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jueves, 10 de marzo de 2011

STRYKER (MAD MAX 3)

Si lo miras serenamente, rodar una copia de "Mad Max 2" (que no de "Mad Max") ha de ser la cosa más económica del mundo, al fin y al cabo solo necesitas un desierto y cuatro coches salvados del desgüace. Será por eso que la serie Z esta plagada de esta clase de películas y de directores del calibre de Cirio H. Santiago, una auténtica leyenda en esto del llamado cine exploitation. Salido de una respetable familia de cineastas allí en el pais que lo vio nacer, Filipinas, Cirio vivió su momento de indiscutible gloria como mano derecha del rey de los tacaños, Roger Corman. Fue durante los 80 y parte de los 90, que don Santiago trabajó a destajo para el afamado productor yankee, firmando toda clase de pelis adecuadas a las demandas del mercado... que por aquel entonces exigía tiarrones musculosos capaces de exterminar a un nutrido grupo de extras en 20 minutos de metraje. Pero antes de todo eso, Cirio H. Santiago dio en la diana con la película que nos ocupa, "Stryker". Copia desvergonzada de las aventuras post-nucleares de Mel Gibson que de tan descarada llegó a estrenarse por estos lares como "Mad Max 3" (y su director rebautizado como Cirio H. Santiag, supongo que con el ingenuo fin de "americanizar" el nombre. Pueden corroborarlo con el póster que les dejo abajo de todo). Y es que, en esencia, cuenta exactamente lo mismo, pero cambiando la gasolina por agua potable, un recurso bastante más obvio (aunque menos inteligente). El rollo es el de siempre: malísimos vestidos de cuero negro luchan contra buenísimos vestidos con telas blancas con el fin de arrebatarles la poca gasolin... hummm, la poca agua que les queda. Los buenos, que son un poco tontos y muy blandengues, piden ayuda al "heroe solitario errante que pasaba por allí", en este caso Stryker, el arquetípico guerrero con cara de mala hostia, barba de cuatro días, look chanante, individualismo y/o pasotismo a prueba de bombas, enemigo de la higiene, macho pero sensible y con un trauma pasado (¿el asesinato de su mujer, quizás?) que de entrada dice que ni hablar del peluquín para, aluego, tras ser humillado y vapuleado por los malos, cambiar de opinión. Todo eso aliñado con disparos, coches, explosiones, cutrismo por doquier, violencia burra y bastante sosismo vía intravenosa.

jueves, 12 de septiembre de 2013

VENGANZA DESNUDA

Carla Harris es una auténtica desgraciada. Actriz sin demasiado éxito locamente enamorada de su -acaudalado- maridito, una temible noche ve cómo, intentando defender a una dama, este es asesinado por un vicioso violador. Lógicamente afectada no solo por lo sucedido, sino también porque parece que la policía no va a lograr detener al culpable, se larga a su pueblo natal, a vivir una temporada con los padres. Da la puta casualidad que el mentado emplazamiento está un 90% habitado por hombres sexualmente insatisfechos y más salidos que un mono un Sábado por la noche y en menos de 24 horas recibe varias proposiciones indecentes. Naturalmente, Carla rechaza todas y cada una de ellas, e incluso va a la oficina del sheriff a denunciar los hechos, pero se la toman a pitorreo. Esa misma noche todos los machos a los que la mujer ha herido en su orgullo acuden a su casa y la agreden sexualmente. Desafortunadamente papá y mamá se presentan en plena vorágine y, claro, terminan acribillados a balazos por la pandilla que, para redondear, se ventilan a uno de los suyos, el único con remordimientos que trataba de escapar y, de paso, le cargan con la culpa. Carla ha sobrevivido y es internada en estado de shock en el hospital del pueblo. Claro que está fingiendo, y escapará dispuesta a vengarse del modo más crudo posible.
Aunque en la caratula del estupendo VHS editado por "Lightning Video" se cite a "Death Wish" como influencia (otorgándole el equivocado título español de "Yo soy la justicia", cuando este pertenecía como sabéis a "Death Wish 2"), en realidad "Venganza Desnuda" ("Naked Vengeance" en v.o., nada que objetar) debe infinitamente más a la absurdamente sobrevalorada "La violencia del sexo" (es decir, "I spit on your grave", con la que comparte muchas ideas, destacando una castración con cuchillo bajo el agua), incluso a "Perros de paja", antes que a las desventuras de "Paul Kersey". Sin embargo, y a pesar de su indiscutible mentalidad "exploitation", sorprende que, mientras en cuestiones de violencia la puta peli apunta alto (siempre dentro de lo razonable, tenemos coches aplastando entrepiernas, tipos metidos en máquinas de picar hielo o cuchillos clavados en primerísimo primer plano... aunque tampoco nada retorcidamente gráfico), en cuestiones sexuales es bastante mojigata. De hecho, a pesar de que inevitablemente entre de lleno en el grupo de las llamadas "rape & revenge" (violación y venganza), de forcejeo carnal hay mas bien poco... por no decir que no lo hay. No es que lo lamente, of course, pero me pareció curioso y más siendo un producto del año 1985 (claro que el hecho de que fuese distribuida por "Metro Goldwyn Meyer" podría aclarar el enigma). Básicamente la venganza no viene tanto motivada por el "rape" como por el asesinato de los padres de la víctima.
Sea como fuere hay que reconocerle un mérito al film... uno que, a la larga, casi se vuelve en su contra: no da tiempo a que nos aburramos, algo a lo que contribuyen los escasos 80 minutos que dura. ¿Y en qué es ello perjudicial?, en que todo pasa TAN rápido ante nuestros ojos que, básicamente, cuesta mucho creérnoslo. Vamos, que no dan tiempo a que lo hechos se sucedan con lógica. Los malos se encaprichan de la moza nomás verla (aspecto este también algo difícil de digerir si tenemos en cuenta que tampoco es que sea un bellezón, hablando claro), deciden atacarla pasados únicamente un par de días y a causa de un rechazo de lo más tontorrón... no hay ninguna posibilidad de crear vínculos con ningún personaje, bueno o malo, todos son clichés que llevan su sello identificatorio estampado en la frente y actuarán según el rol que les pertoca sin plantearse dudas ni nada por el estilo. ¿Es eso malo?, no, para nada, pero claro, contribuye a que a ratos "Venganza desnuda" resulte involuntariamente cómica, a pesar de su supuesta -que no- escabrosa trama. Es tal la velocidad, que los personajes se olvidan de las cosas fácilmente, como cuando el jefe del grupo de agresores esputa: "¡Borrad las huellas!", todos afirman, pero nadie lo hace y simplemente se largan de allí sin borrar nada de nada. En fin.
Chorradas aparte, como decía la peli se aguanta bien y entretiene dentro de lo razonable, pa ser lo que es y de quién es... ¿cómo que de quién?, ¡¡Cirio H. Santiago!!, el rey del "exploitation" Filipino-Americano de los 80 que tantos subproductos firmó para Roger Corman, sobre todo pseudo-"Rambos" y, of course, pseudo-"Mad Maxes 2", destacando ese mítico "Stryker", estrenado "Mad Max 3" en España (en el póster el nombre del director fue abreviado a Cirio H. Santiag, sin la o, por aquello de descastellanizarlo). Un jefe, un mito entrañable.
"Venganza desnuda" se puede disfrutar perfectamente con la actitud correcta... o incorrecta, según se mire.

domingo, 1 de diciembre de 2013

STRIKER

No se muy bien por qué, pero en la época de su lanzamiento tenía la sensación de que "Striker" era un plagio tardío -italiano, of corze- de "Rambo", que llegó a los video-clubs cuando la moda de los tíos mazas contra ejércitos estaba ya algo gastada y Bruno Mattei había dado buena cuenta de ello con sus subproductos, tales como "Strike Commando" o "Doble Objetivo". Curiosamente, esta última aterrizó en nuestras estanterías gracias a "Films Cuatro", la misma distribuidora de "Striker", la diferencia es que mientras en aquella la caratula era lo más sosa imaginable, pal caso que nos ocupa fueron un poco más listos, despertando al enfermo que había/hay en mí.
Así de lejos, "Striker" (no confundir con el "Stryker" de Cirio H. Santiago, únicamente unidas por un punto en común, su condición de exploit) parece una película de lo más peculiar incluso pa las de su poco lustrosa ralea. ¿Qué hace el héroe en la portada con un tirachinas?, ¿es guasa?. ¿Y eso de "Melany Rodgers como top "Ramba""? (algo a lo que en ningún momento se hace alusión en la peli, y además, si se fijan, en la parte inferior de la caratula aparece como Melonee Rodgers). Estos detalles le conferían un aura peculiar que la hacía sumamente y equivocadamente atractiva.
Solo dos años separan al film comentado de "Rambo", entonces, ¿por qué esa sensación de producto atrasado (¿retrasado?) a su tiempo?. No me hagan mucho caso, porque cuando me la puse a ver el otro día, lo hice convencido de que era terreno virgen para mi... hasta que reconocí un plano concreto que me reveló la dolorosa verdad, ¡¡ya la había visto!!. ¿Extraño?, sí, pero no. En esos tiempos me comía estas mierdas con la misma facilidad que me encerraba en el lavabo a masturbarme. Y es que, para un fan del "trash" como ya era yo, "Striker" iba cargadita de muchos alicientes: El director oculto tras ese cantoso "Stephen M. Andrews" era nada menos que Enzo G. Castellari. Como co-guionista teníamos a otro anti-clásico, el infame Umberto Lenzi. Y en tareas de interpretación un puñado de supervivientes de la escuela italiana (John Philip Law, John Steiner y Werner Pochath) además de todo un "action hero" de tercera que terminaría convertido en icono del cine de acción videoclubero, Frank Zagarino. Hablemos de él. Su curriculum resulta envidiable. A finales de los 80, además de su papel en "Striker", trabajó para otro italiano ilustre, Giannetto De Rossi -que dejaba un rato de lado el látex pa ponerse a dirigir- en "Cy-Warrior, especial combat unit" (cuya caratula trae cola). Por cierto, es horrible. De ahí pasó al mercado yankee, donde protagonizó una ralea de productos videocluberos casi delirante, con "Terminator" siempre como fuente de expolio, por citar algunos: "Operación Cyborg" (y secuelas), "Cyborg Cop 3" o "Perdidos en el tiempo", que en inglés suena mejor, "Alien Chaser". Pero Frank Zagarino guarda un as en la manga, cuando nadie conocía aún su faz (es decir, unos pocos menos de los que la conocen ahora) compartió plató con Charles Bronson en "El guardaespaldas de la primera dama". ¡Chúpate esa!.
En el film que nos ocupa, el rubiales interpreta a un héroe con pinta de... héroe, actitud de héroe y nombre de héroe, "John Slade". Es sacado de un posible encierro por la inteligencia de los USA para que vaya a Nicaragua y libere a un periodista compatriota y amigo que ha sido secuestrado. Allí se junta con una muchacha de buen ver y rescatan al reportero Tribulete. Pero luego hay una traición por medio y vuelven a caer en manos de los malos. Entonces "Slade" se difraza de "John Matrix" y se lo pasa pipa enseñando las tetas, sudando, poniendo cara de cabreo y sacando armas de debajo de las piedras con las que exterminar al reparto de extras. Todo muy italiano ello, muy torpón, cutre, mediocremente fotografiado y extremadamente aburrido. Ya saben cómo era la acción del cine "trash" italiano, como ver una telenovela a la hora de la siesta.
En fin, decía al principio de esta reseña que la caratula de "Striker" hacía suponer que aquello era más de lo mismo, pero no exactamente igual. Sin embargo, ahora puedo afirmar que mi joven e ingenua percepción fue un espejismo. Esta peli es pura fórmula, de cabo a rabo, sin sorpresas ni estridencias. Previsible hasta lo denunciable. Un desvergonzado rip-off de la de Stallone. Vamos, que Lenzi no se lo curró ni pizca cuando se puso al teclado, porque, encima, los diálogos son realmente propios de un retarded. De tebeo malo. Y vienen cargados de ese ultra-patriotismo yankee totalmente absurdo, especialmente idiota siendo como son fetuccinis sus perpetradores. Es la interpretación gran guiñolesca de lo que un italiano cree que es un estadounidense amante de la bandera (o el desesperado deseo de complacer a esa parte de la audiencia). Obviamente, los malos son un puñado de Sandinistas comandados por un Ruso cabronísimo que odia la barras y estrellas y es puro histrionismo barriobajero.
Junto a los actores citados, encontramos toda una bizarrada, Pierre Agostino (oculto tras el alias de Peter Gold). Este señor tiene un curriculum de lo más peculiar ya que, además de repetir con Castellari en "Hammerhead", actuó para don N.G.Mount en "Operación: Las Vegas", para dos monstruos del "trash" como Ted V. Mikels y Ray Dennis Steckler en "War Cat" (conocida en España como "Ángel de la venganza", básicamente una "Rambo" con tetas) y para este último en un par de sus películas improvisadas, "Las Vegas Serial Killer" y "The Hollywood Strangler Meets the Skid Row Slasher". Más mareante resulta descubrir que Agostino también se marcó roles en films de Charles Nizet quien, a su vez, tenía papelillo en la misma "Operación: Las Vegas" de N.G.Mount... el mundillo del "trash" es un pañuelo chorreante de mucosidades.
Y como guinda, el bueno de Daniel Greene marcándose un cameo al final de la peli. Joder, si lo sé, no vengo.
Dato enfermizo: En 1991, y dentro del mercado norteamericano, Zagarino protagoniza junto a David Carradine una cosa titulada "Project Eliminator" donde interpreta a un soldado de las fuerzas especiales que responde al nombre de "John Striker Slade" (o "John Salde" a secas, según donde leas el dato) y no hay indicios de que ambos films vayan conectados más allá de la presencia del mazas... ¿¿es una segunda parte de la peli de Castellari??.... ¡¡¡RARO, RARO!!!.
"Striker" es entrañable a su manera... sin dejar de ser pura caca maloliente.

domingo, 7 de febrero de 2016

LOS FOTOCROMOS DE "LA VIOLENCIA DEL SEXO"

La violencia del sexo / El día de la mujer” (“I spit on your grave / Day of the woman”) es a día de hoy, como todos sabéis, un clásico de culto. La peli que ¿inauguró o popularizó? un polémico subgénero muy de su época, los 70, el “rape and revenge”, en el que mujeres sexualmente violentadas acometían luego truculenta venganza sobre sus agresores. Hubo algún idiota (o alguna idiota) que tildó tales películas de feministas. Sí, seguro. Eran productos de mentalidad ultra-exploitation cuyo único fin consistía en despertar el morbo de la platea masculina. Y a sus responsables los derechos de la mujer les importaban un pimiento. No lo critico, solo lo expongo. Igual que me parecen idiotas esos que pretenden encontrar en la saga de “Perros Callejeros” elementos de “crítica social” acordes al momento de su gestación. Nunca entenderé, ni soportaré, ni apoyaré, esa hipócrita intelectualización del cine de explotación. Esta clase de productos ni quieren ni merecen ninguna clase de respeto. Son morralla de baja estofa, y molan así, siéndolo.
Me parece especialmente cínico, e incluso preocupante, lo de la etiqueta feminista. Más cuando se hace desde una óptica abiertamente positiva (la solución para todo = cortar pollas!!). Eso sí, al macho bigotudo o legañoso que dispara sobre los agresores de su familia lo llamaremos fascista. Claaaaro. En mi país machismo y feminismo terminan en ismo, y los ismos, como los extremos que se tocan, significan lo mismo.
El caso es que “La violencia del sexo” generó, imitaciones aparte (como ese “Venganza Desnuda” de Cirio H. Santiago), una pseudo-secuela tardía de idéntica trama, con la misma protagonista y grabada en maravillosamente costroso vídeo de los 80 por el incapaz de Donald Farmer. Así como un remake decente que esputó sus propias secuelas. Todo eso está muy bien, pero a mí me la trae bien floja. Básicamente porque cuando en su época vi “La violencia del sexo” me pareció un rollazo de tomo y lomo. Además de que me decepcionó en cuanto a violencia se refiere. Esperaba bastante más, la verdad.
También es cierto que tal vez debería darle una segunda oportunidad. No la he vuelto a ver desde entonces y creo, solo creo, que me la zampé en versión original sin subtítulos. Y entonces dominaba menos el idioma de Peter Kramer.
El caso es que localizar los fotocromos de su estreno en España (concretamente en Sitges, en el Cine Retiro) fue toda una inesperada sorpresa, para mí y para Alex Gardés, que como siempre tuvo el detalle de prestármelos. Y aquí los tienen, en toda su crudeza y cutrismo. Destacan, como ya era un clásico en la época, esos cuadritos puestos ahí para censurar las vergüenzas de los cuerpos desnudos, que van de los pezones y el felpudo al ojete.
Tal vez el cuadrito se lo tendríamos que poner a su director, Meir Zarchi, por haber hecho "La violencia del sexo", ¿o no?.













lunes, 15 de junio de 2009

LA NOCHE DEL CINE INCONEXO 2

Era cuestión de tiempo que los chicos de "Nekrofilmicos" y un servidor nos reuniéramos de nuevo para celebrar otra grata sesión de cine chungo y risas. Y ocurrió el pasado Sábado, junto a unos bocatas y algo de líquido que refrescara nuesos cuerpos. Lo mejor del caso es que para tal menester nos bastó una tele, un sofá y nuestra humilde presencia... ni una sala de arte y ensayo, ni invitados de alto standing, ni imanes para modernos... la práctica del griterío frente a un título "trash" es algo que, durante lustros, ha sido condenado y despreciado (que se lo digan a las Cotxeres si no), pero parece ser que ahora comienza a molar a gafapastosos y otros entes despreciables, que necesitan un envoltorio "de luxe" para apuntarse al carro. Gracias a dios, y como acólitos veteranos de la Maratón de Cotxeres que somos, a nosotros no nos hacen falta mayores parafernalias... lo nuestro es honesto, sin poses baratas ni coartadas intelectuales... y eso si, siempre armados con buen humor y, claro, películas. En esta ocasión, como la anterior, fueron tres.
"Jarjacha, el demonio del incesto" tenía que caer desde el día que Víctor escribió la reseña en este mismo blog (luego trasladada a nuestro pest-seller). Me la mandó, la vi y me dormí a los 20 minutos. Estaba cantado, era material de Noche de Cine Inconexo. Dicho de otro modo, arrancamos con la más jevi. Producto Chileno de estética y forma tercermundista (rodada en vídeo y de modo deliciosamente incapaz) narra la historia de un pueblo acosado por el monstruo del título, que aparece cuando padres e hijos se tocan demasiado. Mala hasta el delirio y la ofensa. Mis compañeros de sesión no cesaron en sus quejas... pero se la comieron entera, como las putas.
Le siguió un anti-clásico en toda regla, "Masacre en el autocine". Inconfundible producto setentero rodado por habituales del porno, con una estética hiper-sucia y efectos gore tan coloristas como rudimentarios. Un asesino se patea un auto-cine cargándose a los espectadores que, incautos, hacen de todo en sus coches menos ver la película en cuestión. Dos policías investigan el caso. Francamente costrosa.
Y dimos el carpetazo final con "Deadly Quest", también conocida como "Future Hunters" (y no, aunque el fichero de vídeo llevara por título "Equalizer 2000", no era esa película... pero sí el mismo director, el filipino inmortal Cirio H. Santiago). Estamos ante un delirio absoluto de ritmo desquiciado que arranca cual "Mad Max 2", para convertirse en cine de artes marciales, pasar de ahí a las formas propias de "Indiana Jones", aliñado con referencias a "Star Wars". De por medio, nazis, tribu de enanos, de mongoles y de amazonas y un Robert Patrick enseñando slips justo antes de dar el salto al cine mainstream con "Terminator 2". Irónicamente, siendo la más completa del pack, terminó resultando la más aburrida.
Luego le dimos al stop y para casa, que había sueño.
Otras perlas de la noche surgieron a raíz de hurgar en el basto archivo de peliculismos de uno de los "Nekrofilmicos"... localizamos una extraña peli soft-core interpretada por marionetas (Peter Jackson, no fuiste el primero... a falta de trailer, he encontrado ESTO) titulada "Let my puppets come" y apuntito estuvimos de encararnos con otra epopeya extremadamente exótica, "Pisthacu", pero después de "Jarjacha..." un acobardado sector del respetable pidió clemencia.
Y es que esa es la gracia de las noches de cine inconexo, enfrentarse al lado más rancio y duro del séptimo arte... y soportarlo hasta la salida del "FIN" o, si el cuerpo aguanta, el sol.

miércoles, 10 de mayo de 2023

TROMA EN "ARKANSAS"

"Arkansas" es un thriller, un neo-noir que lo llaman, encabezonado en replicar las maneras de Quentin Tarantonto, mezcladas un poco con las de los hermanos Coen cuando les da por parir tramas policíacas, repletas de asesinatos y personajes entrañablemente inmundos. Aunque el resultado sirve para rellenar una tarde tonta, desde luego no invita a la reseña... salvo por un detalle muy curioso.
En un momento dado, algunos de sus personajes deciden ponerse a ver películas. Y la elegida no es otra que "El vengador Tóxico", de la que se muestran breves extractos en un televisor. La excentricidad terminaría aquí si no fuese porque se insiste en ello, tanto como para que lleguemos a ver un puñado de cintas de vídeo apelotonadas junto a un reproductor (la escena está ambientada en 1985, si no me falla la memoria) y sean todo productos Troma. Ahí va una captura demostrativa...


Si damos un rápido vistazo, estos son los títulos que reconocemos: La misma "El vengador tóxico", "Chillers" -calzando una sospechosa funda mayor que su caratula-, "Zombie Island Massacre", "I married a vampire", "Stuff Stephanie in the Incinerator" y, al fondo de todo, "Class of Nuke´Em High" (gracias don Israel Mula por el dato).
En cualquier caso, llama la atención que se incluyan cuatro películas POSTERIORES al supuesto año en el que se desarrolla la acción ("Class of..." es del 86, "I married a vampire" y "Chillers" son del 87 y "Stuff Stephanie in the Incinerator" del 89). El que tuvo la ocurrencia no hizo bien los deberes. Un caso aplicable a la siguiente escena de consumo de basura magnetoscópica, donde aparcan Troma y tiran por otra clase de roña, subproductos ochenteros de acción macarra, con altas dosis de hostias karatekas, decantándose aquí por "Kick Fighter" del 89, lucimiento para la infra-estrella Richard Norton, acompañado por otro que tal bailaba, Benny Urquidez. Una co-producción entre USA y Filipinas dirigida por Anthony Maharaj, asistente eventual de Cirio H. Santiago y producida por otro astro del cine "trash" como David Heavener. Distribuye el sello "Action International Pictures" del que eran propietarios dos monstruos del subproducto de acción: David Winters y David A. Prior. Mítico. Ahí va captura...

Resulta harto regocijante ver que, por enésima vez, Hollywood retrata al consumidor medio de esta clase de cine de baja estofa como auténtica escoria, seres escasos de luces, vulgares, inadaptados, asociales y, por supuesto, criminales. Encantador, ¿verdad?. Que echen mano de todo ese material podría ser cosa, simplemente, del imperante posmodernismo. Algo parecido a la aparición de "Nightbeast" en la apestosa "Mandy".
Todo apunta a que el culpable es el co-protagonista, co-guionista y director de "Arkansas", Clark Duke, un nombre habitual en comedias de todo porte. Que se decantara por esta clase de purria audiovisual sigue siendo, a día de hoy, un misterio.

sábado, 20 de mayo de 2023

JOHNNY PELIGROSO

Recuerdo cuando "Johnny Peligroso" se estrenó en 1985 y los medios de comunicación le dedicaron unos breves minutos. Al fin y al cabo, solo era otra comedia tonta más para lucimiento de ese actor de comedias tontas llamado Michael Keaton. Las imágenes me llamaron la atención por absurdas, dando a entender que aquello era una "spoof movie" con todas las de la ley. Sin embargo, a pesar de ser devoto del subgénero, no fui a verla. Su ambientación gangsteril rollo años 30 no me llamó -ni me llama- cinematográficamente hablando. Pasaría un tiempo hasta que la consumí en vídeo. Y otras tantas décadas para que se ganara mi simpatía.
Efectivamente, "Johnny Peligroso" es puro "spoof", y de los gordos. En 1984, que es cuando se rodó, el tema aún tenía tirón... aunque por poco tiempo (fue el año de "Top Secret!" y su fracaso en taquilla). Así, como todo buen producto del ramo, el argumento podría servir perfectamente para una película seria: Auge y caída de un gangster. Cómo entra en una poderosa familia, escala puestos, le sale un competidor, aparece una chica de la que se enamora y su hermano se convierte en su mayor perseguidor al ejercer de fiscal. En realidad, nada nuevo. Es el modo de contarlo donde, obvio, reside la gracia. Y, pal caso, dicho más a conciencia que nunca.
De entrada, sorprende, y para bien, que el tema musical central lo canturree Weird Al Yankovic, un nombre perfectamente vinculado al formato de la bufa absurda, quien hizo exactamente lo mismo para "Espía como puedas", además de marcarse un buen puñado de cameos en la saga "Agárralo como puedas". Y, hablando de la reina de Roma, hay un gag en la primera de ellas que lo habíamos visto cuatro años antes en "Johnny Peligroso". ¿Plagio? Mmmmh... no sabría decir, debemos tener en cuenta que en los créditos finales se menciona a Pat Proft y Neal Israel -entonces casado con la directora del film- como "consejeros". Juntos y revueltos, los nombres de esos caballeros se asocian a una ristra de títulos cómicos que quitan el hipo: Varias 
"Locas academias de policía", varios "Agárralos como puedas", "Locademia de conductores" o "Despedida de soltero". Es decir, dos titanes de la nueva comedia yanki asentada en los ochenta.
Por todo ello (y teniendo en cuenta que entre los guionistas de "Johnny Peligroso" localizamos también a Norman Steinberg, quien formó parte de los creadores de "Sillas de montar calientes" nada menos) el humor del film no es solo tonto hasta el tuétano, además de un modo absolutamente orgulloso y abundante. Hay tantísimos gags que la calidad varía, pero desde luego sin llegar jamás a la basura arrastrada de muchas muestras recientes de "spoof" (salvo, quizás, "Weird", justamente apadrinada por Weird Al Yankovic). Entre los mejores, y que me hicieron reír, destacaría la guasa a costa de las antiguas películas sobre higiene sexual, en esta concretamente nos muestran -incluida animación- como el exceso de sexo puede hacer estallar los testículos. El retrato robot de Johnny Peligroso que, según los rasgos del dibujo, es... ¡el jodido Sylvester Stallone! La anciana madre de Johnny, con su pelo blanco y arrugas, que resulta contar únicamente con 29 primaveras, "Espero llegar a los 30", anhela. El polvo entre Johnny y su interés amoroso viene acompañado por la inevitable ristra de fuegos artificiales en los cielos. Al verlos su jefe desde otro lado de la ciudad, exclama: "Yo diría que Johnny está follando". Un titular de la prensa reza así: "Moroni deportado a Suecia. Dice que no es de allí" (con esta me descojoné a gusto). El médico que visita a la madre de Johnny, y siempre le encuentra pupas, afirma con vehemencia: "Es la tiroides", "¿Qué le pasa?" pregunta el hijo,"Que no la encontramos". Un gag muy agradecidamente de la época, por su tono políticamente incorrecto, hace referencia a la sirvienta experta en insultos racistas para todas las etnias imaginables. Tenemos un coche con los frenos manipulados que, al acelerar, acelera también la velocidad de la canción que suena por la radio. Y así seguiría y seguiría, porque quedan un buen montón de coñas más igual de graciosas y que, sin hacer de "Johnny Peligroso" un entretenimiento infalible, sí resulta una comedia loca la mar de simpática que te ayudará tranquilamente a pasar una tarde, o echar algo de claridad a un exceso de negros nubarrones.
Contribuye, y mucho, el amplio reparto, generoso en toda suerte de rostros familiares, algunos en primera fila, otros casi en función de extra. Todos entrañables. Aparte del mismo Michael Keaton, exultante en su momento de gloria como comediante, encontramos a Joe "Estamos muertos... ¿o qué?" Piscopo, seguido de un sensacional Peter Boyle, Griffin Dunne, el gran Dom De Luise en un cameo absolutamente idiota y, por tanto, muy gracioso, un inesperado Danny De Vito (protagonizando un gag surrealista que aún no sé si calificarlo de brillante o ridículo. Él y Keaton coincidirían de nuevo en "Batman Vuelve"), el cómico clásico Ron Carey (como con De Luise, habitual de Mel Brooks), Ray Walston (protagonizando un gag de "vendedor de periódicos agredido" que recuerda mucho a otro visto en "La última locura" de... sí, Mel Brooks). Alan Hale Jr, que menciono únicamente porque en 1975 aparecía en "The giant spider invasion" de Bill Rebane, y eso es motivo suficiente. Scott Thompson, uno de los esbirros del Teniente Harris en "Loca academia de policía". Gary Watkins quien, justo después, protagonizó el "Ruedas de fuego" de Cirio H. Santiago, nada menos. El feo y carismático Hank "El justiciero de la ciudad" Garrett. Jack "Cabeza Borradora" Nance haciendo de cura. Rick Rosenthal, director de "Halloween 2 (Sanguinario)", como juez. Y un titán del calibre de Carl Gottlieb, cuyo nombre va ligado a títulos de variable pero significativo peso como "Cavernícola", "Tiburón", "Un loco anda suelto" o "Amazonas en la luna", dando vida a un médico. Algo menos llamativas son las actrices principales, como Marilu Henner (habitual de la famosa serie "Taxi") y Maureen Stapleton quien, habiendo recibido un Oscar -por otra peli, of course-, debería conocer... pero no es el caso, lo que delata mi ignorancia supina. La lista sigue, no se crean, sin embargo, para ir terminando ya, me centraré en los roles vistos y no vistos de otro gran feo del cine, Vincent Schiavelli (el fantasma del metro en "Ghost" o el director de la cadena televisiva en "Man on the moon", era inseparable de Milos Forman) y un jovencísimo Lukas Haas -con sus enormes orejas- dando vida a la versión infante de Griffin Dunne. ¡¡BUF!! agotado estoy, oiga.
Todo esto lo cocina, en funciones de directora, Amy Heckerling, quien posteriormente alcanzaría una notable relevancia al responsabilizarse de "Las vacaciones europeas de una chiflada familia americana", las dos primeras entregas de "Mira quien habla", "Clueless" y un mogollón de series televisivas, algunas bastante conocidas. Resulta curioso ver cómo la mujer no tuvo manías en materializar muchos de los chistes tirando a machistas y generosamente vulgares. Sí, tal vez solo quería currar y recibir el cheque (de hecho, el fracaso comercial de "Johnny Peligroso" propició que decidiera escribir sus propios libretos, en lugar de filmar los de otros). O, tal vez, entonces estas cosas se tomaban menos a la tremenda que ahora. Buenos tiempos aquellos.
Como colofón simpático, mencionar que, por lo visto, Brian De Palma es muy fan de "Johnny Peligroso". El día del pre-estreno se partía de risa con ella.

sábado, 15 de junio de 2024

SKELETON

No han sido pocas las ocasiones en las que mi compañero Víctor, muy sabiamente, ha mencionado esa especie de segunda época dorada del vídeo-club coincidiendo con la imposición del DVD como formato de consumo doméstico. Sí, no fue tan tremendo como la llegada del VHS, pero le quedó a la zaga. Cada vez que pienso en ello, me viene a la mente un lugar específico, un antro del placer cinéfago al que solía acudir muy asiduamente durante los primeros 2000 y destacaba, primero, por haber relegado las cintas de vídeo a una escueta estantería y, segundo, contar con absolutamente todas las novedades de la temporada (en DVD, obvio). Desde lo más renombrado a la mierda oscura. Claro, poco sabía yo entonces que la mayoría de esta última la conformaban telefilms destinados en USA al "Syfy Channel", así que, de buenas a primeras, las alquilaba henchido de curiosidad. Convencido que eran la -y perdonen el uso incorrecto de la etiqueta- "nueva Serie B". Tanto va el cántaro a la fuente que.... en fin, terminé saturado de basura, de fórmulas narrativas explotadas una y otra vez, de actores en horas bajas, de primigenio CGI vergonzante, etc, etc. Solo una vez lo deglutido me dejó medianamente satisfecho, "Skeleton" (o "Skeleton Man" in the lluesei). Al menos así fue en 2004 o por ahí, ¿¿cómo me sentaría a día de hoy??...
Unos insensatos despiertan a una especie de viejo espíritu indio de intenciones revanchistas dispuesto a masacrar sin miramientos al hombre blanco que invade su hogar. Así, tras hacer picadillo a unos cuantos, el ejército manda un puñado de soldados para solucionar el entuerto. Y esa sería toda la trama. No hay más. El continuo escarceo entre el comando protagonista y el "mostro". Hay quien exclama "copia de "Depredador"" y, aunque ciertamente existan elementos que lo prueban, sería quedarse corto. Además, no olvidemos que el clásico del Chuache chupaba mucho de un film previo, "Llegan sin avisar", así pues ¿quién copió a quién?.
Lo realmente fascinante de "Skeleton" es, principalmente, la criatura de rigor. Podría ser un señor enfundado en látex imitando la escamosa piel de un reptil. U otro sepultado bajo una armadura pretendiendo acero puro. Pero no, pal caso hablamos de un infeliz luciendo una máscara de calavera y una capucha + capa negras, cabalgando sobre su corcel y sacando armas de debajo del sobaco según convenga. Es decir, en plenos años 2000, con todo el rollo "high-tech" propio ya del género fantástico, y un montón de títulos afines de referencia, a los responsables de "Skeleton", los chicos de "Nu Image" por entonces totalmente volcados en parir esta clase de furruños, se les ocurre tirar de una criatura con el clásico look de la muerte, solo que cambiando la guadaña por un hacha, o una lanza, o una espada (nunca una hoz, como nos muestra la caratula del DVD patrio). Rarísimo. Pero mola, en serio (ver imagen al final del tocho). El resultante contraste funciona. Quizás no del modo que pretendían sus artífices, pero logra que la película se salga del mogollón, destaque por algo.
¿Por algo? bueno, "Skeleton" destaca por muchas otras cosas... sobre todo su negación. No llega a ser absolutamente horrenda. Ni totalmente incapaz, pero viene trufada de una larga lista de incongruencias narrativas, cagadas técnicas y locuras inexplicables que llaman la atención. Descolocan un rato. En general es bastante caótica. Suerte del simplismo y "elementalismo" de su trama, lo que no nos exige mucha atención, ni un seguimiento exhaustivo de lo narrado, porque, de lo contrario, iríamos más perdidos que un hijoputa el día del padre. Básicamente lo que vemos es al bicho de la capucha asesinar sin parar. Matar todo lo que se le ponga a tiro, sean civiles, sean militares, sea el apuntador. Da igual. Siempre a base de efectos físicos, un poco torpes, pero agradecidos ya que el nivel de hemoglobina, amputaciones, cuerpos atravesados, incluso el gráfico arrancamiento de una cabellera, es generoso. Constante. Lo mismo que los errores de continuidad, impresionantes en su cantidad y calidad. Quizás el más llamativo hace referencia a la túnica del mismo monstruo, que pasa de roída a perfectamente planchada de un plano a otro, sin venir a cuento, ni explicación alguna aparente.
Por si se lo preguntan, el CGI se reserva para momentos muy específicos y no molesta demasiado. El resto, como decía, es físico. Incluida una generosa ristra de explosiones, aunque algo me dice que algunas son reaprovechadas de otras películas. No sé, llámenme mal pensado, pero son ya muchos años consumiendo roña.
El reparto cuenta con un rostro -bonito- de lo más habitual en esta clase de subproducto, Casper Van Dien. Tan normalizada estaba entonces su presencia, que en la caratula yanki sale como reclamo principal, incluso por encima de su genuino protagonista, un perdido Michael Rooker que, a diferencia de su compañero, con los años lograría reencauzar su carrera. Van Dien, además, la palma bastante antes de lo previsto. Y, encima, su muerte es una de las escenas más extrañas, incomprensibles y mal editadas del show.
Acompañan a ambos actores un montón de currelas del celuloide rancio (porque, a diferencia de lo que ocurriría años después, "Skeleton" viene en formato fotográfico. 35mm diría yo) como Nils Allen Stewart, Joey Travolta -hermano de- y nada menos que cuatro ¿o cinco? féminas formando parte del comando. Todas guapas, y todas luciendo su top ceñido, por supuesto.
Podríamos culpar del desaguisado al guionista, Frederick Bailey, quien venía de teclear libretos para Cirio H. Santiago. Suya fue la idea de titular al film con el nombre del supuesto indio reencarnado en fantasma "azizino", "Joe boca de algodón" ¡¡!!. Tal vez, en un imprevisto arrebato de racionalidad, al director le parecería ridículo y/o poco comercial y decidió cambiarlo. Este, Johnny Martin, debutaba en lo suyo con "Skeleton", luego haría unas pocas más, todas dentro de los parámetros del subproducto, como "La hora de la venganza", lucimiento para el Nicolas Cage más caricato, o "Delirium", "found footage" de tercera únicamente destacable porque fue grabado en la misma siniestra casa de "Phantasma".
Aunque, lo mejor, para el final. "Skeleton" concluye, muy lógicamente, con la muerte de la criatura. Comienzan los títulos de crédito y suena..... ¿una épica pieza instrumental?.... ¿un "hit" pop menor?.... no, ¡¡el "Yaketi Sax" popularizado nada menos que por Benny Hill!! ¿recuerdan esa alegre y traviesa tonadilla? pues la misma. ¡¿Qué demonios hace al final de una película supuestamente seria de terror?!. Y no solo eso, resulta que los créditos echan para atrás, como volviendo a comenzar, mostrándonos previamente un plano reciclado del hombre esqueleto subido a su caballo, cumpliendo con la esperada papeleta de asegurar una secuela.. que nunca llegó, por supuesto. En fin, un gesto rarísimo, incongruente y alocado que me sacó una sonora risotada. Seguramente los gerifaltes de "Nu Image" eran totalmente conscientes de la basurica que tenían entre manos y decidieron dejarlo claro en su elección musical, porque, de lo contrario, el sentido es nulo. Habrá quien mente el caso de "Posesión Infernal" como algo medianamente parecido, pero no, ahí la copla (que ya sonaba previamente en el film, vinilo mediante) se ajustaba al espíritu extravagante del pitote, en "Skeleton" canta como una almeja.
Aunque para falta de coherencia, lo parte que sigue. En un momento dado, el monstruo entra en una central química y comienza a masacrar al personal. Justo, entre medio de uno de esos crímenes, asoma un obrero sin nombre reaccionando con las maneras propias de un retrasado mental. Así, porque sí. No le vemos luego fenecer, ni nada de nada. Su función se limita a esa extraña aparición mariana que, una vez más, motivó una carcajada por mi parte, tanto como para decidir rescatarla cual pequeño vídeo...



sábado, 16 de marzo de 2024

POSESIÓN INFERNAL, EL DESPERTAR

A estas alturas no es necesario que hable de mi devoción por "Posesión Infernal". Sintiendo una indudable simpatía hacia toda la saga, la marca al completo, dicho amor se centra básicamente en el film de origen, el de 1981. Es algo sobre lo que he escrito muchísimo. Por todo ello, enfrentarme a cada nueva entrega posterior, especialmente aquellas facturadas en tiempos modernos, es un auténtico reto. Y ante el primer visionado, inevitablemente las expectativas pesan un huevo, generando una opinión normalmente poco favorable. Se hace pues necesario un segundo intento. O un tercero. Pasó con el remake de 2013 que, poco a poco, logró ganarse mi afecto. Tanto como para pillarlo en blu-ray.
Bien, ahora le toca el turno a "Posesión Infernal, el despertar". La primera vez me pareció un truño gordo, gordo. Así, esperé a la siguiente intentona para formarme una impresión más fiable. Y de eso va esta reseña.
¿Es "Evil Dead Rise" (título en v.o.) un reboot, una precuela o secuela del film del 2013?. ¿O de 1981? Pues no me ha quedado claro, la verdad. A mí lo que me ha parecido es un remake del remake. Comparten estética, "look" fotográfico -digital, me supongo-, y unas cuantas ideas. Lo más desconcertante de este nuevo "Evil Dead" es que, por mucho que venden la moto de la novedad, del cambio de un bosque siniestro a un apartamento, de personajes más o menos masculinos a mayormente femeninos, incluso la incorporación de adolescentes - + una infante (estoy tan cansado de películas de terror con críos... parece casi una obsesión pederasta por parte de los mandamases de Hollywood)- que lo van a pasar putas, en lo narrativo es exactamente igual que la original y el remake. Es decir: Grupo de personajes metidos entre cuatro paredes desatan el mal mediante "Necronomicón" formato audiolibro (tres vinilos con los pasajes grabados en ellos. El último incluye una advertencia sobre sus peligros. Coño, ¿no habría sido más lógico que eso estuviese en el primero? digo yo), los unos van siendo poseídos, los otros tendrán que combatirlos, etc, hasta que al final sale el gran "mostro", alegremente despachado vía sierra mecánica. Ea!
¿Debería ello haber garantizado cierto disfrute y placer entre los devotos de mi porte, así como más canosos y nostálgicos?, pues tal vez sí... aunque, primero, puestos a repetir la jugada, no te alejes de la cabaña y el bosque, que ello garantizaba una atmósfera cojonuda (inquietante y de puro aislamiento), ¡¡se echa mucho de menos!!, y segundo, complicado va a ser con unos personajes tan poco interesantes. Tan poco carismáticos. Tan antipáticos. Y no, no lo digo por la cacareada ausencia de Bruce Campbell / "Ash". Ya saben, o deberían, lo que pienso al respecto. Esa manía de asociar al actor a la saga es muy lógica y razonable, pero en el primer film, el del 81, era un personaje más. Algo tontaina y cobardica, sin toda la ristra de macarradas, chascarrillos graciosos y demás que, a la larga, han acabado definiéndolo (y ya no insisto en el hecho de que moría, dato que hizo mucho por dejarnos un regusto duradero a los que la vimos cuando aún no había secuelas. Aquellos que crecieron a partir de "Terroríficamente Muertos", jamás entenderán tan determinante impacto).
Alguien descontento -y canadiense- dispuesto a mandar una reprimenda a los responsables de "Evil Dead Rise" afirmó que, a diferencia de esta última dosis, "Evil Dead" solía ser una franquicia que revolucionaba el género, ofreciendo nuevas ideas a base de desbordante imaginación. Francamente, creo que exagera. "Evil Dead", especialmente la que todo lo inauguró, tira de una trama super-trillada (chavales que van de "vacas" a un sitio aislado, donde serán víctimas de algo malo. Si lo miran detenidamente, así pueden resumirse films previos como "Viernes 13" o, especialmente, "La matanza de Texas" que, pa algo, ejerció de notable influencia en Sam Raimi y cía), es el cómo está desarrollada y contada en lo visual, donde sí resulta novedoso. Y, además, parte de ello fue casi accidental. Raimi solo quiso hacer una peli de terror convencional, pero le salió así porque era joven, ambicioso y desbordaba pasión. Ahora es un señor mayor, profesional en lo suyo, cansado, acomodado... además de que los aspectos originales del "Evil Dead" primigenio ya han sido muy imitados. Muy explotados.
Entre las cosas que me molan menos seguramente estén algunas ideas chorras que se pretenden epatantes, como cuando la mamá poseída usa la uña a modo de aguja de tocata (y lo que sigue, que no lo explico por si no la han visto). Ya les va a los cerebros tras la franquicia tirar de conceptos así. No olvidemos todo el rollo MacGyver del final del remake, con la batería conectada a la jeringa para revivir a la poseída y bla, bla. Son chuminadas, lo sé. Y que me irriten será culpa de mí ya galopante espíritu conservador con respecto al cine, al género y, particularmente, la saga. Pero es así. Y luego, la actriz que interpreta a la madre... me pone nervioso... tiene una cara muy rara... como si alguien tirase de sus orejas 
para atrás. Entiendo perfectamente que le dieran el papel de super-poseída.
Aunque es un dato que no ha sido muy explotado, al parecer en su día Dario Argento quiso producirle a Sam Raimi la secuela de "Posesión Infernal". Sin embargo, otro italiano se adelantó (Dino de Laurentiis) y el director de "Tenebre" se quedó con las ganas. Desquitándose posteriormente al producir "Demons", que no es más que un remedo de "Evil Dead". Descarao. Resultó funcionar muy bien en taquilla, lo que les obligó a parir una secuela, cambiando el escenario de un cine a un edificio. Una decisión muy lógica y práctica. Y, claro, ahora, décadas después, a Raimi y la pandi se les ocurre esa misma alteración de decorado para la nueva entrega. E, inevitablemente, nacen ciertos parecidos. El fandom, ese gran idiota, corre a gritar que se trata de un homenaje, un guiño de la yanki a la italiana. ¿En serio?. De haberse hecho a posta, estaríamos siendo testigos de cómo los expoliados se inspiran voluntariamente y felizmente en los expoliantes. Como si me dijeran que George Miller se basó en las películas posnucleares de Cirio H. Santiago para su nuevo "Mad Max" o que Disney se inspiró en "Star Crash, choque de galaxias" para la última trilogía de "Star Wars". Suena bastante ridículo. Me pregunto cuando los fans del género aprenderán, y asumirán, que sus cineastas favoritos no comparten con ellos necesariamente esa pasión. Esa devoción ciega. Es más, seguramente ninguno de los responsables de "Evil Dead" habrá visto "Demons 2". Y si la han visto, ni pensarían en ella, considerándola un mero, sucio y vil robo a sus ideas originales.
Epílogo: No, definitivamente no me gusta "Evil Dead Rise" o "Posesión Infernal, el despertar". Me aburrió, bostecé, no me dio miedo (eso ya lo daba por sentado), no me llevé sustos, no me divertí y el gore no me pareció tan excesivo como lo pintaban (de hecho, creo que es más sangrienta la del 2013). Fue "una más". Sin alma. Incapaz de provocarme nada de nada. Y estoy hablando tanto del primer visionado, como del segundo. Parece bastante improbable, sino imposible, que se me gane con el tiempo.
Ya lo decía un amigo mío: Cuando a los yankis algo les funciona, lo repiten hasta la saciedad. Hasta quemarlo. Destruirlo. Que gran verdad... y que gran tragedia... sobre todo si el decrépito concepto resultante al que impiden morir dignamente se llama "Evil Dead".

jueves, 25 de diciembre de 2014

CARPETAS CINÉFAGAS (Y OTRAS ESPECIAS)

Había en mis tiempos de escolapio una característica del todo típica que consistía en adornar tu carpeta o carpesano con imágenes representativas de tus gustos y apetencias. Podías tirar de las pegatinas que regalaban las revistas destinadas a la porción del mercado que tu representabas o demostrar algo más de personalidad y currártelas tu, a base de recortar, fotocopiar o incluso dibujar.
Yo, como buen aficionado al cine de género, con especial y orgullosa inclinación por el terror, no iba a ser menos. A lo largo de mi no demasiado extensa y sí notoriamente fracasada carrera estudiantil, lucí muchas carpetas armoniosamente decoradas, siempre acorde a cuales eran mis obsesiones en el momento. También pude disponer de algunas ya diseñadas para tal menester, aunque esas fueran las menos.
Afortunadamente tuve la buena idea de conservarlas casi todas, en parte por su aún útil función archivadora. Únicamente lamento la pérdida de una de ellas, pero que no forme hoy parte de mi colección obedece a una aplastante lógica: su tamaño. Estaba pensada para salvaguardar hojas de formato Din-A3 y, claro, acabó siendo un trasto gordo, pesado y molesto que terminé aniquilando. Sin embargo, recuerdo perfectamente qué imágenes la ilustraban. Ambas, obvio, acorde a su tamaño: La de la familia matarife de "La matanza de Texas 2", ahí posando, pero sin letra ni logo alguno, y una secuencia muy llamativa de "En los límites de la realidad", aquella que nos muestra a una moza de espaldas abriendo una puerta por la que asoma un ojo gigantesco. Recuerdo perfectamente que, en el metro y de camino al cole, la estampa de "Leatherface" y los suyos era inevitable blanco de muchas miradas, cosa que me incomodaba, sí, pero no tanto como para renegar de ella. Ni por el forro.
Por fortuna, el resto de mis carpetas escolares reposan en el armario. Y un buen día se me ocurrió que sería divertido y entrañable recuperarlas todas, fotografiarlas y desmenuzarlas aquí, en este nuestro/vuestro blog, dedicado -en parte- a rememorar cinéfagas primeras experiencias.



Cuando intentaba recordar cuál de todas las carpetas que siguen era la primera, hubo una pista que me ayudó a decidirme por una candidata. ¿Y en qué consiste esa pista?, pues en su mala ejecución. No a la hora de elegir las imágenes, ni mucho menos, si no a la hora de situarlas. Tal como quedó, una de las caras estaba boca abajo en relación a la otra. Error. Que no lo hiciese correctamente en esta ocasión es lógica muestra de mi inexperiencia (ya que no volví a cagarla igual again), ergo, esa ha de ser la primera.
¿Y qué encontramos en ella?, pues un muestrario infinito y generoso de lo más variado. Propio también del novatillo, con los gustos aún no del todo definidos. Por ejemplo, en la cara A, por así llamarla, encontramos clásicos del calibre de "La Niebla" o "Halloween 3". Uno de mis slashers favoritos, "La Quema". Un poco de la música que me gustaba entonces ("Blues Brothers", "Motorhead".... y bastante heavy, lo que me choca porque nunca me tiró mucho ese tipo de sonido, aunque supongo que me atraía más a un nivel estético, por sus habituales cubiertas a base de elementos horroríficos... como ese "Eddie" ("Iron Marisamaiden") en plan piloto de guerra. También vemos a los "Creedence" -que me molaban entonces por su participación en los soundtracks de John Landis- y ¿¿¿Pink Floyd?? que imagino sería puro relleno. Si no, no me lo explico). También nos damos de bruces con referentes a algunos "blockbusters" clásicos como "Los Cazafantasmas" y "Regreso al futuro" (cuyo vinilo gozaba mucho escuchando) y sendas cubiertas de las bonitas novelas de terror editadas por Martínez Roca (ver más abajo). Complementan el sarao dos calaveras dibujadas por el menda, siendo la más grande una imitación de la que protagonizaba la versión en comic de "El día del padre", según "Creepshow", de la mano de Bernie Wrighston. La guinda la pone Monty Python y la que entonces era mi peli favorita del grupo, "El sentido de la vida". ¡Y que no falte "Viernes 13"/Jason!, aunque sea en plan "cameo carpetil".


En la segunda cara retomamos el tema "Creepshow" -por entonces mi absoluta number one. Hoy es la number two, lo que tampoco es moco de pavo-, destacando esa curiosa ilustración promocional extraída de un "Fotogramas" de la época. Una no muy sincera declaración de amor al noveno arte a base de imágenes mangadas de "Vampus" o "Rufus", referencias a Richard Corben -mi dibujante favorito en el momento, junto a Wrighston-, a Moebius (??) y a "Torpedo", que me gustaba mucho. En lo musical nos encontramos con el "Salve" de la "Polla Records" (entonces recién comprado en formato casete), un guiño punk -en esos tiempos comenzaba a interesarme por la subcultura del imperdible- y una tímida referencia al "Thriller" de Michael Jackson. Sí, amigos, yo fui de los que se cagaron de miedo viéndolo. Destaca H.P.Lovecraft en lo literario, autor al que me acerqué a través del cine, y aunque intenté leer algunos de los libros que aparecen en la foto, nunca logré conectar con ninguno de ellos. Arriba de todo, el encabezamiento de las tiras humorísticas y macabras de Pierino extraídas de "El Papus". Era un dibujante que me gustaba y se adecuaba mucho a mis apetencias grotescas.
Lo que más me llama la atención es que gran parte de los recortes aquí expuestos, sobre todo los de música y literatura -y de escueto tamaño- están recortados de un popular catálogo que solía llegarnos a casa por correo, "Discoplay" (¡gracias Don Olid!).


Como apéndice, comentar de pasada la costumbre que tenía de incluir "caramelos" en el interior. Y pal caso, lo que aquí tenemos es la adecuada incursión de portadas de la colección súper terror de Martínez Roca, destacando las antologías de "Las mejores historias de terror" o la adaptación de "La noche de los muertos vivientes" de John Russo. El "Spy vs. Spy" de la revista "Mad", que entonces leía. El libro de H.G.Wells que inspiró una de mis pelis antiguas favoritas, "El tiempo en sus manos" y, cómo no, el mítico "Stryker" de Cirio H. Santiago.
Brutal.



Pa la siguiente carpeta decidí no matarme tanto y tiré por lo fácil. Carteles grandes, ambos extraídos de las páginas del "Fotogramas", justo cuando se estrenaban oficialmente ambas películas. El de "Viernes 13, 3ª parte", que explotaba a tope el elemento tridimensional, siempre me ha parecido precioso, uno de mis favoritos de la saga.


El otro, pues a decir verdad únicamente lo escogí por la presencia de Clint Eastwood sujetando una gran pistola, a lo "Harry Callahan" que, como verán a continuación, ha sido siempre una presencia constante en mis preferencias decorativas. Aquí no interpreta al gran "Dirty Harry", y la película resultante ni siquiera me gusta, pero pal caso, no importaba mucho.


La fricadilla la pone el breve anuncio del video-juego, por entonces aún una práctica bastante verde, inspirado en "Viernes 13". No es que lo tuviese, o lo hubiese jugado en casa de un amigo... de hecho, nunca llegué ni a verlo, pero se trataba de algo relacionado con la saga en cuestión, lo que era ya suficiente argumento para recortarlo y añadirlo.


En este caso recurrí de nuevo al tema imágenes grandes, solo que aquí tuve la decencia de utilizar algo hoy bien valorado por el aficionado medio, una fotografía promocional de "Re-Animator", de esas que solían adornar las vitrinas de los cines (vamos, lo que llaman "fotocromo"... y por cierto, ¡¡menudo es!!, ¿dejarían hoy día usar una imagen así de extrema?). En ella vemos uno de los momentos álgidos, más sangrientos, grotescos y gran guiñolescos del famoso y estupendo film de Stuart Gordon, cuando un zombie (el papá de Megan) le revienta los ojos a la cabeza del Dr.Hill, poco antes de aplastarla como un melón. No hace falta decir que me ALUCINABA ese panorama, por su exageración, su locura, su demencia y su rojo abundante. Absolutamente salvaje. Recuerdo cuando una persona adulta vio la carpeta y cínicamente me dijo: "Veo que ahora te va el romanticismo". Con todo debo abrirme a ustedes y confesarles que, por entonces, aún no había visto "Re-Animator", así que con material como ese mi imaginación volaba libre y peligrosamente.


La cara B resulta harto reveladora. Como ven, son los carteles franceses de "From Beyond/Re-Sonator", "Howard, un nuevo héroe", "El día de los muertos" y "Viernes 13, 6ª parte: Jason Vive", lo que significa que me encontraba en pleno apogeo de mis lecturas gabachas. Todo ese material salió de las páginas de "L´Ecran Fantastique" que, junto a "Mad Movies" e "Impact", conformaba mi generosa dieta de lectura cinematográfica por esos tiempos.
No hace falta decir más.



Por lo visto eso de poner un solo cartel no me satisfacía tanto, y para la ocasión -y la siguiente- decidí retomar el tema "collages", solo que aquí partiendo directamente de fotocopias. Eran los tiempos en los que había descubierto la revista "Fangoria" -la yankee, claro- y con ella el fascinante espectro oscuro y chungo del cine fantástico y de terror, su lado más "trash", algo que se refleja mucho muchísimo en esta interminable galería de rostros.
Lo normal era que los chicos adornaran sus carpetas con cantantes sexys, modelos, actrices. O en un caso pre-homosexual, jugadores de furgol. ¿¿Y qué es lo que hago yo??, colar las caras de un puñado de señores de mediana edad o más -cada uno con su respectivo nombre debajo-, casi todos hombres de negocios de escaso talento y algunos más interesados en sacar dinero del bolsillo de los posibles espectadores impresionables que de crear cine. ¿Quiénes eran estos elementos?, fácil: Al Adamson, Andy Milligan, Jesús/Jess Franco, Frank Henenlotter, Aristide Massaccesi (Joe D´Amato), David DeCoteau, Ted V. Mikels, Charles Band, David Friedman, Herschell Gordon Lewis, Lucio Fulci, Roger Corman y Fred Olen Ray (en una foto que casi está de espaldas). La créme de la créme. Junto a ellos, temas tan propios de ese tipo de movidas como el cine de caníbales o "Santo, el enmascarado de plata". Nótese ciertas manchas de rojo-granate en las esquinas de las fotos... sí queridos, era tempera, en un intento de hacer más cantoso el tono "sangriento" del invento (dulces ingenuidades).
Y por aquello de no perder las buenas costumbres: "Harry Callahan" en un ladito (con un contundente "My hero!" encima de la foto) y el Steven Seagal de "Por encima de la ley".
A esta carpeta podríamos bautizarla tranquilamente como la "trash-carpet".
Fascinante.


Si el caso anterior era algo bizarro, el de ahora roza la locura.
¡¿Fred Olen Ray, el ínclito cineasta zetoso, como motivo central de una carpeta?!. Miedo da. Pero sí, queridos, así de fan era yo entonces del director de "Alienator" (que decora ampliamente el collage), "Del espacio profundo", "Los Dreggs", "Días de horror y muerte", "Commando para matar", "El poder de las armas", "El misterio de la pirámide" y otras que no aparecen en la imagen como "Biohazard", "Alien Dead" o "Beverly Hills Vamp".
Recuerdo que, tras mirarla atentamente, un compañero de aula me dijo: "¿Te gusta la violencia, eh?". Pues sí, pero solo en la pantalla, chavalote.



En la cara B del caso que nos ocupa se recupera un poco cierta cordura. Aunque tampoco mucho.
"Blood Feast", el inevitable "Harry Callahan", su entrañable parodia televisiva "Sledge Hammer", más macarrismo con "Yo, el jurado", el cartel de "Re-Animator 2/Metamorphosis" según san Luigi Montefiori (que es una puta bazofia, pero esa ilustración me gustaba mucho... ¿será de E.Sciotti?, eso explicaría muchas cosas) y, consecuentemente acorde a la presencia de San Fred Olen Ray, un guiño a Jim Wynorski con dos de sus obras cumbre, "The Return of Swamp Thing" y, sobre todo, la inmortal "Deathstalker 2".

Posdata: La imperdonable ausencia de imágenes en ambos lados, a base de tijera bruta, obedece a alguna causa de reciclaje que, ahora mismo, no recuerdo claramente (aunque puede distinguirse el nombre de Linnea Quigley, lo que significa que la carpeta también luciría cierto erotismo barriobajero).


MENCIONES ESPECIALES:

Las dos carpetas que siguen se alejan un poco del grupo. Una por temática y otra por fabricación. Pero merecen estar aquí... entre otras cosas porque, en fin, son las que faltaban para completar el repaso… y porque me sale de los cojoncillos.


El punk rock como temática ha salido ya alguna vez, tímidamente, a lo largo de este periplo, pero realmente no se impuso hasta mediados de los años 90.
Pal caso tenemos a Jayne/Wayne County (el travesti punk del Nueva York originario que hacía poco había visto “live”). Una ilustración extraída de un número de la revista "Vibraciones" del año 77. En esa época era muy fan (y mantenía relación epistolar) con el grupo "Wat Tyler" y a falta de alguna imagen más representativa, utilicé esa del bailarín tirolés. A su lado, la pegata número uno de mi fanzine "Suburbio", y el nombre de una banda que desentonaba un poco en el conjunto (de ahí que su presencia fuese tan poco llamativa), los militantes "Crass". A su lado, un dibujo muy especial de John Holmstrom, el famoso padre de la revista "Punk Magazine" y portadista de "Ramones". En medio, y ahí luciendo a lo grande, la que era mi banda absolutamente favorita, "The Lurkers". Justamente, el tipo con el perro y la bandera es Arturo Bassick, que en aquellos tiempos lo lideraba.
Retornamos a la parte baja, extremo izquierda, y descubrimos la pegatina número dos de "Suburbio".
A su lado, el logo de los mediocres "Chelsea", "Sham 69" (y no entiendo muy bien el motivo de que estén ahí) y la divertida imagen macarra de uno de los integrantes de "Spider Babies", grupo de garaje cazurro.



Y estos, pues no necesitan presentación.
A día de hoy dudo mucho que los "Toy Dolls" fueran genuino punk. Siempre he visto a su líder, Olga, como un currante que se disfraza cuando toca y luego vuelve a la normalidad de su rutinaria existencia. Pero eso no quita que, en sus buenos tiempos, los "Toy Dolls" me ENCANTABAN y, de hecho, en cierto modo fueron los culpables de mi afición al punk rock. Así que merecían un lado entero de la carpeta para ellos solos... y más con una imagen tan ideal como la de este single de su divertida canción "James Bond lives down our street".


A esta, obviamente, lo que le tengo es mucho cariño, tratándose como se trata de merchandising oficial surgido a raíz del estreno del legendario "Superman" de Richard Donner con Christopher Reeve. Comprado en la época, se entiende. Sorprendentemente ha durado en bastante buen estado hasta nuestros días. Tengo algunos amigos completistas del personaje que han demostrado interés en hacerse con ella guita mediante, pero de momento prefiero conservarla.