MOLESKINE ® LITERARIO

Notas al vuelo en cuaderno Moleskine® .

Copy Paste alemán

2.16.2010
Helen Hegemann. Fuente: 123people

En el 2008, Mario Bellatin hizo un artículo sobre Yasunari Kawabata, que se publicó en un diario argentino, que fue considerado como genial y profundo por muchos. Lamentablemente, el editor olvidó colocar una nota a pie de página que decía "hecho con la técnica del copy-paste". ¿Por qué lamentablemente? Porque ese artículo era, en realidad, más que un artículo periodístico una suerte de intervención artística y una pregunta sobre la crítica literaria y su capacidad de explicar a un autor. Y es que para escribir ese artículo Mario Bellatin voluntariamente recortó y pegó varias reseñas a sus propios libros y solo se limitó a cambiar, en el Word, la palabra "Bellatin" por "Kawabata". Al final, alguien reconoció sus propias palabras dirigidas a otras y se armó un escándalo pequeño y luego minúsculo y olvidado bajo la alfombra que, lamentablemente también, no puso en cuestionamiento lo que debía cuestionarse sobre el arte y la crítica literaria. En fin, eso viene a cuento porque en Alemania una chica de 17 años se ha convertido en un best-seller usando la técnica del copy-paste. Pero, a diferencia de Bellatin, ella no ha querido cuestionar nada sino pasarse de listilla. Por eso recurre al famoso y fallido argumento de la "intertextualidad". Lo realmente divertido es que atraparon a la chica de un modo, por decirlo así, bastante alemán. Y es que la muchacha habla todo el tiempo de una discoteca a la que no tiene acceso por ser menor de edad. En América Latina, o incluso en EEUU donde todos tienen cédulas falsas para entrar donde sea y comprar lo que sea, ese detalle sería intrascendente. Así dice la nota:

Una novela de una adolescente -la autora se llama Helene Hegemann y tiene 17 años- se ha convertido en uno de los temas de discusión en los círculos literarios alemanes, no sólo por el sorprendente éxito que ha tenido, sino por haber agitado la discusión sobre el plagio. Axototl Roadkill, ése es el nombre de la novela de Hegemann, habla del mundo de los excesos de drogas, sexo y alcohol de ciertas fiestas berlinesas; ha saltado al quinto lugar de las listas de libros más vendidos y ha sido escogida entre las candidatas al Premio de la Feria del Libro de Leipzig. Esa es la parte positiva de la historia. La parte negativa es que, después de que un bloguero la acusase de plagio, Hegemann ha admitido que ha tomado parte de sus libros de otras fuentes y se ha disculpado por no haberlas mencionado convenientemente. No obstante, Hegemann rechaza la acusación de plagio y dice que de lo que se trata es de "intertextualidad", y que, si a todo escritor que hiciera lo que ella ha hecho se le acusara de plagio, la vida literaria terminaría por acabarse. La primera sospecha fue que Hegemann había tomado algunos pasajes de su libro de una novela llamada Strobo, escrita por un autor que utiliza el pseudónimo de Airen y cuyos temas giran también en torno a las drogas, el sexo y el alcohol. Airen también tiene un blog, en donde se dedica a registrar experiencias de fiestas extremas. En las dos novelas, y con frecuencia en el blog de Airen, aparece la discoteca Berghain, donde Hegemann tiene vedada la entrada por ser menor de edad. Ese detalle fue el que generó las primeras sospechas de algunos que creyeron ver en la prosa de Hegemann descripciones de ese lugar que resultaban demasiado vividas para alguien que no lo había visto nunca. Hegemann sostiene que no conoce la novela de Airen pero sí su blog, del que admite haber sacado algunos pasajes, en un procedimiento que ella considera en principio legítimo. A la larga, sostiene Hegemann, las experiencias que ella cuenta no son las suyas -dice que, por ejemplo, ella no consume drogas-, sino las de un personaje ficticio que ha creado. La editorial Sukultur, que publicó la novela de Airen sin que ello tuviera mayor resonancia más allá del mundillo subcultural berlinés, no admite los argumentos de Hegemann. "Naturalmente Helene Hegemann no tiene que consumir heroina para escribir sobre la heroina. Para escribir sobre la Edad Media tampoco hay que hacer un viaje a la Edad Media. Pero uno no puede sencillamente copiar otras novelas sobre la Edad Media", dice la editorial en su página web. Entre tanto, Sukultur y la editorial Ullstein, que publicó la novela de Hegemann, han llegado a un acuerdo. Ullstein ha dicho que todas las dudas sobre derechos de autor han sido aclaradas y que se han conseguido las autorizaciones necesarias. Sin embargo, eso no parece haber puesto fin a la polémica sobre los límites entre el plagio y la llamada intertextualidad, que, desde otra perspectiva, ha sido abordada por el crítico suizo Philipp Theisohn en su reciente libro Plagio: una historia no original de la literatura. Theison, naturalmente, ha sido consultado por los medios alemanes sobre el caso Hegemann y ha dicho que, aunque naturalmente es posible partir de la idea postmoderna de que todo está escrito y de que ya no se puede ser original, el escritor que asuma esa idea tiene que reflejarla en su obra y no ocultar su procedimiento. Airen, cuya verdadera identidad se desconoce, ha dicho, en declaraciones al diario Frankfurter Allgemeine, que Helene Hegemann no le ha hecho nada y que, si en la próxima edición se reconoce la deuda con sus textos, él dará el asunto por saldado. El blogero y novelista clandestino ha leído el libro de Hegemman y dice que es el tipo de libro que a él le gusta leer, que estaría igualmente bien sin los pasajes que la autora tomó de sus textos.

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Kenzburo Oe entrevistado

1.27.2010
Kenzaburo Oe. Foto: David Coll. Fuente: elpaís

La publicación en castellano (Seix Barral) de Renacimiento, la primera novela de la trilogía que Kenzaburo Oe publicó hace una década, ha despertado el interés de España por este extraordinario escritor japonés. En "Babelia" lo entrevistan en su casa en Tokyo. Por cierto, yo acabo de tragarme su novela como quien se come una píldora. Es estupenda. Además, en la extensa y cálida entrevista, Oe habla de su vejez, opina sobre el éxito de Haruki Murakami y dice algo que, seguramente, Mario Bellatin -gran lector de la literatura japonesa desde hace décadas, y de Oe en especial- habrá recortado: "todo escritor es manco":

Renacimiento es la primera novela de una trilogía que usted comenzó hace casi una década. ¿Qué van a encontrar los lectores españoles en este primer volumen?
Es una gran alegría que se publique en español. Es el segundo idioma al que se traduce, tras el alemán. La edición que ha hecho Seix Barral es estupenda, pero lo que más me gusta es que le hayan puesto el título de Renacimiento. Es el título que le hubiera querido poner, aunque el que tiene en japonés y en la traducción al inglés -que se publica en primavera- es Changeling.

Ese título viene dado por Outside over there, un libro de Maurice Sendak que juega una parte importante en esta novela. ¿Por qué le ha gustado tanto un título que no guarda idéntica relación con el original?
Tengo un amigo al que conocí cuando tenía 16 años. En esa época yo quería estudiar matemáticas o física hasta que él me dijo: "Lo tuyo es la literatura. Y el cine, el dibujo, la música...". Él me inició en la creación artística, y eso me cambió para siempre. Este amigo se convirtió en una suerte de tutor y gracias a él conocí a la que ahora es mi esposa [Yukari Oé es hermana de Itami]. Más tarde, él se convirtió en un director de cine. Su nombre: Juzo Itami. Siempre hemos sido amigos y siempre he tenido una vida en pareja con esta persona.

P. De hecho, usted ha titulado esta trilogía como la de las "extrañas parejas".
R. Así es. En concreto parto de la idea de la seudopareja, un concepto que tomo prestado de un párrafo de El innombrable de Samuel Beckett. Itami y yo siempre hemos sido una pareja. Hasta que él se suicidó. Hasta entonces él vivía haciendo películas y yo publicando libros. Mi trabajo siempre ha tenido una faceta política y él nunca quiso saber nada de eso, así que llegó un momento en que ya no nos veíamos tan a menudo. Por eso cuando falleció empecé a recordar la juventud que vivimos juntos y a pensar en mi propia vida. Y aunque mi amigo no puede resucitar, lo que yo intentenacimiento. Y también el mío propio. Ése es el tema principal de esta obra. De ahí que me guste tanto el título en castellano. El día después de su muerte recibí un fax de Edward Said muy emotivo que me hizo pensar en todo esto. Más tarde leí el cuento de Sendak, y eso redondeó el punto de partida para Renacimiento.

P. Y Renacimiento sería la primera de una serie de tres novelas.
R. En efecto. Y en todas ellas el protagonista es un escritor llamado Kogito. La segunda obra de la trilogía se podría traducir como El niño de la triste mirada. Hace referencia al "caballero de la triste figura", porque en este caso narra la relación de Kogito, literato y moralista japonés, con el Don Quijote de Cervantes. El ten Quijote de Cervantes. El tercero se llama Adiós a mis libros, un canto a esta vida dedicada a la literatura.

(...)

P. De todos sus álter egos, Kogito es el que más se ha prodigado en sus novelas. ¿Es el que más se ha acabado desligando de Oé?
R. Así es. Y creo que esto se percibe aún más en mi último libro, que se acaba de publicar en Japón. El título en castellano sería algo así como Muerte por agua, y se inspira en el de la cuarta parte del poema de T. S. Eliot La tierra baldía. En esta novela ha llegado un momento en que ya no sabía si estaba escribiendo sobre mí o sobre Kogito. Muchos jóvenes me dicen que mis libros son mediocres porque no tienen un clímax final debido a que Kogito no mata a nadie, no huye etcétera. (Ríe). Claro, yo les respondo que Kogito, al igual que yo, tiene que escribir, tiene que subsistir pese a ser un personaje. Es complicado. De todas maneras, con Muerte por agua Oé ya ha terminado de decir todo lo que ha querido decir a través de ese moralista que es Kogito. Como escritor, echo un vistazo a mi vida y pienso que soy una especie de moralista, al igual que Don Quijote o Sancho Panza. Continuamente me pregunto por la condición humana. Y creo que Cervantes también lo hacía. Y aunque yo no puedo definirme como un moralista oficial, siempre quiero introducir en mis libros la figura de un moralista que padece la era contemporánea. Éste es el tema principal de toda mi literatura. Cuando empecé esta trilogía tenía más de 60 años. Por eso pensé escribir esta obra sobre mí mismo y sobre el tiempo que he vivido en este país que llaman Japón.

(...)
P. Por otro lado, también hizo una clara referencia a la Secta de la Verdad Suprema en Salto mortal, uno de sus últimos libros publicado en castellano. ¿Cree que la sociedad japonesa ha reflexionado lo suficiente sobre todo lo que pasó hace casi quince años?
R. Nada ha cambiado. Los ataques terroristas sirvieron de alarma para la sociedad japonesa. Nos alertaron de que estamos cerca de algo mucho peor. Pero el tema no se trató con el suficiente peso. Haruki Murakami escribió un libro muy necesario sobre el tema: Underground. Es estupendo.

P. Desde luego es un trabajo periodístico excelente, aunque aún está inédito en español.
R. Qué lástima. Murakami es un tipo interesante, lo conocí una vez durante una entrega de premios.

P. Su Kafka en la orilla me recuerda a sus descripciones de los bosques de Shikoku.
R. Es verdad. Lo que pasa es que mis libros no se venden ni una centésima parte de los suyos (ríe).

P. Ventas al margen, usted acaba de publicar Muerte por agua en Japón. No sería la primera vez que dice que éste va a ser su último libro.
R. Sí, lo he pensado muchas veces (ríe). A mis 74 años veo Renacimiento, y creo que ya no voy a poder escribir algo de semejante nivel. Para mí Muerte por agua es el final de una saga de cinco obras. Con este último puedo dar por cerrada la obra de mi vejez. Soy escritor y aún estoy vivo y es posible que me encuentre ante otra obra que quiera escribir. Me gusta mucho el Quijote y lo he leído muchas veces. Mucha gente ha escrito un Don Quijote. Günter Grass tiene su Tambor de hojalata, por ejemplo. Yo desde pequeño he tenido el sueño de escribir un libro en el que el protagonista diga "yo soy Cervantes" o "yo soy Don Quijote". Sin embargo, de momento yo sólo he escrito uno en el que el protagonista puede decir que se llama Kogito (ríe). Dentro de toda mi obra hay una persona, un personaje que está separado del resto. Y el modelo está ahí [señala a Hikari, que está detrás de nosotros, ojeando el periódico]. Si aún vivo tres años más, me gustaría escribir un libro en el que Eeyore [el nombre que Oé utiliza para los personajes basados en su hijo] explicara la historia contemporánea a través de sus ojos. Sería ficción, por supuesto. Al igual que el Oskar de Grass toca el tambor para darse a conocer, mi Eeyore tendría su música. Ahora que lo pienso, creo que existe la clara posibilidad de que un libro así vea la luz.

P. ¿Y qué hay de ese destino que los dos protagonistas de Renacimiento ven escrito en el poema Adieu de Rimbaud?
R. Ese destino no se ha hecho realidad. Cuando pienso en el verso "Entraremos en las espléndidas ciudades"... Nosotros no hemos llegado a poder vivir juntos ese renacimiento maravilloso del que hablo en la novela. Rimbaud es un punto de partida para la literatura moderna y, como Rimbaud, todos los grandes autores de la modernidad tienen algo que han perdido, algo que les falta. Todos escriben sobre un héroe que ellos no han podido ser, el mismo que yo no he podido ser. Y la forma inicial, el prototipo, es Don Quijote, de Cervantes. Él tenía un brazo inutilizado y le llamaban manco . Pienso que todos los grandes autores del siglo XX, desde García Lorca hasta Günter Grass, son mancos, les falta algo. En francés el verbo manquer indica un déficit en la persona, es muy significativo. Yo tengo tantas manques . Hace 46 años que vivo con mi hijo, que es deficiente. Y siento que ésa es mi gran manque. Él también es manco, pero él es mi héroe y a mí me gustaría que él fuera el héroe de esta nueva novela que ahora está en mi cabeza. En cualquier caso, yo no tengo ni un destino ni un talento tan grande como Cervantes (ríe). Yo de momento he venido hasta aquí agarrado del brazo con Kogito y es posible que antes de morir pueda mostrar al mundo un libro en el que aparezca su destino . Hace apenas tres semanas que presenté el nuevo libro en Japón. Y aún no le he dicho a nadie nada sobre este nuevo proyecto. Usted es el primero que lo escucha.

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¿Where´s Bellatin?

12.23.2009
Mario Bellatin en Jerusalén. Fuente: moleskine

¿Conocen ese libro Where's Wally (Dónde está Wally)? Se trata de ubicar a un personaje entre decenas o centenas de personas, en distintos lugares del orbe. Pues alguien debería inventar un juego así con Mario Bellatin, quien me escribe siempre un email de un lugar distinto. Le exigí que me dé una prueba de que está en Jersualen y me la envió.

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Excesos del cuerpo

12.17.2009
carátula del libro. fuente: eterna cadencia

Muy tarde, cuando mi amiga Kat se ha ido ya de viaje rumbo a las parrillas de Buenos Aires, me entero de este libro que ha aparecido en Eterna Cadencia. Se llama Excesos del cuerpo y es una recopilación de textos sobre la enfermedad realizada por dos venezolanos: Nathalie Bouzaglo y Javier Guerrero. Algunos autores tenían que estar sí o sí, como Mario Bellatin o Alan Pauls, dos hipocondriacos de grado mayor. La presencia de Margo Glantz y Diamela Eltit se justifica por asuntos más literarios que hipocondriacos, creo. Otros, como el siempre atlético Edmundo Paz Soldán, me sorprenden. Dice la nota en Telam:

El libro reúne once voces latinoamericanas: Mario Bellatín, Sergio Chejfec, Victoria de Stéfano, Roberto Echavarren, Diamela Eltit, Margo Glantz, Lina Meruane, Sylvia Molloy, Alan Pauls, Edmundo Paz Soldán y Edgardo Rodríguez Juliá.Uno de los elementos que ponen sobre el tapete los compiladores es la centralidad que en las ficciones latinoamericanas adquiere la enfermedad -algo no muy explorado- y el hecho de que muchas veces la propia literatura se describe como una enfermedad.La convocatoria de la editorial Eterna Cadencia a participar de esta antología incluía una pregunta: ¿Cómo narrar la enfermedad? Y alrededor de este interrogante los escritores inventan una espesa trama de respuestas posibles.En "Ex", del argentino Alan Pauls, la enfermedad contagiosa es la que deviene de un pasado que resulta imposible dejar definitivamente atrás para las tres personas involucradas en esta historia.En "Colonizadas", de la chilena Eltit, los compiladores llaman la atención sobre la manera en que trabaja la enfermedad: "como metáfora de opresiones sociales, médicas, políticas, religiosas".El relato pone al descubierto "la imposición cultural" que constituye la figura de la madre y la "alienación que ello implica".La argentina Sylvia Molloy cuenta de una mujer que no puede recordar en un relato, "Desarticulaciones", que por ende se presenta como fragmentario. "La desmemoria da paso a la ficción sin límites", apuntan los compiladores: `Acaso esté inventando esto que escribo. Nadie, después de todo me podría contradecir`, dice la mujer sin memoria.Desde una perspectiva onírica Mario Bellatín, escritor peruano nacido en México, urde una narración donde se adivinan las intersecciones entre el cuerpo, el sueño y la enfermedad de la mano de un niño criado en una comunidad sufí.Sergio Chejfec elige la ausencia del cuerpo para su relato "Los enfermos", "que propone incluso a partir de la ironía de su título un desmantelamiento del cuerpo ante un mundo fascinado por las tecnologías y sus seductores poderes de invisibilidad", advierten Guerrero y Bouzaglo. Por el contrario, el puertorriqueño Edgardo Rodríguez Juliá, en "Tu bata blanca, el pastillero mío, ambos trofeos", elige la representación de su propio cuerpo en el que "las enfermedades son las condiciones que anclan los recuerdos y relacionan el cuerpo con acontecimientos históricos significativos". La depresión se enseñorea en "Trazos oscuros sobre líneas borrosas", de la venezolana De Stefano, a través de la historia de un pintor que ha caído en una severa depresión, mientras que en "Mal de ojo", de la chilena Meruane, la enfermedad desorganiza la vida del que la sufre y de su entorno, al tiempo que en el texto se suceden las metáforas sobre la experiencia de ver. "Estaba solo a medias ciega. Y por eso acepté tu café y me lo llevé a la boca sin titubear, por eso incluso sonreí, porque, a pesar de todo. No podías ver lo que había detrás de mis pupilas, no podías calcular la gravedad de la hemorragia. Se te iluminaron los ojos y me sonreíste de vuelta. Y entonces pensé que sería fácil engañarte mientras estuviera tuerta", escribe Meruane. El tema del contagio, que sobrevuela la mayoría de los relatos de esta antología, es central en "Tres personas distintas. ¿Alguna verdadera?", de la mexicana Glantz. Según los compiladores, el relato hurga en una zona peligrosa "en la que se activa el terrorífico juego de las relaciones de poder: Los dientes son proclives a pensar el contagio e incluso la enfermedad, pero se activan con frecuencia cuando hay ganas de morder".

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RESEÑA DE LA SEMANA

12.09.2009

Mario Bellatin
Biografía ilustrada de Mishima
Matalamanga, Lima. 2009. 53 páginas


EL AGUJERO DE LA ESCRITURA


La nueva novela de Mario Bellatin es una ralentización que empieza y concluye con unos zapatos abandonados al borde un mirador. En el intermedio, un impecable profesor japonés da una conferencia, acompañada con slides, sobre el gran escritor japonés Yukio Mishima. Lo acompaña en la mesa, en silencio, un escritor que es el espectro del propio Mishima. La novela dura lo que durará la conferencia. El narrador es un asistente silencioso. Y mientras el profesor diserta sabiamente sobre la obra del autor japonés, el espectro de Mishima ve en aquellos slides una biografía ilustrada de su vida póstuma o paralela. Y es que, lo cierto es que la biografía ilustrada a la que asistimos apenas tiene que ver con la “verdadera” vida del narrador Yukio Mishima. Y más bien, se parece muchísimo (en la coincidencia de los títulos y los temas de las novelas, en la obsesión por los perros y las víctimas talídomes, y en algunos datos autobiográficos que pueden rastrearse) a la de Mario Bellatin.


Biografía ilustrada de Mishima es una de las novelas más complejas de Mario Bellatin pero, al mismo tiempo, es una de las pocas que ofrece al lector todas las claves para su comprensión en la propia obra. El espectro de Mishima aparece sin cabeza porque, como se recordará, el autor fue víctima de harakiri y el sepuku ritual. Aquel vacío que representa la cabeza ausente se va convirtiendo en un hecho cada vez más significativo. Al principio, el espectro Mishima intenta pasar la amputación como un efecto secundario del uso de la talidomida. Pretendía así ganarse un pasaje a París y, además, un efectivo. El fin utilitario de su minusvalía es de inmediato rechazado, sin consideraciones, por una enfermera que certifica “amputación”. Luego, el espectro de Mishima busca trascender ese fin utilitario y reemplazar la cabeza con una serie de artefactos que deben dar la apariencia de que ese “vacío” no existe. Del mismo modo como un soldado del ejército reemplaza su pierna amputada por una pierna de plástico, o Mario Bellatin reemplazó en su juventud el brazo faltante por un garfio metálico, el espectro Mishima quiere pasar inadvertida su deformidad sin éxito. Intenta cumplir así con su rol social, aceptar lo que los demás dicen (las deformidades deben cubrirse, esconderse, ignorarse) del mismo modo en que, en una escena memorable, él y su amigo Morita están obligados a comprar un Dodge del vecino que no quieren comprar, y cuyo vecino no quiere vender. El tercer paso es una epifanía. Descubre súbitamente que aquel vacío es el fin mismo de la escritura, de la vida misma. “Un hueco que para Mishima es lo único que parece cierto en la vida” es la información de uno de los slides. Entonces, el espectro Mishima decide convocar a un artista plástico de renombre para que haga una “intervención” sobre su cabeza faltante, que la reemplace por un objeto artístico sin mayor utilidad, de manera tal que “el vacío dejara de pertenecerle solo a él y se convirtiese en un atributo que involucrase a los demás”. Por su parte, hacia el final de la conferencia, el profesor japonés afirma que Mishima “nunca ha existido realmente. Tampoco el aparato didáctico de su intervención, por medio del cual habíamos estado observando una especie de reflejo de la realidad”.

Mario Bellatin creó en El Gran Vidrio una suerte de tríptico que funcionaba como “autobiografía mentirosa” o “autobiografía ficticia”. Uno podría estar tentado a pensar que lo mismo ha intentado en Biografía ilustrada de Mishima. Sin embargo, eso no es precisamente cierto. Dos preguntas atraviesan, de manera lacerante, toda la novela: “¿De qué río se nos habla en ese extraño exilio que es la escritura?” y “¿Qué clase de espanto ha sido capaz de generar una escritura semejante?” (esto último lo dice el espectro Mishima luego de asistir como espectador a una función teatral de su novela Salón de belleza). Ambas preguntas están engranadas con distintas escenas de la novela, en las cuales el espectro Mishima reconoce que no sabe de dónde nacen las ideas ni los libros que escribe. Se ve a sí mismo encerrado en un cubículo rodeado de escritores muertos, espectros como él. El proceso narrativo es un proceso místico, religioso, involuntario, que lo remite tanto a los místicos cristianos como a la poesía sufí.


Si logramos articular la idea de la escritura como un proceso interior donde la consciencia no tiene nada que ver (un vacío simbolizado por la falta de cabeza del espectro Mishima) con la iluminación del espectro Mishima según la cual su vacío debe ser un proceso comunitario, compartido por todos, y no un defecto propio que lo individualiza, podemos entender mejor la conclusión del profesor japonés: Yukio Mishima, como ningún escritor, existen realmente. Todos son espectros, agujeros que se crean cuando la vida no encaja perfectamente, y desde los cuales brota la escritura de manera espontánea, necesaria, como una herida que supura o un océanos que se desborda. Ciertamente, la biografía ilustrada del espectro Mishima nos muestra –esta vez- la biografía y obra de Mario Bellatin. Pero eso es aleatorio. También podría haber mostrado la de cualquier escritor, cualquiera, y todas encajarían. El espectro de Mishima es el espectro mismo de la escritura. Las preguntas latentes (“¿De qué río se nos habla en ese extraño exilio que es la escritura?” y “¿Qué clase de espanto ha sido capaz de generar una escritura semejante?”) son las preguntas que nos hacemos todos los escritores del mundo. Y la falta de respuestas, aquel vacío que es lo único que existe, es lo que permite que la literatura siga existiendo no como un proceso utilitario o rutinario sino revelador y purificador.


Que Mario Bellatin es un “escritor raro” es un lugar común difícil de rechazar. Que escribe siempre la misma novela es otro lugar común, pero ése sí es absolutamente negligente. Las novelas de Bellatin son ciclos que se cierran. 24 horas, 365 días, 7 años, el tiempo es una buena medida para asumir que aunque las cosas se repitan, al pertenecer a ciclos distintos no pueden ser iguales. Cada hecho es incontrastable. Comprarse una bicicleta a los siete años no es igual que comprársela a los 41 años. Enamorarse a los 15 no es igual que a los 60. Las novelas de Bellatin insisten en los mismos temas, cierto, pero aquello en vez de darnos la sensación de rutina o de monotonía debería darnos la idea de lo único e irrepetible que es cada situación una vez que se ha cerrado y comenzado un ciclo. La capacidad para reinventarse en cada novela convierte a Mario Bellatin no solo en un escritor extraordinario sino en una especie de "artefacto" literario o artístico, un proyector de slides donde todas las escenas, incluso las repetidas, cambian constantemente de rol, de lugar y de significado. Las novelas de Bellatin deben leerse como procesos de transformación espiritual pero también matemática. Cada factor nuevo incide sobre el significado de las escenas y muta constantemente su signo.


Bellatin, desde el hueco de la escritura, se convierte no en transgresor literario –como podría serlo César Aira- ni en un escritor de culto –como lo sería Mario Levrero- sino en una suerte de “combinador” de escenas, de mezclador o sampler, un originalísimo artista integral que usa la escritura como un objeto material y cuya trascendencia no está en el futuro sino en el presente, el momento mismo de la ejecución (es decir, de la lectura o la escritura). En ese sentido, Biografía ilustrada de Mishima, como algunas otras novelas del autor, es una obra imprescindible para entender hasta dónde pueden llegar los límites del proceso literario del siglo XXI. Aunque tratándose de Bellatin siempre pueden llegar aún más lejos.

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Volpi y el compromiso político

11.18.2009
Jorge Volpi. Fuente: revistañ

Y así como Carlos Fuentes es un holograma del Boom literario, Santiago Gamboa y yo (y el mismo Jorge Volpi, por qué no) somos (tristemente, cabría añadir quizá) hologramas de escritores de última hornada, la nueva imagen del "Perfecto Escritor Latinoamericano Joven" (más de 40 años yo, Gamboa cuántos tendrá), sin corbatas de seda, sin autógrafos en concursos de belleza, sin premios Rómulo gallegos, sin saber -ni querer- insertar El Quijote en una respuesta, sin hablar de corrupción y analizar la coyuntura actual cuando nadie nos pide eso; con el pelo largo rockero (yo antes) o con la pinta de nerd (yo ahora). Al menos eso se desprende del artículo en Clarín de Jorge Volpi donde me menciona (para mi sorpresa y feliz carcajada... se malea Volpi) mientras comenta que "hoy un escritor latinoamericano debe descreer del compromiso". Dice el artículo:

Del pelo largo y la actitud rockera, al look cool o nerd. De la colección amarilla de Gallimard a la del mismo tono de Anagrama. De los debates iracundos sobre política en la universidad a miles de posts en la blogosfera. Del realismo mágico al realismo y la ciencia ficción; de Gabriel García Márquez a Santiago Gamboa y de Mario Vargas Llosa a Iván Thays: ¡vaya si ha cambiado el perfil del perfecto y joven escritor latinoamericano!" El que ilustra y grafica un poco en broma, un poco en serio, la hilarante cartografía literaria regional es el mexicano Jorge Volpi, integrante de esta casta; la de los escritores nacidos a partir de 1965, ya no tan jóvenes. Hace unos años, Volpi estuvo entre los cinco escritores que Carlos Fuentes eligió como sus herederos literarios.De paso por Buenos Aires, adonde vino a presentar El insomnio de Bolívar. Cuatro consideraciones intempestivas sobre América latina en el siglo XXI -que le valió el Premio de Ensayo Debate-Casa de América- Volpi habla detrás de sus ojos diminutos sobre la literatura latinoamericana, o -como prefiere decir- "la literatura que hoy se escribe en América latina". (...)

Luego, Jorge Volpi dice:

[...] la idea de una literatura continental murió con el chileno Roberto Bolaño, "el último escritor latinoamericano".

¿Por qué?

Bolaño sí tenía esa convicción de estar respondiendo a la tradición latinoamericana. Él conocía bien lo que pasaba en la tradición literaria argentina, chilena, colombiana o mexicana y le importaba pelearse con esa tradición.

En cambio ahora...
Se buscan otras tradiciones, otros autores, otras influencias, de manera que ya no hay rasgos claros de lo latinoamericano, excepto en aquellos escritores que temáticamente retratan los principales conflictos sociales actuales; que eso sigue existiendo.

Si antes el compromiso era un deber ser, ¿hoy el deber ser no es justamente ser apolítico?
Sí. Para ser escritor latinoamericano ya no hay que estar comprometido con la izquierda. Ahora hay que descreer de cualquier compromiso político, y hay que estar vinculado con el mayor cosmopolitismo posible. Somos excepcionales los que nos interesamos todavía por lo político.

Muy lejos está Volpi de afirmar que todo tiempo pasado fue mejor. Simplemente argumenta que se acabaron los grandes discursos y con ellos los sumos pontífices. "Ahora hay una enorme pluralidad -o un enorme caos- de temas y de propuestas. El que haya estos contrastes hace que la literatura que se escribe en América Latina viva un momento interesante, desde las propuestas minimalistas de Mario Bellatín hasta algunas novelas totalizadoras de Santiago Gamboa".

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Las puteadas de Fogwill

11.12.2009
Rodolfo Fogwill. Foto: Julieta Cecchi. Fuente: no retornable

Hace poco, Mario Bellatin colgó en su ajetreado perfil de Facebook una nota en hebreo donde hablaban -debe suponerse- de su obra, con una foto enorme. La nota tenía también un pequeño círculo donde se veía a Fogwill. Un comentarista dijo: "Las puteadas de Fogwill se entienden hasta en hebreo" Ja! Estuvo bueno el chiste. Y sí, pues, las puteadas de Fogwill amenazan con hacerse más famosas incluso que sus novelas. La feria del Libro de Santiago de Chile ha sido testigo de algunas "citas citables" Dice suplemento Ñ:

De visita en la feria del libro chilena, el autor argentino Rodolfo Fogwill criticó a los escritores que no logran escribir con facilidad y rapidez. En el marco de su visita a la Feria Internacional del Libro de Santiago, dijo: "Esos boludos, esos huevones que dicen que tienen 'el terror de la página en blanco', aunque ahora se usa la pantalla, y que la llenen con los dedos, no sé, que dibujen algo, que pongan una porno en Internet si les da terror una página en blanco". Autor de "Vivir afuera" y "Runa", Fogwill aseguró que "si uno tiene algo para decir, lo puede decir en 20 minutos". Sobre lo mismo, alardeó que en su vida tuvo etapas de escribir diez horas al día, especialmente cuando "trabajaba mucho haciendo informes de opinión pública de marketing, de desarrollo de productos, discursos de diputados, cualquier pavada, por dinero". El escritor admitió que en esa época fue "bien prostituto" en sus convicciones, pero que de aquel período le quedó "la cosa de escribir ocho o doce horas, lo que en literatura es inútil". Los alardes de Fogwill circularon por la Feria del Libro de Santiago paradójicamente después que el también escritor argentino César Aira dijera que en su país todo hombre es un megalómano.

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Laboratorio Bellatin

9.28.2009
Mario Bellatin, el Corán y sus perros en la Calle Ideal. Fuente: entropíablog

Mario Bellatin estará en Buenos Aires a principios de octubre para ofrecer el Laboratorio Bellatin. Se trata de un seminario muy especial, muy bellatinesco, donde los alumnos se acercarán al sistema de escritura de unos de los raros más raros de América Latina. Además, en Buenos Aires -al igual que en Lima, por Matalamanga- la editorial Entropía anuncia Biografía ilustrada de Mishima la nueva novela de Bellatin. En suplemento Ñ se anticipan a la llegada de Mario a Buenos Aires:

¿Se puede enseñar a escribir?
No lo creo. Habría primero que definir qué es escribir. A partir de mi experiencia puedo decir que de haber tomado de manera racional la decisión de ser escritor me sentiría como un verdadero tonto. Escribo porque debo hacerlo, y siento que si llegara a preguntarme profundamente por aquella acción se derrumbaría todo. La plástica tiene una presencia enigmática en su obra. También la fotografía y el teatro.

¿Cómo integra otras artes en su poética?
Considero que no hay otras artes. Parto de la idea, un tanto descabellada, de que todo es escritura, por esa razón no veo la diferencia de fondo que puede haber entre una disciplina y otra. Parece insoslayable el tema de su brazo faltante, como en la escena en que tira la prótesis al Ganges en "El gran vidrio".

¿Qué relación hay entre esa falta y su actividad artística?
Ninguna. O sí, una relación de engaño, de falsa inocencia más bien. Al hacer más evidente el accidente, creo lograr un determinado mecanismo de seducción que me permite hacer pasar la mentira por verdad y viceversa. ¿Quién sabe si en realidad arrojé el brazo "biónico" al Ganges? O que cuando era niño -escena presente en "La Escuela del dolor humano de Sechuán"- desapareció, en una fiesta infantil, la pequeña mano que usaba entonces, arruinando de ese modo el cumpleaños del festejado, quien me odió desde el primer momento porque me vio entrar en su casa sin el regalo que el tacaño de mi padre se negó a comprar. ¿Qué parte de la secuencia sucedió? Ni siquiera yo estoy seguro, pero ¿importa saberlo?

¿Ha cambiado su escritura o se reconoce en ese relato [Salón de belleza]?
Hubo un quiebre definitivo en mi escritura cuando ingresé a una orden sufí. Antes tenía más miedos, estaba más obsesionado por estar y no estar dentro de la norma. Mi experiencia como sufí me enseñó a desconfiar de los límites, así como de las razones que aparecen como producto de un ejercicio racional.

¿Podría anticipar algo de sus textos en ejecución?
Hago ahora un libro largo que se conforma por nuevas versiones de textos ya escritos. Se llama "Mendicidad: pequeña muestra del vicio en el que caigo todos los días", que aparecerá primero traducido al francés, para luego ser traducido de vuelta al castellano. Esta forma de destilación de la escritura me permitirá leerme a mí mismo como si fuera otro, aspiración suprema de cualquier escritor.

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Jorge Herralde en México

9.08.2009
Jorge Herralde premiado en Madrid. Fuente: nalocos

El editor de Anagrama, Jorge Herralde, se encuentra en México para participar del Congreso Internacional del Mundo del Libro organizado por el FCE por sus 75 años. Y en una entrevista dada al diario "El Universal" contesta a la pregunta que se hacen todos (a favor o en contra, hay que decirlo): ¿Por qué publica a tantos latinoamericanos? La respuesta incluye algunas menciones a nombres de autores de esta región editados por Anagrama, entre los que se me incluye, lo que agradezco mucho:
Me siento muy próximo a Sergio Pitol, a Carlos Monsiváis, Juan Villoro que es mi más viejo amigo de los juniors o de los semijuniors. Me siento muy cercano también por los muchos viajes y por la lectura, y luego por esta posibilidad de hacer ediciones simultáneas en España y otra en el país de origen del autor. En América Latina han surgido distintas literaturas; es un territorio en el que surgen figuras muy interesantes como Alejandro Zambra en Chile, Alan Pauls, Martín Kohan y Martín Caparrós en Argentina, Alberto Barrera Tyszka en Venezuela, Iván Thays en Perú y en México, aparte de Villoro; entre los semijuniors están Mario Bellatín y Guillermo Fadanelli y más jóvenes Guadalupe Nettel y Álvaro Enrigue. Son autores que, a excepción de Juan Villoro, a veces no figuran en el canon más obvio y sin embargo son muy interesantes. Cada país tiene su propia literatura y sus diversas ramas; a mí no me tientan para nada las taxonomías, eso se lo dejo a los críticos y a los historiadores; reacciono como un lector y reacciono ante lo que me gusta. Nosotros respetamos los cánones, pero no tenemos por qué compartirlos. Publicamos a los autores que nos gustan y en el caso de Anagrama no son infrecuentes los autores que han pasado de ser muy periféricos -casi vocacionalmente- a centrales; el caso más emblemático es Roberto Bolaño.

Además, también contesta a otra pregunta que salta de inmediato al ver en su catálogo nombres de autores -no necesariamente latinoamericanos- o libros que ningún otro editor se atrevería a publicar. ¿Es un aventurero o un suicida?

Soy un aventurero editorial, eso es innegable; suicida no creo, o puede ser un suicidio controlado en algunas épocas, en los 70; en lo que sigo persistiendo es en buscar muy buenos autores, aunque minoritarios con la esperanza de que dejen de serlo. Eso sucede en ocasiones, como es nuestro fichaje, este año, de Rodrigo Rey Rosa y de un escritor excepcional como Daniel Sada, que están en el polo opuesto: por un lado el laconismo de Rey Rosa y por otro la exuberancia de Sada. Lo grato es que han tenido muy buena acogida crítica en España y en América Latina. También estoy muy orgulloso de Patrick Modiano, el mejor autor francés y revelación para muchos de la literatura francesa a sus 60 años y con varios libros publicados.

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pronounced Bay-yah-TEEN

9.01.2009
Mario Bellatin. Foto: Janet Jahman. Fuente: newyorktimes

Mario Bellatin (pronounced Bay-yah-TEEN) se ha convertido en un éxito inusitado en Estados Unidos luego de la publicación de Salón de Belleza en inglés por City Lights Books. Hace unas semanas fue entrevistado por Larry Rohter en The New York Times, quien comentó que la novela está unida a otras sobre peses como La peste de Albert Camus y Ensayo de la ceguera de José Saramago (también se cita la introducción de la edición inglesa, donde a Bellatin se le relaciona con David Cronemberg, David Lynch y Frida Kahlo). En la nota citan unas palabras de Francisco Goldman:

"People often say, with a lot of truth to it, that all good fiction writing comes from some wound, out of some distance that needs to be breached between a writer and normalcy. In Mario’s sense, the wound is literal and comes with all kinds of psychological nuance and pain, and seems related to sexuality and desire, the desire for a whole body. One of my favorite aspects of him is this sense that he is writing for all the freaks — either literally freaks or privately and metaphorically, that he really touches us (...) ".

Otros temas que se tocaron fue su apariencia de Capitan Hook, su vida en Perú y su retorno a México, su nombre sufí Abdul Salaam, los temas y las formas de sus libros (esta vez Goldman se refiere a Duchamp como método de construcción) y también el éxito que tienen sus libros en ciudades como París o Buenos Aires. Sobre París, además, hay una noticia asombrosa. Al parecer, sus libros aparecerían primero traducidos al francés por Gallimard:

In one index of his growing international reputation, Mr. Bellatin recently signed a multibook deal with Gallimard, the prestigious French publisher, that calls for his next several works to be issued in France before they appear in Spanish in Latin America. As usual he has seized on that opportunity to make mischief: rather than publish his original manuscript here, he intends to have someone else render the French translation back into Spanish.


Por otra parte, en la prestigiosa The World también lo entrevistan acerca Beauty Salon. Ahí comenta algunas de las citas de la entrevista en NYT. Dice por ejemplo:
The World: In what ways is “Beauty Salon” representative of your work? Many critics talk about your impishness as a writer, but this short work feels disturbingly serious.
Bellatín: I pretty much wrote this book in a state of unconsciousness, while recovering from an emotional crisis, so that many of its characteristics became apparent to me only after it was finished. Curiously, I discovered that the book had become the repository of a series of motifs I’d been working on almost since my childhood, for instance, the loquacity of silence, the creation of closed, self-contained worlds, ruled only by their own rules, and the body as a central element of these universes—in my view, the more luminous the more abject.

The World: Would you consider yourself a “black humorist”?
Bellatín: I try not to think of myself as being anything, because I know that the day I feel I’m carrying with me some kind of label will be the beginning of the end.

The World: Critics have compared the nameless plague in “Beauty Salon” with the mysterious afflictions in Albert Camus’s “The Plague” and Jose Saramago’s “Blindness.” Is there a political significance to the book’s vision of people on the margins of society facing an implacable illness?
Bellatín: At the time I wrote “Beauty Salon,” I was developing a kind of Biblical trilogy, and this book belongs to the theme of the plague—to its constant recurrence, to the different disguises it adopts on each appearance, and to the rhetoric that almost immediately grows around it. And as I wrote—as I said, in a state that was like that of a zombie—people were dying around me in the most atrocious way and in the midst of an even more terrifying social discretion. These people, these friends, didn’t even have the right to complain, to scream, to be heard by anyone before they died. It was as though what existed didn’t actually exist. Reality was creating a book that lived up to what I had always wanted a book to be. Maybe this one contains something of the echo of a voice that is trying to pierce through a gag.

The World: Why do you think your writing is more popular internationally than in Mexico? Has the critical reaction at home changed what and how you write? Are you writing for an international audience now?
Bellatín: I don’t think so. I really don’t know what happens with books. Sometimes I find someone who’s read something, but most of the time it’s people that know I’m a writer and that’s what interests them. Almost always it’s with them that I get along the best, since many times the mediation of writing between people forestalls a more personal dialogue, which is what really interests me. To save myself from my own writing, from a writing that is made for itself in the first instance, but upon which I try to bestow the elements that a reader needs in order to traverse it, a writing that is produced with the sole aim that it allows for the appearance of more writing.

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Mario Bellatin en Playboy-Brasil

8.07.2009
Bellatin y su falo prateado. Fuente: facebook

La presentación de Mario Bellatin en Paraty, con su falo plateado como prótesis, se robó el Festival este año. "Sin duda la presencia más interesante del evento" dice Play Boy. También se mencionan las caipirinhas que tomó en Río de Janeiro.

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falo prateado

7.13.2009
Mario Bellatin y la prótesis del escándalo. Fuente: moleskine

En la pasada FLIP 2009 Mario Bellatin fue considerado por el Jornal de Brasil como "personagem pela própria natureza". La verdad es que todos tenían que ver con Mario, ya sea por el libro Flores traducido al portugués por la prestigiosa editorial Cosacnaify (que luego lo llevaría en book tour por Sao Paulo y Río de Janeiro), por la contundencia de sus exposiciones y también por la prótesis que llevaba en el brazo derecho. Se trata de una prótesis artística, realizada para una exposición-performance hace años, en forma de falo plateado que, según dicen, escandalizó a muchos asistentes y organizadores, fue dramáticamente obviado por los presentadores y causó admiración -y quizá excitación- en los demás. La noticia fue muy comentada en diarios, blogs y twitters brasileños. Por ejemplo, el blog de Marie Claire opinó que Bellatin tenía un espíritu "deliciosamente provocador" en un post entusiastamente titulado "Vibrador":
O escritor mexicano Mario Bellatin não tem o braço direito. Casado com uma artista plástica e com espírito deliciosamente provocador, ele usa desse espaço para exibir próteses únicas e divertidas. Para sua apresentação, ele trocou o gancho (a la Capitão Gancho) que exibia nos primeiros dias por um falo prateado. Você entendeu bem: ele tinha um vibrador brilhante no lugar da mão direita enquanto falava sobre seus muitos “eus”. Pena que o mediador fingiu ignorar o fato e nada foi perguntado sobre isso. Ah, ouvi dizer que ele tem uma prótese com uma rosa que vai usar na despedida do evento. (Carolina Chagas)

Con el espíritu periodístico que caracteriza este blog, en realidad de puro chismoso, y en exclusiva para este blog les presento en exclusiva una foto de Mario Bellatin y la prótesis del escándalo y el clamor popular, depende del punto de vista de cada cual: el ahora célebre falo prateado.

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La pluralidad literaria latinoamericana

7.03.2009
Fuente: letras libres

"¿Hacia dónde se dirige la literatura latinoamericana?" fue la pregunta recurrente del encuentro Bogotá39. Y la respuesta era siempre un montón de dedos (aunque no precisamente 39, algunos preferían no contestar simplemente, lo que también es muy indicativo) que señalaban hacia lados contrarios. El sello literario por excelencia de la literatura latinoamericana actual es la dispersión. Eso es un hecho. Así lo constata justamente Gustavo Guerrero en un artículo en Letras Libres titulado "Crítica del Panorama" en el que se lee: "(...) en estos comienzos del siglo XXI resulta francamente muy difícil establecer algún vínculo entre los singularísimos libros del peruano Mario Bellatin, por ejemplo, y las propuestas narrativas igualmente singulares del guatemalteco Rodrigo Rey Rosa, el argentino Rodrigo Fresán o el mexicano Álvaro Enrigue. A lo sumo, se podría dibujar con ellos un circunscrito mapa de preferencias o afinidades electivas, pero no una visión de conjunto ni menos aún una poética". Guerrero no rehuye a la posibilidad de hablar del estado actual de la literatura latinoamericana, a pesar de que aquello es una construcción y no un estado fijo e inmóvil. Sus conclusiones, por supuesto, son estimulantes. La palabra pluralidad es la fundamental. Dice:

(...) creo percibir que, más allá de su aparente diversidad, la discusión gira, en el fondo, en torno a un problema esencialmente semántico: la interpretación del sentido del término latinoamericano cuando se le utiliza para calificar a la literatura de la última generación de novelistas y escritores del área. Digamos, para ser breves, que muchos de los más jóvenes sienten que su trabajo ya no tiene nada que ver con ese adjetivo, pues con él se sigue haciendo alusión, consciente o inconscientemente, a los dos grandes relatos modernos sobre cuyas bases se reelabora un concepto global de la literatura latinoamericana en tiempos del boom, allá por los años sesenta del siglo pasado. Me refiero, por un lado, al metarrelato revolucionario que encarna en aquel momento la Cuba de Castro, la narrativa marxista que hace de la literatura latinoamericana la vanguardia estética del combate político por la emancipación continental. Y me refiero, por otro lado, al metarrelato de lo real maravilloso o el realismo mágico, la narrativa cultural que ve en esta variante del género fantástico el punto final del largo viaje de la literatura latinoamericana en busca de una identidad colectiva. Ambos relatos, que tuvieron antaño el poder de reunir una multiplicidad de autores y de obras bajo un solo principio, hoy han perdido buena parte de su prestigio, de su fuerza descriptiva y su capacidad aglutinadora. En este sentido, uno no puede sino darle a razón a Fornet cuando reconoce que, entre las hornadas más recientes, “la Revolución cubana, aunque permanece como dato cronológico, se va diluyendo como punto de referencia político y cultural”. En lo que respecta al otro metarrelato, Jorge Volpi no puede ser más claro al señalar que la aparición en los noventa de grupos literarios como McOndo y el Crack parte del deseo de los novísimos de escapar a la obligación de practicar el realismo mágico y de ser así latinoamericanos. Álvaro Enrigue, que se asoma al debate, parece resumirlo todo en una frase al reseñar recientemente un libro de Alejandro Zambra: “Sí hay una literatura latinoamericana, lo que sucede es que ya no tiene los marcadores ideológicos que la hacían parecer clara y distinta" Pienso, como Enrigue y algunos más, que es bastante improbable que la denominación literatura latinoamericana vaya a desaparecer de veras en un futuro próximo, pero insisto en que todo el que quiera dibujar un panorama actual, tendría que tomar muy en cuenta este proceso de redefinición identitaria que se está desarrollando ante nuestros ojos y que no sólo marca el paso de una generación a otra, ni de una época a otra, sino que supone un cambio en el concepto mismo de identidad. Y es que, como buenos hijos de la postmodernidad, nuestros últimos escritores, muchos nacidos después del boom, son los primeros que viven su identidad latinoamericana no como una evidencia indiscutible e intangible, no como una esencia prácticamente sagrada, sino como un objeto histórico sujeto a cambios y variaciones, que puede construirse y reconstruirse, y que no excluye la libertad de elegir entre diversas versiones ni la posibilidad de reinventar versiones más personales o individuales. Dicho en otras palabras: hemos entrado en el tiempo de las identidades post-tradicionales, abiertas y reflexivas, en una dinámica en la que cada cual adapta de distintas formas los rasgos comunes al proceso de crearse un rostro propio y viceversa. Mi poncho es un kimono flamenco es el título de un libro del peruano Fernando Iwasaki, que aparece en 2005. Dentro de esta perspectiva, el gran reto, para cualquiera que pretenda pintarnos hoy un panorama literario, no está tanto en negar que puedan ser auténticamente latinoamericanas las novelas del colombiano Juan Gabriel Vásquez, del boliviano Edmundo Paz Soldán o del venezolano Juan Carlos Méndez Guédez. El gran reto está más bien en comprender cómo cada una de ellas es latinoamericana a su manera, es decir, como impugna, reelabora, tacha, modifica o desconoce el hipertexto identitario y, al hacerlo, desplaza o transforma la definición del campo entero (...) Yo no soy por principio ni optimista ni pesimista en lo que se refiere al porvenir de las letras de América Latina, pero sí creo, como ya lo he dicho en otra parte, que una de las claves del futuro reposa en la capacidad de las más recientes generaciones para renovar el horizonte de recepción local y global, y desvincularlo definitivamente de las solas referencias establecidas en la época del boom. Me parece ver en el debate identitario que acabamos de reseñar, un signo de que ese proceso está en marcha. No dejo de pensar asimismo en las extraordinarias posibilidades que ofrecería la creación de un espacio único del libro para todos los países de habla hispana, una reivindicación que viene tomando cuerpo entre editores, libreros y lectores en las dos orillas del español. En cualquier caso, lo seguro es que también será necesario que se renueven los hábitos de lectura y que algunos críticos, periodistas y universitarios acaben aceptando la desaparición definitiva del panorama, tal y como se le concebía hasta hace apenas unos años: a saber, como el ilusorio espejo de una totalidad. En lugar de aquellas visiones supuestamente totales –que, en el fondo, y como vectores de metarrelatos, siempre fueron parciales– habrá que acostumbrarse ahora a los paisajes segmentados que elaboran las comunidades de lectores en la red o a las arborescencias que resultan del modesto ejercicio de discernir fragmentariamente entre un puñado de obras y autores esos rasgos de un aire de familia que varían de individuo a individuo y que ninguno consigue agotar o resumir. Probablemente muchos vean en ello un proyecto crítico escasamente ambicioso, pero, en realidad, tal vez no lo sea tanto. Y es que al poner de relieve la coexistencia de estilos, temas, escrituras, formas y géneros distintos que no se neutralizan ni se excluyen, acaso se esté allanando el camino para la labor de los filósofos que hoy ven en la heterogeneidad de la creación contemporánea un modelo pluralista para pensar la universalidad sin totalidad de las sociedades que vendrán. ~

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Manuel Bandeira homenajeado

7.01.2009
Manuel Bandeira. Fuente: astenio araujo

El festival literario de Paraty, que se inició hoy 1 de julio (y el afortunado Mario Bellatin ya me contó que está bañándose en la playa de noche), tendrá como protagonista a Manuel Bandeira, a quien se le rendirá un homenaje:

La figura y obra del escritor brasileño Manuel Bandeira protagoniza hoy la jornada inaugural de la Fiesta Literaria Internacional de Paraty (FLIP), por la que hasta el domingo pasarán destacados nombres de las letras portuguesas y extranjeras como Chico Buarque, Antonio Lobo Antunes o Guy Talese. Bandeira (1886-1968) será el tema de la conferencia de apertura a cargo del escritor Davi Arrigucci Jr, que ha dedicado diversos ensayos a este poeta identificado con la "generación del 22" de la literatura modernista brasileña. El escritor será así la principal figura brasileña homenajeada durante la séptima edición del festival, que en años anteriores estuvo dedicado a Vinicius de Moraes, João Guimarães Rosa, Clarice Lispector, Jorge Amado, Nelson Rodrigues y Machado de Assis. Además de en la apertura, el papel de Manuel Bandeira y su importancia para las letras brasileñas actuales será analizado en otros actos como la mesa redonda que tendrá lugar el próximo viernes y en la que participarán representantes de la nueva generación de poetas brasileños. Lectura de poemas, relectura de su obra y exhibición de cortometrajes y documentales sobre su figura serán parte también del homenaje que la fiesta literaria de Paraty rendirá al autor de "Libertinagem" (1930) o "Itinerário de Pasárgada" (1954)

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Samanta Schweblin entrevistada

6.23.2009
Samantha Schweblin. Foto: Martín Felipe. Fuente: adn cultura

Luego de que colocara la semana pasada un post sobre el artículo de Patricio Pron en "Etiqueta Negra" y la pelea de la "Joven Guardia" de la literatura argentina luego de una gira por España, que dejó como única ganadora a la discreta Samanta Schweblin, Mario Bellatin -uno de los jurados del concurso Casa de América el año en que ella ganó- me comentó la enorme calidad de la Schweblin. En palabras de Bellatin, que es un pesado como lector, eso es oro. Espero que pronto llegue a Lima Pájaros en la boca (Emecé), su premiada colección de relatos. En el suplemento ADN Cultura de "La Nación" la entrevistan:

-¿La tuya es literatura fantástica?
-Dicen que sí, pero no sé. Creo que los 15 cuentos de Pájaros en la boca se pueden considerar fantásticos, pero también pueden leerse como relatos realistas. Me interesa esa línea de ambigüedad. Cuanto más se acerca un texto a la realidad, más extraño se vuelve. El género fantástico ya no es Frankenstein . Ahora, es también la posibilidad de algo terrible.

-¿De dónde salen esas historias tan singulares?
-Me impacta mucho la imagen. Una vez, navegando por Internet, vi una foto de Marcos López de un hombre sirena y se me ocurrió todo un cuento. Me senté y lo escribí. La historia del cuento "Pájaros en la boca" también comienza con una imagen muy fuerte: una adolescente que sonríe con los dientes ensangrentados. Eso quedó en mi cabeza y dos o tres días después ya tenía el cuento pensado.

-¿Te has asumido como cuentista?
-Sí. Pero quiero aclarar algo: no escribo cuentos por militancia. Tengo ideas que piden ser escritas en forma de cuento, porque no funcionarían en una novela. Prefiero la brevedad. El día que tenga una idea que no sea abarcable en un cuento intentaré una novela. Pero no sé tampoco qué ventaja podría tener escribir una novela por el solo hecho de escribir una novela. A los editores les encantaría, pero a mí quizá me aburre.

-¿Algún editor te pidió una novela?
-Sí, me han pedido. Es muy gracioso, porque tengo la sensación de que los editores me tienen fe [se ríe]. Pienso que dicen: "Bueno, esta chica en algún momento va a escribir una novela, va a ser escritora". Pusieron unas fichitas ahí a ver si me despabilo y hago lo que en realidad debería hacer.

-¿Te acercás al cuento con cierto ánimo lúdico?
-No. De hecho, escribir no me es sumamente gratificante. Yo termino de escribir un cuento y soy la persona más feliz del mundo. Pero todo el trabajo de la escritura me genera mucha angustia, mucha ansiedad.

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Paraty 2009

Afiche del festival. Página web FLIP 2009

La Festa Literária Internacional de Paraty está próxima (el 1 de julio arrancaa presentarse en la hermosa ciudad de Paraty, Brasil, y este año tendrá invitados como Mario Bellatin, Antonio Lobo Antunes, Catherine Millet, James Salter (quien sustituye a Tobias Wolff) o Ma Jian. El festival tiene una página oficial, un blog y hasta un twitter. Imposible no seguirle la pista. Para ir preparando la cuestión, dejo aquí algunas frases de los invitados que aparecen en el twiter del Festival:

"Ser escritor é ser um monge. Alguém definido mais por suas atitudes perante a escrita do que por seus textos" Mario Bellatin

“Que a literatura ajude a demolir os muros erguidos pela política entre os seres humanos, entre os povos, entre as culturas.” - Atiq Rahimi

"Eu não uso e-mail, não uso gravador. Faço as coisas da mesma maneira que eu fazia quando comecei, há 50 anos" - Gay Talese

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Margo Glantz en Chile

6.10.2009
Margo Glantz. Fuente: eluniversal

Una de mis escritoras favoritas, como autora y como amiga, es la mexicana Margo Glantz. Cuando Mario Bellatin estuvo alojado en mi casa, pude conversar con ella por skype. Eran los primeros tiempos de la gripe y todos los del DF estaban refugiados en su casa por recomendación del Estado. La hermosa casa de Margo, en Coyoacán, debe ser un lugar ideal para refugiarse, pienso. Sin embargo, esos días confusos ya pasaron y Margo ha dejado el DF y se encuentra en Chile donde declara que está escribiendo un libro de viajes. Quienes conocemos a Margo sabemos de su fascinación por los viajes, fascinación que comparte con amigos entrañables como Sergio Pitol y Mario Bellatin (con quien viajó a la India, precisamente). Sin duda, será un libro extraordinario. La entrevista Patricio Tapia para Revista de Libros:

-¿Le obsesionan los viajes?
-Estoy escribiendo ahorita un gran libro de viajes, del cual se ha desprendido una parte que es el viaje a la India y también hay fragmentos en Saña. He escrito mucho sobre viajes concretos, pero también abordaré los viajes en general. ¿Por qué viajo? Soy de una familia de inmigrantes, mis padres viajaron a México. Y como ellos nunca tuvieron una situación económica muy boyante, nos mudamos muchas veces de casa. Ahí empezaron mis viajes. Mi padre fue un viajero y para mí era fascinante cuando regresaba a casa con regalos para sus hijas. Me dije, de grande quiero ser viajera. Lo he sido y sigo siéndolo. Si no viajo, no tengo futuro.

-Se han puesto de moda los libros autobiográficos. "Las genealogías" fue un ejercicio suyo previo a esto. ¿Cómo surgió?
-Era la posibilidad de recuperar una historia familiar que por demasiado cercana era desconocida. Una historia que implicaba distintas geografías, culturas, distintas lenguas. Y lo visceral que era ser hija de dos judíos ucranianos a quienes frecuentaba íntimamente pero al mismo tiempo desconociendo lo que eran. Las genealogías me dio la posibilidad de recuperarlos y de recuperarme en parte.

-Sus "autobiografías literarias" parecen referirse a sus lecturas...
-Soy hija de un poeta. Desde muy niña estuve en contacto con los libros, sujeta al efecto, contaminada por los libros. Esas lecturas influyen necesariamente sobre la actividad y personalidad de cada quien y se convierten en parte de la propia circulación biográfica. Incluso llega un momento en que las lecturas se han digerido de tal manera que no sabemos de dónde vienen.

-También está de moda incorporar fotografías en los libros. Usted suele hacerlo...
-Creo que lo he hecho hace más de treinta años y no creo ser la primera. Sebald lo puso de moda y lo trabaja mucho Mario Bellatin. Ya había ilustraciones en mi primer libro, Las mil y una calorías.

-Pero las fotos más que ilustraciones, se incorporan al texto (sea sobre el cabello o tarjetas postales).
-Creo que era natural incluir un álbum de fotos en Las genealogías. Completaba y al mismo tiempo tiraba en otra dirección al propio libro. En el de los cabellos me parecía que una parte de él no funcionaba sin ilustraciones. Y en el otro era importante reproducir las tarjetas postales: era un comentario a ellas y, al mismo tiempo, era el recuerdo de un episodio de la historia nacional y de una estética kitsch.

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Un perro llamado Oreja de perro

5.29.2009
Un perro llamado Oreja de perro. Fuente: moleskine

Atención para futuros editores: Los contratos editoriales de Mario Bellatin son más específicos que las exigencias de David Bowie para sus conciertos (y ya ni digamos de Madonna). Por ejemplo, en un contrato firmado con Almadia para la edición de La jornada de la mona se añadió la cláusula 16: "Se le dará parte de su pago en la mercancía de un perro xoloixcuintle, puro, perteneciente a la estirpe de perros del pintor francisco toledo....." Cuando el perro llegó por mensajería, al ver que tenía una oreja caída y la otra puntiaguda no se le ocurrió mejor idea que ponerle de nombre "Oreja de perro".

Y es así que ahora existe un perro llamado Oreja de perro a quien no conozco pero espero pronto conocer. Nada, ni la gripe porcina, me impedirán ir a México a ver a Mario, a Perezvon y el querido Oreja de perro.

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Bellatin en Paraguay

4.27.2009
José Pérez Reyes, Mario Bellatin. Fuente: josépérezreyes

Mario Bellatin logró librarse de la gripe porcina que arremete contra México actualmente, y poco a poco contra otros países, y del encierro decretado en su país a raíz de esa enfermedad, al viajar fortuitamente a Paraguay. Allá se presentó en una mesa redonda, encandiló con su "presencia ausente", hizo amigos, leyó una ponencia "que se extendió en más minutos de los que sostiene la paciencia", fue presentado por el B39 José Pérez Reyes (conocido en su país como "el compatriota escritor") y luego dejó la ciudad con rumbo desconocido. Se sabe que a México no llegó y algunos dicen que lo han visto paseando en Buenos Aires, adelantándose quizá a su futura larga estancia porteña. También lo han visto nadando con tortugas en Costa Rica, cenando hambriento en Larco Mar con un par de sujetos, tomando fotos con su cámara Diana en el Chaco, navegando en el Ganges detrás de un bote fúnebre o mirando la primera temporada de "In Treatment" en el loft neoyorquino de su amigo fotógrafo famoso. Mientras aclaramo qué ha sucedido con el hombre de negro, Bellatin, leamos esta crónica de su viaje a Asunción:

El compatriota escritor José Pérez Reyes presentó, en la noche del miércoles 22 en el Auditorio Ruy Díaz de Guzmán, al destacado novelista mexicano Mario Bellatin, quien llegó al país para hablar sobre su obra y las maneras de hacer literatura. Con una lectura anónima, versada de alegorías, Bellatin expuso las claves que le llevaron a ser publicado por Gallimard, una prestigiosa editorial francesa. Vestido de negro Mario Bellatin logró el anonimato con el fondo del escenario que presentó el salón auditorio de la Manzana de la Rivera. Con esa presencia ausente compartió sus experiencias de escritor, trayectoria con la que ya ganó importantes premios literarios. Pero el mexicano no escribe para lograr ese reconocimiento, sino para descubrir los misterios que encubre el trabajo de escritor, con el metafórico fin de separarse de ellos para disfrutar de los días soleados. Por medio de una lectura, que se extendió en más minutos de los que sostiene la paciencia, expuso su relación con la cinematografía, arte que le interesa para descubrir oportunidades que la simple palabra no puede otorgar. De hecho, este escritor se encuentra enfrentado con la palabra física, por lo que busca nuevas maneras de creación literaria con la práctica de otras artes: entre ellas la fotografía, a la que utiliza como claroscuros de su investigación literaria. Así de contradictorio parece Bellatin, pero solamente parece en la superficialidad, puesto que su genio literario se expresa en cada composición publicada. En particular Pérez Reyes escogió “Flores” para expresar una imagen sobre la manera de escribir del invitado por la Embajada de México.

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¿Bellatin se muda a Bs As?

4.13.2009
Mario Bellatin. Foto: Juan I. Ortega. Fuente: lanación

¿Deja Mario Bellatin, por un tiempo, México? ¿Es eso posible? ¿Justo ahora que está haciendo reformas en su casa? Esta noticia apareció en la sección "Gritos y susurros" de ADN Cultura. Los amigos mexicanos de Mario Bellatin están nerviosos.

El escritor mexicano Mario Bellatin prepara las valijas para viajar a Buenos Aires, donde decidió instalarse por un tiempo. Durante sus anteriores visitas, y en especial luego de su participación en la última edición del ciclo Estación Pringles, entabló amistad con escritores como Daniel Link y Arturo Carrera. El año pasado, Bellatin estuvo en el estreno de Mother , la obra de la joven y talentosa directora Mariela Asensio, basada en "Mi piel, luminosa", un cuento del mexicano. Pero así como algunos llegan al país, otros se van. Es el caso de Alan Pauls, que residirá una temporada en Princeton, donde dictará clases en la universidad. Partirá junto a su pareja, Vivi Tellas, y su hija Rita.

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