Suena el teléfono en un sórdido apartamento de Brighton Beach, Brooklyn. Al otro lado del hilo, una voz apagada consume la llamada a la que tienen derecho los detenidos.
Le pregunta cómo está, le dice que la quiere:
-¿Vas a volver?
- Sí... claro que volveré...
-¿Vas... a volver... hoy?
El silencio viaja a miles de kilómetros, a la velocidad de la luz, a la velocidad de la sangre, a la velocidad del ácido que corroe el cerebro.
Ella le responde con una lágrima que se diluye en su mejilla demacrada.
Fundido en negro.
Hay algo peor que la muerte. Hubert Selby Jr, lo relata en una novela y Darren Aronosfky filma una sinfonía trepidante y angustiosa.
De la primavera de los sueños al mutilado invierno de la realidad.