Todos caminamos de igual manera, físicamente hablando. Sin embargo, miras a esas personas con las que te cruzas cada día, y constatas ese peso emocional, ese arrastrar los pies, ese cabizbajeo emocional que parece denotar, como cantaban hace muchos años The Pogues, que un monstruo de pesar, de miedo, de estupidez, de lo que quieras añadir, está aferrado al cuello de cada uno y cada una que se deja arrastrar por su claudicación constante a la vida.
Si vives, caminas orgulloso. Sin importar los golpes y las miserias que te salgan al paso. Si vives, levantas el cuello y tu alma se eleva. Tu paso, a pesar del hielo quebradizo, de los escupitajos de odio que pueden caer a tu paso y que amenazan con hacerte resbalar, tu paso es seguro, tu vida, una maravillosa sorpresa cada día y el sol, sale siempre, por muchas nubes que pretendan ocultarlo.
Jeremy Porter es de esos tipos a los que todas las amenazas y contras arriba mencionadas, le dan lo mismo. Es un tipo que hace lo que hace con cariño, con absoluta pasión, con un arrebatamiento por la música que hace que, tipos como yo, pocos, me temo, se enorgullezcan de pasar minutos de esa vida escuchando esas canciones maravillosas que el nativo de Michigan sabe plasmar con poderoso amor y entusiasmo.
Porter sacó un álbum maravilloso en 2009 titulado “Party Of One”. Disco que, creo, escuchamos tres. Pero mira, eso creo que a Jeremy no le preocupa mucho ya que, lo importante fue, el impacto emocional que supuso para aquellos que nos acercamos a ese chaval que empezó siendo Punk y terminó haciendo esa música tan personal e inencasillable que hace ahora.
Vivir, ahora, en Plymouth, cerca de Ann Arbor en Detroit, supone, evidentemente, dejarse arrastrar por sonidos poderosos, llenos de veneno rockanrolero y adicción por la contundencia. Pero el músico no es tan evidente y su amor por los sonidos más cercanos a The Replacements, tú sí que sabes Jeremy, Cheap Trick, Gram Parsons, Uncle Tupelo o Waylon Jennings. O el sonido garitero y lleno de sudor, cerveza rancia y jumera de unos Dr. Feelgood y todos esos sonidacos bastardos entre el Honky Tonk y el Pub Rock, hacen de la música de Jeremy Porter, Jason Bowes ,Bajo y Gabriel Doman Batería, es decir: Jeremy Porter And The Tucos, una banda llena de luminosos sonidos y apasionadas interpretaciones. Y “Partner In Crime”, nacido en febrero de este año su primer discazo; con temas como “Castaways”, “What You're Doing Today” o la maravillosa “Wedding Day”. Doce canciones que hablan y muy bien del pundonor, del empuje y el corazón que el músico tiene para salir al mundo, aunque el mundo no escuche.
Afortunadamente, conozco gente así. Gente que avanza por el camino que ha decidido seguir, gente fuerte, que no invulnerable, gente que tiene el tesón y la rabia y el alma tan intensa y orgullosa que hace que, caminar por el mundo, sin que tanta miseria, tanta envidia, tanto rencor e insidias, no sólo no le afecte, sino que hace su caminar fácil e incluso bonito.
Que te escuchen dos, que sólo tengan fe en ti otros dos, o tú sólo, es lo de menos…Lo importante es que te levantes cada mañana, seas capaz de mirarte al espejo y sonreir…Y eso, amigos y amigas..es lo más importante.
