lunes, 7 de junio de 2021

El torcal de El Pozuelo

Gran parte del término municipal de nuestro querido pueblo,
puede verse en esta instantánea realizada desde Fátima.
Hemos señalado con una flechita verde, casualmente,
el mágico lugar de nuestra Sierra,
al que nos vamos a referir en la entrada de hoy...
¡El torcal del Pozuelo...!
Pero es posible que no nos ubiquemos convenientemente.
Como Ubrique es un pueblo jugando al esconder
-en este caso lo está tras los Olivares... 


vamos a ver de nuevo nuestro emplazamiento,
con la referencia de nuestro querido pueblo por delante
y a la que estamos acostumbrados.
Siguiendo la línea eléctrica que viene de Ronda,
junto al depósito de la Cornicabra
y antes de la "U" de la manga de Villaluenga,
existe un agradable espacio natural...


por debajo y antes de llegar a estas impresionantes vistas.


Un fragmento de nuestra Sierra, lleno de orquídeas y duendes.


De robustas encinas y de ovejas.
Por debajo del Cintillo, donde está Aguas Nuevas.
En este privilegiado lugar hay una centenaria fuente...


 de pilones calizos, llamada el Pozuelo, ya perteneciente al término de Ubrique.
Su nombre viene de que por encima de su cabecera,
hay un "pozuelo" del que mana el agua, tapado con una gran losa pétrea.
 Sus aguas chorrean por un longevo travertino
y van buscando un interesante cúmulo de roca caliza
que parece hermanado con el de Antequera.


Esas aguas son aprovechadas antes del torcal, en una poceta para los animales.


como prueban las huellas de los alrededores.


Naturaleza en estado puro.
Un misterioso enclave...


"a un tiro de piedra" de nuestro querido pueblo.
Una porción del espacio bien comunicada y que una vez alcanzada...


incita a la realización de selfies. Por supuesto con Ubrique al fondo.
Una formación calcárea...


donde las rocas se dibujan como de cuento, estimulando la imaginación.


Donde ojos misteriosos escudriñan nuestro deambular...


entre el verde y el gris.


El torcal del Pozuelo.
Donde habitan los elfos en su castillo de hadas.


donde el reloj queda pequeño
y las agujas señalan el límpido cielo bajo el que...


el paso del tiempo geológico, ha creado sublimes formas en la roca orgánica...


que los gigantes saltan de piedra en piedra como si nada.
Y claro, en tan generoso paraje, también apetece
hacer un sonriente "autorretrato"...


ya que en el de antes habíamos salido muy serios.
Aquí no es difícil imaginar al hada Campanilla,
en forma de abeja, revolotear entre las flores.


Esas flores que, como todo en la vida, depende del propio enfoque.
Muchas veces nos quedamos con lo sublime del gran cuadro...


sin percatarnos de la sutil belleza de lo pequeño.
Campanilla no sale porque está recogiendo polen en el interior.


El torcal del Pozuelo, naturaleza en estado puro, casi salvaje.
Una incursión al mundo de la imaginación, al que estamos deseando volver
y que sin duda lo haremos pero con...


pasos verdes. Ese caminar que cuida, protege y preserva
las maravillas de la Gran Madre Tierra en general
y de nuestra querida Sierra, en particular.




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viernes, 14 de mayo de 2021

Las cruces de Ubrique


Desde tiempo inmemorial y sin que aún se haya "descifrado claramente el porqué",
la tradición manda que, la noche del tres de mayo de cada año, 
menos en estos últimos que se traslada al sábado siguiente 
y sin que aún se haya "descifrado claramente el porqué"
-y ni que decir tiene que las dos últimas ediciones,
 no se han realizado por la pandemia del covid-
A lo que íbamos...
Manos anónimas proceden al encendido de las candelas en las que se calentarán
 las varas de gamón -asfódelo albus- y que explotarán con gran estruendo,
al golpearlas con maestría sobre una superficie plana.


Con la candelas, crujiendo gamones previo a las palabras mágicas 
que auguran una atronadora explosión,
Esa frase ancestral que se repite generación tras generación,
no es ni más ni menos que...


¡"A la salú del día de la Crú"...!

Como habremos comprendido, esta entrada versará "lógicamente",
de las Cruces de Ubrique.
-¡Ah...! ¡Qué ya estaba en el título...! ¡Buena observación!

La verdad es que en nuestro querido pueblo,
las cruces tienen un valor añadido,
aparte del religioso.
Desde siempre que hemos cogido dos palos...


hemos hecho una cruz para el día de las Candelas.
Como ésta, de las primeras candelas que celebraron
en la nueva urbanización Coto Mulera. 


O bien, todos los barrios tienen una preparada todos los años para...


llegado el momento, engalanarla de flores con muy buen gusto
y colocarla en lugar bien visible junto al fuego.


Allí se queda, incluso semanas, hasta que las flores se quedan mustias.
¡Da dolor quitar la cruz...!


Dijimos en todos los barrios y como muestra valen tres botones.
Está tan arraigada la tradición y tanta la trayectoria que hasta fue declarada...


Fiesta de interés turístico en Andalucía en 2008.


También Ubrique engalana con cruces sus calles para el día del Corpus.


Cruces como juego de niños.


Cruces como decoración.
Incluso, en ocasiones...


¡Veo cruces...!


Cruces... ¡Por todas partes...!


¡Hasta en el ABC de los Callejones...!


Si cuando miramos al cielo, pasa un avión dejando su chemtrail químico...


y otro atraviesa su estela...
¡Vemos una cruz!


Si cuando vamos a la Primera Aljibe,
damos con la bifurcación de la vereda que va a la Maceta...
¡Vemos una cruz!


Hasta se nos cruzan los cables...


cuando vemos la cruz que nos ha caído encima con esto de la 
 "energía no renovable" que supone el gas, con todas las calles levantadas.


¡Y será por cruces...!
¡De todos los colores!
Tenemos cruces verdes.


Tenemos cruces lilas.
Como esta joya, con su veleta y todo,
 rescatada del derribo de la casilla de peones camineros
del Puerto de la Silla, por encima de la Venta Martín
y que bien conserva nuestra querida hermana Esperanza.


Y hasta por la carretera de Benaocaz,
tenemos una curva a la que llamamos,
 la Curva de la Cruz Roja.

 
También disfrutamos de lugares pretéritos con nombre de cruz...
En la cañada de Jimena, por encima del puente "Realejo" (antiguo Barrida),
está el descansadero de...


la Cruz del Pino.


Por lo visto "Pino", era el tito de alguien.
Como venimos redundando, en nuestro querido pueblo contamos...


con una buena "manta" de cruces.


Como la moderna -de estilo "oriental"- y simbólica cruz, de la "promesa"
 de María la Platera que está en el Ubrique el Alto, junto a la antigua...


cañada de los Carboneros. Un camino antiguo que está marcado...


con las llamadas cruces de herradura, labradas en la roca y difuminadas por el tiempo.


Pero vamos que se pintan con matagallos y ya se pueden ver perfectamente.
Tenemos conocimiento de tres. Ésta, en la piedra "Gorda",
 junto a la Era del Ubrique el Alto.


Otra, junto a la calera de los Llanetes.


Y la tercera, en una piedra singular, en el viso de los Carboneros,
un poco antes de llegar...


a la cruz de la Vieja, en los "Pernales".


En un enclave privilegiado, rememorando una tragedia de antaño.


A estas alturas de la publicación,
muchos estarán echando en falta las cruces más importantes
de la historia de nuestro querido pueblo...
"¡La tres cruces de la tradición...!"
Aquellas que, "dicen que cuentan" algunos, que colocó el padre Buenaventura
 después de una impetuosa noche de tormenta que amenazó con caer las piedras
 y que otros,  "dicen que cuentan" que fue a raíz del terremoto de Lisboa de 1755,
lo cierto y lo fijo es que, esas cruces, han dado renombre a tres
de nuestros monumentos naturales.


La Cruz del Tajo.


La Cruz de la Viñuela.


Y la cruz del Benalfí.
Pero con la expansión de Ubrique y nuevos desprendimientos
por los tajos del Rincón, Ubrique necesita una cuarta.


La Cruz del Rincón...
También son tradicionales, las cruces que conforman 
las del vía crucis que sube al Calvario.


Supuestamente la primera está en la plaza del Veintiocho de Febrero en El Carril...


cuyos vecinos también la adornan para las celebraciones.


Estas legendarias cruces fueron restauradas en los años setenta por una de las dos personas
a las que queremos dedicar esta entrada del blog "Ubrique en verde".
A nuestro padre y maestro, Don Manuel Cabello Janeiro.
Aquél que dedicara su vida al estudio y la salvaguarda de la historia de Ubrique.


Y mientras ascendemos, nos damos cuenta que ya van necesitando "un repasito"...


porque algunas parecen vandalizadas al punto de la usurpación.
Como se ve en esta última que está junto...


al Calvario.
Es bueno saber que la tradición de las cruces no se va a perder.


Como buena prueba de ello, tenemos la flamante y adornada cruz 
con la que sustituyeron la primera de madera, los vecinos de Coto Mulera.
Esta moderna cruz contrasta...


con la vetusta y "rescondida", sobre su peana...


cruz del "Culito", en la calle Fuentezuela, de la cual no recordábamos nada,
 hasta que nuestro querido hermano Leandro, 
nos la mostró al enterarse de este "cruzado" proyecto.
Y la verdad es que a ésta, también le hace falta un arreglito.


Un poco más abajo, en la Guindaleta, está la cruz del mismo nombre.
Ésta sí es famosa, por delante...


y por detrás. Tan genuina es...


que es admirada desde antaño.


Incluso tenemos una cruz en la calle Cruz.
 Valga la redundancia. Que une las calles, Palma, por arriba...


con San Sebastián, por abajo.
Otras sin embargo están en la encrucijada...


como la que está donde termina la calle Toledo
que se abre por Jesús hacia la izquierda
y "Gañote" hacia la derecha.
-¡Huy, perdón! ¡Magdalena!
-¿En qué dulce típico estaríamos pensando...?


Hemos de reseñar el arreglito realizado recientemente,
con roca del cerro norte de la piscina,
 Y cómo contrasta...


con su anterior aspecto.
"Dicen que cuentan" que fue el beato Diego José de Ubrique, pero nacido en Cádiz,
quien estuvo colocando las cruces de nuestras calles.


Incluida la cruz de la calle -"Cañada"- Real.


 Y cuando la antigua caja de ahorros de Ronda hizo en los setenta,
la Guardería, no olvidó construir una capilla con su campanario.
En la actualidad se usa como una clase de la "guarde"...


Y claro, no podía faltar el crucero de adorno.


En la ermita del Jesús, en el Jardín, por su carácter religioso,
no podían faltar las cruces.


Tanto como la cruz que les cayó a las palmeras con el picudo rojo...


como las cruces del campanario.
Y decimos cruces...


porque hasta la campana, lleva la suya "en negativo".


¿Y qué decir de la Trinidad...?
Esa plaza que aparece en esta imagen como, en el fondo, nos gustaría verla a todos.


No podía faltar la representación del cristianismo
entre sus azulejos emblemáticos o la cúspide,
Y en tan típica plaza...

 
también el beato, colocó una cruz en la esquina con Botica.
Una linda cruz que la tenemos capturada...



de día, con el sol...


y de noche, con la luna.
Una cruz humilde pero que con tantas modernidades...


en los últimos tiempos, se siente muy "cableada".


Ya que estamos cerca, vayamos a ver la genuina...


y floreada cruz de la plaza de la Verdura.


Aunque en una de sus fachadas haya un crucifijo en mosaico,
éste no le resta protagonismo...


a esta cruz bañada de historias y bañada por la luna.
Siempre linda, siempre presta. Y casi siempre...
 

engalanada.
Y desde que los vecinos se pusieron de acuerdo para que su entorno
 dejase de ser, plaza de aparcamientos...


la cruz de la plaza de la Verdura,
revive nuevos amaneceres, cargados de aire fresco.


Hemos de contabilizar igualmente la cruz franciscana de la residencia de las monjas.


Y si hablamos de monjas, también hemos de hacerlo de monjes,
aunque estos ya no se encuentren en el Convento.
Lugar de residencia pretérita,
de los dos precursores de las cruces de Ubrique.
Hemos elegido esta imagen por la retaguardia del monacal edificio
de Capuchinos, porque por delante "dicen que cuentan",
está muy visto.


Nada más llegar, en la reja, ya tenemos las dos primeras.


Y en el patio de la entrada principal, tenemos las dos segundas.
-¡Qué no hay más que una...! -nos dirá quién no sepa que...


dentro de esa una, anida una pequeñita que sorprende cuando nos percatamos.


También la fuente del Convento cuenta con su robusta cruz de piedra arenisca.
Pero si del número de cruces en una cruz, alguna alardea más...


es la del campanario de la iglesia del Convento
-donde está la imagen de la patrona de Ubrique 
y que ha dado nombre a muchas "Remes".
¡La cruz de cruces...!
Una cruz cruzada en cada extremo de la cruz principal, más una veleta.
Por lo que podemos contar hasta seis cruces, según el viento.


Toca turno a la "joya de la corona" de nuestros edificios emblemáticos
que ostentan la tenencia del tema de la ponencia tan "cruzada".
¡La torre o espadaña del San Antonio!


Desde 1886 luce una esbelta cruz, igualmente con su veleta
que según el ángulo y el viento, antes la vimos y ahora no la vemos.
Y al igual que la iglesia del Jardín...


en la campana, también ahuecaron una cruz en "negativo".
No obstante, para apreciarla mejor, le hemos pedido...


a nuestro amigo "Manolo Canto. Fotografía" 
-desde aquí le damos las gracias-
 que nos prestase una de sus maravillas,
para que pudiésemos admirar con más atención, los detalles.


Y buscando cruces estábamos, cuando apareció
esta joyita ante nuestros ojos.
¡En una de las columnas de la Iglesia de la O!
¡A saber la fecha y el motivo de la labra...!
Reapareció cuando, en la reforma de los años setenta,
fueron liberadas las columnas, del "forro" de obra y cal que las cubrían.

Igualmente la parroquia de la O cuenta con su curiosa cruz
encima de la torre del campanario que, como en otras ocasiones,
también posa con su veleta. Por aquello que,
 según el viento, ahora no me ves...


y ahora si me ves.


Diferentes tipos de roca forman la fisonomía de la fuente de la Plaza.
Caliza, mármol rosa, arenisca rosa y la cruz que completa esta obra
de la época de Carlos III, de arenisca parda.
¡Cuántas bocas habrán pasado por sus caños de agua fresca...!
¡La mejor de la sierra de Cádiz...!
Y "casualidad" que está adosada a la fachada...


del Ayuntamiento quién, como no, también muestra,
a los de altas miras, su propia cruz.


Pero hay entre nuestras cruces, algunas muy tristes
que nos recuerdan hechos dramáticos.
Como la cruz del Pantano...


o como la que está encima de la capilla de un lugar...


donde más tarde o más temprano, terminaremos todos.
Y aquí llega la hora de la despedida. Le hemos echado el ojo a...
¡Las cruces de Ubrique...!
Es hora de mencionar a la otra persona que queríamos dedicar este crucero.
¡A nuestra querida madre...!
Esperanza Izquierdo Fernández.
Quienes la conocieron sólo tenían loas y albricias para ella...


y que, precisamente, en una de sus últimas fotos...
¡Tenía las manos cruzadas...!





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