Promoción 2011 - Cotejo revancha
Estadio Monumental - 26/06/11.
RIVER PLATE: Carrizo (5); Ferrero (4), Maidana (5) y J.M. Díaz (4); Affranchino (4), Acevedo (5), Arano (3), R. Pereyra (5) y Lamela (4). Caruso (4) y Pavone (6). Posteriormente Villalva y Bordagaray. DT: Juan José López.
BELGRANO: Olave; Turús, Pérez, Lollo y Tavio; Mansanelli, Rodríguez, Farré y Maldonado; Vázquez y C. Pereyra. Luego Andrizzi y Parodi. DT: Ricardo Zielinski.
GOLES: Mariano Pavone (RP) 5 pt. Guillermo Farré (BEL) 16 st.
ARBITRO: Sergio Pezzotta (mal)
MAN OF THE MATCH: Juan Carlos Olave (Belgrano)
RESULTADO MORAL: River Plate 2 - Belgrano 1.
Mario Benedetti dirá en dos pinceladas, lo que yo no puedo abarcar ni con todo el vocabulario del mundo: "Cuando alguien querido se va, mi viejo vuelve a morir".
Mi viejo me metió a River en el corazón. Me parece verlo poniéndome la pequeña camisetita de piqué que todavía guardo. Aún recuerdo cuando levantaba la radio sobre su cabeza festejando un gol. O cuando de su mano vi por primera vez el Monumental en un partido choto de Liguilla en 1991. Jamás olvidaré que le dije "viejo, perdimos con Argentinos 2-0", un par de horas antes de que el sueño lo ganara para siempre el 28 de septiembre de 1999. Fue su cara lo primero que se me cruzó cuando Olave le atajó el penal a Pavone, bajando la persiana definitivamente de esta historia truculenta. Lo extraño hoy más que nunca, para tomarnos unos mates desagotando nuestras penas.
...
Perdonen amigos. Todo el año escribí este post en mi mente, resintiéndome a creer que alguna vez podría pasar. Y pasó. Y aquí estoy, partido al medio, sin poder ofrecerles nada inteligente y reflexivo más que un fuerte abrazo con los ojos vidriosos y un nudo en la garganta.
River se fue a la B... me cuesta escribirlo... creo que todavía no caigo... Su descenso es la noticia mas impactante de toda la historia del fútbol Argentino. Me negaré a comentar el partido. ¿De que partido me hablan?. Hace rato no los analizo, sino que mal redacto pequeños ensayos de psicología deportiva. Solo diré que River fue un hermoso sueño. Alumbrado por gente honesta, con dignidad, con principios, con capacidad. Los años lo hicieron grande. El más grande que existirá siempre. Pero su grandeza admitió a crápulas oportunistas que se hicieron una fiesta en su nombre. Este presente es su herencia. Los que quedaremos de este lado, bancando la brava que se viene, nos debemos dos deberes fundamentales. El de la memoria para perseguir a los culpables. Y el de empujar en el parto, para que River con toda su gloria a cuestas nazca de nuevo.
La vida seguirá su curso, y mañana habrá que volver a patear la calle, al sillón de oficina, a atras del mostrador. Haremos como que todo continua, mintiéndole al resto nuestra pena de no poder llenar jamás un domingo sin vos. Y buscaremos esa esencia de la cual nos enamoramos perdidamente. Buscaremos en potreros o macro estadios, o en aquella bella utopía en la que floreciste. No importarán las trabas y las distancias, buscaremos sin cesar, hasta el fin de la vida si es necesario.
Y hasta que no nos reencontremos con aquella magia, hasta que no vuelvas al lugar que te ganaste, querido millonario, -aunque con el tiempo tal vez no se me note- andaré triste.
Estadio Monumental - 26/06/11.
RIVER PLATE: Carrizo (5); Ferrero (4), Maidana (5) y J.M. Díaz (4); Affranchino (4), Acevedo (5), Arano (3), R. Pereyra (5) y Lamela (4). Caruso (4) y Pavone (6). Posteriormente Villalva y Bordagaray. DT: Juan José López.
BELGRANO: Olave; Turús, Pérez, Lollo y Tavio; Mansanelli, Rodríguez, Farré y Maldonado; Vázquez y C. Pereyra. Luego Andrizzi y Parodi. DT: Ricardo Zielinski.
GOLES: Mariano Pavone (RP) 5 pt. Guillermo Farré (BEL) 16 st.
ARBITRO: Sergio Pezzotta (mal)
MAN OF THE MATCH: Juan Carlos Olave (Belgrano)
RESULTADO MORAL: River Plate 2 - Belgrano 1.
Mario Benedetti dirá en dos pinceladas, lo que yo no puedo abarcar ni con todo el vocabulario del mundo: "Cuando alguien querido se va, mi viejo vuelve a morir".
Mi viejo me metió a River en el corazón. Me parece verlo poniéndome la pequeña camisetita de piqué que todavía guardo. Aún recuerdo cuando levantaba la radio sobre su cabeza festejando un gol. O cuando de su mano vi por primera vez el Monumental en un partido choto de Liguilla en 1991. Jamás olvidaré que le dije "viejo, perdimos con Argentinos 2-0", un par de horas antes de que el sueño lo ganara para siempre el 28 de septiembre de 1999. Fue su cara lo primero que se me cruzó cuando Olave le atajó el penal a Pavone, bajando la persiana definitivamente de esta historia truculenta. Lo extraño hoy más que nunca, para tomarnos unos mates desagotando nuestras penas.
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Perdonen amigos. Todo el año escribí este post en mi mente, resintiéndome a creer que alguna vez podría pasar. Y pasó. Y aquí estoy, partido al medio, sin poder ofrecerles nada inteligente y reflexivo más que un fuerte abrazo con los ojos vidriosos y un nudo en la garganta.
River se fue a la B... me cuesta escribirlo... creo que todavía no caigo... Su descenso es la noticia mas impactante de toda la historia del fútbol Argentino. Me negaré a comentar el partido. ¿De que partido me hablan?. Hace rato no los analizo, sino que mal redacto pequeños ensayos de psicología deportiva. Solo diré que River fue un hermoso sueño. Alumbrado por gente honesta, con dignidad, con principios, con capacidad. Los años lo hicieron grande. El más grande que existirá siempre. Pero su grandeza admitió a crápulas oportunistas que se hicieron una fiesta en su nombre. Este presente es su herencia. Los que quedaremos de este lado, bancando la brava que se viene, nos debemos dos deberes fundamentales. El de la memoria para perseguir a los culpables. Y el de empujar en el parto, para que River con toda su gloria a cuestas nazca de nuevo.
La vida seguirá su curso, y mañana habrá que volver a patear la calle, al sillón de oficina, a atras del mostrador. Haremos como que todo continua, mintiéndole al resto nuestra pena de no poder llenar jamás un domingo sin vos. Y buscaremos esa esencia de la cual nos enamoramos perdidamente. Buscaremos en potreros o macro estadios, o en aquella bella utopía en la que floreciste. No importarán las trabas y las distancias, buscaremos sin cesar, hasta el fin de la vida si es necesario.
Y hasta que no nos reencontremos con aquella magia, hasta que no vuelvas al lugar que te ganaste, querido millonario, -aunque con el tiempo tal vez no se me note- andaré triste.