"...RIVER PLATE, TU GRATO NOMBRE. DERROTADO O VENCEDOR. MIENTRAS VIVA TU BANDERA, LA IZAREMOS CON HONOR..."
viernes, 29 de agosto de 2008
Y QUE MAÑANA SEAN CRACKS
martes, 26 de agosto de 2008
JUAN CARLOS MALAZZO
Hay que hacer memoria para encontrar casos de padre e hijo, jugando con la camiseta de River Plate. Los hay. Ramón y Emiliano Díaz, Norberto y Norbertito Alonso, Los Joaquín Martínez, Ángel y Omar Labruna, y tal vez alguno más. El caso de Juan Carlos Malazzo, hijo de Esteban Malazzo no escapa al punto en común que tienen todos los casos mencionados: El de ser reconocidos como los hijos de. Nunca pudieron hacer un camino aparte del que trazaron sus padres y así evitar navegar en la intrascendencia.
Juan Carlos Malazzo surgió de las divisiones inferiores de River Plate. Llegó a la primera división en el año 1958. Justo cuando comenzaba a desmantelarse el gran equipo multicampeón de esa década. Una de sus primeras presentaciones con la casaca millonaria fue nada menos que ante Real Madrid en el Monumental, en ocasión de una gira por Buenos Aires del cuadro de Di Stéfano. Debutó oficialmente en la cancha de Huracán ante el globito en un empate 1-1. Esa tarde compartió mediocampo con Henry Magri y Juan Urriolabeitia. Era un volante de trajín, sacrificado y poco dúctil.
domingo, 24 de agosto de 2008
PASÓ NARANJA
jueves, 21 de agosto de 2008
EL SUPERCLASICO DIFERENTE
Si bien el superclásico tiene su fama bien ganada en todo el mundo, son solo cuatro los antecedentes de este partido jugado fuera de las fronteras de nuestro país. Uno de esos antecedentes se llevó a cabo en un lugar demasiado exótico para la pasión que despierta este cotejo. Miami. Lo llamaron el superclásico diferente. Y tenían razón.
Se jugó la noche del sábado 15 de junio de 2002 en el estadio Orange Bowl de Miami. Muchos en nuestro país se enteraron del partido por el diario del día. La televisión no arregló precio, por eso nadie pudo ver el cotejo en directo. River Plate y Boca estaban de pretemporada por el norte y el cachet cobrado por esa presentación, sirvió para costear la preparación.
Manuel Pellegrini se estaba estrenando como nuevo técnico de River Plate, en tanto que Boca tenía al Maestro Tabarez –ese viejo verdugo- en el banco de suplentes. Los que tenemos presente ese partido recordamos el vuelco heroico de River en el tiempo de descuento con los goles de Matías Lequi a los 45 y Juan Pablo Raponi a los 47, luego de ir perdiendo durante todo el partido tras un gol a los 8 minutos del comienzo del juego de Nicolás Burdisso. De no haber sido por las modestas circunstancias en las que se desarrolló el juego, habría sido un suceso histórico en la vida del superclásico.
El partido fue organizado por un empresario Argentino aprovechando el crack económico sufrido por Argentina por esos días, y para ofrecerle a los muchos compatriotas que residen en la península de La Florida el partido más trascendente de todos. Cuentan que había cerca de 18000 personas en el Orange Bowl, que de todas maneras quedó demasiado grande, teniendo en cuenta sus casi 75000 localidades, y los fanáticos que se mezclaban entre las banderas y las limusinas que aparcaban en la playa de estacionamiento para ver un espectáculo inusual.
Fue un partido áspero con dos expulsiones por bando (el chileno Alejandro Escalona por River, Burdisso por Boca), un juez norteamericano llamado Kevin Terry, y nombres famosos por ambos lados (los 11 de River; Comizzo, Franco, Lequi, Demichelis, Escalona; Escudero, Ledesma, Zapata, D’allesandro; Domínguez, Cavenaghi. Y en Boca hombres de la talla de Abbondanzieri, Tévez, Guillermo Barros Schelotto y Schiavi). Son detalles que suman al recuerdo de aquel neblinoso superclásico del Orange Bowl de Miami. El más raro de toda la historia.
lunes, 18 de agosto de 2008
PREMIO A LA AMBICION
viernes, 15 de agosto de 2008
AMADEO TIENE PLATEA
jueves, 14 de agosto de 2008
JUAN EULOGIO URRIOLABEITIA
De todas formas su River dejó muchos pasajes memorables en las retinas de los hinchas. Llegó a Núñez luego de una danza de nombres entre los que se encontraban Labruna, Sívori, Rossi y Pedernera, y el suyo era el menos favorecido, ya que no era de la casa y solo tenía el antecedente de su pasado como pilar del mediocampo del equipo ganador de los años 50. Arribó a mediados de 1972 portando un mensaje rotundo: Es la hora de ganar. Borraba con su llegada los atisbos renovadores que habían marcado la etapa de Didí, cesado de su cargo a principios de ese año en desmedro del interinato de Osvaldo Diez. De todas formas, privilegió los elementos de la casa, tanto que de los 11 titulares de su formación base, 9 eran producto de las inferiores.
Urriolabeitia tuvo en su paso como técnico de River un gran hijo y un gran verdugo. Boca y San Lorenzo respectivamente. A Boca lo venció en los tres partidos que lo enfrentó, dos de ellos con una carga emotiva gigantesca, como lo fueron los dos superclásicos del Nacional 72. 5-4 el primero, el día de su debut oficial, y 3-2 el segundo, por semifinales, ambos en Vélez. Pero San Lorenzo le arruinó la vida y lo empujó a la renuncia. El Ciclón le ganó la final del Nacional 72 en tiempo suplementario 1-0 y lo humilló por la Copa Libertadores del 73 con un doloroso 0-4 en el Monumental, que fue la gota que colmó el vaso de la paciencia.
Murió en su ley. Vino a ganar y no ganó. Sus meses en River fueron intensos. Asentó definitivamente en primera a glorias millonarias como Juan José López, Morete y el Beto Alonso. Mostaza Merlo no tendrá los mejores recuerdos de su paso, ya que le hizo calentar el banco bastante tiempo, suplantado por un uruguayo rustico llamado Jorge Vázquez. La formación del 72 (Perico Pérez; Japonés Pérez, Daulte, Dominichi y Giustozzi. J.J López, Vázquez y Alonso; Mastrángelo, Morete y Más) coronó tardes lujosas a pleno futbol y gol –¿quien se olvida del 7-2 a Independiente?-, pero no fue campeón. Y se sabe, de los perdedores muy pocos se acuerdan.
lunes, 11 de agosto de 2008
UN PUNTO TIBIO
viernes, 8 de agosto de 2008
SIEMPRE HABRA UNA NUEVA VUELTA
No se porque, pero guardo en la memoria el gol de Villagra a Colón por el último Clausura. Lo guardo por aquel inolvidable pase de Ariel y por ese grito pueril, todo barrio, pura pasión, cero impostura, en aquel abrazo de gol con Nelson Vivas. No se porque esa imagen se me cruzó cuando vi la foto que ilustra esta nota. A veces no es conveniente decir nada.
Se va Ortega de River. Esa es la noticia. Esa es la verdad. Y no nos gusta para nada. No pretendemos explicaciones, tampoco culpables. Solo exigimos respeto y memoria. No pretendemos que se nos de la razón, no queremos cortar cabezas. Solo tenemos una exigencia. Que la historia repare lo que el hombre con sus acciones contradictorias se empecina en romper. Que Ariel juegue al fútbol, y que juegue con la camiseta que merece. La nuestra.
Entonces que vaya a Mendoza, pero que vuelva. Hasta entonces lo esperaremos. Guardaremos en la memoria la ovación. Simularemos que nada ha pasado, y por un tiempo haremos que olvidamos su tranco chueco dibujando gambetas. Esperaremos otra vez como tantas veces, hasta que por fin brote su estampa de potrero desde el túnel como las flores en primavera. Sabemos que va a pasar. Por todo esto y por aquello de la ausencia de dulzura, es que esta no es una carta de despedida. Solo es un lamento público de un hincha como millones, que no puede soportar que las cosas sean como son y no como realmente tienen que ser. Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio
martes, 5 de agosto de 2008
SA - SA
Santiago Gabriel Salcedo es paraguayo. Nació hace 26 años en Asunción. Comenzó su carrera profesional en Cerro Porteño, donde fue goleador del Torneo Local y de la Copa Libertadores. Tuvo sus pasos por el fútbol de Turquía en el Ankaraguku y por el fútbol de Japón, en el Tokio FC. A Argentina lo trajo Nery Pumpido para jugar en Newell’s Old Boys. Lo hizo en dos etapas, donde se destacó por sus goles en compañía de su compatriota Oscar Cardozo. En el medio de ambas etapas, pasó fugazmente por los Jaguares de Chiapas de la Liga de México.
Potencia, ductilidad, cabezazo, sacrificio, gol. Muchos dicen que un delantero con las características de Salcedo no puede fracasar en River Plate. Puede que tengan razón. Pero, lo mismo dijeron de Abreu cuando llegó hace 6 meses. Desde Farías River no tiene un referente de gol en su equipo. Salcedo viene para eso.
viernes, 1 de agosto de 2008
EL OSCURO SEÑOR ZAHAVI
Se llama Pinhas Zahavi. Nació en Israel. Se metió en el mundo del fútbol de la mano del periodismo en los años 80. Desde allí comenzó a cultivar una de las virtudes que sus admiradores (que los tiene) mas le reconocen: La discreción. Su pericia, olfato y azar favorable para los emprendimientos lo llevaron a trabar amistad con personajes muy influyentes en el mundo de los negocios. Dime con quien andas y te diré quién eres. Entre los tantos "amigos" de Zahavi están el iraní Kia Joorabchian y el ruso Roman Abramovich, Poderosos magnates del futbol, sobre cuyos millones no conviene preguntar su procedencia.
Su primer negocio con River Plate data de Agosto de 2006 cuando compró por 13 millones la mitad de los pases de un paquete de 10 jugadores entre los que se destacaban Gonzalo Higuaín y Fernando Belluschi. En diciembre, “Pipita” firmó contrato con Real Madrid por 18 millones de Euros. Un año mas tarde, Belluschi emigró a Grecia por 8. Un negocio redondo.
Zahavi (Pini, para los intimos) es propietario del Locarno, un pequeño club de la segunda división de Suiza. Con él terceriza y legitima las operaciones que concreta. Suele presentarse como empleado de alguna de las siguientes empresas: GSI (Global Soccer Investments), GSA (Global Soccer Agency), Gol International, HAZ Football Worldwide Limited y la famosa MSI (Media Sports Investment). Todas ellas tienen algo en común: sus casas centrales están radicadas en paraísos fiscales como Gibraltar y las Islas Vírgenes. Allí, nadie se hace problema por el origen de los fondos. Y Zahavi no tiene que dar explicaciones a la hora de contar a quiénes representa.