que era la figura y la obra de Sala, y que él y Rudloff, el co-director, llevaban batallando casi diez años para que se editara el documental en DVD, pero que diversos problemas de índole legal con las licencias de la película, les habían impedido conseguir su objetivo.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Oskar Sala. Subharmonische Mixturen

Subharmonische Mixturen, obra cumbre de Oskar Sala con el Mixturtrautonium
Subharmonische Mixturen, un álbum 
clásico en la discografía de Oskar Sala.
Hace ahora algo más de ocho años, el 26 de febrero de 2002 fallecía a la edad de 91 años Oskar Sala, el último gran representante de la música electrónica anterior a la Segunda Guerra Mundial. Con su muerte se extinguió definitivamente la llama de una generación de pioneros que además de desarrollar nuevos instrumentos como el Trautonium, el Ondes Martenot o el Theremin, fueron capaces de alcanzar altas cotas de expresividad con sus propias composiciones, años, incluso décadas antes de que el sintetizador se convirtiera en una realidad tangible.

Para aquellos que no sepan qué es un Trautonium cabe indicarles que su nombre proviene del de su inventor, el ingeniero alemán Friedrich Trautwein. En origen se concibió como un instrumento solista de concierto y para musicalizar programas de radio. Se trataba de un instrumento monofónico,
basado en la tecnología del tubo o válvula de vacío, inventada por el estadounidense Lee DeForest en 1906, y que fue la base de los instrumentos y aparatos electrónicos -no sólo con fines musicales-, hasta la invención del transistor en los Bell Labs a finales de 1947.

Esta válvula de vacío era el generador de una forma de onda (un sonido), de forma continua. Hasta entonces instrumentos como el Theremin y el Ondes Martenot generaban ondas senoidales (ondas puras, sin armónicos), pero la gran aportación de Trautwein fue la introducción en su instrumento de una onda en rampa o de diente de sierra en el circuito de oscilación, que se producía añadiendo a la onda senoidal principal otras iguales a diferentes frecuencias y volúmenes, es decir, se le agregaban armónicos, algo entonces completamente nuevo.

martes, 21 de septiembre de 2010

Oskar Sala. Cien años de un pionero de la música electrónica

Oskar Sala con su mixturtrautonium en su estudio de Berlín
Oskar Sala con su mixturtrautonium digital en su estudio berlinés en 1992
Durante este año se celebra el centenario del nacimiento del genial inventor y músico alemán Oskar Sala, nacido en la localidad de Greiz, Turingia, el 18 de julio de 1910 y fallecido en Berlín el 26 de febrero de 2002. 

Sala fue el mayor impulsor del trautonium, uno de los primeros y más singulares instrumentos electrónicos de la historia. A pesar de su extensa obra como compositor especialmente para cine documental, publicidad y televisión, la fama de Sala alcanzó su cenit cuando en 1962 se encargó de recrear con el mixturtrautonium (una evolución del instrumento original), los graznidos y aleteos de los pájaros en la película de Alfred Hitchcock The Birds.

Durante todo el año 2010 se han venido sucediendo diferentes eventos en Alemania para homenajear la figura del artista, tales como conciertos con trautoniums restaurados y nuevas versiones creadas por otros músicos, exposiciones, simposios, proyecciones del documental Oskar Sala. Die Vergangene Zukunft Des Klanges (Oskar Sala - El Antiguo Futuro del Sonido), e incluso en su localidad natal se ha inaugurado una calle que lleva su nombre.