Escribir no es difícil. Casi
cualquiera puede hacerlo. No obstante, hacer fracasar una carrera de
escritor de manera franca, efectiva y veloz no está al alcance de
todos. Ser un escritor fracasado e improductivo es mucho más difícil
que ser un escritor activo y libre de complejos: quién no es capaz
hoy en día de abrirse un blog o de publicar largos y sesudos textos
en su muro de Facebook. A falta de una guía para el fracaso
literario, aquí van algunos puntos que pueden ayudar al joven
aprendiz. Espero que sirvan de ayuda.
1. Exíjase mucho. Mientras más,
mejor. Cada vez que se siente al escritorio, debe pensar que su
futuro es ser el escritor más grande de todos los tiempos. Cervantes
y Shakespeare deberían estar pálidos en sus tumbas, anticipando la
humillación que se avecina. Cuando estire los dedos para posarlos
sobre el teclado, piense que es importante que cada palabra y cada
frase sean perfectas. De esta forma, probablemente termine antes de
empezar y pueda fracasar antes de exigirse el trabajo de realmente
escribir algo. Si total, no va a conseguir lo que busca, ¿para qué
intentarlo?
2. Preocúpese por el efecto que sus
palabras pueden tener en los demás. ¿Qué pensaría su madre de lo
que está escribiendo ahora? ¿Y su padre? Se avergonzarían hasta la
médula. Se preguntarían cómo su hijo o su hija puede albergar en
su interior emociones tan intensas, pensamientos tan sucios,
reflexiones tan carentes de bondad sobre los que les rodean.
Preocúpese porque quizá en algún momento su jefe descubra que el
personaje más cruel de su novela tiene el mismo hábito repugnante
de dejarse la uña del meñique larga para poder sacarse la cera de
los oídos. Imagíneselos a todos sentados alrededor del escritorio.
3. Si, a pesar de todo esto, consigue
comenzar a escribir algo, no
desespere. Aún está a tiempo de fracasar. Para esto, es importante
que pare a menudo a examinar lo que ha escrito. Puede poner una
alarma cada cierto tiempo, para no darse la oportunidad de entrar
realmente en el texto. Cuando pare, relea lo escrito
con ojo crítico, eliminando todo aquello que suene extraño,
ofensivo, turbio, demasiado sincero, demasiado cursi, potencialmente
relacionable con alguien vivo o no asimilable a sus durísimos
estándares de calidad. Si queda algo después de esta criba,
probablemente será basura, así que enhorabuena.
4.
Lea poco, a ser posible nada. Leer es secundario cuando uno ha nacido
con talento natural. ¿Qué pueden aportarle todos esos señores y
señoras rancios y apoltronados que, además, han tenido la
desvergüenza de alcanzar el éxito? Si se dedica a leerles, tal vez
podría aprender algo que traspasar de manera interesante a sus
textos, o incluso darse cuenta de que “era una noche oscura y
tenebrosa” no es una buena primera frase para una novela.
5. Escriba sólo cuando le apetezca muchísimo. No importa que en el día a día tenga más ganas de dar un paseo, quedar con amigos, conducir o incluso arrancarse las uñas que de escribir: eso es bueno. Alimente la difusa esperanza de que en algún momento acudirá un torrente súbito de inspiración que le atará al teclado durante largas y deliciosas noches insomnes. Como esto nunca ocurrirá, de nuevo habrá fracasado por la vía de la nada: no escribir es la mejor manera de no triunfar jamás.
6. Si
se diera el caso de que le apetece mucho, mucho, pero mucho escribir,
no se ponga a ello todavía. Espere a tener las cosas claras en la
cabeza. Medite largamente su intuición y déle una forma definitiva
y segura: perfile los bordes, imagine los finales y amarre bien a
esas rebeldes golfillas que son las palabras. Ahogar todo rastro de
espontaneidad no es garantía de fracaso, pero puede hacer que sus
textos estén lo bastante muertos como para limitarse a suscitar el
elogio de la rancia crítica académica.
7. No
enseñe lo que ha escrito. Guárdelo celosamente; podrían copiar sus
ideas o, aún peor, podrían darle alguna idea nueva que mejorara su
material. Incluso, ¡oh, atrevimiento!, podrían sugerir que aún se
pueden pulir y mejorar muchos aspectos de su bienamada historia.
Recuerde: guarde bien sus manuscritos y después envíelos a grandes
editoriales sin que nadie los haya revisado antes.
8.
Aléjese de lo que le produzca miedo o inseguridad. Si siente aletear
el fantasma de la duda o sus textos le evocan emociones intensas,
¡pare! Dedíquese a algo que todo el mundo pueda entender y aceptar.
Hable de sus vacaciones de verano, de la belleza de las margaritas o
del gato del vecino.
9.
Aténgase a lo que domina. Si se le da bien el relato costumbrista,
ni se le ocurra intentar un día escribir una novela de ciencia
ficción protagonizada por un robot homosexual. Si nunca ha escrito
poesía, que sus dedos no se acerquen a ese género misterioso y
desordenado, y viceversa; si le encantan los versos, no se moleste en
colocar muchas frases seguidas para formar un párrafo. Si se le
ocurriera arriesgarse de esa forma absurda, recuerde atenerse a las
reglas de lo que ya conoce y ni se le ocurra pensar que para la nueva
situación podrían existir reglas nuevas.
10.
Todas estas reglas podrían resumirse en algunas indicaciones
sencillas que el futuro escritor fracasado podría colgar en la
pared de su estudio:
- Sea duro.
- Sea irreal en sus expectativas.
- Sea conservador.
- Sea inconstante.
- Sea tacaño en el esfuerzo.
- Sea rígido ante las críticas.
- Aíslese.
- Escriba poco o, aún mejor,
- No escriba nada.
- Sea duro.
- Sea irreal en sus expectativas.
- Sea conservador.
- Sea inconstante.
- Sea tacaño en el esfuerzo.
- Sea rígido ante las críticas.
- Aíslese.
- Escriba poco o, aún mejor,
- No escriba nada.
[El texto está inspirado en el ensayo "El arte de fracasar como terapeuta" de Jay Haley, incluido en el libro "Las tácticas de poder de Jesucristo". Muy recomendable]
Discrepo, casi en todo. El fracaso lo tiene un escritor cuando no disfruta escribiendo y cuando no hace disfrutar a otros. El resto, no es fracaso.
ResponderEliminar...traigo
ResponderEliminarecos
de
la
tarde
callada
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
COMPARTIENDO ILUSION
MARINA
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE BAILANDO CON LOBOS, THE ARTIST, TITANIC SIÉNTEME DE CRIADAS Y SEÑORAS, FLOR DE PASCUA ENEMIGOS PUBLICOS HÁLITO DESAYUNO CON DIAMANTES TIFÓN PULP FICTION, ESTALLIDO MAMMA MIA,JEAN EYRE , TOQUE DE CANELA, STAR WARS,
José
Ramón...
Te hago la ola.
ResponderEliminar(¿Cuántos años tienes, Marina, 127?)
¿Cómo que escriba poco o mejor nada? ¿Cómo que lea poco o mejor nada? ¿Cómo que no enseñe lo que escribo? Eso está maaaaaaal :(
ResponderEliminar(Y yo que estaba escribiendo el tercer nanowrimo que no va a ser un nanowrimo... A la porra!!! XD).
Doy fe de que efectivamente así se fracasa como escritor. Desde luego, cumplo perfectamente varios de esos puntos, buf.
ResponderEliminarEstoy tan de acuerdo que después de llevar un par de semanas sin escribir ni una línea, me has obligado a coger el ordenador, olvidarme de la playa y teclear durante una hora. Gracias :-)
ResponderEliminarUn beso!