Hace poco más de un mes, Mercedes Ruiz me propuso diseñar una actividad a partir de un fragmento de guion. La información al respecto era escasa: la película se llamaba El olivo. Mercedes y la tribu del cine habían abierto un blog para ir recogiendo tareas y sugerencias al hilo de la película. Aquel mínimo fragmento de guion estaba descontextualizado, aunque permitía hacerse una idea del tema y de los posibles sentidos que se abrían a partir de él. Con tanta ilusión como intriga, esbocé una propuesta didáctica que comparto aquí:
Es una propuesta provisional que seguramente exigiría adaptaciones y cambios (o no) para llevarla al aula. En todo caso, os recomiendo que leáis la actividad que preparó Lourdes Domenech y las que se están publicando en ese blog, bajo enfoques interdisciplinares y orientadas a diversos niveles.
Es una película muy bonita. Me ha encantado la historia que cuenta, es muy sentimental. Creo que los actores están muy bien escogidos. Por supuesto, me ha gustado mucho que el señor que hacía de abuelo de Alma tuviera el acento valenciano típico de aquí.
Me sorprendió esta última frase, porque en casa no somos valencianoparlantes, lo que indica que estamos echando ya raíces a través de las generaciones más jóvenes. Esto indica también que sentirse extranjero (o hacérselo sentir a los demás) es una cuestión de actitud interior, una mera convención que debería ignorar de una vez por todas cualquier prejuicio, sin esperar a que pasen dos mil años. También de ello habla la película.