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10.4.10

Palomas excelentes en el dilema de Monty Hall



Un curioso dilema confronta nuestra intuición lógica con la experiencia. Sí, ya sé que suena raro eso de "intuición lógica". Me refiero a lo que en primera instancia consideramos lógico, pero que después se demuestra que no lo era tanto. Se trata del dilema de Monty Hall, presentador del concurso televisivo americano "Let's Make a Deal" (Hagamos un trato). En este dilema se tiene que escoger una de entre tres puertas cerradas. Sólo una de las puertas contiene el premio, un reluciente coche, no así las otras dos, en las que hay una decepcionante cabra en cada una. El concursante tiene que escoger una de las tres puertas. Una vez ha escogido una, el presentador abre otra puerta, en la que siempre hay una cabra, y le propone al concursante dos posibilidades: mantenerse en su elección inicial, y abrir definitivamente la puerta para ver si ha ganado el coche, o cambiar su elección, y por tanto abrir la otra que aún permanece cerrada. La inmensa mayoría de la gente piensa que inicialmente tenemos 1/3 de posibilidades de acertar. Esto es correcto. Y que, después de que el presentador haya abierto una de las puertas con la cabra, quedando sólo dos puertas cerradas, tendremos 1/2 (o sea el 50%) de posibilidades de acierto, tanto si nos mantenemos en la elección inicial como si la cambiamos. Esto no es cierto.
Hay una forma de tener más posibilidades de acertar: si cambiamos de puerta una vez el presentador ha abierto la de la cabra, nuestras posiblidades de acertar con el coche son de 2/3. La explicación: cuando hemos elegido inicialmente, tenemos 1/3 de probabilidades ¿verdad? Por tanto, en el bloque de las dos puertas no seleccionadas, hay 2/3 de probabilidades de que esté el coche. Si Monty Hall, amablemente, nos abre una puerta con una cabra, nos queda una única puerta no seleccionada que seguirá teniendo 2/3 de probabilidades de contener el coche, frente al 50 % de la elección inicial. O sea, que es mejor cambiar de puerta. Comprobado estadísticamente.


Veamos que pasó cuando se enfrentó a palomas con el dilema:

Hebranson y Schroder(1) adaptaron el dilema a 6 Columba livia: las palomas tenían a su disposición tres teclas iluminadas, que podían picotear para obtener alimento si acertaban cuál de ellas escondía el premio. Cuando picoteaban una, se apagaban las teclas y, tras un segundo, se volvían a iluminar sólo dos, una de las cuales era la del primer picoteo. La que se apagaba nunca tenía la comida. Si la paloma picoteaba la tecla correcta de las dos restantes, obtenía el premio.
Pues bien: en el primer día de pruebas, las palomas alcanzaban un tercio de la recompensa. Pero al cabo de un mes, las 6 palomas habían descubierto la estrategia adecuada para llevarse el máximo de comida, o sea, dos tercios de aciertos. La solución óptima. Las palomas reforzaban su conducta cada vez que acertaban, así que al cabo de un tiempo se impuso la mejor estrategia. Selección conductual a base de ensayo y error.



Ahora vamos a Homo sapiens. Hebranson y Schroder confrontaron el mismo experimento con 13 estudiantes.Se les dijo que cada vez que acertaran sumarían puntos, para que al cabo del mes se viera quién había acertado más. Al principio, los aciertos eran de 1/3. Lo curioso es que al final del mes su resultado seguía siendo el mismo. Los estudiantes no habían logrado ninguna mejora, a diferencia de las palomas.



Los humanos, anclados en la premisa de que hay dos puertas por abrir, es decir, 50% de posibilidades, renegamos de la experiencia. Parece que cuanto más jovenes son los estudiantes, más probabilidades tienen de acertar la mejor estrategia. En este caso, un alto nivel educativo parece ser contraproducente. Aunque seguramente se deba a que la educación recibida muchas veces no duda de las premisas más básicas, lo que puede ser un error. Seguramente no puede afirmarse que las palomas son más inteligentes que los humanos, pero en un problema lógico como el de Monty Hall parecen defenderse mejor que nosotros.





Vía Not Exactly Rocket Science. De hecho, es casi una traducción libre.
(1) Fuente: Herbranson, W.; Schroeder, J. (2010): Are birds smarter than mathematicians?... Journal of Comparative Psychology.
Dilema y simulador de Monty Hall en castellano.


Banda sonora del artículo: Fosa Común (Gatillazo, 2005):



29.1.10

Delfines que crean círculos en el barro

Un grupo de delfines mulares (Tursiops truncatus) de Florida ha inventado un original modo de pescar en aguas poco profundas. Estos delfines baten el fondo marino creando un círculo de barro alrededor de las presas. El círculo actua como una red, recluyendo el objetivo en un espacio cerrado. Los acorralados pececillos intentan saltar el círculo. Pero las mandíbulas abiertas de los delfines están atentas, esperando el bocado que les caerá del cielo.
La sincronía es importante entre el delfín que dibuja el círculo, que es siempre una hembra (no es raro que sea así, pues las "vainas" -como se llama al grupo de delfines de hasta 15 individuos hembras y juveniles- son lideradas por las hembras) y el resto que espera el botín.





Ya conocíamos tradiciones culturales en Tursiops truncatus australianos, también protagonizadas por hembras. Y de una coordinación en la pesca con círculos de burbujas entre sus parientes las ballenas. Acorralar las presas es un fenómeno muy común entre los predadores acuáticos (me da la impresión que mucho más que entre los terrestres). En definitiva, tenemos otra confirmación de la creatividad y diversidad cultural de estos cetáceos.




Banda sonora del artículo: Douha Alia (Cheb Mami, 1990):

27.12.09

Volando sin billete








Los cuervos son ciertamente inteligentes. Este año, una de las más curiosas fotografías de la naturaleza es la secuencia tomada por el fotógrafo José Luís Garcia Larred en Soria, España. En ella se aprecia un cuervo (Corvus Corax) subido a lomos de un buitre leonado (Gyps fulvus). Según se lee en los comentarios de la noticia, el fotógrafo pudo observar cómo el cuervo viajaba unos doscientos metros sobre el buitre.
Sabemos por vídeos y observaciones que en repetidas ocasiones los cuervos montan sobre los lomos de jabalíes cuando éstos están comiendo carroña, les picotean la espalda para que se muevan, y aprovechan el desplazamiento para accdeder a la carroña. No contentos con esto, siguen montando a los jabalíes una vez han comido, ahora ya con el único motivo de divertirse. Pero no se había visto este comportamiento aplicado a los buitres.

Las fotografías de José Luís Garcia Larred muestran una conducta no documentada antes (al menos yo no la conocía). El motivo del vuelo podría ser para acceder a la comida que el buitre hubiera detectado, para ahorrarse energía a costa del esfuerzo el buitre, o simplemente como juego. Cualquiera de los tres motivos prueba la versatilidad e inteligencia de estas aves. Una vez más, los mamíferos no somos los únicos en tener conductas asombrosamente creativas.



Banda sonora del artículo: D'yer Maker (Sheryl Crow, 1995):


4.10.08

Democracia melífera

enjambre de abejas

Cada primavera, si las condiciones son idóneas, la mitad de las abejas (Apis mellifera) de una colmena abandonan su enjambre materno para fundar una nueva colonia. La antigua reina les acompaña. Son las abejas exploradoras las que elegirán la localización de la nueva colmena. Y lo hacen con un método que podríamos denominar "democrático" (1):


"La decisión no es nada fácil, pues a menudo la supervivencia de una colonia depende del emplazamiento del nido y por ello no tiene nada de extraño que las abejas, que lo han abandonado todo para iniciar una nueva vida, se muestren muy selectivas y exijan al lugar elegido unos requisitos mínimos. ¿Cómo descubren el emplazamiento idóneo y eligen el óptimo cuando existen varias posibilidades?"


El método de elección es el siguiente: varias decenas de exploradoras salen del enjambre provisional, ubicado en las inmediaciones de la antigua colmena, y visitan las localizaciones candidatas. Después regresan al enjambre provisional, y bailan para indicar el lugar exacto que han visitado. La intensidad de su danza da una idea de la idoneidad del emplazamiento: tamaño adecuado, orientación, nivel de resguardo, etc. De manera que cada exploradora otorga lo que podríamos calificar de "puntuación". Así, después de muchas idas y venidas, en las que cada exploradora visita los lugares que las demás exploradoras han señalado, poco a poco las posibles localizaciones se van reduciendo, quedando solamente las mejores, hasta que al final sólo queda una. Y hacia allí es para donde parte el enjambre a fundar la nueva colmena.

En los experimentos realizados por Lindauer (discípulo de Karl von Frisch, descubridor del significado de la danza de las abejas) las abejas acertaron en el 90% de los casos, de entre unas 20 localizaciones posibles, a juzgar por el éxito de la colmena y de lo que los entomólogos consideran los mejores emplazamientos. Así cuenta Martin Lindauer una de sus observaciones de la colonización de una nueva colmena:

"Durante los tres primeros días no se llegó a ningún acuerdo. En el mejor de los casos parecía que las preferencias se inclinaban hacia un lugar situado a tres kilómetros hacia el norte. Al cuarto día creció considerablemente el interés por otro alejado 350 metros en dirección sudeste; aunque continuaron presentándose otras opciones, su número fue disminuyendo progresivamente hasta que, por último, todas las exploradoras coincidieron en señalar hacia el emplazamiento del sudeste. Al quinto día, cuando después de hacer callar a los disidentes se había llegado, al parecer, a un acuerdo unánime, el enjambre se disgregó con un tremendo alboroto y al cabo de varios minutos se reunió de nuevo en el campamento para, a continuación, volar como una nube gigantesca hacia el sudeste. Seguimos al enjambre y vimos cómo se posaba en unas ruinas situadas a 350 metros. Uno de los muros presentaba un hueco muy a propósito para instalar la colmena."
Y allí la instalaron. Los años futuros demostraron que había sido una buena elección.

Es una elección no sólo cuantitativa. También cualitativa. La intensidad del baile indica las ganas que la abeja tiene de que se escoja su opción. A mayor idoneidad del sitio, mayor intensidad del baile. Esta sorprendente, casi siempre acertada y aparentemente "racional" forma de decidir de las abejas ha llevado a plantearse a algunos si no sería aplicable este método a las elecciones democráticas en las sociedades humanas. Existe un movimiento a favor de este tipo de voto. Se llama "range voting"(voto por puntuación). Sus promotores plantean que, en vez de depositar nuestro voto indicando un sólo partido, sería mejor puntuar, en una lista de todas las opciones, cada uno de los partidos que conozcamos. Así se evitaría -según sus partidarios- que llegaran al poder partidos radicales, rechazados por la mayoría. Un método similar se emplea en la designación de las ciudades olímpicas por parte del Comité Olímpico Internacional. Como ejemplo, se cita que Hitler no habría llegado al gobierno alemán con este método.

También hay diferencias importantes entre la elección de colmenas y las elecciones democráticas humanas. Por ejemplo, las abejas no todas votan. Sólo lo hacen las exploradoras. Si tuviéramos que extrapolar a las sociedades humanas, sería algo así como que sólo pudieran votar los politólogos. Pero no sería válido, puesto que en las sociedades humanas, el componente egoísta es importante. Eso podría llevar a que los expertos en política escogieran en su propio beneficio, no en el de la comunidad. Mientras que, en los enjambres, el destino de las exploradoras será el destino de la colmena. Otra diferencia es el número de variables involucradas, que en el caso humano es mucho mayor.

Lo cierto es que no sé si la idea es descabellada. Habría que testarla. No me negaréis que el depositar una papeleta con el nombre de un partido cada tantos años no es una forma un tanto pobre de representación democrática. Yo preferiría puntuar de alguna manera a los partidos que conozco. Así, los partidos con programas lesivos para la mayoría quedarían, digamos, más retratados. Tal vez sea una utopía, o una barbaridad, no lo sé. El voto ganaría en calidad, matices y poder informativo. Pero también hay que decir que con el sistema democrático occidental no nos ha ido mal.

La biónica o biomimética ya ha hecho algunas aportaciones relevantes al avance de las sociedades humanas. Sería toda una sorpresa que la selección natural hubiera llegado en este caso a resultados que la selección cultural aún no ha descubierto. Si alguien conoce argumentos en contra, agradecería que los expusiera.






(1) Heribert Schmid:
Cómo se comportan los animales. (1986) Ed. Salvat.
Foto: Enjambre de abejas a la espera de encontrar ubicación para la colmena (Fuente: Wikipedia Commons).

27.4.08

Orangután pescando

orangután pescando con lanza
Se ha observado por primera vez un orangután tratando de pescar con una lanza.

El orangután golpeaba el agua con el palo para aturdir o ensartar a un pez que se movía, según los autores de la foto.
La instantánea se tomó en la isla de Kaja (Borneo), donde hay una reserva para
rehabilitar orangutanes.

También nos cuentan que el orangután había podido ver como los lugareños pescaban con lanzas, y que es posible que haya imitado su comportamiento, pues los orangutanes son notables en su capacidad de imitación. No consiguió pescar el pez, pero después pudo, también con el palo, improvisar y hacerse con peces que estaban atrapados en las redes de los pescadores.
En el libro (Thinkers of the Jungle, de Gerd Schuster, Willie Smits y Jay Ullal) en el que su publica la foto, también aparece la primera imagen de un orangután nadando. Cada vez más descaradamente cercanos.

1.3.08

Delfines jugando con burbujas

El juego es clave en el proceso de aprendizaje. Puede decirse que el juego consiste en tentativas de innovación en la conducta. Suele haber una correlación positiva entre el grado de juego y el nivel de inteligencia de las especies. Los mamíferos, los seres con el cerebro más desarrollado, son los que más juegan. Pero una vez llegada una edad, el juego deja de producirse, y el aprendizaje se detiene. En chimpancés se ha comprobado que, a partir de un umbral de edad determinado, cuesta mucho más aprender. De hecho, en los primeros años los chimpancés aprenden más rápido que los humanos. Pero normalmente su absorción de nuevas conductas sufre una disminución drástica a los tres años, mientras que los humanos son capaces de aprender toda la vida, si bien es cierto que, con el transcurso de los años, la capacidad de aprendizaje mengua.
Los animales con sus juegos exploran sus límites físicos y sociales, estableciendo las pautas que después marcarán las relaciones adultas. Los humanos tenemos la ventaja de que podemos jugar no sólo con conductas o relaciones sociales, sino también con una diversificada variedad de ideas abstractas, gracias a nuestros desarrollados lenguajes, combinándolas o creando nuevas, para integrarlas, si son útiles de algún modo, en nuestro bagaje cultural.

Pocos ejemplos de juego hay tan bellos como el de este vídeo, en el que delfines -de los grandes sanamente ludópatas del mundo animal- crean anillos de burbujas e interactúan con ellos.



Delfines haciendo anillos de burbujas


Una utilidad de esas burbujas la han aplicado las ballenas, que emplean grandes anillos de burbujas para rodear bancos de peces.


21.10.07

No tan elemental, querido Watson


La que le ha caído a James Watson. Codescubridor de la doble hélice de ADN, ha hecho unas declaraciones sugiriendo que el grado de inteligencia de los africanos puede estar condicionado -a la baja- por limitaciones genéticas. Claro que la inteligencia está limitada por nuestras bases hereditarias. No somos supermanes intelectuales. Tenemos las neuronas que tenemos. Pero Watson ha venido a decir que la inteligencia de los africanos no es la misma que la de los occidentales. Que miles de años de separación geográfica y, en consecuencia, genética, han podido dar niveles de inteligencia diferentes.

Algunos blogs sobre evolución ya han dado su opinión. Normalmente son collejas ("¿Está chocho James Watson?", "En boca cerrada no entran moscas",o "Todos somos negros"), aunque hay alguna excepción. La mía está clara: no son los genes, son los memes. Es la formación, la educación, junto a la ausencia de recursos, los que han hecho que África, el continente que ha tenido más tiempo para evolucionar culturalmente hacia niveles técnicos avanzados, sea paradójicamente el que más atrasado está. No evolucionamos culturalmente a nivel individual, sino en bloques sociales. El crecer en una sociedad determinada y en el seno de una clase social concreta influye de manera importante, aunque no determinante. Desarrollarse en una sociedad organizada permite acceder a complejos sistemas de conocimientos. Cosa que no ha sido hasta ahora muy frecuente en África. Nunca se ha demostrado que algún gran grupo de población tenga alguna limitación mental hereditaria generalizada. Y tampoco lo ha hecho ahora Watson.
Son los memes, Watson. Es la selección cultural la que ha postrado a los africanos a la simple subsistencia. Al menos, hasta que se encuentre el gen de la castración intelectual. Que va a ser que no.



Foto: James Watson.

7.10.07

Inventiva animal

Aquí hay tres ejemplos de originalidad animal para resolver problemas. El cuarto vídeo es el contrapunto.





Y en éste vídeo se observa un perro remando. Su celeridad es tal que no parece que haya mucha reflexión en su acto. Más bien parece una acción automática, un ensayo exitoso.




Recuerdan una vez más que la capacidad de innovación no es exclusiva de los primates. Ni siquiera de los mamíferos. Sorprendente.

19.8.07

Cuervos que emplean útiles para emplear útiles

Corvus moneduloides
Los cuervos de Nueva Caledonia (Corvus moneduloides otra vez) han sido los protagonistas de un estudio para comprobar hasta dónde llegan las habilidades de esta especie en el uso de útiles. Y de nuevo vuelven a sorprender.
Estos curiosos pájaros son capaces de elaborar y mejorar sus instrumentos, y de crear tradiciones técnicas. Ahora van un paso más allá. Russell Gray y colaboradores
(1) de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda) han puesto a prueba un grupo de cuervos previamente capturados de la siguiente forma: se escondió un premio en el interior de una caja, de manera que sólo podían acceder a él usando un palo largo.

Ningún problema. Enseguida supieron cómo alcanzar la comida empleando el palo largo. Entonces se dio una vuelta de tuerca al experimento: se escondió el palo largo dentro de una caja, de manera que había que emplear un instrumento previo -un palito corto- para poder coger el instrumento largo, que finalmente permitiría acceder al premio.







Lo cuenta Gray: "De entre siete cuervos, seis intentaron inmediatamente utilizar el palillo corto para conseguir la herramienta larga. No había ensayo y error."

Al instrumento que sirve para emplear otro instrumento se le llama "metainstrumento", y su uso sólo se conoce en humanos y sus parientes primates. El uso de un metainstrumento supone una planificación a corto plazo, pero planificación al fin y al cabo. Se establecería un mapa mental del tipo "
instrumento para conseguir instrumento para conseguir comida". Los autores defienden que esto supone un tipo de razonamiento previo, una elección racional.

La etóloga escocesa Sabine Tebbich (Universidad de St. Andrews), no involucrada en el estudio, cuestiona esta conclusión. Arguye que el empleo de un metainstrumento puede ser una extensión de conductas instintivas similares que los cuervos llevarían a cabo en la naturaleza. Por tanto, no sería una conducta racional. Según ella, es demasiado pronto para extender el pensamiento racional a estos cuervos.
Pero otros estudiosos, como Nathan Emery, de Cambridge, defienden la postura contraria. Recientemente, los datos a favor de cierta racionalidad aplicada a la conducta instrumental en los cuervos de Nueva Caledonia se acumulan. La planificación de tareas queda patente en este experimento, con lo que se reafirma la hipótesis de la convergencia entre la inteligencia primate y la de otros grupos como ciertas aves, entre las que se encuentra de forma destacada
Corvus moneduloides.



(1) Current Biology, vol 17, Julio de 2007, vía Newscientist.
Foto: Corvus moneduloides empleando el palo pequeño para alcanzar el grande.

13.7.07

Escupiendo inteligencia


Hay una fábula de Esopo que cuenta cómo un cuervo sediento llena un recipiente de piedras para poder alcanzar el agua de su interior. Esta fábula dio la idea a un equipo de etólogos de comprobar si los orangutanes estarían a la altura del cuervo del antiguo cuento griego.

Se pensó en colocar un tubo transparente con una nuez en el fondo. Un tubo demasiado estrecho, de manera que los orangutanes no pudieran alcanzar la nuez con los dedos. El test se hizo con 5 orangutanes de Sumatra (
Pongo abelii). Los simios intentaron sacar la nuez a base de mordiscos, golpes y patadas al tubo, sin éxito. Al final, tras nueve minutos de intentos, se dio con la solución:







En cuanto descubrieron la solución, cada vez la aplicaban más rápido. Se hizo la prueba diez veces a cada orangután. En la décima ocasión, sólo tardaban 30 segundos en lanzar el agua en el tubo.

Aunque no es la primera vez que se constata el uso del agua como instrumento, la autora del estudio, Natacha Mendes, afirma que en el caso de los orangutanes se optó por una solución de entre diversas opciones, como golpear el tubo. Mientras que el pez arquero sólo contempla una táctica.




Artículo publicado en Biology Letters (2007) (via Newscientist).

16.6.07

Versatilidad pulpil


No es la primera vez que hablo de los pulpos (aquí y allí). Estos supervivientes de tantas extinciones masivas -especialmente la Pérmica, injustamente olvidada frente a la mediática extinción Cretácica, pero que se llevó por delante nada menos que al 96% de las especies marinas- son cefalópodos, integrantes del filo de los moluscos. Los pulpos perdieron totalmente la concha típica de los moluscos (a diferencia de las sepias, que la integran en el interior del organismo en forma de jibión, o los calamares, cuyo vestigio de concha es la pluma).

Y despliegan conductas con visos de inteligencia. Y si no, mirad, mirad:




Supongo que ahora se entiende más la presencia repetida de los pulpos en un blog de evolución cultural. Aunque no parecen presentar ningún atisbo de conducta técnica ni cultural, sí que apuntan indicios de inteligencia o, al menos, de un comportamiento muy versátil. Y su flexibilidad conductual -soluciones diferentes a problemas nuevos- se ha adquirido a través de un pasado evolutivo totalmente distinto al de los primates. Un fenómeno que se ha dado en llamar evolución convergente. Mismas soluciones partiendo de bases diferentes. Así que abro un apartado dedicado a los pulpos. Se lo merecen.



Vídeo de La Casa de las Ciencias (Museos Científicos Coruñeses).


28.1.07

El increíble pájaro guía


Hay un ave africana conocida como "guía de la miel". Su nada inocente nombre científico es Indicator indicator. Pues bien, este pájaro conduce a la tribu de los boran (Kenia) hacia las colmenas ocultas en el bosque. Y lo hace de una extraordinaria forma. Así lo cuenta Daniel C. Dennet (1):

"
Cuando los boran desean encontrar miel, llaman al pájaro soplando silbatos especialmente fabricados con conchas de caracoles. Cuando llega uno de esos pájaros, vuela alrededor cantando una especial canción llamada 'sígueme'. Los boran siguen al pájaro que vuela rápidamente delante y los espera hasta ser alcanzado, asegurándose continuamente de que lo pueden ver cuando vuela. Una vez que el pájaro ha llegado a la colmena, sustituye la melodía de su canto inicial por otra que viene a decir 'aquí hemos llegado'. Cuando los boran localizan la colmena en el árbol y la abren, extraen la miel, dejando la cera y las larvas para el pájaro."

La tradición de dejar su recompensa a los "guías de la miel" está reforzada por la leyenda -presumo que totalmente falsa- de que, si no se les da su premio, las aves les conducirán ante un león o alguna otra fiera en próximas ocasiones.

Así se resuelven de un plumazo dos problemas: el de los boran para encontrar miel, y el de los
indicator para acceder al interior de las colmenas. Además, el humo con que los boran aturden a las abejas ayuda también a que los indicator no sean picados. El tiempo en la búsqueda de colmenas en áreas desconocidas se multiplica por 3 si los boran no reciben ayuda de las aves. Y un 96 % de las colmenas no habrían sido accesibles a las aves de no mediar la apertura con útiles de los boran. Así que todos contentos.

¿Cómo pudo desarrollarse esta insólita colaboración mutua? ¿Instinto? Si en los boran no lo es, no veo porqué tendría que serlo en los indicator. Lo analizaré en un próximo artículo (ya sé que da rabia, pero paciencia...;)

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(1) Daniel C. Dennet: "La peligrosa idea de Darwin" (1999), pag.394-395.
Más información en Nature.
Foto: Indicator indicator.


28.11.06

Coalición femenina frente a los machos


Ahora entiendo porqué las mujeres van juntas al lavabo. ;).
Las mujeres son físicamente menos fuertes que los hombres. Y menos agresivas. En los chimpancés ocurre lo mismo, acentuado. El dimorfismo sexual en chimpancés es mayor que el humano, de manera que las hembras son más pequeñas en tamaño, y más débiles. El antropólogo de la Universidad de Kent Nicholas Newton-Fisher describe que las chimpancés hembras se unen para defenderse frente a ataques de sus compañeros machos.

Los machos que observó el antropólogo de Kent tenían persistentes actitudes agresivas con las hembras. En diversas ocasiones, las hembras atacadas solicitaban la ayuda de otras hembras. Y éstas, según las observaciones de Newton-Fisher, se organizaban y repelían los ataques. La estrategia implicó vocalizaciones, gestos amenazadores, persecución y ataque al macho que había causado la agresión.

2.11.06

Elefantes asiáticos se reconocen ante el espejo


Me sumo a la serie de noticias (vía Paleofreak) que reproducen la observación de que los elefantes asiáticos presentan indicios de autoconsciencia. La autoconsciencia es una palabreja que significa que un animal es consciente de sí mismo. De su cuerpo al menos. Una condición necesaria para ser consciente de sus actos.
elefante asiático ante el espejo
Al club de los autoconscientes se accede por la prueba del espejo (en inglés MSR, Mirror self-recognition). Márquese a un animal, colóquesele frente al espejo, y mírese si reacciona con lo que diríamos "reconocimiento". Aunque la prueba del espejo presenta algunas dudas, hoy es el único método para tener una idea aproximada de reconocimiento propio.

Es un poco burda, en el sentido de que no podemos saber si el animal se toca la marca por simple molestia, o realmente utiliza la imagen del espejo como "mapa" para observarse la marca. Supongo que la calidad de los experimentos habrá resuelto esta cuestión. En ese caso, el selecto club de los animales autoconscientes está formado por nosotros, los grandes simios, los delfines de nariz de botella, y ahora, recién incorporados, los elefantes asiáticos (ver vídeo).

Es una cuestión de tiempo que el club engrose sus filas. Y, como dice Javier Sampedro en El País, parafraseando a Locke, "si no hay espejos, no hay moral".



12.9.06

Quebrantanueces


Siempre me ha fascinado la imagen del quebrantahuesos lanzando los huesos desde muy alto para que se rompan contra el suelo. Una conducta inteligente para aprovechar el tuétano.

Los cuervos japoneses van más allá. En este video lanzan nueces contra el asfalto. Muchas veces no se rompen de inmediato, así que han descubierto que es mejor lanzarlas en lugares con tráfico intenso, para que sean los vehículos los que las rompan. El problema es después recoger el trofeo entre el peligroso tráfico. Pero han hallado una solución: lanzar la nuez en un paso cebra y esperar a que se ponga el semáforo en rojo.






Si es que un cuervo es mucho cuervo.

12.7.06

Chimpancé jugando al Comecocos


Anonadado me he quedado. Si no es una falsificación, sencillamente sorprendente.



30.8.05

Las orcas se unen al club de los listos


Esta vez es la orca quien ha demostrado una perspicacia fuera de cualquier instinto. Una orca macho de cuatro años de edad que vive en el acuario de Marineland en Ontario (Canadá) ha descubierto cómo cazar gaviotas.

orca asomando entre bloques de hielo ante un grupo de sorprendidos pingüinos La orca regurgita los peces con que la alimentan sobre la superficie del agua de la piscina en la que habita. Y no tiene más que esperar sumergida a que alguna ingenua gaviota se acerque al cebo. Entonces, la orca se eleva con las fauces abiertas y captura a la gaviota. "
En cierta medida, está tendiendo una trampa", dice el especialista en conducta animal Michael Noonan, que fue quien presenció este comportamiento. "Algunos días captura tres o cuatro gaviotas de esta manera".

Después de tres años de observar su conducta, Noonan afirma que nunca antes la orca se había comportado así, hasta el día en que descubrió esa técnica.

Unos meses después de que el macho innovador empezara a cazar gaviotas, Noonan observó que otras orcas medio-hermanas más jovenes también reproducían el meme. Pronto, las madres de las medio-hermanas se apuntaron a los aperitivos con plumas. Y también una pequeña orca de seis meses de edad y un macho mayor. El gavioticidio se ha extendido rápido.

Otro animal más en el club. !Si ya habíamos alquilado todas las sillas!. Las especies culturales son cada vez más numerosas. Y eso que nos creíamos los únicos inteligentes.

16.7.05

Periquitos que se llaman entre ellos por su nombre


Se acaba de publicar un estudio en el que se demuestra que una especie de periquitos (Forpus conspicillatus) se llaman a cada uno por una secuencia de sonidos única, es decir, por un nombre "personal" (entre comillas, claro), único para cada individuo.

"Hemos demostrado que usan llamadas que sólo se refieren al individuo en cuestión" -dice Ralf Wanker, ornitólogo de la Universidad de Hamburgo, uno de los autores del estudio-. "Por lo que sé, es la primera vez que se describe el etiquetado o la llamada por el nombre en animales."
Wanker y colaboradores albergaron dos grupos de estos periquitos en un ambiente natural controlado, y observaron cómo se comunicaban. Grabaron los sonidos de 17 individuos de 5 familias diferentes en momentos en los que interactuaban oralmente. Los análisis computerizados demuestran que las llamadas de contacto inicial eran únicas para cada periquito.
Por ejemplo, cuando uno de los pájaros que los investigadores llamaban Eddi se comunicaba con su compañero Renee, usaba siempre una llamada específica. Un nombre, vamos.
Lo que no me queda claro es si los demás periquitos llamaban con el mismo nombre específico a ese individuo. No he tenido acceso al artículo original publicado en la revista
Animal Behavior del mes de Julio.
Los investigadores hicieron la prueba de reproducir por altavoz las llamadas a los individuos, y éstos prestaban gran atención al oirlas, de manera parecida a cuando una persona se gira cuando la llaman por su nombre.
Hasta ahora, el hombre era el único ser conocido que llama a otro por un nombre específico. Si los periquitos Forpus conspicillatus son también capaces de hacerlo, significa que pueden hacerse una representación mental previa del destinatario de su llamada y, por tanto, que su forma de comunicación es mucho más compleja de lo que se pensaba.
Se abre todo un campo de investigación para ver qué otras especies tienen esa supuesta especificidad humana. A partir de ahora, cuando veamos por ejemplo una leona rugir reprendiendo a uno de sus retoños traviesos, nos preguntaremos si no le estará llamando además por su nombre.


Imagen:Forpus conspicillatus

16.6.05

Los límites de la inteligencia animal


Desde que vengo recopilando ejemplos de inteligencia animal, la idea de que los memes no son exclusivos del hombre ha ido cada vez consolidándose más. Hasta el punto de que no veía los límites a su aplicación en los animales. Es momento de echar el freno.

Hasta ahora, todo comportamiento animal ha sido atribuido al instinto. Hoy en día, la Genética es cada vez más capaz de concretar esta explicación, localizando los genes que intervienen directamente en la conducta. Sin embargo, no parece que de momento se hayan determinado esas raíces instintivas de la conducta animal.
La explicación instintiva sigue siendo la más general, aún careciendo de una base empírica sólida. El instinto ha sido el saco en el que se ha metido todo
, a pesar de que tenemos cada vez más pruebas de transmisión cultural. Era el momento de replantear la situación y de ver hasta qué punto el grado de inteligencia animal podría explicar muchas de las refinadas conductas animales.

Pero, entre todas las conductas complejas atribuidas al instinto, hay dos fenómenos clave que se rebelan contra la inteligencia animal: la construcción de nidos y el lenguaje de las abejas.
No veo cómo la construcción de los nidos -por ejemplo los de las aves-, algunos de sofisticada arquitectura, pueda tener una base que no sea totalmente instintiva, en nuestro estado actual de conocimientos.


Las crías nacen cuando el nido ya está hecho, y se van del nido sin ver cómo sus padres lo elaboran. Los aparentemente rudimentarios códigos de comunicación de la mayoría de las especies no apuntan a que los padres enseñen "mediante lenguaje" la construcción de nidos.

Y luego está el contundente argumento de la danza de las abejas.
La abeja común
Apis mellifera ejerce una danza sumamente sofisticada para informar de la ubicación de sus fuentes de comida. Según cómo se mueve cuando llega a la colmena, indica los distancia y la orientación de la fuente de néctar. Y según la intensidad de sus movimientos, el recurso será más o menos abundante.
Desde que Von Frisch describió este lenguaje, descubrimiento que maravilló al mundo y que le valió el premio Nobel, se han sucedido los estudios acerca del origen de esta forma de comunicación simbólica, según muchos autores la más completa si exceptuamos el lenguaje humano. Los últimos estudios apuntan hacia una fuerte base genética. La evolución de este lenguaje, y de sus dialectos, es fácilmente explicable atendiendo a simples reglas mendelianas.
Si algo tan sofisticado como el lenguaje de las abejas o la construcción de nidos es totalmente instintivo, el aprendizaje memético se ve claramente limitado. Hay que reconocerlo.
Nos queda la tarea de definir los límites del comportamiento memético, y por qué en algunas especies se da y en otras no.

13.9.03

La danza de las ballenas


Recuerdo aquella tarde en la que para mí se hizo evidente algo que siempre había supuesto:


Ante mis ojos, en un documental televisivo, vi cómo una manada de ballenas salía de pesca. Se sumergían por debajo de un gran banco de peces y, al parecer de forma coordinada, expulsaban burbujas por la abertura respiratoria que tienen en el dorso. Desde la superficie, se observaba un gran círculo de burbujas que continuamente brotaba del mar, rodeando y envolviendo al banco de peces, que no podían escapar del círculo.

De repente, todas las ballenas ascendían hacia la superficie, rápidas, con las fauces abiertas. Los peces, atrapados, saltaban intentando esquivar las mandíbulas de los cetáceos. Pero estaba claro que para una gran parte de las emboscadas presas no había más destino que ser devoradas por esas enormes bocas.


Al cabo de unos días de tan espectacular revelación, recuerdo dudar de lo que había visto. ¿Lo habría soñado? Lo comenté a algunos amigos, y el relato sobre la inteligencia animal era tan nítido y evidente que incluso me parecía que debía estar inconscientemente exagerándolo.

Pasados unos meses, volví a verlo. Igual que como lo había descrito.

Es la confirmación de que la inteligencia animal es capaz de emular y sobreapasar la humana en determinados aspectos. Y la comunicación tiene mucho que ver con ello. La técnica no es imprescindible para una inteligencia avanzada.