Supongo que a estas alturas todos habréis oído hablar de la #quedadamadrid que se celebró este fin de semana y que reunió a profesores de toda España.
¿Y Cómo fue que llegué yo a verme el pasado sábado a las 12:00h en el Km 0 de la Puerta del Sol?
Voy a intentar ir al grano porque esta es de las veces en las que peligran las dimensiones de esta entrada y no quiero cansar demasiado.
Los que no saben de lo que estoy hablando se merecen una explicación: desde hace unos meses aprendo y comparto mi trabajo, mi tiempo y mis emociones en Twitter (¿una Red Social?… ¡pues no! o no sólo eso), al principio sólo leía lo que los demás escribían y me fui haciendo seguidora de un grupo de profesores que me daban auténtica envidia, ¡que buen espíritu se respiraba al leerlos! ¡como me gustaría ser uno de ellos, pensaba!, parecían conocerse muy bien y llevarse mejor, todos compartían pasión por enseñar y se entendían en un lenguaje que al principio me resultaba extraño, lleno de sostenidos (#) arrobas (@) y abreviaturas. Pero el espíritu de lo que observaba desde fuera me empujó a intentarlo (¡ay! ¡que he dicho que iba a abreviar…!”), poco a poco perdí el miedo y empecé a participar en las conversaciones, las bromas y los debates (totalmente gratificante, #recomiendo sin dudar), a conocer a muchos y a cogerles cariño también. En un momento dado empezaron a hablar de quedar para conocerse (desvirtualizarse) a buscar fecha, lugar… y yo pensaba: ¡ya me podían invitar!, así surgió la #quedadamadrid, etiqueta con la que se identificaban todos los mensajes que hacían alusión al evento. Un día piqué por curiosidad en un enlace de lo que se intercambiaban y me llevo a google docs con un mensaje de que no tenía permiso para entrar… ¡snif!, bien, pues no pasó ni una hora y recibí un mensaje de Juan Carlos Guerra (@juancarikt para los twittamigos) invitándome a compartir el documento. Allí estaba la lista de los que pensaban asistir, lista que yo fui viendo llenar muchos días sin atreverme a poner mi nombre (seguía teniendo mis miedos a parecer una “intrusa”), mientras tanto, seguí conociendo en twitter a muchos y muchas de los que se iban apuntando. Pero un día leí un mensaje que decía: último día para cerrar la lista de #quedadamadrid y al grito de ¡ahora o nunca!… escribí mi nombre y...
… El sábado llegué a la Puerta del Sol de Madrid un poco antes de la hora convenida para reconocer el terreno, me coloqué en los alrededores del lugar acordado y comencé a mirar fijamente a todo el que se acercaba con la esperanza de reconocer o ser reconocida enseguida. Cinco minutos antes de las 12:00h, se acercó un grupo muy decidido y comencé a observarles convencida de que eran una parte de mis compañeros de aventura, se disponían a hacerse una foto y yo me dije: ¡venga! ¡acércate! seguro que es la foto de “los primeros en llegar” y si tu estás aquí no puedes faltar en ella, di dos pasos adelante muy decidida cuando unas voces en alemán (creo) que parecían decir: ¡a ver…! ¡todos! ¡pa- ta- ta! (no es una traducción literal pero no andará lejos), me hicieron ver mi error y disimulando hice mutis por el foro y volví a mi posición anterior.
Pero no tuve que esperar mucho, a los pocos minutos el maestro de ceremonias levantó su chistera y… COMENZÓ LA MAGIA, materializada en sonrisas, sorpresas (¿eres tú…? ¡¿de verdad que eres tu…?), besos y abrazos (¡y eso que no habíamos empezado a hablar!). Mi primera macrodesvirtualización había comenzado (¡pero que friki eres tía, me dice mi sobrina Alicia cuando me escucha hablar así!) y… ahora empieza lo difícil, porque ¿cómo resumo yo todo lo que pensé, compartí, descubrí y sentí este gran día?, me parece que mi entrenamiento twittero resumiendo en 140 caracteres no me va a servir de mucho hoy, haré lo que pueda.. ¡a ver!:
- La organización: @juancarikt y @bernabe organizadores del evento (¡magníficos organizadores!), pusieron tanto cariño… la chapa que nos identificaba ¡que acierto!, desde el principio llevábamos ya la #quedadamadrid junto al corazón y ahí se quedará para siempre. Las más de 40 pajaritas (¿ he dicho que nos juntamos 40 profesores y profesoras?) con sus xtantos dobleces, sus ojitos pintados y su gotita de pegamento paraquenoseestropeasenenelcamino que @bernabe nos preparó ¿se pueden poner más ganas y más ilusión en conseguir que nos sintiésemos queridos? ¡Gracias a los dos!
-Los participantes: ¡Ufff! ¡Esto si que es fuerte! ¡Que grupo!, que ganas de hablar todos con todos, que de cosas para compartir, cuantas ideas para mi libreta roja, cuanta pasión por lo que hacen, cuantas sonrisas, cuanto buen rollo, tolerancia con mayúsculas, respeto, admiración, ganas de seguir y seguir. A media tarde no podíamos más y conseguimos que nos hiciesen sito en un lugar para tomar una cerveza sentados, @similiki (¡guapa!) me miraba y me decía… ¡te puede el sueño!, porque me había quedado callada, pero me podían más otras cosas. Estuve un rato mirando a cada grupo, recordando cuando les “oía hablar” en twitter sin atreverme todavía a participar, cuando pensaba lo que me gustaría ser parte de “ellos” y les veía ahora igual… compartiendo, riendo, debatiendo… ¡y yo estaba allí como una más! ¡Que suerte tengo, pensé! ¡que bueno es esto!, lo saboreé en silencio un rato y volví de nuevo a la conversación.
- El entorno: Nos habían preparado dos bonitos y largos paseos para que los que no éramos de Madrid pudiésemos conocer un poco los lugares más emblemáticos y eso si que estuvo bien, ¡que acierto! el ir hablando a la vez que nos movíamos nos permitió no quedarnos en una sola conversación, pasábamos de una a otra y hablábamos y hablábamos para aprovecharnos unos de otros de lo que escuchábamos, de lo que contábamos… así recorrimos Madrid, haciéndonos fotos para poder recordar lo que muchos no vimos por no perder el hilo de lo que se decía a nuestro alrededor. Muchas veces he asistido a encuentros en los que lo que más he valorado son los descansos entre ponencias, los cafés y tiempos libres porque te permiten intercambiar opiniones con la gente, el acierto de este nuestro encuentro ha sido dedicar el día entero a esos momentos sabrosos que dejan muchos más posos que el café. ¡Perfecto el día, perfecto el entorno!
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No quiero extenderme más, no acabaría nunca, (menos mal que no tengo que contarlo en 140 caracteres…). Quiero daros las gracias a todos vosotros, ¡mis amigos!, a partir de ahora para mi ya no existe la realidad virtual sino la virtualidad real. Estoy deseando volver a encontrarme con todos otra vez en twitter, en Madrid, en Salamanca… da igual, me alegra saber que seguiré aprendiendo de vuestras experiencias, de vuestra vocación, de vuestra pasión por la enseñanza, me alegra saber que nunca me sentiré sola porque siempre habrá alguien que en 140 caracteres me dará una respuesta y me hará sentir bien.
Os iré enlazando todo lo que se ha escrito y se escribirá de este encuentro y si se me olvida algo decídmelo por favor que me gustaría tener todas vuestras palabras guardadas aquí como recuerdo. ¡Os quiero!,
Se ha escrito (de momento) sobre #quedadamadrid:
Emoción, Educación y Twitter por Víctor Cuevas.
Mi visión de #quedadamadrid por Gregorio Toribio.
Cuando vengáis a la #quedadamadrid, chulapos míos por Lui Palacios.
El mismo post, la misma lluvia, por Isabel Ruiz.
Yo estuve en la desvirtualización twittera de #quedadaMadrid por Antonio Garrido.
Y nos dieron las 10 y las 11…#quedadaMadrid por Juan Carlos Guerra.
Madrid es especial por Alejandro Folch.
Lo que pudo ser...y fue...#quedadamadrid por Nicolasa Quidman.
Quedada Madrid por Paloma Martínez.
Soy Profesor por Fernando Checa
QuedadaMadrid por Juan Ignacio Castro