Siempre me ha costado entender cómo se pueden perder algunos atributos ventajosos por el simple hecho de no ser imprescindibles. Sí, ya sé que se me dirá que es una cuestión de costes/beneficios, pero, aún así...
Un avestruz no necesita volar, puedo estar de acuerdo, ahora bien, si volara, ya sería el colmo. Se afirma que las hormigas proceden de las avispas. Pues objetivamente parece una mala jugada el perder las alas. Y sin embargo no les ha ido mal, a juzgar por su extensión demográfica y geográfica. Probablemente con más éxito en estos dos parámetros que a las propias avispas.
Una explicación posible es que la energía ahorrada en el aparato volador se use en adaptaciones a econichos más -digamos- humildes y limitados. Aún así, las posibilidades que se pierden son abrumadoras. En fin, ahí dejo la reflexión. A la espera de que alguien me ilumine.
Inauguro esta nueva sección, básicamente gráfica, puesto que hay tema intrigante por delante.