La próxima semana es el cumpleaños de mi hermano. Lleva muchísimos años trabajando fuera de España y mi cuñada se le ocurrió hacerle una fiesta sorpresa para que este año pudiéramos acompañarles. El pasado fin de semana, aprovechando el puente del 6 y 8 de diciembre, nos fuimos toda la familia hasta Irlanda del Norte, diecisiete personas de 4 a 86 años, todos en el mismo vuelo que parecía una excursión del colegio, y llegamos allí sin que mi hermano supiera nada.
Fue muy emocionante, mi cuñada lo había planeado todo de forma exquisita hasta el último detalle, y mi hermano nos abrió la puerta de su casa con una cara de sorpresa de las que no tienen precio, parecíamos estar dentro de un anuncio.
El asunto de los regalos era un poco complicado por el poco espacio que permiten para el equipaje, pero recordé que le encantan unas galletas que siempre le hace mi madre, huesos de San Expedito.
Busqué la receta de mi madre y la verdad es que es muy sencilla, y salen un montón de galletas con forma alargada, con una corteza firme pero muy tiernas por dentro.