"Mad Max 2" es una peli importante por varios motivos. Otro ejemplo -entre los pocos que hay- de que una segunda parte puede superar, y mucho, al film que la precedió (y puede ser genuinamente diferente). "Mad Max 1" estaba bien, pero "Mad Max 2" está muuuy bien. Fue la primera en apostar por unas formas estéticas y una "narrativa" luego explotada hasta la saciedad, la del rollo post-apocalíptico retro-punk pro-sadomaso medio-gay/leather con los coches extravagantemente tuneados como principal reclamo. Su éxito desencadenó la consabida fiebre de imitaciones desvergonzadas, siendo los Filipinos (ese famoso "Stryker", cuyo parecido extremo lo trajo a España como "Mad Max 3") y los Italianos los que no pararon de parir fotocopias a lo largo de unos cuantos años. Obviamente, también las hubo en Estados Unidos (no olvidemos que "Mad Max 2" es Australiana) y no únicamente de tirón zetoso, con el tiempo incluso le salieron imitadores de gran presupuesto (como "Waterworld", por ejemplo).
Max, después de perder a su mujer y su hijo en la primera parte, se convierte en un solitario y nihilista que vaga por los desiertos de Australia con su buga fardón. El futuro está fatal, escasea todo, pero lo más deseado es la gasolina. Max da con una refinería explotada y vigilada por una gente a la que, continuamente, asedian una panda de chungos motorizados. El colega decide ayudarles movido por un único motivo, recibir a cambio su ración de gasoil.
"Mad Max 2" está repleta de cosas que molan. Su look, sus personajes, el vestuario, los coches, la violencia (ese boomerang cortador de dedos!), etc, etc... pero lo que a mi me pone más farruco es el personaje de Max. Y no lo digo por lo bueno que pudiera estar Mel Gibson, sino porque el llamado "Guerrero de la carretera" (que gran título!!) es uno de los héroes de ficción más nihilistas, individualistas, egoistas y malcarados que existen. Únicamente se mueve por su propio interés, y así lo hace durante todo el metraje, y sin ocultarlo. Eso, para mi, es absolutamente genial. Todo en esta peli tiene un punto notable de mala hostia, aquí no hay historias de amor, no hay compasión alguna que valga, no te encariñes con los personajes, especialmente si son los buenos, porque morirán en la emocionante y vibrante carrera del climax final, y lo harán sin melodramas ni actos de heroísmo, simplemente estirarán la pata y el film seguirá su curso, imparable. Una actitud esta muy adecuada para una peli como "Mad Max 2".
Destaca entre los malos Vernon Wells, el "Benet" de "Commando" luciendo una chanante cresta roja. Interpreta a un esbirro que trabaja al servicio de unos de los villanos más chulos -pero más olvidados en las listas de villanos chulos- del cine, el brutal "Humungus"!!!!.
A mi de chaval, como suele ocurrir, me fascinaba el cartel de "Mad Max 2", que es el que ilustra esta reseña... con esos tios exageradamente musculados, transpirando agresividad y violencia, algo que aún denotaba más el "Clasificada S" que recibió en nuestra tierra. Era un film que entraba de lleno en el Top Ten de mis lista de "Pelis peligrosas que algún día reuniré valor para alquilar y ver". Finalmente lo hice, y desde entonces no he vuelto a mirar atrás.
Como es sabido, años después hubo una tercera parte ("Mad Max: mas allá de la cúpula del trueno") que, al integrarse de lleno en terreno mainstream, perdía buena parte de su mala gaita, dureza y maravilloso nihilismo. ¡Cristo, si hasta salían niños! (en "Mad Max 2" sale uno, pero es gruñón y agresivo). Con el tiempo se intentó rodar una cuarta entrega con Gibson, luego se habló de una serie, de una versión en dibujos animados para adultos y al final se llevó acabo una nueva aventura del loco Max, con otro actor, éxito de público y de crítica... pero da igual, hagan lo que hagan nunca estará a al altura. Eso seguro.
Un clásico del cine de acción que, si no has visto aún, debes ver pero YA!!!.
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martes, 3 de mayo de 2011
miércoles, 2 de marzo de 2022
EL OTRO BAÚL DE TÍO VICENTE 8 (MAD MAX 2)
Terminaba verano del 82 y "Mad Max 2" llegaba a los cines de España. Nuestros amigos de la revista "Casablanca" se hacían eco de ello en dos ocasiones. Primero con la rueda de prensa del director, George Miller. Segundo, con la inevitable crítica de Don Miguel Marías quien, cómo no, se monta una paja mental tremenda para decir que "Mad Max 2" es inferior a su predecesora (se lamenta porque, asegura, nunca será reconocida como merece... ¡ja!). Hoy día sabemos de sobras que no es así, "Mad Max 2" es uno de los pocos ejemplos de segunda parte capaz de superar a la primera. Pero entonces estaba muy de moda decir aquello de "Nunca segundas partes fueron buenas".
Notar, como detalle fricoso, el fragmento en el que Marías agrupa una serie de títulos a los que califica de "productos poco respetables, de baja estofa, nulas pretensiones y moralidad dudosa" hoy día considerados -algunos- auténticos clásicos modernos del cine.
Para leer, tecla Ctrl + botón izquierdo del ratón. Luego griten todos al unísono: ¡Graaaaacias ooootra veeeez tío Vicenteeee!
Notar, como detalle fricoso, el fragmento en el que Marías agrupa una serie de títulos a los que califica de "productos poco respetables, de baja estofa, nulas pretensiones y moralidad dudosa" hoy día considerados -algunos- auténticos clásicos modernos del cine.
Para leer, tecla Ctrl + botón izquierdo del ratón. Luego griten todos al unísono: ¡Graaaaacias ooootra veeeez tío Vicenteeee!
jueves, 14 de junio de 2012
AQUELLAS CARATULAS MARAVILLOSAS (21): MAD MAX 2 + 3 = Z MEN
Parece raro que un film bélico con Gibson y Sam Neill en el reparto sea tan poco conocido, pero en parte todo ello tiene que ver con el hecho de que, desde su parimiento, todo fueron problemas y, encima, una vez estrenado, se pegó un hostión de aúpa. Los líos arrancan cuando su director y guionista contratado, Phillip Noyce, con un currículum -posterior- notorio ("Calma total", "Furia ciega", "El Santo", "El coleccionista de huesos", "Peligro inminente", "El americano impasible" o la reciente "Salt"), es sustituido por el don nadie Tim Burstall. ¿Motivo?, que Noyce desaprobaba el fichaje, en roles protagónicos, del más bien acabadito y zetoso John Phillip Law. A los productores les molaba Law, y se quedaron con él... y sin Noyce. Así que imaginaos el contraste, Mel Gibson y Sam Neill junto a un prota que le daba al film resultante pinta de ser una Filipinada de quinta regional.
Tal vez por eso, o por algún extraño motivo que desconozco, "Z Men" es una peli que a España llegó en varias ediciones distintas, con carátulas distintas, aunque todas ellas con una misma intención: explotar la presencia de "Mad Max". Y aquí es cuando entra en la ecuación la edición mal parida por los hermanos tontos de "Ízaro Cannon", los míticos "Pícaro Zannon", de los que ya habíamos hablado con anterioridad...
Con la excusa de que el film es una co-producción entre Australia y Taiwan, y se desarrolla durante la segunda guerra mundial, las imágenes utilizadas como base no pertenecen a "Z Men", sino a alguna que otra peli asiática de serie Z.
Una vez maquetado el pitote, vino el diseñador con un par de ejemplares del "Fotogramas" (cosecha del 80 y pico), recortó dos fotos del amigo Gibson, y las pegó ahí, de cualquier manera. Tan obvio resultan, que no me ha costado nada localizar las originales, ambas pertenecientes a la saga "Mad Max" (¡oh, casualidad!). La de la portada está sacada de una imagen promocional de "Mad Max: más allá de la cúpula del trueno", y la de la contraportada pertenece a "Mad Max 2: El guerrero de la carretera". Ahí van...
Hay un detalle más a destacar de esta maravillosa cutre-caratula, y es que, si se fijan, en el reparto NO aparece Sam Neill y, en su lugar, tenemos a un misterioso Oti. No, no se trata de que el diseñador se quedara sin Letrasset, en realidad este caballero existe, es un actor asiático originalmente nacido como O-Ti (vamos, que faltaba el guión).
Misterio resuelto, panza contenta.
Gracias al bueno de Norman Llorente por la caratula y la idea.
jueves, 10 de marzo de 2011
STRYKER (MAD MAX 3)
Si lo miras serenamente, rodar una copia de "Mad Max 2" (que no de "Mad Max") ha de ser la cosa más económica del mundo, al fin y al cabo solo necesitas un desierto y cuatro coches salvados del desgüace. Será por eso que la serie Z esta plagada de esta clase de películas y de directores del calibre de Cirio H. Santiago, una auténtica leyenda en esto del llamado cine exploitation. Salido de una respetable familia de cineastas allí en el pais que lo vio nacer, Filipinas, Cirio vivió su momento de indiscutible gloria como mano derecha del rey de los tacaños, Roger Corman.
Fue durante los 80 y parte de los 90, que don Santiago trabajó a destajo para el afamado productor yankee, firmando toda clase de pelis adecuadas a las demandas del mercado... que por aquel entonces exigía tiarrones musculosos capaces de exterminar a un nutrido grupo de extras en 20 minutos de metraje.
Pero antes de todo eso, Cirio H. Santiago dio en la diana con la película que nos ocupa, "Stryker". Copia desvergonzada de las aventuras post-nucleares de Mel Gibson que de tan descarada llegó a estrenarse por estos lares como "Mad Max 3" (y su director rebautizado como Cirio H. Santiag, supongo que con el ingenuo fin de "americanizar" el nombre. Pueden corroborarlo con el póster que les dejo abajo de todo). Y es que, en esencia, cuenta exactamente lo mismo, pero cambiando la gasolina por agua potable, un recurso bastante más obvio (aunque menos inteligente). El rollo es el de siempre: malísimos vestidos de cuero negro luchan contra buenísimos vestidos con telas blancas con el fin de arrebatarles la poca gasolin... hummm, la poca agua que les queda. Los buenos, que son un poco tontos y muy blandengues, piden ayuda al "heroe solitario errante que pasaba por allí", en este caso Stryker, el arquetípico guerrero con cara de mala hostia, barba de cuatro días, look chanante, individualismo y/o pasotismo a prueba de bombas, enemigo de la higiene, macho pero sensible y con un trauma pasado (¿el asesinato de su mujer, quizás?) que de entrada dice que ni hablar del peluquín para, aluego, tras ser humillado y vapuleado por los malos, cambiar de opinión.
Todo eso aliñado con disparos, coches, explosiones, cutrismo por doquier, violencia burra y bastante sosismo vía intravenosa.
sábado, 29 de marzo de 2008
EN LOS LÍMITES DE LA REALIDAD
Estamos ante uno de esos títulos emblemáticos del cine fantástico de los ochenta por el que, siendo yo chavalín, sentía una fuerte atracción, al tiempo que temor, gracias a sus imágenes promocionales. Fue la película con la que descubrí a los "Creedence" (esa introducción maravillosa) y fue el film de inflexión para la carrera de John Landis que, después de "Thriller" (el video-clip de Michael Jackson producido el mismo año), cayó en picado a causa del famoso accidente sufrido durante el rodaje, en el cual el actor Vic Morrow falleció decapitado por un helicóptero (y junto a él, dos niños asiáticos). Landis acabó en los tribunales y todo aquello marcó definitivamente su talento, evaporándose por completo tras varios títulos maestros (que caen justo antes de "En los límites de la realidad") tales como "Made in USA", "Desmadre a la americana", "Granujas a todo ritmo" y "Un hombre lobo americano en Londres". Una pena.
Como ya es sabido por todos, el film homenajea a la famosa serie televisiva de Rod Serling, "The Twilight Zone" (aquí "Dimensión Desconocida", al menos en la tv3, que es donde solía verla yo) poniendo al día (al de esa época) varias de sus historias. Para ello, contamos con peces gordos tras las cámaras del calibre de Steven Spielberg, George ("Mad Max") Miller, Joe Dante y el mentado Landis. Casi ná.
Y empezamos por el principio, la infame epopeya que llevaría al pobre Vic Morrow a la tumba. Este interpreta a un mega-racista que, por aquello de la dimensión desconocida, termina dando varios garbeos por la Alemania nazi o el Vietnam en plena guerra, y es casi linchado por el Ku Klux Klan (con ayuda de John Larroquette en un breve papel). La historia es tontorrona, pero efectiva. Le sigue el padre de "E.T." que vivía su etapa más ñoña (lo que no significa nada malo, aunque en este caso si) y lo refleja en esta fábula sobre unos ancianetes que, por una noche, recuperan la infancia. Muy tierna ella, y la más olvidable. La que hace tres nos muestra a un Joe Dante en plena forma, recién adoptado por Spielberg, moviéndose alegremente en su universo al dar vida, forma y color a un mundo propio de Bugs Bunny, pero en maligno (le siguen sus inseparables Dick Miller y Kevin McCarthy). Un niño con poderes infinitos crea su propio hogar ideal, que es como estar viviendo en un dibujo animado a todas horas, hasta que se mete por medio una educadora y lo arregla. Y finalmente, lo mejor del pastel, el dulce por el que merece la pena la peli al completo, y lo raro es que la firma George Miller, un tipo que tampoco es que haya hecho nada del otro Jueves (salvo "Mad Max 2"). En ella, un histérico y genial John Lithgow vive un viaje infernal en un avión y en plena tormenta, cuando presencia por la ventanilla cómo un monstruo (un gremlin, y no es coña) va destrozando el aparato. Lo dicho, cojonuda, la mini-obra maestra del pack, con esa tremenda tensión acumulada, esa delirante manera de fotografiarla, algún que otro momento de verdadero miedo (cuando Lithgow abre bruscamente la ventanilla y se encuentra cara a cara con el bicho... atención al extraño pero efectivo -y fugaz- plano de los ojos del actor saliéndose de sus órbitas, efecto este que ya usó Miller en "Mad Max 2", justo antes de que el malo se coma un camión de frente) y las fabulosas imágenes de la criatura destrozando el ala del avión mientras los rayos le caen encima. Por cierto, ha sido un placer intrínseco para el alma gozar tanto en este episodio como en el anterior, de monstruos creados con látex y movidos mediante animatronic. Lo echaba de menos.
Las pelis de episodios no suelen gustar, dicen que al no poder seguir una historia lineal te aburres (y debe ser cierto, pues el film no fue exactamente un hit)... pero a mi eso no me pasa, de hecho, me gustan esa clase de films (sin ir más lejos, uno de ellos, "Creepshow", está entre mis diez favoritas... ¿para cuando una edición de lujo en dvd?) y será por eso que "En los límites de la realidad" me ha resultado un divertimento total que me ha pasado en un suspiro. Probadlo.
Como ya es sabido por todos, el film homenajea a la famosa serie televisiva de Rod Serling, "The Twilight Zone" (aquí "Dimensión Desconocida", al menos en la tv3, que es donde solía verla yo) poniendo al día (al de esa época) varias de sus historias. Para ello, contamos con peces gordos tras las cámaras del calibre de Steven Spielberg, George ("Mad Max") Miller, Joe Dante y el mentado Landis. Casi ná.
Y empezamos por el principio, la infame epopeya que llevaría al pobre Vic Morrow a la tumba. Este interpreta a un mega-racista que, por aquello de la dimensión desconocida, termina dando varios garbeos por la Alemania nazi o el Vietnam en plena guerra, y es casi linchado por el Ku Klux Klan (con ayuda de John Larroquette en un breve papel). La historia es tontorrona, pero efectiva. Le sigue el padre de "E.T." que vivía su etapa más ñoña (lo que no significa nada malo, aunque en este caso si) y lo refleja en esta fábula sobre unos ancianetes que, por una noche, recuperan la infancia. Muy tierna ella, y la más olvidable. La que hace tres nos muestra a un Joe Dante en plena forma, recién adoptado por Spielberg, moviéndose alegremente en su universo al dar vida, forma y color a un mundo propio de Bugs Bunny, pero en maligno (le siguen sus inseparables Dick Miller y Kevin McCarthy). Un niño con poderes infinitos crea su propio hogar ideal, que es como estar viviendo en un dibujo animado a todas horas, hasta que se mete por medio una educadora y lo arregla. Y finalmente, lo mejor del pastel, el dulce por el que merece la pena la peli al completo, y lo raro es que la firma George Miller, un tipo que tampoco es que haya hecho nada del otro Jueves (salvo "Mad Max 2"). En ella, un histérico y genial John Lithgow vive un viaje infernal en un avión y en plena tormenta, cuando presencia por la ventanilla cómo un monstruo (un gremlin, y no es coña) va destrozando el aparato. Lo dicho, cojonuda, la mini-obra maestra del pack, con esa tremenda tensión acumulada, esa delirante manera de fotografiarla, algún que otro momento de verdadero miedo (cuando Lithgow abre bruscamente la ventanilla y se encuentra cara a cara con el bicho... atención al extraño pero efectivo -y fugaz- plano de los ojos del actor saliéndose de sus órbitas, efecto este que ya usó Miller en "Mad Max 2", justo antes de que el malo se coma un camión de frente) y las fabulosas imágenes de la criatura destrozando el ala del avión mientras los rayos le caen encima. Por cierto, ha sido un placer intrínseco para el alma gozar tanto en este episodio como en el anterior, de monstruos creados con látex y movidos mediante animatronic. Lo echaba de menos.
Las pelis de episodios no suelen gustar, dicen que al no poder seguir una historia lineal te aburres (y debe ser cierto, pues el film no fue exactamente un hit)... pero a mi eso no me pasa, de hecho, me gustan esa clase de films (sin ir más lejos, uno de ellos, "Creepshow", está entre mis diez favoritas... ¿para cuando una edición de lujo en dvd?) y será por eso que "En los límites de la realidad" me ha resultado un divertimento total que me ha pasado en un suspiro. Probadlo.
lunes, 26 de marzo de 2012
LA HIJA DEL TRUENO
Según Mr.Pajarillo, el proveedor que me cedió el VHS original de esta peli, "La hija del trueno" arrastra cierto culto y la puedes localizar a la venta en internet a un precio bastante respetable. Ahora que la he visto, puedo afirmar que en el mundo existen dos grandes peligros capaces de hacernos perder el raciocinio. Uno es la vagina. El otro, la nostalgia. Es este último el único que puede explicar por qué un film tan soso y anodino como "La hija del trueno" va tan buscado.
Vale, estamos en el futuro. El agua escasea y la peña se mata por ello. Una banda la mar de cabrona comandada por un homosexual psicópata hace judiadas allá donde va y por mera diversión. En una se cargan a la familia de una cria con cara de retarded. Esta es acogida por un especie de "Mad Max" regordete y entrado en años que la convierte en una guerrera invencible. Ha pasado una década, la niña es ahora una tia más o menos atractiva y el "Mad Max" es ya un anciano. Curiosamente, todos los personajes secundarios, incluidos los malos, están exactamente igual. Total, que el padre adoptivo de la moza muere y esta decide vengarse de una puta vez con ayuda de un guaperas que se encuentra por el camino. Fin.
La deuda con "Mad Max 1 y 2" es evidente, aunque no tan descarada como suele ser habitual en los exploits italianos. Aquí aún encontramos ciertas variaciones, en este futuro existen los tios trajeados y las corporaciones, y no está todo en ruinas. Sin embargo, la mítica "Lightning Video" decidió apostar por el rollo "madmaxiano" eligiendo las fotos para la caratula (los vehículos con ruedas limitan su protagonismo a lo esencial) y ese título que recuerda mucho, obvio, a "Mad Max: Más allá de la cúpula del trueno", parida un año antes. En realidad "La hija del trueno" se titula "Osa", que es el nombre de la chica guerrera, a la que da vida Kelly Lynch, actriz que poco después viviría un escueto momento de gloria gracias a su intervención en "Drugstore Cowboy" de Gus Van Sant. En un papel muy enano reconocemos a un jovencito Bill Moseley. A pesar de su cutre-aspecto y del nombre de su responsable, Oleg Egorov, la peli está nacionalizada como yankee. Si tu lo dices.
"La hija del trueno" es un coñazo bastante notable... carece de ritmo, carece de capacidad de entretener, carece de violencia y gore, carece de absolutamente todo... y está claro que no merece ni un puñetero euro de los muchos que algún listo pide por ella.
Vale, estamos en el futuro. El agua escasea y la peña se mata por ello. Una banda la mar de cabrona comandada por un homosexual psicópata hace judiadas allá donde va y por mera diversión. En una se cargan a la familia de una cria con cara de retarded. Esta es acogida por un especie de "Mad Max" regordete y entrado en años que la convierte en una guerrera invencible. Ha pasado una década, la niña es ahora una tia más o menos atractiva y el "Mad Max" es ya un anciano. Curiosamente, todos los personajes secundarios, incluidos los malos, están exactamente igual. Total, que el padre adoptivo de la moza muere y esta decide vengarse de una puta vez con ayuda de un guaperas que se encuentra por el camino. Fin.
La deuda con "Mad Max 1 y 2" es evidente, aunque no tan descarada como suele ser habitual en los exploits italianos. Aquí aún encontramos ciertas variaciones, en este futuro existen los tios trajeados y las corporaciones, y no está todo en ruinas. Sin embargo, la mítica "Lightning Video" decidió apostar por el rollo "madmaxiano" eligiendo las fotos para la caratula (los vehículos con ruedas limitan su protagonismo a lo esencial) y ese título que recuerda mucho, obvio, a "Mad Max: Más allá de la cúpula del trueno", parida un año antes. En realidad "La hija del trueno" se titula "Osa", que es el nombre de la chica guerrera, a la que da vida Kelly Lynch, actriz que poco después viviría un escueto momento de gloria gracias a su intervención en "Drugstore Cowboy" de Gus Van Sant. En un papel muy enano reconocemos a un jovencito Bill Moseley. A pesar de su cutre-aspecto y del nombre de su responsable, Oleg Egorov, la peli está nacionalizada como yankee. Si tu lo dices.
"La hija del trueno" es un coñazo bastante notable... carece de ritmo, carece de capacidad de entretener, carece de violencia y gore, carece de absolutamente todo... y está claro que no merece ni un puñetero euro de los muchos que algún listo pide por ella.
jueves, 27 de noviembre de 2008
NOT QUITE HOLLYWOOD: THE WILD, UNTOLD STORY OF OZPLOITATION!
Hay que ser bastante cinéfago para gozar "Not quite Hollywood: the wild, untold story of ozploiation!" dada su limitada temática (limitada en lo referente a la cantidad de audiencia que pueda interesarle), se trata de un documental que repasa de pe a pa el cine exploitation producido en Australia, desde finales de los 60, con especial énfasis en los 70, y llegando a nuestros días. En general, viene dividido en tres partes, cine de tetas (¡¡y menudas son!!), horror y acción. Se repasan los "clásicos", como "Patrick" o "Mad Max" (y, esa sí es buena, se tocan de refilón sus plagios Italianos), los más segundones (la mítica "El imperio de la muerte". Su realizador, Brian Trenchard-Smith, es casi como la estrella del docu) y cosas ya no tan significativas, pero que, sin embargo, llegaron a estas tierras en su momento, como "En busca del avión perdido", "Los Bicivoladores" o "Sky Pirates" (rebautizada por uno de los entrevistados como "Indiana Jones y el templo de la basura").
Los invitados a parlotear son muchos, y no todos gente del cine Australiano. Obviamente, el que más destaca es Quentin Tarantino, por su verborrea entusiasta, le siguen Jamie Lee Curtis, Dennis Hopper, Stacy Keach, George Lazenby, Steve Railsback o cineastas como Philippe Mora (divertida la parte en la que se dedican a hablar de su -terrible- "Aullidos 3"), Russell Mulcahy (por "Razorback, los colmillos del infierno"), el inevitable George Miller (aunque nada dicen de "Mad Max 2"), Greg Mclean (por su "Wolf Creek" básicamente, aunque también por "Rogue" que tuvo un precedente de suculento aspecto, "Dark Age") Ted Kotcheff (el de "Acorralado"), Richard Franklin ("Patrick" y "Link"), James Wan ("Saw", que confiesa inspirarse muy mucho en una secuencia de "Mad Max" para la esencia del primer film sobre las andanzas de "Jigsaw") y Jamie Blanks (dire de "Leyenda Urbana", de "Storm Warning", que tiene pinta de ser cañera y del inevitable remake de uno de los clásicos del cine Australiano, "Long Weekend").
Precisamente, puede que Blanks no sea un gran realizador... pero desde luego se merece una medalla por ser uno de los montadores del documental, y es que si en algo destaca "Not quite Hollywood..." es en su montaje, su aspecto visual, es innovador, rompedor, muy moderno y, en una palabra, genial. Hasta cierto punto puedo afirmar sin rubor que chupa un poco de la moda odiosa / fascinante nacida a raíz de "Grindhouse" que consiste en jugar con la estética del cine "exploit" de los 70, incluidas sus imperfecciones en el celuloide. Además, las imágenes de los films comentados (por norma, sus escenas más llamativas) pasan a velocidad de vértigo, con los efectos sonoros magnificados y acordes a lo que se habla. Es difícil de explicar, basta decir que es lo mejor de la película.
Altamente recomendable.
Precisamente, puede que Blanks no sea un gran realizador... pero desde luego se merece una medalla por ser uno de los montadores del documental, y es que si en algo destaca "Not quite Hollywood..." es en su montaje, su aspecto visual, es innovador, rompedor, muy moderno y, en una palabra, genial. Hasta cierto punto puedo afirmar sin rubor que chupa un poco de la moda odiosa / fascinante nacida a raíz de "Grindhouse" que consiste en jugar con la estética del cine "exploit" de los 70, incluidas sus imperfecciones en el celuloide. Además, las imágenes de los films comentados (por norma, sus escenas más llamativas) pasan a velocidad de vértigo, con los efectos sonoros magnificados y acordes a lo que se habla. Es difícil de explicar, basta decir que es lo mejor de la película.
Altamente recomendable.
domingo, 27 de septiembre de 2015
LOS FOTOCROMOS DE "EL GUERRERO DEL AMANECER"
En 1987 Patrick Swayze (¡¡qué difícil apellido de pronunciar este!!) era un actor tirando a mediocre que se iba ganando las garrofas con dignidad pero no terminaba de lograr el estrellato. Ese mismo año protagonizó dos películas, "Dirty Dancing" y "El guerrero del amanecer". El súper-éxito sorpresa de la primera le dio alas a la segunda, que de otro modo se hubiese perdido en el inmenso océano de subproductos surgidos a la interminable y larguísima sombra de "Mad Max 2".
Así que lo que aquí tenemos es la historia de siempre, situada en un futuro apocalíptico, en el que una tribu pacífica, asediada por los malotes de rigor, es protegida por un impávido y carismático guerrero invencible. Tal cual, sin la más mínima variación argumental con respecto al modelo habitual. Yo la alquilé en el video-club en su momento, la vi, me quedé igual, la devolví y la borré de mi cerebelo. Y así sigue... no tengo especial intención de recuperarla, aunque lo que sí mola es recuperar sus siempre simpáticos fotocromos, cortesía del amigo Alex Gardés.
Y ya que hablamos de nombres, tanto delante como detrás de las cámaras de "El guerrero del amanecer" ("Steel Dawn" en v.o.) encontramos especímenes bien curiosos. En el primer bando tenemos a Brion James, John Fujioka o Arnold Vosloo (todos ellos intérpretes muy habituales del cine de segunda regional que de vez en cuando lograban colarse en el más mainstream). Y en el segundo bando tenemos al director, Lance Hool, responsable también en esas lides de "Desaparecido en combate 2", aunque con una carrera más lustrosa ejerciendo de productor que incluye títulos como "Al filo de la medianoche" y "Justicia Salvaje", nada menos. El verdadero gag final viene cuando vemos quién compuso el soundtrack de "El guerrero del amanecer", "el otro" Brian May, que venía de hacer tres cuartos de lo mismo con, sí señor, las dos primeras "Mad Max" originales, por si aún había algún descreído que dudaba de la inclusión de este pseudo-vehículo para el ya desaparecido Swayze en el mismo saco que "Mad Warrior", "Stryker" o.... je, ¡¡¡"Waterworld"!!!.
Así que lo que aquí tenemos es la historia de siempre, situada en un futuro apocalíptico, en el que una tribu pacífica, asediada por los malotes de rigor, es protegida por un impávido y carismático guerrero invencible. Tal cual, sin la más mínima variación argumental con respecto al modelo habitual. Yo la alquilé en el video-club en su momento, la vi, me quedé igual, la devolví y la borré de mi cerebelo. Y así sigue... no tengo especial intención de recuperarla, aunque lo que sí mola es recuperar sus siempre simpáticos fotocromos, cortesía del amigo Alex Gardés.
Y ya que hablamos de nombres, tanto delante como detrás de las cámaras de "El guerrero del amanecer" ("Steel Dawn" en v.o.) encontramos especímenes bien curiosos. En el primer bando tenemos a Brion James, John Fujioka o Arnold Vosloo (todos ellos intérpretes muy habituales del cine de segunda regional que de vez en cuando lograban colarse en el más mainstream). Y en el segundo bando tenemos al director, Lance Hool, responsable también en esas lides de "Desaparecido en combate 2", aunque con una carrera más lustrosa ejerciendo de productor que incluye títulos como "Al filo de la medianoche" y "Justicia Salvaje", nada menos. El verdadero gag final viene cuando vemos quién compuso el soundtrack de "El guerrero del amanecer", "el otro" Brian May, que venía de hacer tres cuartos de lo mismo con, sí señor, las dos primeras "Mad Max" originales, por si aún había algún descreído que dudaba de la inclusión de este pseudo-vehículo para el ya desaparecido Swayze en el mismo saco que "Mad Warrior", "Stryker" o.... je, ¡¡¡"Waterworld"!!!.
lunes, 6 de enero de 2014
AQUELLAS CARATULAS MARAVILLOSAS (39): ASOMANDO A LO LOCO Y CON LA CARA DEL OTRO (O EL DÍA DESPUÉS DEL DÍA DESPUÉS)
Considerada un clásico menor del fantástico de los ochenta, "Muertos y enterrados" es una de esas pelis que conmigo no terminaron de conectar. Es decir, me gusta, me parece buena, pero no pierdo el ano por ella. Ni tan siquiera la tengo entre mis posesiones, ni en vídeo, ni en dvd, ni en nada (aunque, ahora que escribo esto, igual ha llegado el momento de darle una nueva oportunidad, quien sabe cómo me sentará en estos tiempos en los que soy ya una vieja nostálgica). Sea como fuere, está claro que tampoco necesita presentación.
Dirigida el año 1981 por Gary Sherman en su momento de mayor inspiración (suyas también son la desaprovechadísima "Subumanos", "La jauría del vicio", "Se busca vivo o muerto" o "Poltergeist 3"), venía escrita por el siempre valioso Dan O´Bannon acompañado de Ronald Shusett, responsables del libreto de "Alien, el octavo pasajero", lo que le fue de perlas a los productores a la hora de venderla (aunque, a decir verdad, es O´Bannon el que tecleó el guión del clásico de Ridley Scott, Shusett solo aportó la "story". Curiosamente, no mucho después de "Muertos y enterrados" se estrenó "Terror final", que se valía de la misma treta promocional aunque, paradójicamente, en ese caso O´Bannon no estaba implicado). La historia giraba en torno a un pueblo costero en el que los turistas morían de modo bien truculento en manos de sus habitantes para, poco después, reaparecer aparentemente vivitos y coleando, como si nada hubiese pasado. El sheriff investigaba el caso y se llevaba el susto de su vida. Sí, queridos, "Muertos y enterrados" era una peli de zombies, solo que algo distintos a aquellos con los que últimamente nos dan tanto la chapa.
No hace falta decir que uno de los varios hallazgos del film era su inquietante poster. Tan bien les quedó que en seguida le salieron imitadores de esos que tanto nos gustan en este blog. Veamos un notorio ejemplo...
"El día después del juicio final" ("The aftermath" en v.o.) es una película que no he tenido el placer de gozar y tras leer a fondo sobre ella, ya me muero de ganas (¿alguna alma caritativa que me quiera digitalizar este Beta -préstamo de Mr.Pajarillo- y cuyo nick comienza con la letra E?, ejem...). Por lo visto estamos ante una epopeya post-nuclear rodada el año 1978 pero que no cobró vida de modo oficial hasta 1983. Cuenta la historia de unos astronautas que, tras la misión espacial de rigor, llegan a una tierra sacudida por una reciente guerra atómica. Las calles están infestadas de moteros malvados o mutantes cuyo fin es joder la vida a los pocos supervivientes que quedan. Pues sí, digamos que estamos ante una mezcla de "El planeta de los simios", "Mad Max" (que no "Mad Max 2", fechada un año después del rodaje de la comentada), algo de "El último hombre vivo" y la no menos popular "Defcon-4"... ¿o no?, en realidad más bien sería al revés, porque esta última se hizo en 1985.
Según testigos, se trata de una candidata ideal para una improbable segunda parte de nuestro pest-seller. Vamos, que de tan chunga, está la mar de divertida, algo a lo que supongo ayudarán sus notables dosis de gore y violencia. Como a nosotros nos gusta. Completan el cuadro un puñado de nombres bien interesantes, tales que Sid Haig haciendo de jefe de los moteros belicosos, Forrest J. Ackerman, Jim Danforth (en realidad su especialidad son los trucajes visuales, de animación y derivados. Has gozado de su labor en títulos tan reconocibles como "El maravilloso mundo de los hermanos Grimm", "Equinox", "Dark Star", "Las aventuras de Flesh Gordon", "Cavernícola", "Creepshow", "La historia interminable", "The Stuff", "Commando", "El día de los muertos", "El príncipe de las tinieblas", "El mago de la velocidad y el tiempo", el octavo "Viernes 13" y... en fin, paro ya que me entusiasmo) o el clásico Dick Miller. En tareas de co-producción, sin acreditar, encontramos nada menos que a Ted V. Mikels. Entre el gentío de técnicos de efectos especiales (donde también figura Danforth) están Robert y Dennis Skotak, que terminarían implicados en las pelis más gordas de James Cameron. El director, co-guionista y protagonista es Steve Barkett, quien en funciones actoriles se ha dejado ver en un puñado de chusqueces de... ¡oh, no, tu otra vez!, Fred Olen Ray. Como director solo tiene otra peli más sin aparente desperdicio, "Empire of the dark", en la que un detective que persigue a un asesino da con un culto satánico de otra dimensión por el que pululan monstruos y ninjas (y es que Richard Harrison está en el reparto, algo que aclararía mucho este último punto)... ¿¿es coña??, casi parece "El anticristo 2" de Germán Monzó. Sonaba tan marciana que he buscado más info y, aunque no he leído otras referencias a los monstruos y los ninjas, la peli sí existe. ¡¡Yo quiero!! (finalmente la conseguí y AQUÍ tienen la respectiva reseña).
Pero no nos vayamos por los cérros de Úbeda, coño, que aquí hemos venido a hablar de la caratula. De la parte delantera no hay mucho que decir, es evidente que la inspiración del ilustrador ha sido "Muertos y enterrados", pero al menos se tomó la molestia de parir su propia versión, alterando un poco el original. Sin embago, para la parte trasera no se lo curraron tanto. Es fácil deducir -por el título español de la comentada y también por época- que esa imagen tan bien parida del muchacho mirando al hongo atómico seguramente pertenezca al famoso y traumático telefilm de Nicholas Meyer "El día después". ¿Seguramente?, no solo sería un dato evidente es que, encima, buscando información de esta, he dado con lo que sigue...
Y que si la pones después de la imagen extraída de la caratula de "El día después del jucio final", obtienes esto:
La secuencia completa de la huida del muchacho casi como si fuera un libro de esos que llaman "flip".
Es otra de las muchas grandezas de caratuleo chungo. Además de divertir, sorprender, emocionar e, incluso, indignar, te proporciona material para el ocio y las manualidades.
¡Lo que aprende uno en esta vida!
jueves, 30 de septiembre de 2010
EL AMO DEL CALABOZO
Un baranda que domina mucho el tema de los ordenadores (y en 1984, lo que tiene más mérito) es elegido por un sosías de Belcebú como contrincante para combatir en otra dimensión. La idea consiste en confrontar hechicería y tecnología, a ver cual gana. El muchacho deberá pasar siete pruebas, a cada cual más bizarra, antes del enfrentamiento final. También su novia anda metida de por medio (sí amigos, en aquellos años el concepto del informático que no se come una rosca todavía no existía) y, claro, tendrá que salvarla.
Lo más chulo de "El amo del calabozo", "The Dungeonmaster" en versión original, es su significado, esencia y naturaleza como producto. Se trata de un especie de campo de pruebas para Charles Band y su legendaria Empire Pictures, que entonces aún no existía oficialmente, pero poco le faltaba (de hecho, la peli fue distribuida en cines a través del sello). En sus muy escasos 73 minutos de duración (muy escasos pero muy agradecidos) reúne a varios de los nombres que terminarían otorgando entidad a la empresa (así como muchos de sus tics, y unos cuantos propios de la década). Es un trabajo colectivo, y cada una de las siete pruebas de las que hablaba al principio son como pequeños cortometrajes narrativamente diferenciables los unos de los otros escritos y dirigidos por distintos realizadores que se estrenaban para la ocasión (bueno, y técnicos, ya que Band dio la oportunidad de mandar a algunos de ellos, más acostumbrados a ser mandados).
De esta guisa nos encontramos con un par de episodios muy acordes a la especialidad de sus responsables. Es decir, el bueno de John Carl Buechler, del que en este blog se ha hablado mucho, padre de los "Ghoulies" y director de "Troll", firma el segmento más "de terror", que incluye zombies y, ¡¡sí!!, uno de sus característicos y entrañables cutre-monstruos. Dave Allen, el ya fallecido mago del stop-motion (tan necesario para Charles Band como lo era Buechler), es el responsable de un sketch que incorpora, ¡¡sí!!, una estatua gigante moviéndose fotograma a fotograma (por lo visto el tipo aún no dominaba mucho el tema pues resulta un pelín torpe). De las demás mini-historias se encargan Ted Nicolaou (habitual montador de la casa y director de la mítica "Terrorvision") que aquí se curra un cacho muy deudor de "Mad Max 2" o Peter Manoogian ("Eliminators", "Arena" o "Demonic Toys"). Al resto, no los conozco... bueno, salvo al mismo Charles Band, que en funciones de director desarrolla el sketch más ridículo de todos, en el cual el prota se enfrenta, nada más y nada menos, que a la banda jevillarra "Wasp"!!!! (y no olvidemos que "Wasp" se encargarían de aportar un carismático tema al soundtrack de "Ghoulies 2").
En el reparto destaca el gigantón Richard Moll (el de la serie "Juzgado de guardia" -gracias don Olid por el dato correcto-, el cadáver viviente de "House, una casa alucinante" y habitual en muchas producciones fantásticas de segunda o tercera división) y, en el lado opuesto -por tamaño-, el enano Phil Fondacaro, otro nombre ineludible en toda producción Empire que se jacte de serlo (allá donde sea necesario un tio de su talla, está él... eso incluye no solo films como "Troll" o "Ghoulies 2", también cosas como "El retorno del Jedi" -por los Ewoks- y, cómo no, "Willow"). Gracias a una pequeña ayuda de Imdb, descubrimos a Kennet J. Hall interpretando a un hombre lobo. Este caballero, además de múltiples curreles junto a David DeCoteau y Fred Olen Ray, tiene en su haber la realización de "Evil Spawn"/"Engendro Satánico", ¡ahí es nada!. Como no podía ser de otro modo, de la mitad de la banda sonora se encarga Richard Band, por supuesto.
Y sí, mucho me temo que este film es más interesante por todo lo expuesto hasta ahora que por si mismo. "El amo del calabozo" es, en fin, una chorradita entretenida por los pelos, que hace gala de una lógica escasez de medios y con la que puedes echarte algunas risas afectivas. Como decía, los tics ochenteros son muchos, tales como sus efectos de ridículos rayos de colores (que son mogollón), las vestimentas, el rollo futurista de los ordenadores (tan desfasados ya), etc, etc... pero se ve con cierto agrado por su condición de pieza de arqueología y su delirio general (acrecentado por esos constantes sketchs tan distintos los uno de los otros... y tan anodinos).
En 1988 Empire da un redoble salto mortal con "Pulse Pounders", un producto de lo más exótico compuesto de tres segmentos. Uno de ellos es otra adaptación de H.P.Lovecraft con parte del reparto de "Re-Animator" (Jeffrey Combs, Barbara Crampton y David Gale, nada menos). Y los otros dos son... ¡secuelas!... o mejor, mini-secuelas de "Empire movies" previas. Por un lado "Trancers 2" y por otro, lo adivinaste, "The Dungeonmaster 2", con los mismos actores protagonistas (incluido Richard Moll). Sin embargo, los por entonces muy agravados problemas financieros de la empresa hicieron que el film terminara cayendo en un limbo del que no ha salido nunca. ¿Nos lamentamos o no?.
En el reparto destaca el gigantón Richard Moll (el de la serie "Juzgado de guardia" -gracias don Olid por el dato correcto-, el cadáver viviente de "House, una casa alucinante" y habitual en muchas producciones fantásticas de segunda o tercera división) y, en el lado opuesto -por tamaño-, el enano Phil Fondacaro, otro nombre ineludible en toda producción Empire que se jacte de serlo (allá donde sea necesario un tio de su talla, está él... eso incluye no solo films como "Troll" o "Ghoulies 2", también cosas como "El retorno del Jedi" -por los Ewoks- y, cómo no, "Willow"). Gracias a una pequeña ayuda de Imdb, descubrimos a Kennet J. Hall interpretando a un hombre lobo. Este caballero, además de múltiples curreles junto a David DeCoteau y Fred Olen Ray, tiene en su haber la realización de "Evil Spawn"/"Engendro Satánico", ¡ahí es nada!. Como no podía ser de otro modo, de la mitad de la banda sonora se encarga Richard Band, por supuesto.
Y sí, mucho me temo que este film es más interesante por todo lo expuesto hasta ahora que por si mismo. "El amo del calabozo" es, en fin, una chorradita entretenida por los pelos, que hace gala de una lógica escasez de medios y con la que puedes echarte algunas risas afectivas. Como decía, los tics ochenteros son muchos, tales como sus efectos de ridículos rayos de colores (que son mogollón), las vestimentas, el rollo futurista de los ordenadores (tan desfasados ya), etc, etc... pero se ve con cierto agrado por su condición de pieza de arqueología y su delirio general (acrecentado por esos constantes sketchs tan distintos los uno de los otros... y tan anodinos).
En 1988 Empire da un redoble salto mortal con "Pulse Pounders", un producto de lo más exótico compuesto de tres segmentos. Uno de ellos es otra adaptación de H.P.Lovecraft con parte del reparto de "Re-Animator" (Jeffrey Combs, Barbara Crampton y David Gale, nada menos). Y los otros dos son... ¡secuelas!... o mejor, mini-secuelas de "Empire movies" previas. Por un lado "Trancers 2" y por otro, lo adivinaste, "The Dungeonmaster 2", con los mismos actores protagonistas (incluido Richard Moll). Sin embargo, los por entonces muy agravados problemas financieros de la empresa hicieron que el film terminara cayendo en un limbo del que no ha salido nunca. ¿Nos lamentamos o no?.
domingo, 21 de septiembre de 2014
EXPERIMENTO MORTAL (DEATH WARMED-UP)
Dejando a un lado el caso "Hell Night", nos encontramos ante la película que más me ha costado poder ver a lo largo de mi miserable vida. Y no sería porque no me apeteciera. Desde que leí sobre ella por primera vez y calaran hondo en mi psique toda sus supuestas cualidades (que si extraña, que si gore, que si punk, que si defenestrada por un crítico de esos gacetilleros…), que la tenía en el punto de mira. Sin embargo, el juego de las confusiones y decepciones es largo y complejo, como el libro del amor mismo, veamos:
Mi primer intento lo di con "Señal de alarma". Cuando la alquilé en el video-club lo hice pensando que se trataba de "Death Warmed-Up". Mal.
Luego, logré agenciármela en formato de Beta (de ahí he sacado la caratula escaneada) -fue una sorpresa localizarla en vídeo, no tenía ni idea de que había llegado a nuestras tierras- pero al ponerla en el reproductor, resultó ser OTRA película totalmente distinta. Vamos, cinta defectuosa. Imaginaos mi careto.
Y luego tenemos la red. Tras muchos intentos de dar con ella sin éxito, cayeron en mis manos un "Experimento Mortal" que no era este, en realidad se trataba del típico subproducto made in Syfy Channel que compartía título español con la interfecta. Súmenle una versión supuestamente en idioma patrio que al ponerla, ya tumbado en la cama, cenando y dispuesto, resultó estar en italiano (cabreo al canto) hasta que, ¡¡oh, yes!!, mi buen amigo Alejandro me consiguió un ripeo del VHS español que, por fin, pude degustar hace unas noches.
Lo que nos lleva a la siguiente evidencia: Con tanto esfuerzo y tanto buscar, era muy difícil que mis expectativas no estuviesen al nivel de la estratosfera. ¿Logró "Death Warmed-Up" complacerme?. Errrr.... pos no. ¿Es culpa suya o mía?, errrr.... vamos a ello.
"Death Warmed-Up" cuenta con el honor de ser la primera película "exploitation" producida en Nueva Zelanda. De cuando Peter Jackson andaba comiéndose los mocos, básicamente. También cuenta la siguiente historia: Un mad doctor que experimenta con el cerebro tiene unos planes de lo más malévolos. Tanto, que ponen a su ayudante en su contra. Así pues, el mad doctor hipnotiza al hijo de aquel para que se lo cepille. El muchacho entra en casa y acribilla a sus padres, por lo que es encerrado en un manicomio. Años después sale curado y lo primero que hace es juntar a unos amigos e ir a la caza del mad doctor para vengarse. En todo este tiempo, el tipejo se ha instalado en una isla que ha convertido casi en un harén de experimentos fallidos y pueblerinos acojonados ante su temible poder. La cosa se complica cuando uno de los mentados mutantes se rebela y libera a un puñado de zombies que viven encerrados en una nevera. Vaya culebrón.
Más allá de su delirio probablemente involuntario (¿por qué el mad doctor deja vivo al chaval sabiendo que, tiempo después, podrá buscarle para tomarse la revancha?. O ese final tan absurdo), de su gore (tampoco tanto), de su look en 16mm (que es con lo que se rodó), de su estética de colorines, de su inadecuado humor racista (ojo al chiste del indio que regenta un colmado) y de su espíritu ochentoso (fue parida en 1984), "Death Warmed-Up" termina resultando total y completamente tonta. Sosa. No hay nada en ella que pueda decir que me haya llamado la atención... tal vez el grupo de jóvenes protagonistas, guapos, chulillos y que restriegan a sus hermosas jacas frente a los ojos de los pobres mutantes feos y que mola ver como, poco a poco, van cayendo bajo las garras de estos. O esa supuesta -muy cogida con pinzas- adscripción a cierto rollo punk, con unos créditos "a lá Sex Pistols", o algunos cachos del vestuario o la peluquería. "Death Warmed-Up" chupa de un puñado de películas previas, destacando tal vez algo de "Mad Max 2", pero poco bueno saca de ellas. Y, eso sí, mola mucho volver a encontrarse esos paisajes verdes tan característicos de su país productor y que, inevitablemente, recuerdan a "Mal Gusto".
El papá de "Death Warmed-Up" se llama David Blyth. Según he leído, permitió que el famoso showman/egomaníaco Alejandro Jodorowsky le leyera las cartas del Tarot. Visto el resultado, el Chileno le dijo que se dejara de chorradas y que pusiera toda su energía en rodar una nueva película, y Blyth le hizo caso, pariendo el film comentado. Cuando lo presentó al Festival de Sitges de la época, resulta que Jodorowsky era parte del jurado, quien presionó para premiar la labor del neozolandés. ¿Curioso, eh?. Tras esto, Blyth se vio envuelto en la confección de “House 3/Horror Show”, pero no terminó de cuajar, así que siguió a lo suyo, rodando pelis, documentales y telefilms. Nada destacable salvo, quizás, sus más recientes aportaciones al horror y la fantasía, "Wound" en 2010 (que por lo visto es de lo más gráfica) y "Ghost Bride" en 2013. Tal vez intente verlas algún día.
En fin, muy decepcionado me quedé. Como mera y olvidable curiosidad exótica "Death Warmed-Up" tiene un pase, pero nada más.
¡¡Tanto rollo pa esto!!.
Mi primer intento lo di con "Señal de alarma". Cuando la alquilé en el video-club lo hice pensando que se trataba de "Death Warmed-Up". Mal.
Luego, logré agenciármela en formato de Beta (de ahí he sacado la caratula escaneada) -fue una sorpresa localizarla en vídeo, no tenía ni idea de que había llegado a nuestras tierras- pero al ponerla en el reproductor, resultó ser OTRA película totalmente distinta. Vamos, cinta defectuosa. Imaginaos mi careto.
Y luego tenemos la red. Tras muchos intentos de dar con ella sin éxito, cayeron en mis manos un "Experimento Mortal" que no era este, en realidad se trataba del típico subproducto made in Syfy Channel que compartía título español con la interfecta. Súmenle una versión supuestamente en idioma patrio que al ponerla, ya tumbado en la cama, cenando y dispuesto, resultó estar en italiano (cabreo al canto) hasta que, ¡¡oh, yes!!, mi buen amigo Alejandro me consiguió un ripeo del VHS español que, por fin, pude degustar hace unas noches.
Lo que nos lleva a la siguiente evidencia: Con tanto esfuerzo y tanto buscar, era muy difícil que mis expectativas no estuviesen al nivel de la estratosfera. ¿Logró "Death Warmed-Up" complacerme?. Errrr.... pos no. ¿Es culpa suya o mía?, errrr.... vamos a ello.
"Death Warmed-Up" cuenta con el honor de ser la primera película "exploitation" producida en Nueva Zelanda. De cuando Peter Jackson andaba comiéndose los mocos, básicamente. También cuenta la siguiente historia: Un mad doctor que experimenta con el cerebro tiene unos planes de lo más malévolos. Tanto, que ponen a su ayudante en su contra. Así pues, el mad doctor hipnotiza al hijo de aquel para que se lo cepille. El muchacho entra en casa y acribilla a sus padres, por lo que es encerrado en un manicomio. Años después sale curado y lo primero que hace es juntar a unos amigos e ir a la caza del mad doctor para vengarse. En todo este tiempo, el tipejo se ha instalado en una isla que ha convertido casi en un harén de experimentos fallidos y pueblerinos acojonados ante su temible poder. La cosa se complica cuando uno de los mentados mutantes se rebela y libera a un puñado de zombies que viven encerrados en una nevera. Vaya culebrón.
Más allá de su delirio probablemente involuntario (¿por qué el mad doctor deja vivo al chaval sabiendo que, tiempo después, podrá buscarle para tomarse la revancha?. O ese final tan absurdo), de su gore (tampoco tanto), de su look en 16mm (que es con lo que se rodó), de su estética de colorines, de su inadecuado humor racista (ojo al chiste del indio que regenta un colmado) y de su espíritu ochentoso (fue parida en 1984), "Death Warmed-Up" termina resultando total y completamente tonta. Sosa. No hay nada en ella que pueda decir que me haya llamado la atención... tal vez el grupo de jóvenes protagonistas, guapos, chulillos y que restriegan a sus hermosas jacas frente a los ojos de los pobres mutantes feos y que mola ver como, poco a poco, van cayendo bajo las garras de estos. O esa supuesta -muy cogida con pinzas- adscripción a cierto rollo punk, con unos créditos "a lá Sex Pistols", o algunos cachos del vestuario o la peluquería. "Death Warmed-Up" chupa de un puñado de películas previas, destacando tal vez algo de "Mad Max 2", pero poco bueno saca de ellas. Y, eso sí, mola mucho volver a encontrarse esos paisajes verdes tan característicos de su país productor y que, inevitablemente, recuerdan a "Mal Gusto".
El papá de "Death Warmed-Up" se llama David Blyth. Según he leído, permitió que el famoso showman/egomaníaco Alejandro Jodorowsky le leyera las cartas del Tarot. Visto el resultado, el Chileno le dijo que se dejara de chorradas y que pusiera toda su energía en rodar una nueva película, y Blyth le hizo caso, pariendo el film comentado. Cuando lo presentó al Festival de Sitges de la época, resulta que Jodorowsky era parte del jurado, quien presionó para premiar la labor del neozolandés. ¿Curioso, eh?. Tras esto, Blyth se vio envuelto en la confección de “House 3/Horror Show”, pero no terminó de cuajar, así que siguió a lo suyo, rodando pelis, documentales y telefilms. Nada destacable salvo, quizás, sus más recientes aportaciones al horror y la fantasía, "Wound" en 2010 (que por lo visto es de lo más gráfica) y "Ghost Bride" en 2013. Tal vez intente verlas algún día.
En fin, muy decepcionado me quedé. Como mera y olvidable curiosidad exótica "Death Warmed-Up" tiene un pase, pero nada más.
¡¡Tanto rollo pa esto!!.
lunes, 4 de marzo de 2013
LA CARRERA DE LA MUERTE 2, EL ORIGEN
Lo primero que sorprende de esta segunda entrega del remake homónimo de Paul W.S. Anderson con Jason Statham de prota, es que parece haber sido confeccionada con más medios de lo habitual para lo que sería una "secuela directa a dvd". Uno podría dudar de ello; tal vez en los USA sí se estrenó en salas, solo que no funcionó y bla, bla. Pero no, basta con echar un vistazo al reparto para cerciorarse de que todo cuadra: ¿Ving Rhames, Danny Trejo y Sean Bean en plan "secundarios de lujo"?, ¡tate!. La prueba definitiva la tenemos en que existe ya una tercera parte ("Death Race: Inferno"), con exactamente el mismo reparto (salvo Sean Bean, "sustituido" en su función de actor video-clubero por Dougray Scott) y que en breve llegará a nuestros estantes con el notable slogan de "la saga más macarra del cine" (si es que no ha llegado ya). Es decir, ¿habría una TRES si la DOS no hubiera funcionado?. No padre.
Aunque el cartel lo ignore, en el doblaje se añade un "el origen" al título de la peli. Pues sí, esta segunda entrega recurre al manido truco de la pre-cuela, narrando los hechos que precedieron a la primera y explicándonos cómo dio origen la puñetera carrera mortal y por qué y de qué manera. ¡Como si nos interesara!. Según Imdb (porque yo ni flowers... la parte 1 me gustó, pero no tanto como para recordarla al dedillo), "Death Race 2" basa su trama en el primer "Frankenstein", que muere al inicio de "Death Race 1" y del que Jason Statham hereda el nombre/uniforme. ¿Ah, sí?, pues vale. El caso es que este, llamado Carl "Luke" Lucas, es el típico delincuente de buen corazón nacido para triunfar perdiendo, o perder triunfando. Guapo, calvo como Statham (pa no perder el hilo), bueno con los puños, gran conductor (obvio!), duro pero sensible, traicionado por sus compañeros de robos (él no quería que nadie muriera, ya saben), justo y, según una escena concreta, maravillosamente bien dotado sexualmente, el amigo Carl terminará envuelto en la carrera de la muerte muy a su pesar (y defendiendo a otro recluso, en este caso un autista, que no falte). Pero antes, toca el "Death Match", el precedente a las carreras de coches, es decir, prisioneros dándose de yoyas y matándose a palos para ser emitido mediante antena parabólica y saciar así la sed de sangre de la plebe. Tras ello tenemos al malvado mandamás de una gran corporación que todo lo domina (y no es la O.C.P, sino una que se llama igual que un amigo mío al que tenía mucha manía), interpretado por el bueno de Ving Rhames, y una zorrupia ambiciosa y despiadada que está bastante rica. Los combates dan pie a un motín, lo que obliga a sus creadores a buscar nuevas ideas, y ahí es donde se les ocurre el tema de los autos tuneados a lo "Mad Max 2". Hay una subtrama concerniente al ex-jefe del prota que lo quiere muerto y ofrece una recompensa a todo aquel que, estando entre rejas, se lo cargue. Y por lo demás, pues los ingredientes habituales de la saga y de cualquier muestra de cine macarra destinado a los poco exigentes y muy impresionables paladares del público adolescente moderno: bugas, montaje follao, tipos duros, cachas y tatuados, lenguaje callejero y tías buenas, muchas tías buenas con metralleta, todas ellas reclusas, claro, no hay ni gordas, ni flacas, ni bajitas, ni marimachos, ni negras!, en el futuro las cárceles de mujeres de los Estados Unidos irán repletas de pibones tremebundos. Lo normal.
Lo curioso de "La carrera de la muerte 2" es que deja de ser razonablemente entretenida, o soportable, justo cuando arrancan las carreras de coches. ¿Por qué?, ¿más de lo mismo tal vez?. No logran resultar emocionantes, ni espectaculares, a pesar del abuso de cámara lenta (pero abuso, abuso) y ciertos momentos de truculencia demasiado escasos. A medida que nos aproximamos al final la cosa se anima un poquico. Todos los enemigos de Carl "Luke" Lucas mueren en manos ajenas y él termina envuelto por las llamas, dando pie al nacimiento de "Frankenstein", con su careta de acero inoxidable y dispuesto a vengarse de los que le han manipulado y puteado (y aún están vivos). Es decir, poca cosa, tan poca que, nada más comenzar a relucir el personaje... ¡¡se acaba la puta peli!!. En otras palabras, habrá que intentarlo con "Death Race: Inferno" (aunque en la portada el prota sale luciendo su rostro normal... y eso no es "cool").
Paul W.S. Anderson se reserva para la ocasión el rol de productor y de "ideador" de la historia de base... para lo cual, me supongo, no tuvo que hacer grandes esfuerzos (imagino que la escribiría en una servilleta de papel durante la primera reunión). Vamos, que el texto que reza al pie del cartel español es mentira cochina. Le acompaña una vez más Roger Corman, que como saben fue productor también no solo del remake, sino del simpático film original del año 75.
No corran por verla, déjenlo pa cuando les sobre mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho pero mucho tiempo.... y el aburrimiento alcance cotas incluso dolorosas.
Aunque el cartel lo ignore, en el doblaje se añade un "el origen" al título de la peli. Pues sí, esta segunda entrega recurre al manido truco de la pre-cuela, narrando los hechos que precedieron a la primera y explicándonos cómo dio origen la puñetera carrera mortal y por qué y de qué manera. ¡Como si nos interesara!. Según Imdb (porque yo ni flowers... la parte 1 me gustó, pero no tanto como para recordarla al dedillo), "Death Race 2" basa su trama en el primer "Frankenstein", que muere al inicio de "Death Race 1" y del que Jason Statham hereda el nombre/uniforme. ¿Ah, sí?, pues vale. El caso es que este, llamado Carl "Luke" Lucas, es el típico delincuente de buen corazón nacido para triunfar perdiendo, o perder triunfando. Guapo, calvo como Statham (pa no perder el hilo), bueno con los puños, gran conductor (obvio!), duro pero sensible, traicionado por sus compañeros de robos (él no quería que nadie muriera, ya saben), justo y, según una escena concreta, maravillosamente bien dotado sexualmente, el amigo Carl terminará envuelto en la carrera de la muerte muy a su pesar (y defendiendo a otro recluso, en este caso un autista, que no falte). Pero antes, toca el "Death Match", el precedente a las carreras de coches, es decir, prisioneros dándose de yoyas y matándose a palos para ser emitido mediante antena parabólica y saciar así la sed de sangre de la plebe. Tras ello tenemos al malvado mandamás de una gran corporación que todo lo domina (y no es la O.C.P, sino una que se llama igual que un amigo mío al que tenía mucha manía), interpretado por el bueno de Ving Rhames, y una zorrupia ambiciosa y despiadada que está bastante rica. Los combates dan pie a un motín, lo que obliga a sus creadores a buscar nuevas ideas, y ahí es donde se les ocurre el tema de los autos tuneados a lo "Mad Max 2". Hay una subtrama concerniente al ex-jefe del prota que lo quiere muerto y ofrece una recompensa a todo aquel que, estando entre rejas, se lo cargue. Y por lo demás, pues los ingredientes habituales de la saga y de cualquier muestra de cine macarra destinado a los poco exigentes y muy impresionables paladares del público adolescente moderno: bugas, montaje follao, tipos duros, cachas y tatuados, lenguaje callejero y tías buenas, muchas tías buenas con metralleta, todas ellas reclusas, claro, no hay ni gordas, ni flacas, ni bajitas, ni marimachos, ni negras!, en el futuro las cárceles de mujeres de los Estados Unidos irán repletas de pibones tremebundos. Lo normal.
Lo curioso de "La carrera de la muerte 2" es que deja de ser razonablemente entretenida, o soportable, justo cuando arrancan las carreras de coches. ¿Por qué?, ¿más de lo mismo tal vez?. No logran resultar emocionantes, ni espectaculares, a pesar del abuso de cámara lenta (pero abuso, abuso) y ciertos momentos de truculencia demasiado escasos. A medida que nos aproximamos al final la cosa se anima un poquico. Todos los enemigos de Carl "Luke" Lucas mueren en manos ajenas y él termina envuelto por las llamas, dando pie al nacimiento de "Frankenstein", con su careta de acero inoxidable y dispuesto a vengarse de los que le han manipulado y puteado (y aún están vivos). Es decir, poca cosa, tan poca que, nada más comenzar a relucir el personaje... ¡¡se acaba la puta peli!!. En otras palabras, habrá que intentarlo con "Death Race: Inferno" (aunque en la portada el prota sale luciendo su rostro normal... y eso no es "cool").
Paul W.S. Anderson se reserva para la ocasión el rol de productor y de "ideador" de la historia de base... para lo cual, me supongo, no tuvo que hacer grandes esfuerzos (imagino que la escribiría en una servilleta de papel durante la primera reunión). Vamos, que el texto que reza al pie del cartel español es mentira cochina. Le acompaña una vez más Roger Corman, que como saben fue productor también no solo del remake, sino del simpático film original del año 75.
No corran por verla, déjenlo pa cuando les sobre mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho, mucho pero mucho tiempo.... y el aburrimiento alcance cotas incluso dolorosas.
lunes, 15 de junio de 2009
LA NOCHE DEL CINE INCONEXO 2
Era cuestión de tiempo que los chicos de "Nekrofilmicos" y un servidor nos reuniéramos de nuevo para celebrar otra grata sesión de cine chungo y risas. Y ocurrió el pasado Sábado, junto a unos bocatas y algo de líquido que refrescara nuesos cuerpos. Lo mejor del caso es que para tal menester nos bastó una tele, un sofá y nuestra humilde presencia... ni una sala de arte y ensayo, ni invitados de alto standing, ni imanes para modernos... la práctica del griterío frente a un título "trash" es algo que, durante lustros, ha sido condenado y despreciado (que se lo digan a las Cotxeres si no), pero parece ser que ahora comienza a molar a gafapastosos y otros entes despreciables, que necesitan un envoltorio "de luxe" para apuntarse al carro. Gracias a dios, y como acólitos veteranos de la Maratón de Cotxeres que somos, a nosotros no nos hacen falta mayores parafernalias... lo nuestro es honesto, sin poses baratas ni coartadas intelectuales... y eso si, siempre armados con buen humor y, claro, películas. En esta ocasión, como la anterior, fueron tres.
"Jarjacha, el demonio del incesto" tenía que caer desde el día que Víctor escribió la reseña en este mismo blog (luego trasladada a nuestro pest-seller). Me la mandó, la vi y me dormí a los 20 minutos. Estaba cantado, era material de Noche de Cine Inconexo. Dicho de otro modo, arrancamos con la más jevi. Producto Chileno de estética y forma tercermundista (rodada en vídeo y de modo deliciosamente incapaz) narra la historia de un pueblo acosado por el monstruo del título, que aparece cuando padres e hijos se tocan demasiado. Mala hasta el delirio y la ofensa. Mis compañeros de sesión no cesaron en sus quejas... pero se la comieron entera, como las putas.
Le siguió un anti-clásico en toda regla, "Masacre en el autocine". Inconfundible producto setentero rodado por habituales del porno, con una estética hiper-sucia y efectos gore tan coloristas como rudimentarios. Un asesino se patea un auto-cine cargándose a los espectadores que, incautos, hacen de todo en sus coches menos ver la película en cuestión. Dos policías investigan el caso. Francamente costrosa.
Y dimos el carpetazo final con "Deadly Quest", también conocida como "Future Hunters" (y no, aunque el fichero de vídeo llevara por título "Equalizer 2000", no era esa película... pero sí el mismo director, el filipino inmortal Cirio H. Santiago). Estamos ante un delirio absoluto de ritmo desquiciado que arranca cual "Mad Max 2", para convertirse en cine de artes marciales, pasar de ahí a las formas propias de "Indiana Jones", aliñado con referencias a "Star Wars". De por medio, nazis, tribu de enanos, de mongoles y de amazonas y un Robert Patrick enseñando slips justo antes de dar el salto al cine mainstream con "Terminator 2". Irónicamente, siendo la más completa del pack, terminó resultando la más aburrida.
Luego le dimos al stop y para casa, que había sueño.
Otras perlas de la noche surgieron a raíz de hurgar en el basto archivo de peliculismos de uno de los "Nekrofilmicos"... localizamos una extraña peli soft-core interpretada por marionetas (Peter Jackson, no fuiste el primero... a falta de trailer, he encontrado ESTO) titulada "Let my puppets come" y apuntito estuvimos de encararnos con otra epopeya extremadamente exótica, "Pisthacu", pero después de "Jarjacha..." un acobardado sector del respetable pidió clemencia.
Y es que esa es la gracia de las noches de cine inconexo, enfrentarse al lado más rancio y duro del séptimo arte... y soportarlo hasta la salida del "FIN" o, si el cuerpo aguanta, el sol.
"Jarjacha, el demonio del incesto" tenía que caer desde el día que Víctor escribió la reseña en este mismo blog (luego trasladada a nuestro pest-seller). Me la mandó, la vi y me dormí a los 20 minutos. Estaba cantado, era material de Noche de Cine Inconexo. Dicho de otro modo, arrancamos con la más jevi. Producto Chileno de estética y forma tercermundista (rodada en vídeo y de modo deliciosamente incapaz) narra la historia de un pueblo acosado por el monstruo del título, que aparece cuando padres e hijos se tocan demasiado. Mala hasta el delirio y la ofensa. Mis compañeros de sesión no cesaron en sus quejas... pero se la comieron entera, como las putas.
Le siguió un anti-clásico en toda regla, "Masacre en el autocine". Inconfundible producto setentero rodado por habituales del porno, con una estética hiper-sucia y efectos gore tan coloristas como rudimentarios. Un asesino se patea un auto-cine cargándose a los espectadores que, incautos, hacen de todo en sus coches menos ver la película en cuestión. Dos policías investigan el caso. Francamente costrosa.
Y dimos el carpetazo final con "Deadly Quest", también conocida como "Future Hunters" (y no, aunque el fichero de vídeo llevara por título "Equalizer 2000", no era esa película... pero sí el mismo director, el filipino inmortal Cirio H. Santiago). Estamos ante un delirio absoluto de ritmo desquiciado que arranca cual "Mad Max 2", para convertirse en cine de artes marciales, pasar de ahí a las formas propias de "Indiana Jones", aliñado con referencias a "Star Wars". De por medio, nazis, tribu de enanos, de mongoles y de amazonas y un Robert Patrick enseñando slips justo antes de dar el salto al cine mainstream con "Terminator 2". Irónicamente, siendo la más completa del pack, terminó resultando la más aburrida.
Luego le dimos al stop y para casa, que había sueño.
Otras perlas de la noche surgieron a raíz de hurgar en el basto archivo de peliculismos de uno de los "Nekrofilmicos"... localizamos una extraña peli soft-core interpretada por marionetas (Peter Jackson, no fuiste el primero... a falta de trailer, he encontrado ESTO) titulada "Let my puppets come" y apuntito estuvimos de encararnos con otra epopeya extremadamente exótica, "Pisthacu", pero después de "Jarjacha..." un acobardado sector del respetable pidió clemencia.
Y es que esa es la gracia de las noches de cine inconexo, enfrentarse al lado más rancio y duro del séptimo arte... y soportarlo hasta la salida del "FIN" o, si el cuerpo aguanta, el sol.
viernes, 9 de abril de 2010
DESAPARECIDO EN COMBATE 2
Y volvemos con Chucky... no el muñeco, el actor... aunque a veces se parecen en cuanto a método interpretativo. De todos los "héroes de acción" de los 80, Norris era el que menos me gustaba. Ninguna de sus pelis creó en mi esa fascinación que sí aportaron "Rambo", "Commando" o "Señalado por la muerte", citando algunas así a boleo. "Invasión USA" era la que tenía más números y me parece un coñazo.
Ahora lo que toca es centrarse en este "Desaparecido en combate 2", que en realidad se trataba de una precuela en la que se narraban los hechos previos a la primera entrega. Esta vez nos situamos en un campo de prisioneros en el que Chuck y sus colegas son terriblemente humillados y torturados por el mega-malísimo de la función, al que pone rostro el actor Soon-Tek Oh (también lo vimos en otra producción de la inigualable -aunque no siempre por motivos honorables- "Cannon", "Yo soy la justicia 2" o "Death Wish 4"). Como es de ley, después de una y mil putadas, Chucky se liberará del encierro y la liará parda.
"Desaparecido en combate 2" chorrea patriotismo barriobajero por todos sus poros. El único malo que no tiene los ojos rasgados, resulta que es francés. Chuck conserva una bandera americana que sujeta con fervor en los momentos difíciles. El americano en un principio traidor (y negro!), sacrifica su vida para salvar a sus compatriotas y etc, etc, etc... una cascada de risas y descojono, que no me influencia a la hora de disfrutar o no de una peli (¡no soy el hermafrodita de Roger Ebert!), pero sí que provoca hilaridad y diversión. Resulta que las tres pelis de esta saga son una mierda, especialmente la primera, que con todo lo que prometía aburre incluso a las cabras. Sin embargo, y pal nivel, la segunda resulta ser la más soportable (que no soporífera) y razonablemente entretenida, con algunos momentos míticos, como la famosa secuencia de la tortura con la rata dentro del saco. Aunque ya os digo, siempre previa inyección de paciencia.
El dire es Lance Hool, el de ese pseudo-mad max protagonizado por el malogrado Patrick Swayze titulado "El guerrero del amanecer". Como productor resulta mucho más interesante, en su currículum tiene "Al filo de la medianoche", "Justicia salvaje", "Cocodrilo Dundee en Los Angeles" y "Club desmadre".
Sé que hay muchos seguidores de Chuck Norris, de la "Cannon" o del cine de acción de ésa época, así que a ellos -suponiendo que no la hayan visto, lo cual es poco probable- se la recomiendo. Y a los curiosos/nostálgicos, también. Al resto, les animo a pillar cualquier otra del Bronson más cannonizado.
Ahora lo que toca es centrarse en este "Desaparecido en combate 2", que en realidad se trataba de una precuela en la que se narraban los hechos previos a la primera entrega. Esta vez nos situamos en un campo de prisioneros en el que Chuck y sus colegas son terriblemente humillados y torturados por el mega-malísimo de la función, al que pone rostro el actor Soon-Tek Oh (también lo vimos en otra producción de la inigualable -aunque no siempre por motivos honorables- "Cannon", "Yo soy la justicia 2" o "Death Wish 4"). Como es de ley, después de una y mil putadas, Chucky se liberará del encierro y la liará parda.
"Desaparecido en combate 2" chorrea patriotismo barriobajero por todos sus poros. El único malo que no tiene los ojos rasgados, resulta que es francés. Chuck conserva una bandera americana que sujeta con fervor en los momentos difíciles. El americano en un principio traidor (y negro!), sacrifica su vida para salvar a sus compatriotas y etc, etc, etc... una cascada de risas y descojono, que no me influencia a la hora de disfrutar o no de una peli (¡no soy el hermafrodita de Roger Ebert!), pero sí que provoca hilaridad y diversión. Resulta que las tres pelis de esta saga son una mierda, especialmente la primera, que con todo lo que prometía aburre incluso a las cabras. Sin embargo, y pal nivel, la segunda resulta ser la más soportable (que no soporífera) y razonablemente entretenida, con algunos momentos míticos, como la famosa secuencia de la tortura con la rata dentro del saco. Aunque ya os digo, siempre previa inyección de paciencia.
El dire es Lance Hool, el de ese pseudo-mad max protagonizado por el malogrado Patrick Swayze titulado "El guerrero del amanecer". Como productor resulta mucho más interesante, en su currículum tiene "Al filo de la medianoche", "Justicia salvaje", "Cocodrilo Dundee en Los Angeles" y "Club desmadre".
Sé que hay muchos seguidores de Chuck Norris, de la "Cannon" o del cine de acción de ésa época, así que a ellos -suponiendo que no la hayan visto, lo cual es poco probable- se la recomiendo. Y a los curiosos/nostálgicos, también. Al resto, les animo a pillar cualquier otra del Bronson más cannonizado.
viernes, 25 de septiembre de 2020
PELO SUELTO
Al igual que en España, en México, existe la tradición de promocionar a sus cantantes pop a través del cine, concibiendo películas a su medida que sirven a la vez de promoción para sus más reciente lanzamientos discográficos, y de negocio redondo con el que llenarse los bolsillos con poco esfuerzo. Por supuesto, Gloria Trevi era carne de película. Protagonizó tres, de entre las cuales, esta primera que hizo, “Pelo Suelto” fue un mega éxito que se posicionó en los primeros puestos de las películas más taquilleras de la historia de México.
Otra constante en este tipo de películas es que suelen ser muy rentables, pero muy malas, films en los que los productores escamotean el presupuesto hasta límites insospechados. Total, el producto a vender, en este caso Gloria Trevi, están ya vendidos mucho antes de que se dé la primera voz de acción. En consecuencia, se genera una genuina y espantosa serie Z en la que la dejadez es una marca de identidad.
Así, “Pelo Suelto”, además de ser una infamia, es una película que hace gala de un surrealismo técnico y un tercermundismo generalizado, que si bien es cierto que cuesta un imperio el enfrentarse a un visionado completo de la cinta, también es verdad que merece la pena echarle un ojo, eso sí, muy de pasada.
Gloria Trevi se interpreta a sí misma en una película en la que se mezcla una trillada historia de ascenso a la fama, con una subtrama en la que un par de individuos de aspecto post apocalíptico (¡parecen sacados de “Mad Max 2”!) se dedican a secuestrar niños auspiciados por una organización llamada ¡Los Robachicos! —curiosamente, al mismo tiempo, Gloria Trevi y su representante/amante Sergio Andrade, en la vida real, secuestrarían chicas pre adolescentes para su uso y disfrute sexual, con lo que todo resulta tremendamente retorcido si se conoce el caso…—. Uno de los niños que iba a ser secuestrado, se escapa con un disquete informático en su poder, que contiene información sobre esta organización criminal. Durante el trasiego, se topa con Gloria Trevi, que mientras que intenta contactar con una discográfica que anda buscando grandes estrellas, ayudará al niño a encontrar a “Los Robachicos” y liberar a sus amiguitos. Por supuesto, todo saldrá bien y Gloria conseguirá contactar con los de la discográfica, la lanzarán al estrellato y, como colofón en un concierto final, interpretará la canción que da nombre a la película.
Resulta muy curioso que una cantante que se caracteriza por ofrecer una importante carga sexual en el escenario, mostrando su ropa interior, su culo cada vez que puede, y que se destroza las medias como una salvaje, protagonice una película casi infantil, para niños, mientras nos muestra toda suerte de bikinis y modelitos que sugieren sexualidad por los cuatro costados. Menos chocante es la pobre factura técnica de la película, sin apenas producción, aprovechando conciertos reales de la cantante y rodada deprisa y de cualquier manera. Cutre, chabacana, mal contada y terriblemente aburrida, lo mejor es todo lo referente a “Los Robachicos” y su modus operandi que, de puro bizarro, al final tienes que descojonarte de la risa.
Por supuesto, el éxito estaba asegurado y la Trevi continuaría haciendo películas después, que aunque exitosas, nunca superaron el número de espectadores que tuvo esta primera incursión en el cine.
Por supuesto, una película de estas características tenía que contar en la dirección con un experimentado artesano del cine Mexicano, nada menos que Pedro Galindo III, que pone fin a una carrera llena de clásicos del cine trash, entre los que destacan el primero de la saga “Siete en la mira”, “Pánico en la montaña”, “Vacaciones de terror 2” y, por supuesto, ese extraño y chapucero exploit de “Pesadilla en Elm Street” que era “Trampa Infernal”.
Al respecto del resto de films protagonizados por la Trevi, pues, probablemente, vayan apareciendo aquí reseñados en lo sucesivo si me da el punto. El clan Andrade-Trevi, se merece que sus películas sean, al menos, visionadas.
viernes, 11 de marzo de 2011
CURSO 1984
Las películas de "aulas turbulentas" son ya todo un subgénero en sí mismo. Cada época ha adecuado su estética a la moda imperante entre la juventud, y es por ese motivo que "Curso 1984", producida el año 82, apuntara hacia el punk a la hora de buscar una música y una tribu urbana bajo la que encuadrar a los inevitables malos de la función. Por otro lado, también a la par con los requisitos del momento, se apostó por una violencia mucho más cruda e impactante. En esta peli los malos estudiantes no se iban a conformar con una bofetada, estos iban a necesitar reprimendas bastante más extremas.
Recuerdo "Curso 1984" de cuando era chaval e iba al video-club. Era una de aquellas maravillosas películas que ya desde su mera carátula (su estupenda carátula, añado) transpiraban "peligro". Como "El Exterminador", "Scum", "Posesión Infernal", "Mad Max 2" y tantas otras, "Curso 1984" prometía sensaciones muy fuertes. El temor a alquilarla era tanto como el deseo de hacerlo. Y, a diferencia de lo que ocurre hoy día, cuando me atreví a dar el paso, no puedo decir que quedara decepcionado.
La trama (se supone que basada en hechos reales) es clásica. Un profe bueno llega a un colegio conflictivo. Los reyes del mambo son una panda de nazi-punks terribles. El tipo les planta cara y ello, obvio, da pie a una especie de "guerra personal" cuya intensidad y mala uva va incrementando hasta el gran, jugoso y sensacional estallido final de violencia y desmelene. En este último apartado, como decía, cabe destacar que no se andan con chiquitas. Aquí si hay que matar, se mata. Y el "momento sierra" sigue siendo a día de hoy una delicia absoluta.
"Curso 1984" se ha ganado un indiscutible estatus de cult-movie por muchos motivos. Algunos de ellos los encontramos en su reparto y equipo técnico. Por ejemplo, de todos es sabido que este fue el debút no-televisivo de Michael J. Fox, entonces más fondón y flequilloso y que en sus memorias tildaba injustamente de subproducto a la película (¡¡desagradecido!!). El director, Mark Lester, poco después firmaría la sensacional "Commando" con Arnold Schwarzenegger (una de mis favoritas!). En el guión nos encontramos con Tom Holland, futuro responsable de "Noche de miedo" y "Muñeco Diabólico". La banda sonora la firma el mítico Lalo Schifrin (el de "Harry, el sucio") quien, además de copiar el soundtrack de "La noche de Halloween", se alía con Alice Cooper para componer el tema central del film. Al tratarse de una película sobre punks (y menudos son!), es inevitable que suene punk rock. Los productores se decantaron por una banda muy recurrente en la época, "Fear", famosos por su imagen agresiva y por haber destrozado el plató de "Saturday Night Live" cuando fueron a tocar allí enchufados por John Belushi, que era un fan declarado. Sin embargo, la banda con presencia en un escenario no es otra que la canadiense "Teenage Head", quienes pegan bien poco dentro de ese caricaturesco concepto del punk como algo terrorífico dada su actitud más alegre y festiva (tienen el momento en youtube). Y es que, como mandaban los cánones de la época, los punks de "Curso 1984" son retratados como yonquis, viciosos, inmorales, ultra-violentos, nihilistas y desalmados (aunque, puestos a ser quisquillosos, el único que en esta peli realmente MATA es ¡¡el trajeado y conservador profe!!).
Otros nombres destacados son los del eterno secundario Roddy McDowall, el televisivo Perry King, Timothy Van Patten y Stefan Arngrim, especialmente conocido por ser el protagonista de otro título muy de su época, "Lucifer" (y de la que algún día hablaré largo y tendido). En definitiva, un clásico de su década que el tiempo no ha tratado demasiado mal. Ayer noche lo pasé pipa revisándolo y aún pude notar como vibraba con el clímax final. Eso es muy buena señal.
Años después, Mark Lester sorprendería a propios y extraños con una secuela, un producto simpático sin más titulado "Clase del 99", donde los malos eran ahora los profes, unos en plan cyborg programados para disciplinar al alumnado. Lo mejor que podemos decir de ella es que, al menos, ofrecía algo un poco distinto. Su razonable éxito -supongo que en video-clubs-, generó una secuela de la secuela, "Clase del 99: El sustituto" La firmaba otro baranda y no llegué a verla por falta de interés.
Recuerdo "Curso 1984" de cuando era chaval e iba al video-club. Era una de aquellas maravillosas películas que ya desde su mera carátula (su estupenda carátula, añado) transpiraban "peligro". Como "El Exterminador", "Scum", "Posesión Infernal", "Mad Max 2" y tantas otras, "Curso 1984" prometía sensaciones muy fuertes. El temor a alquilarla era tanto como el deseo de hacerlo. Y, a diferencia de lo que ocurre hoy día, cuando me atreví a dar el paso, no puedo decir que quedara decepcionado.
La trama (se supone que basada en hechos reales) es clásica. Un profe bueno llega a un colegio conflictivo. Los reyes del mambo son una panda de nazi-punks terribles. El tipo les planta cara y ello, obvio, da pie a una especie de "guerra personal" cuya intensidad y mala uva va incrementando hasta el gran, jugoso y sensacional estallido final de violencia y desmelene. En este último apartado, como decía, cabe destacar que no se andan con chiquitas. Aquí si hay que matar, se mata. Y el "momento sierra" sigue siendo a día de hoy una delicia absoluta.
"Curso 1984" se ha ganado un indiscutible estatus de cult-movie por muchos motivos. Algunos de ellos los encontramos en su reparto y equipo técnico. Por ejemplo, de todos es sabido que este fue el debút no-televisivo de Michael J. Fox, entonces más fondón y flequilloso y que en sus memorias tildaba injustamente de subproducto a la película (¡¡desagradecido!!). El director, Mark Lester, poco después firmaría la sensacional "Commando" con Arnold Schwarzenegger (una de mis favoritas!). En el guión nos encontramos con Tom Holland, futuro responsable de "Noche de miedo" y "Muñeco Diabólico". La banda sonora la firma el mítico Lalo Schifrin (el de "Harry, el sucio") quien, además de copiar el soundtrack de "La noche de Halloween", se alía con Alice Cooper para componer el tema central del film. Al tratarse de una película sobre punks (y menudos son!), es inevitable que suene punk rock. Los productores se decantaron por una banda muy recurrente en la época, "Fear", famosos por su imagen agresiva y por haber destrozado el plató de "Saturday Night Live" cuando fueron a tocar allí enchufados por John Belushi, que era un fan declarado. Sin embargo, la banda con presencia en un escenario no es otra que la canadiense "Teenage Head", quienes pegan bien poco dentro de ese caricaturesco concepto del punk como algo terrorífico dada su actitud más alegre y festiva (tienen el momento en youtube). Y es que, como mandaban los cánones de la época, los punks de "Curso 1984" son retratados como yonquis, viciosos, inmorales, ultra-violentos, nihilistas y desalmados (aunque, puestos a ser quisquillosos, el único que en esta peli realmente MATA es ¡¡el trajeado y conservador profe!!).
Otros nombres destacados son los del eterno secundario Roddy McDowall, el televisivo Perry King, Timothy Van Patten y Stefan Arngrim, especialmente conocido por ser el protagonista de otro título muy de su época, "Lucifer" (y de la que algún día hablaré largo y tendido). En definitiva, un clásico de su década que el tiempo no ha tratado demasiado mal. Ayer noche lo pasé pipa revisándolo y aún pude notar como vibraba con el clímax final. Eso es muy buena señal.
Años después, Mark Lester sorprendería a propios y extraños con una secuela, un producto simpático sin más titulado "Clase del 99", donde los malos eran ahora los profes, unos en plan cyborg programados para disciplinar al alumnado. Lo mejor que podemos decir de ella es que, al menos, ofrecía algo un poco distinto. Su razonable éxito -supongo que en video-clubs-, generó una secuela de la secuela, "Clase del 99: El sustituto" La firmaba otro baranda y no llegué a verla por falta de interés.
miércoles, 27 de octubre de 2021
EL OTRO BAÚL DE TÍO VICENTE 1
Ahí lo tenemos de nuevo. El tío Vicente regresa a este blog por petición popular.... no, es broma. Regresa porque nos sale del coño. Y porque, recientemente, nos alegró el día cediéndonos varios ejemplares de la revista de cine ochentosa "Casablanca", que es de donde saldrán el chorrón de escaneos que irán viendo las próximas semanas. Eso sí, aquellos centrados en productos de género, porque en realidad "Casablanca" iba más de palo "cine prestigioso", y rara vez dedicaban espacio a las películas que no gustaban a nosotros y que, en definitiva, son las que realmente importan.
Sin ir más lejos, nada más coger el primer ejemplar del montoncito disponible (número de verano del 1982) y pasar la portada, me encontré con.... con... mejor lo ven en el pequeño vídeo que he facturado para la ocasión:
Sin ir más lejos, nada más coger el primer ejemplar del montoncito disponible (número de verano del 1982) y pasar la portada, me encontré con.... con... mejor lo ven en el pequeño vídeo que he facturado para la ocasión:
Pues sí, que lo primero con lo que se toparon mis ojos fuese el cartel de ESA JOYA del cine infame prometía mucho. Así que, esperanzado, seguí pasando páginas. Lo que acabé encontrando me dejó ojiplático.
He comentado antes que la especialidad de "Casablanca" era un cine como más de prestigio y bla, bla. ¿Cierto? Entonces ¿qué demonios hacían cubriendo el rodaje -en Abril del 83- de un exploitation tan puro y duro como "El exterminador de la carretera"? o la contribución medio española a ese fenómeno tan italiano de plagiar sin vergüenza, descaro y liras el "Mad Max 2" de George Miller. Fenomenal!. Supongo que les podía más la ilusión de asistir a un rodaje que la naturaleza costrosa y explotativa de este. Así que, se tragaron el orgullo, y acudieron con el bloc de notas y la cámara de fotos. Aunque ello no impide que, casi al final de todo, se justifiquen muy graciosamente.
Por entonces la película se titulaba "Los Exterminadores, año 2020". Teniendo esto en cuenta, resulta altamente simpático que hayamos llegado al 2021 y todavía no veamos madmaxes ni salvajes autoestopísticos por la calle (aunque algunos lo parezcan). En cualquier caso, llama la atención esa primera ristra de imágenes destinadas a mostrarnos cómo el prota suelta un sopapo, casi en stop-motion, a una damisela. ¡Juas!. Hoy prenderían fuego a tal material. Y aunque no está muy claro, todo apunta (por la melena) que se trata de Alicia Moro, a la que luego vemos en primer y reluciente plano. Una de esas actrices todoterreno que intervendría en joyones como "Pulsaciones", "Slugs, muerte viscosa", "Al filo del hacha", "Dark Mission (Operación Cocaína)" de Jess Franco, la serie "Tres estrellas" haciendo de ninfómana o en "Huevos de oro" de Bigas Luna. Vamos, una diosa. ¿Qué esperan los listillos de turno para reivindicarla y entrevistarla?.
He comentado antes que la especialidad de "Casablanca" era un cine como más de prestigio y bla, bla. ¿Cierto? Entonces ¿qué demonios hacían cubriendo el rodaje -en Abril del 83- de un exploitation tan puro y duro como "El exterminador de la carretera"? o la contribución medio española a ese fenómeno tan italiano de plagiar sin vergüenza, descaro y liras el "Mad Max 2" de George Miller. Fenomenal!. Supongo que les podía más la ilusión de asistir a un rodaje que la naturaleza costrosa y explotativa de este. Así que, se tragaron el orgullo, y acudieron con el bloc de notas y la cámara de fotos. Aunque ello no impide que, casi al final de todo, se justifiquen muy graciosamente.
Por entonces la película se titulaba "Los Exterminadores, año 2020". Teniendo esto en cuenta, resulta altamente simpático que hayamos llegado al 2021 y todavía no veamos madmaxes ni salvajes autoestopísticos por la calle (aunque algunos lo parezcan). En cualquier caso, llama la atención esa primera ristra de imágenes destinadas a mostrarnos cómo el prota suelta un sopapo, casi en stop-motion, a una damisela. ¡Juas!. Hoy prenderían fuego a tal material. Y aunque no está muy claro, todo apunta (por la melena) que se trata de Alicia Moro, a la que luego vemos en primer y reluciente plano. Una de esas actrices todoterreno que intervendría en joyones como "Pulsaciones", "Slugs, muerte viscosa", "Al filo del hacha", "Dark Mission (Operación Cocaína)" de Jess Franco, la serie "Tres estrellas" haciendo de ninfómana o en "Huevos de oro" de Bigas Luna. Vamos, una diosa. ¿Qué esperan los listillos de turno para reivindicarla y entrevistarla?.
Tras leerme el artículo a fondo, sorprende la de veces que los especialistas -y parte del equipo- se jugaban la vida durante el rodaje. ¿De verdad un subproducto como este merecía tanto esfuerzo? Para que luego vengamos nosotros y lo tratemos con desdén, tomándolo a guasa y llamándolo cutre. Si es que no tenemos vergüenza, oiga.
Cuando se menta al director, nacido Guliano Carnimeo, directamente tiran del seudónimo anglófilo que usará para firmar el resultado final, Jules Harrison. Que entrañable todo.
Localizar estas coloridas cuatro páginas fue para mi un subidón absoluto. Espero que leerlas (tecla Ctrl + botón izquierdo del ratón) lo sea también para vuesas mercedes.
Cuando se menta al director, nacido Guliano Carnimeo, directamente tiran del seudónimo anglófilo que usará para firmar el resultado final, Jules Harrison. Que entrañable todo.
Localizar estas coloridas cuatro páginas fue para mi un subidón absoluto. Espero que leerlas (tecla Ctrl + botón izquierdo del ratón) lo sea también para vuesas mercedes.
Griten todos al unísono: ¡Graaaaacias ooootra veeeez tío Vicenteeee!
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