Una vez al año, algunas veces dos, hago una escapadita a Madrid, con más frecuencia desde que viví allí, o por lo menos lo intento, aunque no siempre tengo tiempo. Normalmente me quedo en casa de mi mejor amiga, pero cuando voy de fin de semana de chicas con mi madre, pues nos vamos a un hotel.
Esta vez será la tercera vez que nos quedamos en el hotel Abalú, en la Calle del Pez casi esquina con San Bernardo, metro Noviciado, al ladito de la Gran Vía.
El hotel es un hotel boutique, un concepto relativamente nuevo de hotel urbano, sin categoría de estrellas, en el que prima el diseño, la calidad y la céntrica localización, a unos precios relativamente moderados.
Sólo puedo decir cosas buenas. El trato es exquisito, son muy amables y cercanos, y si llamas para decir que ya has estado alojado allí, tienen un detalle contigo. Al ser un hotel de pocas habitaciones, cuidan al detalle el trato con el cliente.
Precisamente, al no tener categoría de estrellas, carece de ciertos servicios. Uno de ellos, y a priori el más llamativo, es que no tiene servicio de comida y cena (tiene lógica ya que al estar tan céntrico tienes un montón de sitio para ir), pero tienen un acuerdo con restaurantes de la zona, por lo que es posible hacer un pedido a la carta si lo deseas, sin más coste que el precio de la cena. Los mismo sucede con el servicio de parking, situado justo enfrente del hotel.
Pero por deformación profesional, lógicamente, lo que más me llama la atención, es la decoración de Luís Delgado. No sabría muy bien como definir el estilo, podría decir ecléctico y no estar muy segura de mis palabras.
La entrada desde la calle ya apunta maneras, con sus jardineras pintadas de rosa fucsia y su lámpara vintage en la ventana de la recepción, y el Beauty Bar brillando con luz propia. Por la noche es más bonita si cabe, ya que tiene focos de luz rosita que se ven desde lejos, y le dan un aire distinto a la fachada tan tradicional de las casas madrileñas.
La entrada tiene dos zonas diferenciadas, la correspondiente a la zona de espera y el propio mostrador de recepción.
La zona de sofás es exquisita, desde mi punto de vista. Tiene un equilibrio perfecto entre piezas modernas, como la lámpara Superiur Imp [lamp] y la mesa Vitra Eames Stool model C, vintage con la presencia de piezas como las lámparas italianas y sofás de los 70´s, o piezas estilo C Jere, jarrones Lladró y Ludwing Zepner, e industrial, con la estructura metálica a la vista, vigas y pilares de la planta.
Todos el mobiliario del hotel está a la venta, solamente con ponerte en contacto con ellos te buscan y ponen a tu disposición la pieza que quieras. He indagado por la red en busca de alternativas, algunas más económicas, y que aporten el estilo del hotel.
(1) Lámpara Superiur Imp [lamp] (2) Cojín Etsy (3) Sofá BoConcept (4) Lámpara Ebay (5) Mesita ElCorteIngles (6) Butaca KA-International (7) Lámpara 1stdibs (8) 1stdibs |
(1) Sillas UrbanOutfitters (2) Mesita Vitra Eames Stool model C (3) Espejo Venta-Unica (4) Base lámpara Ikea (5) Jarrón ZaraHome (6) Flores Nowathome (7) Pantalla Etsy (8) Mariposas Mandellia |
El próximo post, sobre el beauty bar. No puede haber un sitio más bucólico y especial, y el siguiente, cuando vuelva de viaje, sobre las habitaciones, así os puedo contar sobre las tres distintas en las que habré estado.
Espero que os haya gustado y os animéis a ir.
Un besito