La tecnología surgida de la crisis
Existe una comunidad de chimpancés en África occidental que tiene el mayor repertorio de actividades "tecnológicas" del mundo animal:
1.-Extracción de termitas mediante palitos largos.
2.-Pesca de algas en aguas estancadas mediante largos y flexibles tallos.
3.-Rotura de frutos secos con dos piedras, una que se emplea de martillo y otra de yunque.
4.-Bebida de agua en los huecos de los árboles con hojas a las que se les da la forma de cucharas.
5.-Elaboración de pasta o zumo vegetal golpeando un tipo de palmera contra el suelo de forma repetida, hasta que el tejido vegetal se transforma en pulpa.
El estudio de esta comunidad ha puesto en evidencia hechos realmente reveladores:
hay chimpancés que no adquieren esas habilidades culturales. Si no aprenden la técnica a una determinada edad, quedan imposibilitados para aprenderla el resto de su vida.
Si un chimpancé incorpora alguna nueva técnica, el resto observa y aprende. El aprendizaje es básicamente visual.
¿Por qué se ha dado esta panoplia de actividades culturales en una comunidad restringida? ¿Por qué otras comunidades de chimpancés no aprenden esas técnicas, cuando es evidente que aumentan las posibilidades de alimentación de quien las usa?
La respuesta parece ser que la selva en la que habita esta comunidad no es especialmente rica en recursos. La rotura de frutos secos, por ejemplo, se da en una estación en que las frutas silvestres escasean. En épocas del año en que hay abundancia, las actividades técnicas se reducen al mínimo.
Los chimpancés de selvas más generosas no necesitan recurir a esas conductas complejas.
La conclusión que se apunta es que hizo falta un medio ambiente difícil o poco exhuberante para que las actividades técnicas complejas se desarollaran.
Extrapolando esas conclusiones al campo de la evolución humana: una vez adquiridos esos medios técnicos complejos, que permitirían solventar esas etapas de crisis, esa conducta innovadora, lejos de perderse, quedó fijada en determinados linajes del género humano, para no detenerse y posibilitar una evolución cultural gradualmente más compleja.
La pregunta es: ¿A qué ritmo? ¿Crisis siempre presupone aceleración de innovación?
Ciertamente, creo que las últimas décadas, gracias a la cada vez más extendida sociedad de la información, es el momento en que más innovación se produce por unidad de tiempo, cuando la sociedad occidental del estado del bienestar no sufre ni de lejos una crisis de recursos generalizada, sino al contrario. Al principio, la innovación surgió de la crisis. Después, al menos en la sociedad occidental, la innovación quedó establecida como un mecanismo necesario y habitual, sin necesidad de atravesar ninguna fase de carencia.