Por paredes y escaparates se anunciaba un evento
en el Salto de la Mora que prometía ser muy interesante.
Eran las horas de ocultarse el lindo sol de mayo, cuando el nutrido grupo de la segunda sesión...
ascendíamos por el moderno camino que llevaba a Ocurrris.
Íbamos en busca de la representación de las nueve musas de la antigüedad.
De una forma prodigiosa y dramática, Sergio nos fue introduciendo en
ese mundo mágico y mitológico...
El Mito de las Musas.
Las alumbró en Pieria, amancebada con el padre Crónida, Mnemósine,
señora de las colinas de Eleuter, como olvido de males y remedio de preocupaciones.
Nueve noches se unió con ella el prudente Zeus, subiendo a su lecho sagrado,
lejos de los Inmortales. Y cuando ya era el momento y dieron la vuelta las estaciones,
con el paso de los meses, y se cumplieron muchos días, nueve jóvenes
de iguales pensamientos interesadas sólo por el canto y un corazón exento
de dolores en su pecho, dio a luz aquélla, cerca de la más alta cumbre
del nevado Olimpo... -Hesíodo, Teogonía.
Y en un Salto, ya estábamos frente a CALÍOPE,
musa de la elocuencia, de la belleza y la poesía épica.
-¡Oh dulce y sugerente voz que confortaste nuestra ánima afligida...!
Con paso lento pero fuerte y seguro...
Calíope ascendió hacia la ancestral ciudad...
Y tras las exquisitas explicaciones de nuestro excepcional anfitrión...
seguimos repechando por la historia íbero-romana de nuestro querido pueblo.
Una sutil emoción iba embargando nuestros corazones.
A las puertas de la muralla ciclópea de nuestra ciudad romana...
nos esperaba la dulce ERATO -musa de la poesía lírica y la canción amorosa-
que con su prodigiosa voz y su virtuosismo...
al tañer su viola da gamba, nos estremeció el cuerpo y el alma.
tras los bellos sonidos inspiradores, Sergio nos acomodó mentalmente
para la siguiente musa...
Y en el lugar conocido como impluvium número uno, junto a la fuente de Minerva
-de cuya estatua nunca se supo- y recostada sobre los vetustos vestigios...
estaba MELPÓMENE; musa de la tragedia...
que nos erizó los filamentos pilosos de las extremidades superiores...
con su trágica y espectacular interpretación,
adornada con los cantos de gráciles avecillas.
Ya el astro rey -Helios- se apaciguaba en los brazos de la Silla del Equo...
cuando en el Foro -la Plaza- nos esperaba, acosada por los "paparachis", la brillante...
EUTERPE, musa de la música. El gozo de la experiencia continuaba en crescendo
-"ma un átimo de nostalgia meridionale, sen sa per de na divisa en
quiaro ralentando per le pasione humane... asai is inventao"
-¡Oh sublimes y bellísimas musas que inspiráis a lo excelso del animal humano,
alejándolo de la barbarie y la crueldad hacia otros animales no humanos,
compañeros terrícolas!
-¡Oh musas, que regocijasteis a Teseo cuando su sola pretensión
era depositar un sencillo ósculo sobre la mejilla de su amada Ariadna!
Absortos y musos... ¡Huy! ¡Mudos! quedábamos ante tanta sutileza...
-¡Lástima de no haber podido grabar el sonido pues lo exigían las recomendaciones...!
Rojo pasión tildaba el profuso horizonte, desde el foro de Ocurrris,
en lontananza, cuando fuimos a buscar a la siguiente inspiradora de
los museos, los mosaicos y la música.
Llegados a la "piscina de la Reina", nos estaba esperando, junto a los sones de Euterpe...
la de los sinuosos trazos volátiles sobre las termas.
La del gracejo sutil del baile voluptuoso...
TERPSÍCORE, la musa de la danza y de la poesía coral.
A esas alturas, ya estábamos todos los presentes encandilados;
gozosos de la acertada decisión ante lo de "qué hacer un sábado por la tarde".
La sierra de Ubrique, la preferida de este humilde blog, en verde,
también contemplaba impertérrita, desde su tácita inmensidad,
una de las visitas más emotivas de las enésimas realizadas hasta la fecha,
a la ciudad romana de Ocurrris, en el Salto de la Mora.
Pero aún nos quedaban más sorpresas.
Escondida y sobresaltándonos...
surgió de la espesura, TALIA, la musa de la risa; la musa de la comedia
y de la poesía bucólica.
-"¡Algunos se llevaron sorpresa doble!"
En la domus dos del impluvium del mismo número, nos esperaba,
con nuestro pueblo hermano de los pueblos blancos,
Benaocaz, como telón de fondo,
CLIO, la musa de la historia...
que con sus historias nos deleitó y nos invitó a descender de las alturas
de musas y dioses, a otras cotas más racionales y humanas...
pero al pasar por lo que antes conocíamos como Columbario y ahora gustan
de llamar Mausoleo y que se mantiene en pie después de decenas de cientos de años,
nos esperaba, con las cadenas que nos unen inexorablemente a la muerte...
POLIMNIA, la musa de los cantos sagrados y la poesía sacra...
-"¡Vivimos sin vivir en nosotros
y tan alta vida esperamos
que morimos porque no morimos...!"
-pero en singular.
Solo las luces de los coches modernos que bajaban por la carretera de Benaocaz,
ponían algún brillo al manto de Nyx, diosa de la noche.
Se echó de menos el brillo de Diana...
la diosa de la Luna, que estuvo retozona y no quiso sumarse a la
epopeya de las musas. Sólo apareció cuando concluyó la noche mágica.
No obstante, aunque su reflejo lánguido brilló por su ausencia,
la mera vespertina visita a las musas romanas...
resplandeció con ilusión fascinante en un recorrido taumatúrgico que elevó nuestros espíritus
al Olimpo de los dioses. Durante esas horas, URANIA, la musa de la astronomía,
la poesía didáctica y las ciencias exactas; la musa que representa a todas las demás,
nos abstrajo hasta los más recónditos recovecos de nuestra psique con su resplandor.
Acompañados de Diana, volvimos a nuestros confortables aposentos.
Gran y épica jornada la vivida en un ambiente calmo y tibio...
y saciados porque... ¡De cultura se alimenta la paz!
En nuestra mente, abierta de par en par,
resonaba durante la vuelta aquella famosa frase que palía cualquier error...
-"¡Cualquier parecido con la realidad ha sido pura coincidencia...!"