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12.1.12

El acento de George Washington y los lagartos de Canarias

George Washington y su esclavo William Lee en 1780
Hace poco he leído un artículo muy interesante. ¿Cuándo apareció el acento estadounidense típico (o yanki, o gringo, como se prefiera; y sí, ya sé que hay más de uno. Me refiero al estándar)? ¿en el momento en que Estados Unidos se independizó de Gran Bretaña en 1777 ya hablaban con diferente acento? ¿los antiguos patriarcas estadounidenses (George Washington, Abraham Lincoln, etc.) ya hablaban "raro" respecto a la metrópoli inglesa? El artículo llega a una conclusión sorprendente: los que han cambiado el acento han sido los británicos.


El motivo que se apunta es que en Gran Bretaña se extendió, posteriormente a la independencia estadounidense, un acento procedente de la clase alta que se impuso en la isla, pero no se llegó a generalizar en EEUU. Es el acento que ahora se emplea en la BBC, considerado el inglés británico estándar actual. En una aproximación intuitiva, nunca lo hubiera dicho. Pero cuando se analiza la cuestión con más profundidad, tiene lógica.


Los estadounidenses han permanecido bastante más aislados que sus hermanos británicos durante, como mínimo, el primer siglo de independencia, separados del resto del mundo por dos anchos océanos, en una época en que los viajes transcontinentales eran escasos, y una centroamérica entonces muy poco poblada y escasamente dinámica. La separación de Estados Unidos es un buen ejemplo de divergencia lingüistica y cultural. En este panorama, si el resultado del estudio es correcto, los americanos conservaron el acento más parecido al original. Por otro lado, la misma declaración de independencia americana en 1777 revela la diferenciación de intereses y cultural entre la sociedad originaria y la descendiente. Fue entonces cuando gestó el tan extendido espíritu patriota entre los estadounidenses. Es como si las sociedades asumieran conscientemente, como ocurre de forma natural en biología, que, si hay separación geográfica, hay que escindirse como sociedad.


Si uno investiga las divergencias lingüisticas de pueblos aislados, observa que hay un patrón que se repite. Los judíos sefardíes expulsados de España, en su aislamiento, conservan buena parte de la lengua del tiempo en que fueron expulsados, con menos variantes que el castellano actual. También los hispanoamericanos conservan modismos y palabras del castellano antiguo. Y los catalanoparlantes de la periferia de la zona de habla catalana (franja de poniente, Baleares, etc.), con una población más dispersa, emplean palabras del catalán antiguo, extinguidas en el centro de ese área.

Gallotia galloti, lagarto endémico canario

Y no sólo es en el aspecto de la lengua donde esta regla se cumple. Los cambios culturales se producen más frecuentemente donde hay más intercambio de ideas. Parece una obviedad, pero es importante remarcarlo. Porque esto explica, entre otras cosas, que la cultura madre puede cambiar más que la descendiente. De la misma forma que se conservan costumbres, técnicas y usos linguísticos antiguos en mayor proporción en territorios aislados que en territorios bien comunicados. Las primitivas técnicas productivas del África subsahariana., por ejemplo. O, más concretamente, la persistencia de tradiciones y expresiones normandas en Islandia, extinguidas hace años en la Europa nórdica originaria de los vikingos.



¿Y qué relación tiene esto con la evolución biológica? Bueno, pues que es lo mismo que ocurre con las especies recluidas en islas remotas. Estas especies suelen ser de estadios ancestrales (reptiles de Galápagos, lagartos de Canarias, marsupiales de Oceanía, etc.etc.etc.), aisladas como están de las corrientes de cambio continentales. ¿Por qué hay tal predominancia de reptiles autóctonos frente a mamíferos en las Canarias, en las Galápagos, o en general en cualquier isla remota? Pues por la misma razón por la que en lugares aislados se conservan atavismos linguísticos, tradiciones arcaicas o técnicas antiguas: porque las oleadas de novedad continental (en este caso, los mamíferos) aún no han llegado a esos sitios. Otra vez, la evolución cultural se comporta de forma similar a la orgánica. La información transmitida en una cultura o en un código genético evoluciona siguiendo modelos paralelos. Cuando una misma población queda dividida geográficamente en dos, empieza a diferenciarse. Y las diferencias aumentarán en función del tiempo y del aislamiento.


12.9.10

Síntesis



 Este artículo pretende resumir los puntos importantes recopilados en este blog acerca de las similitudes entre la evolución orgánica y la cultural. Cualquiera de los temas aquí expuestos han sido desarrollados más extensamente en anteriores textos de este blog, pero no habían sido integrados antes en un único artículo.


EVOLUCIÓN CULTURAL, PROLONGACIÓN DE LA BIOLÓGICA.-

Hacha de sílex y ratón de ordenador
La Teoría de la Evolución puede aplicarse al cambio cultural con interesantes aportaciones. Muchos de los mecanismos que se dan en la evolución de los seres vivos tienen su correspondiente en la evolución cultural.

Tanto la historia natural como la cultural parten de lo simple y evolucionan hacia lo diverso y complejo. Esto no significa que lo simple no cambie, o incluso que lo simple, en el mundo vivo, no sea la mayor parte de la biomasa. Pero no puede negarse que, en general, la evolución ha posibilitado la aparición de seres vivos progresivamente más complejos a través del tiempo. Desarrollos tan elaborados como un corazón, un sistema nervioso o un cerebro, organismos tan sofisticados como reptiles, aves o mamíferos, serían inconcebibles si no se hubieran dado estos pasos hacia el aumento de complejidad.

Las diferentes culturas también se han diversificado y se han vuelto, en general, más complejas. Lo que no quiere decir, de nuevo, que no haya un cierto número de culturas que vivan con técnicas que podrían considerarse ancestrales desde el punto de vista de las sociedades que llamamos desarrolladas. Aunque no cabe ninguna duda de que las técnicas simples de los inicios de la cultura humana (técnicas de talla y modelación líticas, en madera o en hueso) se han diversificado abundantemente, llegando a sofisticaciones tan impresionantes como el mismo ordenador con el que estoy escribiendo esas líneas.

Si los resultados son tan similares en ambos tipos de evolución ¿no será que ambas evoluciones siguen procesos parecidos? Para saber si las culturas evolucionan de forma similar a como lo hacen las especies, deberemos fijarnos en las similitudes entre ambas. Veamos de forma breve (1) en qué se parecen:



1.- Combinación y mutación.- La evolución biológica implica reproducción con variación. La cultural también. Los genes se combinan de forma diferente para configurar las características de organismos distintos. Cuando en un organismo se produce una mutación genética, lo más probable es que el resultado sea inocuo o nocivo. Pero, de vez en cuando, uno de esos cambios aporta alguna propiedad que antes no se daba. Y esa propiedad puede ser favorable. En la evolución cultural el proceso es casi idéntico. Las ideas también se combinan de forma distinta para dar lugar a culturas diferentes. Cuando una idea -o mejor una reciente acepción, surgida desde la biología, un meme (2)- se transmite, ocurre lo mismo que con los genes: puede cambiar. Diferentes interpretaciones, o cambios intencionados, o incluso errores en la transmisión, pueden enriquecer a veces el mensaje, puesto que es posible que se añada una variante favorecedora. En este caso, no es necesario esperar una nueva generación para que la novedad se transmita. Los individuos, englobados en culturas, pueden crear ideas desde la inteligencia, o copiar soluciones procedentes de la naturaleza, o de otras culturas. De ahí que la evolución cultural tenga más potencial de avance rápido que la biológica en términos de acumulación de información.


2.- Selección natural y selección cultural.- Las especies y los tipos de organismos actuales son, obviamente, los que se han demostrado viables, al menos hasta hoy. Y son una inmensa minoría respecto a los que se han extinguido. Integran aquellos genes que han sido eficaces para su persistencia. Las culturas actuales también son sólo una pequeña representación de las que han desaparecido. E incluyen las ideas que han permitido su presencia. Mientras que la selección natural es la que dirime quién y cómo “pasa al siguiente nivel” en el videojuego de la vida, escrutando cada momento las variantes más válidas, la selección cultural descarta también las ideas inviables y potencia las válidas. En consecuencia, unas culturas se extienden y se diversifican, mientras que otras son absorbidas o se extinguen.


3.- Fósiles-guía y útiles-guía.- Paleontólogos y arqueólogos observan pautas parecidas. En paleontología, generalmente, cuanto más moderno es un estrato, más posibilidades habrá de que incluya tipos de organismos más complejos. En arqueología también se cumple esta regla. Los yacimientos del Paleolítico inferior muestran una simplicidad y una gama de cultura material más sencilla, que se va complicando y diversificando con el paso de los milenios. De ahí que tanto unos como otros se hagan valer de métodos similares. En paleontología, los fósiles-guía dan una referencia del momento cronológico de un estrato. El hallazgo de, pongamos por caso, un trilobites, dará una idea exacta del momento temporal en que nos encontramos, aunque sea amplio. En arqueología, ese mismo papel lo desempeñan los útiles directores. Si en un yacimiento arqueológico encontramos una cerámica cardial , tendremos razonable seguridad del instante histórico (en este caso, Neolítico), más o menos concreto en función de la longevidad del útil director .


4.- Evolución del lenguaje.- Los estudiosos de los orígenes y evolución de los idiomas y dialectos aceptan mayoritariamente la hipótesis de que los idiomas evolucionan, divergen o se extinguen. La divergencia entre lenguaje madre y descendiente se produce principalmente por aislamiento de algún tipo. De ahí que para compararlos se empleen métodos de clasificación parecidos a los que los zoólogos utilizan para establecer grados de parentesco entre grupos. También se usan conceptos como “tasa de cambio(3) para cuantificar el ritmo de variación. El panorama global resultante es un árbol en el que los idiomas se agrupan en familias, de forma idéntica a los árboles filogenéticos.


5.- Anidación.- Cualquier gen o grupo de genes que suponga una característica determinada, o cualquier especie o tipo de organismo con una presencia concreta, puede extenderse si las condiciones le son favorables. Multitud de ejemplos naturales son aquellas especies que invaden territorios extensos y lejanos cuando habían estado recluidas en un área concreta. Por ejemplo, la expansión del cangrejo americano o del mejillón cebra en los ríos de medio mundo.
De la misma forma, una idea puede ser minoritaria, pero si las condiciones culturales cambian, puede salir de su reducto para colonizar la población. Hay numerosos ejemplos de ideas latentes, para las que aún no había llegado el momento idóneo: desde la bicicleta de Leonardo da Vinci, hasta cualquier tradición o innovación local que haya llegado a extenderse al resto del mundo.


6.- Cambio funcional.- Una determinada característica anatómica o conductual puede cambiar de función. De igual forma, una idea o conjunto de ellas también. En la naturaleza, un ejemplo de este cambio funcional son las patas. Las patas delanteras de algunos reptiles evolucionaron con el tiempo en las alas de las aves. En cuanto a la cultura, tras la invención de la rueda con el claro propósito inicial de ayudar en el transporte, ha sido utilizada en muchos otros campos, como las ruedas dentadas para maquinaria, entre otros muchos ejemplos.

Cascos a través de la historia

7.- Convergencias biológicas y culturales.- Por el lado natural, diferentes grupos de organismos han llegado a resultados casi idénticos desde puntos de partida diferentes. Una evidencia entre muchas es la aparición de los ojos, que se ha dado de forma independiente varias veces a lo largo de la historia de la vida. Por el lado cultural, diferentes sociedades desde distintos linajes culturales sin aparente conexión han descubierto y perfeccionado la agricultura (Próximo Oriente, China, América precolombina...), o la escritura (China, Pakistán, sumerios, ...), por sus propios medios y sin intercambio de información que sepamos.


8.- Conservación de una dirección evolutiva.- En el plano biológico, se da muy frecuentemente una tendencia constante hacia el perfeccionamiento de ciertos órganos y estructuras. Esta dirección es observable en los sistemas locomotores con mejores adaptaciones a la carrera de animales corredores, o en el sucesivo perfeccionamiento de los sistemas nerviosos hasta culminar en los potentes cerebros mamíferos, entre otros muchos ejemplos.
En el plano cultural, se puede comprobar este hecho viendo la evolución técnica desde las primitivas industrias líticas del Paleolítico Inferior hasta las más precisas y especializadas piezas líticas del Neolítico. O los perfeccionamientos graduales de los instrumentos ópticos, como microscopios o telescopios, por citar un ejemplo entre miles.


9.- Irreversibilidad.- En la evolución biológica, los cambios importantes no tienen marcha atrás (ley de Dollo). Tampoco en la evolución cultural. No es que nada impida que se elimine una determinada característica. Sino que, si las presiones selectivas se revierten, el organismo ya no parte de la misma base genética, y por tanto el resultado no será el mismo. Una especie extinta no puede volver a aparecer idéntica. En la evolución cultural, el compendio de ideas que conforman una sociedad es único, e irrepetible. Y las ideas y conocimientos de la siguiente generación se basan en los de la anterior. La historia cultural nunca se repite, sino que evoluciona, aunque, como en la evolución biológica, haya patrones que se repitan si se demuestran viables.


10.- Permanencia de estructuras funcionales.- Cuando una estructura adquiere un funcionamiento eficaz, tiende a permanecer igual, o con mínimas modificaciones, a través del tiempo y las generaciones. Una vez seleccionada la configuración del sistema nervioso, el corazón, el estómago o el cerebro, si es funcional, persiste a través de las especies. De igual manera, cuando alguna idea funciona, se mantiene a través de las culturas. Las matemáticas o la agricultura se extendieron, y no se perdieron una vez descubiertas, persistiendo en diferentes culturas.

Evolución del casco griego

11.- Radiaciones biologicas y culturales.- La historia de la vida nos habla de diversas explosiones de diversidad, generalmente asociadas a la adquisición de una habilidad o propiedad nuevas, a la colonización de un nuevo territorio, o a un cambio ambiental. La radiación cámbrica o la mamífera son ejemplos claros. En el ámbito cultural, una innovación importante también posibilita muchas veces una diversificación cultural acelerada, en forma de incremento de la innovación. Un ejemplo reciente ha sido el desarrollo de las tecnologías de la información en los últimos tiempos.


12.- Complejidad creciente.- Si bien es cierto que ha habido disminuciones puntuales de la complejidad orgánica (por ejemplo, tras episodios de extinciones masivas) en general, en los organismos vivos se observa, a través de las eras geológicas, una tendencia al aumento de la complejidad a largo plazo. El árbol filogenético, visto como un todo, es inicialmente simple, y se va diversificando y volviéndose más complejo.

Las formas de vida más complejas se caracterizan por estar más estructuradas y disponer de una organización funcional más especializada. Esta especialización se alcanza mediante la división y centralización de funciones (riñones, hígado, corazón, cerebro...).
Las culturas también han seguido esta línea. Los ideas, como los genes, se agrupan en conjuntos cada vez más diversificados y más complejos. Los descubrimientos, los inventos y las ideas son acumulables, al igual que las mutaciones o las recombinaciones genéticas. Como muestra, tomemos una ciencia cualquiera. Por ejemplo, la Geología. Desde sus inicios, la Geología se ha desarrollado en múltiples ramas: estratigrafía, sedimentología, cristalografía, etc. Y este fenómeno es constante en muchos campos del conocimiento humano.
La especialización de los órganos anatómicos, como el corazón o el cerebro, tiene su correspondiente cultural en las especializaciones sucesivas de las sociedades humanas. En las primeras ciudades neolíticas escasamente se aprecia una división del trabajo. Sin embargo, posteriormente comienzan a aparecer primero artesanos alfareros, herreros, comerciantes,... hasta llegar a la variada gama de nichos laborales que pueblan las metrópolis actuales.
Y también en la misma organización de las sociedades humanas se aprecia una creciente complejidad. Hemos pasado del núcleo familiar a la agrupación de familias en una tribu; a la agrupación de tribus en un “pueblo”, y así sucesivamente hasta llegar a los modernos Estados, e incluso a las asociaciones de estados en entes políticos más amplios (O.N.U).


13.- Clinas biológicas y culturales.- La composición genética de una especie no es un bloque homogéneo e invariable. Por el contrario, presenta una gradación a través del espacio geográfico, gradación más marcada cuanto más extenso y diverso sea el territorio. Una clina puede definirse como una línea que une diferentes puntos de iguales características genéticas o fenotípicas, en el campo biológico, o culturales, en el ámbito ideológico. En cuanto a biología, hay varias especies que se extienden a lo largo de un gran territorio en forma de arco, de manera que los individuos de cada porción del arco pueden cruzarse y tener descendencia fértil, excepto los dos extremos del arco, cuya diferenciación es ya tan grande como para impedir su reproducción (4).
Como evidencia de clinas culturales, los ejemplos son múltiples. Por citar sólo uno, vemos como países como Turquía combinan el laicismo europeo con el estado confesional árabe, o formas políticas y sociales mezcla del mundo occidental y árabe, en una coexistencia que podríamos calificar de híbrida.


14.-Diferenciación por aislamiento.- El mecanismo más habitual de divergencia entre especies es el aislamiento. De ahí que las islas y regiones aisladas alberguen una gran proporción de especies y géneros únicos. También en entornos de aislamiento se dan singularidades culturales, especialmente patentes antes de la generalización de la navegación y las telecomunicaciones. El “efecto fundador” se cumple, tanto genética como culturalmente. Cuando un pequeño contingente colonizador llega a una isla o a una región aislada, o queda aislado por algún factor, los pioneros representan sólo una pequeña parte del abanico genético de la población original. De igual manera, esa población sólo lleva una fracción de los conocimientos, conductas y tradiciones de la zona madre. Este hecho, junto con las diferentes condiciones medioambientales con que se encontrarán en el nuevo territorio, y con la ausencia de contacto con los flujos genéticos o de ideas del continente, hará divergir muy probablemente a los pioneros respecto a la población originaria.
Por poner sólo un ejemplo biológico, tenemos las archiconocidas islas Galápagos. Como ejemplo cultural, podemos fijarnos en la transformación del megalitismo continental al llegar a las islas del Mediterráneo Occidental, conformando endemismos culturales como las taulas, navetas, talaiots, nuragas... O en la diferenciación lingüística por barreras geográficas o culturales. O en el alto grado de peculiaridad cultural de cualquier sociedad aislada.



CONCLUSIÓN.-

Estos son algunos fenómenos que demuestran la convergencia entre la evolución biológica y la cultural, expresada tanto a nivel metodológico (evolución de las lenguas, fósiles-guía y útiles-guía) como a nivel de sus mecanismos de cambio. Tal variedad de coincidencias no puede ser casualidad. Por tanto, no puede haber un abismo insondable entre ambas evoluciones. Son un continuo. Mientras que en la evolución biológica son los genes los que se combinan y articulan para conformar las características de un determinado tipo de organismo, en la evolución cultural son los memes los que configuran los rasgos que caracterizan las culturas, los que se organizan, pueden acumularse y son objeto de selección cultural, siendo copiados u olvidados.

Las diferencias entre ambos tipos de evolución emanan de la vía de transmisión de innovaciones (reproducción en el caso biológico, aprendizaje en el caso cultural). Como consecuencia de basarse en los mismos procesos, ambas evoluciones alcanzan resultados similares de diversificación y aumento de complejidad. Las diferencias son básicamente dos:

Por un lado, en cuanto a la transmisión,  la evolución cultural puede darse a un ritmo mucho más alto que la biológica porque no tiene que esperar a la siguiente generación para reproducirse. Al poder transmitir los cambios de individuo a individuo instantáneamente, en forma de red horizontal, el mensaje puede circular veloz. Mientras que el patrón de transmisión de información en la evolución orgánica es mayoritariamente una estructura arborescente vertical, generación tras generación, mucho más lento.

Por otro lado, en cuanto a la innovación, individuos con una cierta inteligencia y capacidad de aprendizaje pueden idear o descubrir nuevas variantes conductuales, nuevas ideas, que el azar genético tardaría mucho en desarrollar (y eso contando que lo hiciera).

En síntesis, la evolución cultural es una prolongación de la biológica, con unas tasas de innovación y de selección potencialmente más elevadas. Del hecho de que ambas evoluciones siguen procesos similares y llegan a resultados parecidos se deriva que es necesario un enfoque conjunto, con la aplicación de métodos de análisis semejantes, y que contemplen también las especificidades de cada evolución.



AGRADECIMIENTOS: Agradezco a quienes han aportado sus matices y correcciones, algunos de las cuales han sido incorporados. En especial, a Paco, a Txema M., a Sa Monea, a Hurakanpakito, a Martín Cagliani y al Paleofreak. Y a todos aquellos que han ofrecido sus observaciones en el blog.
Espero aportaciones y criticas que puedan enriquecer o rectificar cualquier detalle, para que la nueva síntesis sea más completa.







(1).-  Algunas de estas similitudes las detalla Bernhard Rensch en Rensch, Bernhard (1980): Homo Sapiens: de animal a semidiós. Editorial Alianza. Básicamente, creo que mis aportaciones son la comparación entre las  radiaciones de la evolución orgánica y la cultural, clinas culturales y la diferenciación por aislamiento.
(2).- Meme: unidad de transmisión cultural. Dawkins, Richard (2000): El Gen Egoísta. Editorial Salvat.
(3).- Pagel, Mark et al. (11 October 2007): Frequency of word-use predicts rates of lexical evolution throughout Indo-European history. Nature 449, 717-720 :
(4).- Las gaviotas Larus argentatus y Larus fuscus, o las salamandras californianas del género Ensatina representan clinas extremos de la misma gradación, de manera que, mientras que en todo el territorio hay interfecundidad, ésta no se da entre los representantes de ambos extremos del arco territorial. Dawkins, Richard (2004): El cuento del antepasado (pag. 408-411). Editorial Antonio Bosch.

20.9.08

Evolución en las islas

Supongamos:
Gallotia galloti palmae, La Palma, por Monarch
1) Una población de lagartos que habita en un continente. Al lado del continente, pongamos a unas decenas de kilómetros, hay una isla volcánica, joven, aún sin colonizar por la vida animal. Llamémosle isla A. Un día, una tormenta tropical arrastra troncos del continente. A ellos van asidos unos cuantos lagartos. Navegan a la deriva, a través del océano, hasta esa isla. Puede parecer un hecho extraordinario, pero es la forma más probable de poblamiento de islas por parte de macrofauna no nadadora.

Sabemos que la tasa de evolución en las islas se dispara. Por eso en las islas hay tantas especies singulares. No es el hecho de la insularidad, sino del aislamiento. Desde ese preciso instante, la población recién llegada es muy probable que tienda a divergir de la originaria. Tanto las mutaciones, como las diferentes combinaciones genéticas, como la adaptación al nuevo ambiente producirán, muy probablemente, una especie diferente. Sólo hace falta tiempo.


Vayamos aún más allá. Hay una segunda isla (isla B), también joven y virgen, a unas decenas de kilómetros de la primera. Otro día, llega un ciclón, que barre la primera isla, y arrastra unos cuantos lagartos de la isla A, ya diferenciados de los del continente, y llegan a la isla B.
Otra vez lo mismo. Los lagartos de la isla B empezarán a diferenciarse de los de la isla A. Pues bien: al cabo del tiempo- cuanto más, mejor a efectos de divergencia- tendremos tres especies separadas: los
lagartos continentales originarios, los de la isla A y los de la isla B.
Si a un zoólogo se le pidiera que clasificara ejemplares de los tres tipos de lagartos, el zoólogo determinaría no sólo de qué isla es cada espécimen, sino también que la especie de la isla B procede de la A, y que la A procede de la especie continental, en base a proximidad genética y anatómica.

Cuando esta regla no se cumple es porque ha habido alguna contingencia puntual que ha variado el normal desarrollo de las cosas. En historia natural las contingencias pueden ser muy frecuentes. Por ejemplo, que los lagartos continentales arriben antes, por azar, a la isla más alejada. O que haya habido sucesivas oleadas continentales que difuminen el efecto del aislamiento.

Un archipiélago como el descrito podrían ser las islas Canarias, con sus lagartos endémicos, los Gallotia. Cada isla tiene sus lagartos específicos, y todos ellos derivan de un ancestro continental.

2) En el continente habita una población humana que habla un determinado lenguaje. La navegación no es su fuerte. Aún así, un reducto de población, por las circunstancias que sean -expulsión, aventura, tsunami, ...- coloniza la isla A. Desde ese preciso instante, su idioma evolucionará de forma diferente al de la población continental. Con el suficiente tiempo, la diferencia será tan infranqueable como para no entenderse entre ellos. Si una muestra de población de la isla A llega a la B, ocurrirá lo mismo. De manera que un filólogo podría determinar que la lengua de A deriva del continente, y que la B deriva de la A.

Otra vez, las islas Canarias podrían ejemplificar esta diferenciación lingüística. Los guanches, los nativos canarios precoloniales, hablaban un idioma emparentado con determinados pueblos bereberes norteafricanos. Por lo que sabemos, desconocían la navegación. Una vez asentados en cada isla, desarrollaron independientemente sus lenguas. Unas fuentes dicen que llegaron a no entenderse entre sí, aunque otros testimonios indican que los conquistadores empleaban traductores de una isla para
comunicarse con los de otra, con lo que la diferenciación aún no era total. Los dialectos guanches se extinguieron en el siglo XVIII, y sólo se conservan algunas toponimias, nombres propios y expresiones.

3) En el continente, la sociedad nativa tiene un determinado tipo de -pongamos- arquitectura. O tradición cerámica. O costumbres sexuales. O... etc. Al llegar a la isla A, reproducirán las costumbres de la sociedad originaria. Si las costumbres originarias no son útiles en el nuevo medio, pronto se abandonarán por nuevas. Pero lo habitual es la persistencia de las tradiciones, que van cambiando suavemente. Con el tiempo, se modificarían algunas, desaparecerían otras, se incorporarían de nuevas. En resumen, habría una diferenciación directamente proporcional al tiempo de separación de la población original. Y lo mismo si se produjera el caso de colonización de la isla B por parte de individuos de A. Un arqueólogo u antropólogo debería ser capaz de encontrar las similitudes y discrepancias entre las tres culturas. No tendría más que ver el grado de parentesco cultural, o de rasgos compartidos, entre ellas.

Aquí, un ejemplo formidable lo tenemos en las construcciones megalíticas de las islas del Mediterráneo occidental. En las islas Baleares, Córcega y Cerdeña se dieron unas formas de megalitismo propias, posteriores y diferentes de las continentales. Por ejemplo, las taulas son un tipo de megalito inusitado, endémico de Menorca. Lo mismo que los menhires antropomorfos de Córcega, los nuragas de Cerdeña, las navetas, también exclusivamente menorquinas, o los talayots, de las islas Gimnesias (Mallorca y Menorca).

Taula de Torralba d'en Salord, Menorca
En resumen, y dejándonos de suposiciones: los tres casos son la expresión de un mismo fenómeno. La evolución cultural comparte el mecanismo de divergencia con la evolución biológica. Sorprendentemente, nadie ha hecho mención antes a este hecho, que yo sepa. No se ha aludido a la diferenciación cultural en las islas como un proceso paralelo a la especiación biológica. Y no es un hecho aislado. El aumento de complejidad y la diversificación que se dan en la evolución biológica se repiten en la evolución cultural. Además, hay que tener en cuenta que este artículo se refiere sólo a las islas de un determinado ámbito geográfico, Canarias y el Mediterráneo Occidental, el que más conozco. Pero no hay que ser muy perspicaz para comprobar que la tasa de singularidad cultural en las islas, o en regiones aisladas, aumenta exponencialmente, sea donde sea. Si se profundiza en las particularidades de las regiones aisladas, se verá que se repite el modelo.

La historia natural y la historia cultural son un continuo. No hay un abismo entre ambas, sino una gradación. No exenta de saltos a veces, pero gradación al fin y al cabo. La historia natural es a la evolución biológica lo que la historia humana es a la evolución cultural. Cuando la cultura se superpone a los genes, algunas cosas cambian, como la forma de transmisión de la información (sexual en el caso de la evolución biológica, comunicativa en el caso de la cultural). Pero el mecanismo de fondo es similar. Y también los resultados: al interrumpir el libre intercambio de información, sea genética, sea cultural, entre dos poblaciones, se produce una diferenciación que acaba por originar tanto nuevas especies como nuevas culturas. En un caso, son los genes los que se organizan de forma diferente. En el otro, son los memes, las ideas, las unidades de transmisión cultural, los que se estructuran de manera distinta.



Foto 1:
Gallotia galloti palmae, subespecie de La Palma, islas Canarias. Autor: Monarch, 2008.

Foto 2:
Gallotia symonyi, especie endémica de El Hierro, islas Canarias.

Foto 3: Dolmen de Poulnabrone, Irlanda. Autor de la foto: Steve Ford Elliott.

Foto 4: Taula de Torralba d'en Salord, megalito endémico de Menorca. Autora: Isabelle Moreau.

28.3.08

Peculiaridades de los medidas de los pies por aislamiento


Los británicos tienen costumbres extrañas a la luz del resto de europeos. No les basta con usar un sistema métrico diferente y un sistema de pesos propio. Además, sus carreteras son zurdas. Y encima no quieren saber nada del euro. Gran Bretaña sólo dista unos kilómetros del continente, y sin embargo han desarrollado unas singularidades culturales evidentes.
España (a excepción de las islas) está en una península, o sea,
casi una isla. Además, el istmo que la separa del continente es una cordillera, los Pirineos, lo que acentúa el aislamiento. Esto permite explicar, también, las notables diferencias que presenta respecto a los países de Europa Occidental. En España, como en Inglaterra, también hay muchas peculiaridades: hay toreo, horarios laborales y de comidas diferentes, o ancho de vía propio, por citar una pocas. Algunos clines culturales europeos sufren una sacudida al cruzar barreras geográficas (como el Canal de la Mancha o los Pirineos)... y se transforman.

Por ejemplo ¿Os habéis preguntado alguna vez por qué los números del calzado no se expresan en simples centímetros? Para encontrar la respuesta hay que acudir a la azarosa historia. Tradicionalmente cada gremio, a nivel nacional, tenía sus propias medidas. El que se impuso en Europa fue el francés, gracias a la ocupación napoleónica. Con al menos dos excepciones. ¿Adivináis cuáles? Pues sí, Gran Bretaña y España.

En Gran Bretaña, acostumbrados a ir a su bola, y lejos de la influencia napoleónica, siguieron -y aún siguen- con su propia numeración del calzado. Desviación que han seguido sus herederos culturales, los estadounidenses, aunque con alguna variación, debida, claro que sí, a la barrera geográfica atlántica y a la evolución cultural diferente tras la independencia de la metrópoli. Y España, como no es una isla del todo, adoptó la numeración europea, pero con un número menos. O sea, que un zapato del 42 en Europa Occidental, en España era un 41. Esta discontinuidad española no se solucionó hasta que se introdujo recientemente una normativa europea en la que se aconsejaba unificar las medidas, cosa que se hizo. Pero en Gran Bretaña siguen a la suya. Curiosamente, en Japón, otra isla, (donde no se da propina nunca a los camareros, o se hacen huelgas extrañísimas que consisten en trabajar más, además de un montón de otros endemismos culturales) se utiliza el sistema más lógico si prescindimos de la atribulada historia. Miden las tallas de pie en centímetros. En este caso han esquivado el aislamiento, gracias a la cultura global que les facilitó el Sistema Métrico Internacional.
Son bonitos ejemplos de que las culturas -de forma similar a las especies biológicas- evolucionan singularmente cuanto mayor es el aislamiento. En ambos casos, el flujo de información (genética en las especies, memética en las sociedades) queda interrumpido, dando como resultado unas combinaciones diferentes.


Foto: Funny Pictures.

4.11.06

Endemismos culturales en las islas

Moai de la isla de Pascua
Eureka, equilicuá, voilà. Lo tengo. A veces las cosas encajan, y ésta es una de ellas. Tras leer los últimos artículos acerca de los diferentes ritmos evolutivos que se dan por aislamiento en las islas, he tenido la impresión de que todo cuadra.

Quienes siguen este blog habrán advertido mi enfoque. La historia humana es una prolongación de la natural. En la historia humana, el férreo control genético que rige la vida animal a través de las conductas instintivas, se sustituye por el más flexible control de los memes que influyen en las conductas culturales humanas. La historia humana no es un compartimento estanco, separada del resto de la historia natural, sino que sigue un continuo. Sólo que en la historia cultural los genes son complementados por memes hasta tal grado que adquieren un rol principal. Los genes han delegado en los memes. Han construido cerebros grandes para almacenar y procesar ideas, y estas ideas entrarán en competencia y cooperación con el objeto de preservar los genes de una forma más eficaz y flexible que las viejas y anquilosadas conductas instintivas.

La competencia y, en algunos casos, cooperación entre genes en el marco de la evolución física, se reemplaza por la competencia y, en muchos casos, cooperación entre memes en el marco de la evolución cultural. En anteriores artículos he desglosado -y seguiré haciéndolo- las leyes de la evolución cultural, aún ambiguas e imprecisas, pero reales y verificables. Muchas de las reglas que sirven para la evolución biológica se cumplen también en la evolución de las sociedades.

Endemismos biológicos

Uno de los momentos clave en la gestación de la Teoría de la Evolución de Darwin fue su llegada a las islas Galápagos. Allí cuajó su conjunto hasta entonces un tanto inconexo de observaciones sobre la diversidad de la vida. Observó la variedad de especies en el mosaico de islas, en concreto en los numerosos tipos de pinzones. Y dedujo que las diferencias se debían a los variados medios de las islas, que favorecen, a través de la selección natural, adaptaciones concretas. Darwin pensó inicialmente que los pinzones eran simples variedades de la misma especie. La sorpresa llegó cuando, ya de vuelta de su viaje en Inglaterra, los ornitólogos que clasificaron los pinzones que trajo Darwin los asignaron a especies diferentes. Fue entonces cuando Darwin tuvo la certeza de que el origen de las especies se podía explicar a través de la adaptación y la selección natural.

¿Por qué en islas se produce esta diferenciación y no tanto en los continentes? Hoy, gracias al desarrollo de la Genética, lo sabemos con más precisión. Imaginemos una partida de cartas. Cuando una pequeña población se aísla, dispone de unas "cartas genéticas" diferentes de la población original. Su repertorio genético es menor. Con el tiempo, si el aislamiento persiste, las diferentes presiones adaptativas del nuevo medio darán lugar a un nueva combinación de cartas genéticas, que muchas veces se manifiesta en una variación física que a su vez puede materializarse, por divergencia, en la aparición de toda una nueva especie. En el transcurso de las generaciones, las diferentes mutaciones y las diferentes presiones selectivas de medios diversos tanto en las poblaciones continentales como en las aisladas harán que la brecha se ensanche.

De hecho, si queremos encontrar especies endémicas, vayamos a una isla. Australia, por ejemplo, alberga una fauna única debido a su prolongado aislamiento del resto de continentes. Sus caminos evolutivos han discurrido por lugares diferentes de los del resto del mundo. Su diversidad de marsupiales es más que extraordinaria, es única. Madagascar, con sus lemures. Las Galápagos, sus iguanas y sus tortugas. La isla de Flores, su elefante enano (que por cierto, otras variedades también habitaron Borneo y Sicilia), el dragón de Komodo o el discutido, de momento, Homo floresiensis. Otro ejemplo: las islas Baleares son también el escenario de especies características. Una de ellas es la desaparecida cabra enana Myotragus de Mallorca. Más: las islas Canarias tienen especies diferenciadas y únicas de lagartos, tanto más diferentes de la especie originaria cuanto más alejada se encuentra la isla del continente. Se ha especulado con la suposición de que si el Beagle hubiera recalado en las Canarias al inicio de su viaje -cosa que no hizo por haber una epidemia de cólera en las islas- tal vez Darwin habría percibido el origen de las especies mucho antes (entre el 30 y el 40 % de las especies terrestres canarias son endémicas, excluyendo protistas y moneras).

Endemismos culturales

Ahora veréis de dónde procede mi euforia. Pues bien, ¡la evolución cultural funciona con el mismo mecanismo! Aísla una sociedad el tiempo suficiente, y evolucionará culturalmente divergiendo de la sociedad raíz.

Si estoy en lo cierto, las tres reglas principales que los biólogos evolutivos han constatado en la evolución insular de las especies (-1.- el grado de diferenciación es directamente proporcional a la distancia de la población original, -2.- inversamente proporcional a la superficie de la isla y -3.- directamente proporcional al tiempo de aislamiento) deberían cumplirse para la evolución cultural. El porcentaje de endemismos biológicos debería dar una idea aproximada del porcentaje de endemismos culturales. En caso de discrepancia entre ambos criterios, algún acontecimiento histórico tendrá que explicar esa anomalía. He estado recopilando ejemplos para ver si tengo razón. Los iré desglosando en una nueva rama del blog: endemismos culturales. Empecemos.

Qué raros son en las islas. Daré unos pocos ejemplos de singularidades probablemente debidas a aislamiento insular, para no extenderme demasiado en un tema en el que espero profundizar en próximos artículos.Todos conocemos las peculiaridades culturales británicas: conducen por la izquierda o disponen de un
Taula de Torralbasistema métrico diferente, por citar sólo dos rasgos de los más evidentes. La isla de Pascua (Rapa Nui), por ejemplo, tiene una sorprendente y única manifestación escultórica de grandes dimensiones, los moais.

Otro aspecto de la cultura humana donde se aprecian muy bien los cambios culturales debidos al aislamiento es la lengua, como han evidenciado los estudios de Cavalli-Sforza, entre otros investigadores, que aprecian una correlación entre la dispersión genética y el árbol lingüístico humano. La concreción del aislamiento como origen de memes lingüísticos nuevos se da en el archipiélago de las Filipinas, donde hay unos 70 idiomas distintos. En las Canarias, los nativos de la Gomera idearon esa forma de comunicación de sonidos llamada silbo gomero, consistente en silbar para emitir vocablos a través de largas distancias.

Y un caso nítido de cómo el aislamiento fabrica diferencias se da en la arquitectura prehistórica insular mediterránea. De hecho, fueron estas construcciones las que me hicieron ver que en las islas se cumplía un modelo de diferenciación muy parecido al biológico. En las islas Baleares hay manifestaciones arquitectónicas únicas: los talayots, las navetas y las taulas (estas últimas exclusivas de Menorca)
Naveta des Tudons . En Cerdeña se dieron los nuragas. Son construcciones simples, pero originales. Tantas singularidades no pueden ser fruto de la casualidad. Mi ignorancia en otras culturas isleñas no me permite profundizar más de momento. Aún estoy en la fase de recopilar datos.

Sin embargo, a primera vista, se observa que las culturas de algunas islas no parecen haber divergido mucho. Los polinesios, los aborígenes australianos, los habitantes de las islas Andamán y Nicobar, Java, Borneo, Madagascar o Hawai, por citar algunos ejemplos, no aparentan tener unas diferencias culturales comparables a sus endemismos biológicos. Aunque hay diferencias, el grado de particularismos no parece extraordinario.

Esta aparente objeción puede explicarse por varios factores. Primero, la abundancia de recursos naturales de estas islas. Sabemos que la inteligencia instrumental (al menos ésta) nace de la crisis. Si hay comida abundante, cosa que suele darse en territorios con gran perímetro costero, que dispone de marisco y pescado, la innovación aquí no es tan necesaria. Además, numerosas islas están en latitudes tropicales, y esto implica un clima benigno para la vida recolectora. Y otro factor es que si las islas fueron pobladas por navegantes expertos, cosa muy probable, el efecto isla se pierde por el hecho de que la navegación implica comunicación, y por tanto, posible dilución de las especificidades.

Por otro lado, un factor de método como la dificultad de cuantificar las diferencias culturales hace que sea subjetiva la valoración de qué cultura o idea es peculiar, y en qué grado. Pero estoy seguro de que un estudio antropológico en profundidad detectaría un cierto gradualismo de costumbres entre la pléyade de archipiélagos que hay entre la costa asiática y Oceanía, donde creo que se concentran la gran mayoría de islas del mundo. Un gradualismo similar al que se observa en las familias lingüísticas. Y un gradualismo parecido al que acabaremos detectando cuando afinemos en la caracterización genética de esas poblaciones. Sin despreciar las especificidades históricas que en cada campo (cultura, lengua, genética) hayan podido alterar el denominador común de fondo.

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Foto 1.- Moais de la isla de Pascua.
Foto 2.- Taula de Torralba d'en Salord (Menorca).
Foto 3.- Naveta des Tudons (Menorca).