Autor: Guy de Maupassant (1850-1893)
Título original: s.d.
Traducción: s.d.
Cubierta: s.d.
Editor: Editorial BO-SI (Buenos Aires)
Fecha de edición: 1959-02-12
Extensión: 96 p.; 14,5x20 cm.
Serie: Biblioteca BO-SI #1 / director: A.E.
Botana Santamarina
Estructura: 15 capítulos
Información sobre impresión:
Este libro se terminó de imprimir el día
12 de febrero de 1959 en los talleres gráficos Dordoni
Maza 461, Buenos Aires
Información de cubierta:
Momentos íntimos
en la Ciudad Luz reflejados por la pluma de GUY DE MAUPASSANT
Información de contracubierta:
Guy de Maupassant, de quien, recordando
la célebre frase, podemos afirmar que “nada de lo que es humano le fue
extraño”, merecía sin duda el homenaje que en este volumen le brinda la
Biblioteca BO-SI, al presentarse al público lector con una antología de sus
cuentos.
Homenaje excepcional, puesto que con París y sus placeres la Biblioteca BO-SI abre el espléndido
pórtico de la literatura universal a ese inmenso y multitudinario panorama de
la “Comedia Humana” en una gran colección destinada a reunir en adelante, las
mejores novelas de carácter romántico, realista y policial de los más
renombrados autores clásicos y modernos.
“Comedia Humana”. La fórmula de Balzac
define este importante esfuerzo editorial, y auspiciados por ella vamos
asomarnos, desde ahora, al eterno espectáculo del mundo, en un noble propósito
de conocerlo mejor y calar hondamente en la carne y el alma del hombre.
El pórtico está abierto. Emprendamos,
sin temor, la asombrosa experiencia de reconocernos a nosotros mismos es esa
muchedumbre que se agita ante nuestra mirada.
He aquí una selección de los mejores
cuentos de Guy de Maupassant y, en ella, el tremendo espectáculo de la vida
corriente, expuesto con genial sagacidad por uno de los observadores más
audaces y profundos de que pueden preciarse las letras universales.
En traducción especial para la
Biblioteca BO-SI, París
y sus placeres reúne lo más escogido y
extraordinario cuentista francés, representativo de quien, como el estuvo en la
llaga misma de esta múltiple y herida realidad cotidiana. “Todo cuanto pintó lo
había visto; no narró nada que no presenciara, o cuyo relato no hubiese
escuchado o recibido confidencialmente; no hay una sola de sus historias que no
sea rigurosamente cierta, ni uno de sus personajes que no haya existido
verdaderamente, que no haya estado mezclado en realidad a las aventuras que le
atribuye”.
Este arte, por el que podemos asistir a
la culminación del naturalismo francés, ha merecido la atención del cine, y
varios de sus cuentos han sido llevados a la pantalla y se exhiben actualmente
en nuestro medio bajo el título de “El placer”, en una producción realizada con
el concurso de un gran elenco artístico y aplaudida por la crítica y el
público.
Tal la obra incomparable y tal el
destino póstumo de Guy de Maupassant, aquel modesto empleado que, una vez
conquistada la fama, en plena juventud, desdeñó los olímpicos sillones de la
Academia Francesa, codiciados por tantos, y rehusó asimismo los halagos de la
Legión de Honor, para acabar sus días suido en la locura.