Por qué no decimos ¡te quiero!
Una y mil veces al día.
Por qué no comprendemos
Que nos sorprenderá la muerte
Sin darnos tiempo de decir ¡te quiero!
Por qué no agradecemos
La vida compartida,
La soledad que se termina
Por qué no decimos ¡te quiero!
Una y mil veces al día.
Por qué no cultivamos
Las caricias, la ternura
Las alegrías y la felicidad
Por qué no decimos ¡te quiero!
Y calmamos el llanto, alegramos la tristeza
Y consolamos el olvido.
Por qué no decimos ¡te quiero!
Por qué no decimos gracias
Una y mil veces al día
Antes de callar y morir
Una y mil veces al día.
Por qué no comprendemos
Que nos sorprenderá la muerte
Sin darnos tiempo de decir ¡te quiero!
Por qué no agradecemos
La vida compartida,
La soledad que se termina
Por qué no decimos ¡te quiero!
Una y mil veces al día.
Por qué no cultivamos
Las caricias, la ternura
Las alegrías y la felicidad
Por qué no decimos ¡te quiero!
Y calmamos el llanto, alegramos la tristeza
Y consolamos el olvido.
Por qué no decimos ¡te quiero!
Por qué no decimos gracias
Una y mil veces al día
Antes de callar y morir