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martes, 22 de mayo de 2012

serie.sueño - el hijo

Después vi que un hijo se me crecía, se me esparcía y me ocupaba las costillas, me dejaba sin aire; era un hijo grueso, espeso, era un hijo con nombre plástico, con cuero elástico con partes manchadas.
Le vi la cara, era un hijo agrietado con ojo cansado con cuello ancho, era un hijo de nadie, pero era un hijo tuyo y a la vez, lo cargaba un poco más pesado dentro de esta piel rajada.
Lo conversaba conmigo mientras lo lloraba.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

semeocurre

semeocurre que todas las palabras que puedo llegar a decirte no me alcanzan ni te bastan. sos todosloshombres y todaslasestaciones a la vez. y te recorro en cada estado pasando desde el más natural y desnudo hasta el más frío del invierno en que duermo acurrucada a tu tosca manera de respirar el humo de las hierbas. sos todaslaspersonasquesemeescapan y a veces me huelen y a veces me clavan el puñal, y a veces me dan vuelta el rostro y a veces me toman de la cintura y me hacen bailar y a veces...

sos lamúsicafrágilyetéreadeljazz sonando bajo la tierra de tus insomnios verspertinos. y sé que te duelo, porque a la vez sos un niñoquequiereinventarme en otros tiempos...




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domingo, 29 de agosto de 2010

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Con la boca llena de tierra   t e  m i r o . . .

-Las rodillas gastadas por el frío-


                       T e   r e s p i r o
                                                 y empiezas
                                                                   a correr…


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sábado, 24 de julio de 2010

Casi un año de distancia y aún

i
Ayer nos encerramos en un cuarto.
Por la ventana diminuta y enrejada se dejaban ver los edificios y las luces del día.
La música dejó de sonar por un momento.
Enmudecimos. Y como arrastrados por la violencia nos dejamos caer, amarrados de frente, tocándonos las espaldas deshaciéndonos del ultraje de los días…
Caímos, y el lugar se hizo grande y nos perdimos embebidos por el alcohol de nuestras palabras que rozaban tan suavemente.
El calor nos despojó con sus sudores de llanto hambriento
y fuimos una sola cosa
aplastados por el peso de las verdades,
corroídos por lo impío de las noches.
Simples, ajenos
movimos por el sonido de los cantos
vimos pasar lentamente los minutos…




ii
Escuchamos que el gallo cantaba… y aún así seguimos durmiendo.
Los ojos entrecerrados ocultaban una lábil ansiedad y el delirio.
Cuánto tiempo pasó desde aquella vez en que hacíamos el amor a la luz de una pequeña ventana semiabierta…
Hoy me tomaste fuerte contra tu frágil cuerpo de desamparo y yo te sujeté firme las manos para que no te fueras nunca más.
Afuera el sol golpeaba las puertas, y adentro, nosotros, inmóviles.
Cada respiro iba moldeándonos como dos etéreos niños, y el calor iluminaba los párpados, los cabellos, los puños aquilatados del pudor constante.
Me miraste por entre la rendija de las sábanas y sonreíste.




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viernes, 16 de julio de 2010

Rodeando el viejo espacio

Desde cuándo es que tuve el espasmo enceguecedor que me trajera hasta acá, y me hiciera olerte nuevamente las manos… se me ha quedado el olor a humo en la memoria. Pretendo cruzarte para que me atrapes de repente en el espacio previsto. Las olas de ese río nos hacen bailar y en el vaivén enloquezco como vos y me buscás la boca y me mentís, me entreverás en tu danza de pies chuecos por el vino, me sacás de las luces y me devolvés a la mañana… Te huelo entre la cantidad de ojos desvariantes por la música y te atrapo y me envolvés me soltás me asfixiás te aireo te respiro y comienza todo de nuevo, como si nada nunca tuviera final…




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En el vientre

Por un instante pensé que iba a ser madre...


Vos me lo habías dicho; habías visto mis ojos brillosos y me habías tocado el vientre...


La noche me había entreverado entre el orgasmo del sexo en el rincón de aquella casa, y el miedo por pensarme en un cuerpo extraño de repente... ajena a cualquiera que se hubiese cruzado alguna madrugada entre el vino y las flores...


Y quise comenzar a comprender desde ese momento el grito que iba a tener que callar y el llanto que me ibas a hacer tragar como buen hijo de dios... Todo se volvió negro. Y estuve muchas veces abstraida pensando cómo iba a ser decirte que estaba por ser madre, que ibas a tener que acompañarme, a pesar de la tristeza, y amoldar tu perfil de estructuras mentales para privarte de tantas cosas.










Ya sé que fue real pensar aquello... El hijo crece y desmantela los campos grises, corrompe todos los lugares, los aniña, los corroe, los agiganta, los ilustra...






((Nuestros ojos caídos golpean el vacío de todo el tiempo que se comió aquél... Todas las palabras débiles que podamos llegar a emitir, no salvarán los días que logró llevarse consigo bajo sus pequeños brazos frágiles))...




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