TV on The Radio

TV On The Radio, gospel y ruido blanco en Madrid

5 de julio.- De vez en cuando pienso (y admito que me gusta pensarlo) que los negros son superiores a la hora de expresarse con música. Al fin y al cabo, ¿a quién coño expoliaron si no Elvis, Beatles, Beach Boys, Rolling Stones y hasta la desnatada, deshuesada y casi pura nada Diana Krall (aunque también fusilaron en el otro bando: ¡ese Lenny Kravitz!)?
La teoría, y creo que estoy bastante de acuerdo conmigo mismo, es simple y no mía: los negros lo inventan porque lo sienten (blues, jazz, rock, hip hop...) y los blancos llegan detrás, le quitan un poquito de alma, lo intelectualizan, lo envuelven bonito y lo venden por millones. Una generalización un poco mostrenca, pero quizás no tan trola en alto porcentaje.
No es el caso de los neoyorquinos TV On The Radio, pero el teorema viene a cuento. Porque lo que hicieron estos cuatro 'negratas' y un blanco en el Joy Eslava de Madrid el miércoles, de tan sencillo, no es en principio nada del otro mundo. Pero hay algo especial: una mezcla de voces negras y ruido blanco, un atavismo denso, oscuro como sus jetas, atmosférico, dislocado, que envuelven melodías que en sí no cambiarán el mundo, pero golpean con eficacia.
Se trata de una mezcla de 'post punk' con voces de aire gospel. Nada tan raro en principio, pero los mantras vocales, épicos y con un punto iglesia, y la tosquedad de la batería, envuelta en enormes nubes de ruidoso 'delay' y en unos 'samples' que se oían bastante menos que en sus dos discos, conforma un conjunto atractivo y contemporáneo. Digamos que la negritud, acompañada de instrumentaciones sobre todo blancas, es la clave de su valor añadido (lo que por ejemplo les falta, en territorios parecidos, a sus paisanos 'The Walkmen', muy potentes en el pasado Benicàssim, pero sin una dirección tan definida).
El público, que llenó la sala, lo celebró casi tanto como el show de 'Cat Power' aquí mismo hace tres meses. Con más motivo. El sonido, que en esta sala se queda en gaseoso, fue de nuevo un tanto tibio (¡falta volumen!), pero al menos la contundencia de los de Brooklyn salvó la distancia que engulló los gatunos quejidos de 'Chan Marshall', por más que su pose 'coolista' y la autenticidad de su banda hipnotizaran eficazmente al personal.
Los mejores momentos ayer en 'TV On The Radio', lo mejor también de sus dos álbumes: 'Playhouses', el estribillo más coreado; 'Staring at the sun' (no, no es una versión de U2), el final apoteósico; y 'The wrong way', en rápida versión punk rock, una potente descarga de adrenalina. De nivel instrumental, como todo grupo yanqui que se precie, van sobrados (ayuda también que la propuesta tiene un punto de tosquedad lineal que permitió que al final batería y segundo guitarra se cambiaran los trastos).
El grupo se curró el show como auténticos negros (cito a Eto'o) y el público también con sus sudores: Joy Eslava, una sauna con estructura de ratonera, nos hizo sudar la camiseta a todos por igual.