miércoles, 22 de septiembre de 2010
semeocurre
semeocurre que todas las palabras que puedo llegar a decirte no me alcanzan ni te bastan. sos todosloshombres y todaslasestaciones a la vez. y te recorro en cada estado pasando desde el más natural y desnudo hasta el más frío del invierno en que duermo acurrucada a tu tosca manera de respirar el humo de las hierbas. sos todaslaspersonasquesemeescapan y a veces me huelen y a veces me clavan el puñal, y a veces me dan vuelta el rostro y a veces me toman de la cintura y me hacen bailar y a veces...
sos lamúsicafrágilyetéreadeljazz sonando bajo la tierra de tus insomnios verspertinos. y sé que te duelo, porque a la vez sos un niñoquequiereinventarme en otros tiempos...
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lluvia rota
Por si te has dado cuenta, hoy huelo de modo distinto gracias a que me has dibujado con un corte debajo del vientre. Sabe a lluvia en tierra, sabe a muérdago y musgo, sabe a pies descalzos en el verano.
Me retuerzo y contraigo las piernas porque hoy no voy a recibirte; y mientras escucho cómo ese llanto resuena sobre las chapas, soy hedienta, y huelo a madre viuda y huelo a brote verde en el barro y huelo a ropa mojada.
Es la lluvia hedienta a moho rojo, y es el hijo dormido para siempre.
No estoy dispuesta a contarte todo, aunque se sigan escuchando las pisadas en los charcos repletos de rostros rotos y aunque admita que te vea tan mío... Hoy no. Que siga corriendo el agua, no más, a goterones, a empellones, serena y descaradamente... Estoy rebalsada de esperas y huelo distinto, a sueño, a hierba, a frío, a vejez....
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Me retuerzo y contraigo las piernas porque hoy no voy a recibirte; y mientras escucho cómo ese llanto resuena sobre las chapas, soy hedienta, y huelo a madre viuda y huelo a brote verde en el barro y huelo a ropa mojada.
Es la lluvia hedienta a moho rojo, y es el hijo dormido para siempre.
No estoy dispuesta a contarte todo, aunque se sigan escuchando las pisadas en los charcos repletos de rostros rotos y aunque admita que te vea tan mío... Hoy no. Que siga corriendo el agua, no más, a goterones, a empellones, serena y descaradamente... Estoy rebalsada de esperas y huelo distinto, a sueño, a hierba, a frío, a vejez....
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miércoles, 8 de septiembre de 2010
nochealmíbar
Quitaste el velo transparente del cuerpo y te lanzaste sin pensarlo más frente al vaivén que te llamaba... frente a eso otro
que te estaba carcomiendo de vergüenza la cintura...
Absorbí tu jugo, me alimenté de tu grito y de tus manos arrugadas, conté las gotas caídas en el piso, derramé el vino, bailé en tu punzante modo de mirarme los ojos...
Otra vez buscaste resarcir tus desmanes invitándome a pasarme el día oscuro bebiendo de tu pubis... y cedí, ante el vago espacio que permite separarnos, que nos mantiene siempre a la distancia en la que nos hacemos menos daño... y nos buscamos... siempre el alma... el cuerpo... aquí...
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que te estaba carcomiendo de vergüenza la cintura...
Absorbí tu jugo, me alimenté de tu grito y de tus manos arrugadas, conté las gotas caídas en el piso, derramé el vino, bailé en tu punzante modo de mirarme los ojos...
Otra vez buscaste resarcir tus desmanes invitándome a pasarme el día oscuro bebiendo de tu pubis... y cedí, ante el vago espacio que permite separarnos, que nos mantiene siempre a la distancia en la que nos hacemos menos daño... y nos buscamos... siempre el alma... el cuerpo... aquí...
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llaves ::
dos,
nacer siempre,
nueva casa,
pollera,
sol rubio
lunes, 6 de septiembre de 2010
bailar
sacarse y vestirse de máscara
por dos segundos y bailar
hacerse de niño para olvidar más rápido...
no quiero que frunzas tu rostro, por favor
estoy naciendo,
paciencia
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por dos segundos y bailar
hacerse de niño para olvidar más rápido...
no quiero que frunzas tu rostro, por favor
estoy naciendo,
paciencia
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lunes, 30 de agosto de 2010
aquí
te desato
vuelas unos centímetros
caminas sobre tus finos pies de lápiz
y regresas corriendo...
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domingo, 29 de agosto de 2010
oquedad
El hombrecito llora…
Sus dedos pierden el lábil amoldamiento a los pinceles para
acostumbrarse a la tierra húmeda
Quién va a rememorar la luz si en ese oscuro la soledad se
respira sin piedades
y el pubis sin cosquillas…
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llaves ::
lágrima,
pincel,
sin cosquillas,
viruses
fin de año
Y ahora llueve.
El viento despeina a los perros.
((el mundo viniéndose abajo))
Es hora de empezar a emperifollarse.
Si sigue lloviendo
voy a emborracharme
para que el vestido no se vuele con el aire...
((no estoy para nada joven))
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Con la boca llena de tierra t e m i r o . . .
-Las rodillas gastadas por el frío-
T e r e s p i r o
y empiezas
a correr…
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hastío
Volvió a
dejar la
taza en
su lugar
y resolvió
salir de
su casa
-El revólver
dejaba entreverse
por el
pequeño agujero
que tenía
en su
bolsillo-
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la costumbre de vendarme los ojos
Me lancé al vacío
sabiendo que era muy probable encontrarte …
Acudí en vano, como siempre.
Lo admito.
Me visto de las mil formas,
tomo los medicamentos,
y me lanzo,
sin control
y así.
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sábado, 28 de agosto de 2010
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Era una tarde como muchas
en las que había estado esperando
que sonara el timbre del teléfono
para poder llorar interminablemente ante quien fuera
(o ante ella),
y deshacerse en minucias de gotas de cafeína y nicotina
frías.
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en las que había estado esperando
que sonara el timbre del teléfono
para poder llorar interminablemente ante quien fuera
(o ante ella),
y deshacerse en minucias de gotas de cafeína y nicotina
frías.
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Hoy desperté y seguía allí,
en el exacto lugar
en donde me
dejaste
con los ojos entreabiertos.
con los ojos entreabiertos.
Sigo allí, lugar en donde anoche me miraste por la boca...
y no puedo salir...
((Por eso me sujeto a tu garganta y te sigo la voz.))
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Tengo la manía
de abotonarme los pies al suelo
y dejar que me t r a s p a s e s
Quizá por eso
guardás silencio.
Y finjo. Camino descalza.
Oigo el roce de mis plantas contra el adoquín.
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de abotonarme los pies al suelo
y dejar que me t r a s p a s e s
Quizá por eso
guardás silencio.
Y finjo. Camino descalza.
Oigo el roce de mis plantas contra el adoquín.
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martes, 27 de julio de 2010
lunes, 26 de julio de 2010
sábado, 24 de julio de 2010
Casi un año de distancia y aún
i
Ayer nos encerramos en un cuarto.
Por la ventana diminuta y enrejada se dejaban ver los edificios y las luces del día.
La música dejó de sonar por un momento.
Enmudecimos. Y como arrastrados por la violencia nos dejamos caer, amarrados de frente, tocándonos las espaldas deshaciéndonos del ultraje de los días…
Caímos, y el lugar se hizo grande y nos perdimos embebidos por el alcohol de nuestras palabras que rozaban tan suavemente.
El calor nos despojó con sus sudores de llanto hambriento
y fuimos una sola cosa
aplastados por el peso de las verdades,
corroídos por lo impío de las noches.
Simples, ajenos
movimos por el sonido de los cantos
vimos pasar lentamente los minutos…
ii
Escuchamos que el gallo cantaba… y aún así seguimos durmiendo.
Los ojos entrecerrados ocultaban una lábil ansiedad y el delirio.
Cuánto tiempo pasó desde aquella vez en que hacíamos el amor a la luz de una pequeña ventana semiabierta…
Hoy me tomaste fuerte contra tu frágil cuerpo de desamparo y yo te sujeté firme las manos para que no te fueras nunca más.
Afuera el sol golpeaba las puertas, y adentro, nosotros, inmóviles.
Cada respiro iba moldeándonos como dos etéreos niños, y el calor iluminaba los párpados, los cabellos, los puños aquilatados del pudor constante.
Me miraste por entre la rendija de las sábanas y sonreíste.
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Ayer nos encerramos en un cuarto.
Por la ventana diminuta y enrejada se dejaban ver los edificios y las luces del día.
La música dejó de sonar por un momento.
Enmudecimos. Y como arrastrados por la violencia nos dejamos caer, amarrados de frente, tocándonos las espaldas deshaciéndonos del ultraje de los días…
Caímos, y el lugar se hizo grande y nos perdimos embebidos por el alcohol de nuestras palabras que rozaban tan suavemente.
El calor nos despojó con sus sudores de llanto hambriento
y fuimos una sola cosa
aplastados por el peso de las verdades,
corroídos por lo impío de las noches.
Simples, ajenos
movimos por el sonido de los cantos
vimos pasar lentamente los minutos…
ii
Escuchamos que el gallo cantaba… y aún así seguimos durmiendo.
Los ojos entrecerrados ocultaban una lábil ansiedad y el delirio.
Cuánto tiempo pasó desde aquella vez en que hacíamos el amor a la luz de una pequeña ventana semiabierta…
Hoy me tomaste fuerte contra tu frágil cuerpo de desamparo y yo te sujeté firme las manos para que no te fueras nunca más.
Afuera el sol golpeaba las puertas, y adentro, nosotros, inmóviles.
Cada respiro iba moldeándonos como dos etéreos niños, y el calor iluminaba los párpados, los cabellos, los puños aquilatados del pudor constante.
Me miraste por entre la rendija de las sábanas y sonreíste.
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viernes, 16 de julio de 2010
Rodeando el viejo espacio
Desde cuándo es que tuve el espasmo enceguecedor que me trajera hasta acá, y me hiciera olerte nuevamente las manos… se me ha quedado el olor a humo en la memoria. Pretendo cruzarte para que me atrapes de repente en el espacio previsto. Las olas de ese río nos hacen bailar y en el vaivén enloquezco como vos y me buscás la boca y me mentís, me entreverás en tu danza de pies chuecos por el vino, me sacás de las luces y me devolvés a la mañana… Te huelo entre la cantidad de ojos desvariantes por la música y te atrapo y me envolvés me soltás me asfixiás te aireo te respiro y comienza todo de nuevo, como si nada nunca tuviera final…
::
::
Va
El pintor yace escuálido, su cuerpo en el olvido espera oraciones que quizá carezcan de sentido, y sus dedos pierden el lábil amoldamiento a los pinceles para acostumbrarse a la tierra húmeda y maloliente. En lo oscuro se han olvidado los colores, el sonido del taconeo alrededor del lienzo es efímero… ya nadie recuerda una pintura tan antigua; los ecos de su canto recorren el espacio gris… Quién va a rememorar la luz si en ese oscuro la soledad se respira sin piedades… y los pies yacen solos en su lecho, y el pubis sin cosquillas, y el aliento sin fuerza, sin calor… Sólo la tierra acercándolo a su propia pesadumbre, y el olvido que tapa los huecos.
En el vientre
Por un instante pensé que iba a ser madre...
Vos me lo habías dicho; habías visto mis ojos brillosos y me habías tocado el vientre...
La noche me había entreverado entre el orgasmo del sexo en el rincón de aquella casa, y el miedo por pensarme en un cuerpo extraño de repente... ajena a cualquiera que se hubiese cruzado alguna madrugada entre el vino y las flores...
Y quise comenzar a comprender desde ese momento el grito que iba a tener que callar y el llanto que me ibas a hacer tragar como buen hijo de dios... Todo se volvió negro. Y estuve muchas veces abstraida pensando cómo iba a ser decirte que estaba por ser madre, que ibas a tener que acompañarme, a pesar de la tristeza, y amoldar tu perfil de estructuras mentales para privarte de tantas cosas.
Ya sé que fue real pensar aquello... El hijo crece y desmantela los campos grises, corrompe todos los lugares, los aniña, los corroe, los agiganta, los ilustra...
((Nuestros ojos caídos golpean el vacío de todo el tiempo que se comió aquél... Todas las palabras débiles que podamos llegar a emitir, no salvarán los días que logró llevarse consigo bajo sus pequeños brazos frágiles))...
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Vos me lo habías dicho; habías visto mis ojos brillosos y me habías tocado el vientre...
La noche me había entreverado entre el orgasmo del sexo en el rincón de aquella casa, y el miedo por pensarme en un cuerpo extraño de repente... ajena a cualquiera que se hubiese cruzado alguna madrugada entre el vino y las flores...
Y quise comenzar a comprender desde ese momento el grito que iba a tener que callar y el llanto que me ibas a hacer tragar como buen hijo de dios... Todo se volvió negro. Y estuve muchas veces abstraida pensando cómo iba a ser decirte que estaba por ser madre, que ibas a tener que acompañarme, a pesar de la tristeza, y amoldar tu perfil de estructuras mentales para privarte de tantas cosas.
Ya sé que fue real pensar aquello... El hijo crece y desmantela los campos grises, corrompe todos los lugares, los aniña, los corroe, los agiganta, los ilustra...
((Nuestros ojos caídos golpean el vacío de todo el tiempo que se comió aquél... Todas las palabras débiles que podamos llegar a emitir, no salvarán los días que logró llevarse consigo bajo sus pequeños brazos frágiles))...
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