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lunes, 24 de mayo de 2021
4.560 - YO SOY...
sábado, 15 de mayo de 2021
4.550 - A VECES, PARECE...
A veces parece como si el hombre
"necesitara" estar enfermo para encontrar
el equilibrio de su vida.
¡Valiente contrasentido!, te dirás,
pero es cierto, y suele ocurrir.
Hay veces que se necesitaría gritar, correr,
andar, respirar el aire puro
y sentir el frío en el cuerpo.
Otras veces quisieras mojarte con la lluvia,
sentir sus gotas en la cara y en tus manos,
creer que es el cielo quien te llama
y te besa impuramente,
hasta notar el cosquilleo de la sangre
al correr por las venas,
en ese galope figurado
de la persona que busca el amor
ansiosamente.
Pero también te gustaría gritar: "te amo"
y mirar a la cara a la persona amada,
quisieras abrazar ese cuerpo
y sentirle estremecer,
en respuesta a tus caricias,
quisieras amar y sentir el amor ;
fundirte en una comunión humana,
y en un suspiro,
como si buscaras y necesitaras la luz del sol,
el aire, la brisa
y el susurro de la luna
y las estrellas en la noche...
Es posible que todo esto, tan sencillo,
necesite el alma enferma
y el espíritu del hombre,
tan cansado,
para recobrar la salud
y la alegría por la vida.
¡Es posible...!
Rafael Sánchez Ortega ©
23/12/20
miércoles, 3 de febrero de 2021
4.451 - AMISTAD.
No esperaba encontrar
esta sorpresa
en la forma de versos
y de letras,
pero es cierto y suscribo
lo que dicen;
la amistad tiene extrañas
coincidencias,
vericuetos de brisas
y palomas,
unas veces con rima
manifiesta
y otras más en la prosa
del lenguaje,
pero nace, se forma
y se alimenta,
con ternura y sencillez
en la palabra,
y buscando ofrecer
la poesía
como esencia sincera
de las almas.
Agradezco el paseo
de este tiempo,
la ilusión de escribir
a las estrellas,
de soñar, como niños,
en la infancia,
de buscar en la playa
a los cometas,
de sentir en el pecho
los latidos
y encontrar una mano
en la distancia.
¡Amistad!...
¡Qué bonita poesía,
bella flor que otras almas
nos regalan!
Es por eso que acepto
este regalo,
y en silencio, sonrío
y doy las gracias.
Rafael Sánchez Ortega ©
19/09/20
miércoles, 20 de enero de 2021
4.437 - DÍA DE LLUVIA.
Antes recordaba que, en la mañana,
había paseado bajo la lluvia
y que lo hice con el paraguas abierto.
Algo difícil, en mi caso,
y más en un paseo de casi cuatro kilómetros.
Es cierto que alguna vez he bajado con el paraguas
y que también en alguna ocasión he tenido que abrirlo,
pero ha sido a ratos
y por el clásico chubasco
que luego te permite volver a cerrarlo
y continuar caminando sin tener que llevar el brazo
aguantando ese armatoste.
Es bonito caminar bajo la lluvia.
Ahora me han venido a la cabeza
momentos en los que he disfrutado
de instantes así,
mojándome y compartiendo con la lluvia,
una caminata, una marcha,
una ascensión en la montaña,
una acampada bajo una tienda, en la sierra,
una tormenta, y así un larguísimo etcétera
que daría para poder escribir algún relato.
Pero sé que fue en otro tiempo
y con una figura más joven en edad y en fuerzas,
en esos momentos que cada uno
tenemos reservados en el libro de la vida
para enmarcar con letras de oro
y que luego rescatan los recuerdos
y nos traen su aroma,
como una taza de café,
que tanto se añora y paladea.
Y sí, tengo que reconocer
que aquellos fueron momentos de magia,
en que las pupilas cargadas de inocencia
iban descorriendo los visillos de la lluvia
y mirando a través de ellos
a un mundo desconocido, nuevo
y lleno de encanto
que venía a mi encuentro.
Por eso no puedo olvidar aquella comunión,
muchas veces repetida y aceptada,
con los ojos recibiendo las lágrimas del cielo
y llorando, a su vez, de emoción y alegría,
ante un espectáculo tan maravilloso,
mientras, el cuerpo,
la figura con alma que me ha sido prestada
y que da vida a mis pensamientos y sentimientos,
se mojaba y empapaba, sin darse cuenta,
para tener que buscar, luego, el refugio
y el abrigo en un lugar seco
y cambiarse de ropa
y saborear, lentamente, esos instantes vividos.
Rafael Sánchez Ortega ©
05/09/20
domingo, 27 de diciembre de 2020
4.414 - HOY HE DISFRUTADO...
Hoy he disfrutado, en el paseo,
con todo lo que iba apareciendo
ante mis ojos...
Unas campanillas blancas
que eran como estrellas
posadas en los matorrales,
el río con ese susurro
inconfundible y monótono,
las mariposas volando
y buscando compañeras
para jugar y amarse,
un banco solitario y en silencio
esperando que alguien le acompañara
en este rato de la mañana,
una paloma posada en un árbol
que alza el vuelo al acercarme,
dos nogales jóvenes
que pugnaban por seguir creciendo
y estirando sus ramas para tocar el cielo,
las peñas del monte cercano,
siempre vigilantes y rezando
para que el sol salga de entre las nubes
y les deje alguno de sus rayos...
...Y tú, conmigo y a mi lado.
Paseando, charlando,
caminando en silencio,
otras veces, mirando los detalles
que te señalan mis dedos...
Y mis ojos buscando los tuyos
para leer en ellos unos versos inmaculados,
llenos de alegría y candor,
que vas dictando a unos labios temblorosos,
que yo cierro con mis besos.
...Por todo esto, quizás tan infantil,
"hoy he disfrutado" en el paseo...
Rafael Sánchez Ortega ©
18/08/20
sábado, 14 de noviembre de 2020
4.366 - HOY ME ACORDÉ DE TI...
Hoy me acordé de ti en la mañana
y vi tu figura, sonriente,
acercarse hasta mi lado.
Sabía que era un sueño
y que nada de lo que veían mis ojos
correspondía a la realidad.
Pero pensaba en ti
y alejé la tristeza y sus sombras
que tanto me agobiaban.
Cerré los ojos y busqué un jardín
donde una rosa temblaba
en un rosal.
Llevé mis dedos a la flor
y dudé en cortarla para enviártela
con mis besos.
Pero fue un instante nada más.
Sentí un escalofrío y te vi allí,
junto a la rosa con tu cara de niña.
"Buenos días poesía..."
Te saludé en silencio
y tu sonrisa, sin palabras,
llegó a mis pupilas, con un beso.
Beso invisible como la brisa
que llega de los mares
y con el aroma de tu cuerpo.
Me estremecí nuevamente
al sentirte entre mis brazos
y escuché tus latidos y los míos.
Hoy me acordé de ti, te digo
y te repito, aunque no hace falta,
pues lo sabes y colocas
a tus labios en mis labios.
Rafael Sánchez Ortega ©
22/06/20
jueves, 22 de octubre de 2020
4.343 - FRAGMENTO DE UN DIARIO - DÍA 80 - (Tarde)
Tarde
Parece que la vida se va normalizando
y que la primavera cobra todo su esplendor
y punto álgido,
incluso se ve la hierba alta en las praderas
y las mariposas vuelan
y pasan rozando los cuerpos
como si nos quisieran abrazar
y acariciar en este tiempo
que se escurre de las manos.
Es un momento de felicidad,
incluso ahora,
con la sombra que nos persigue
de este tiempo en que el temblor
ha estado cerca y nos ha rodeado fuertemente.
Quizás se vive intensamente el presente
y tanto más cuanto que el encierro
hace que disminuyan las fuerzas,
que tenga sed el alma
y no sepa encontrar el líquido preciado
para calmar esa secura que llega a las pupilas
y hace, a las personas, delirar y suspirar,
por tanta fiebre soportada.
Me detengo y pienso en la poesía.
Busco dentro y encuentro unos versos
y unas letras leídas hace tiempo:
"...El amigo verdadero ha de ser como la sangre
que siempre acude a la herida
sin esperar que le llamen..."
Las heridas suelen sangrar
y precisan de una mano que restañe
y cure esos cortes.
Hay que lavarlos, limpiarlos,
desinfectarlos y hasta besarlos.
¡Sí, ya sé que es algo muy poético,
y poco efectivo...!
Pero ¿cuántas veces encontramos en la vida
un poema roto y sangrando,
mientras nosotros, pasamos,
indiferentes, por su lado,
y ajenos a su dolor...?
Te amo poesía,
aunque no lo sepas,
aunque no te lleguen nunca estas letras,
por eso quiero buscarte,
besarte
y curarme con tus versos,
a pesar de todo.
Rafael Sánchez Ortega ©
02/06/20
miércoles, 21 de octubre de 2020
4.342 - FRAGMENTO DE UN DIARIO - DÍA 80 - (Mañana)
Mañana
Dicen que hay flores heridas,
que si sangran las rosas,
que lloran las amapolas,
que sonríen las margaritas,
que hasta tiemblan los claveles
y las violetas se esfuman...
No sé qué habrá de verdad
y cuánto de sueños infantiles,
pero es algo que me gusta
y muchas veces voy persiguiendo esa utopía.
Lo malo es que volando con las mariposas,
dejándose mecer por la brisa del mar,
durmiendo sobre las olas de la playa
y suspirando en los atardeceres
de una infancia ya lejana,
voy consumiendo las horas
y van pasando los días y aquí seguimos
en un estado de inocencia preocupante.
Y digo esto porque la vida continúa
y sigue alrededor.
Las gentes hablan, viven,
se comunican y trabajan,
caminan y hacen proyectos,
entablan relaciones
y yo sigo esos hábitos,
sin darme cuenta,
y en medio de mis sueños.
Lo malo es que vivir así
es estar fuera de la realidad,
no ver la piedra en el camino
con la que vas a tropezar y caer,
y seguir soñando indiferente,
para volver a caminar
ajeno a otros contratiempos
que te van a surgir,
inevitablemente,
porque es parte de la propia vida.
Rafael Sánchez Ortega ©
02/06/20
martes, 6 de octubre de 2020
4.327 - FRAGMENTO DE UN DIARIO - DÍA 67 - (Tarde)
Tarde
Fuimos una generación nueva
que buscaba en las tardes
los paseos con amigos
para charlar allí de las cosas
que ocurrían a nuestro alrededor.
Por ese unos éramos demócratas
y otros republicanos,
había creyentes, practicantes
y hasta agnósticos,
en una nación detenida y sin existir,
que vivía de recuerdos y nostalgias.
Admirábamos las películas americanas
y veíamos en ellas una cultura a copiar
y una sociedad para vivir
que no teníamos.
También notábamos ya las debilidades
de la misma,
y era feo saber de Hiroshima,
de Vietnam y de las organizaciones
mafiosas y sindicales de aquel gran país
que nos servía de referencia.
Pero se alegraban los ojos
con el ron y la cocacola,
con el coñac y el whisky
en las discotecas,
entre un baile de cuerpos y luces
mientras dejábamos la política
aparcada por unas horas.
De vez en cuando se miraba al cielo
con miedo,
y algunos marchaban a cursillos de cristiandad
para encontrar el equilibrio colectivo
de una moral que yacía abandonada
por las almas en los conventos.
Almas dormidas e inquietas
que empezaban a soñar
y que buscaban las páginas
de autores y poetas
como Bécquer, Unamuno, Diego,
Hierro y tantos otros,
desde Lorca a Machado,
siguiendo con Hernández, Alberti,
incluso con Darío y Benedetti.
Luego volvían las almas a los cuerpos
en una fusión intermitente
y empezaban a nacer las inquietudes,
brotaban los tempranos pensamientos
y vibraban los rescoldos
de una nueva primavera...
Así, sin darnos cuenta,
entrábamos en ella.
Y llegó, de pronto, y nos abrazó
aquel huracán desconocido,
aquella mezcla de un todo,
que abrasaba las entrañas
y quemaba los sentidos
con tanta libertad...
Y pasamos de vivir y de luchar
en una edad semi romántica,
a trotar en una senda que empujaba
y que invitaba a caminar
tras mil banderas diferentes
con eslóganes y frases
que surgían de la nada
y llevaban hasta un mundo diferente,
separado por mil puentes.
...Hoy revivo aquel momento de la historia.
Me detengo en un instante mientras miro
aquellas páginas, marchitas, de un pasado,
que no vuelve.
Hay sonrisas que se quedan congeladas
en los labios,
hay promesas que recuerdas y que guardas,
hay suspiros que recoges olvidados,
hay campanas que se escuchan con latidos,
hay momentos de ese tiempo
que quisieras repetirlos...
...Al final te consuelas, mientras piensas
que estás aquí, tras estas letras,
y que, para bien o para mal,
tienes suerte de contarlo.
(Unas lágrimas por ti y para ti,
con una sonrisa,
querido amigo y compañero,
que no pudiste conseguir
aquel mundo de ficción
y te quedaste en el camino.
Te veo allí, tras esas puertas
de un otoño señorial
confundido, como yo,
en tantos sueños
de una nueva primavera)
Rafael Sánchez Ortega ©
20/05/20
viernes, 2 de octubre de 2020
4.323 - FRAGMENTO DE UN DIARIO - DÍA 64 - (Tarde)
Tarde
Apenas hay nubes en el cielo
y pese al viento del nordeste que sopla
la tarde invita a dar un pequeño paseo.
Los pasos son cortos
y parece que cuesta caminar,
pero allá van.
Un paso, dos,
las piernas se cansan
y hasta los muslos protestan,
pero siguen moviéndose en silencio
y es el pensamiento el que les dice
que "adelante", que no se rajen ahora.
La vista falla y se nubla a ratos,
el cuerpo parece que hace eses
como si estuviera embriagado.
Es un mareo intenso,
quizás por respirar este aire tan fuerte
y tan inesperado.
También la luz que entra por los ojos
y deslumbra.
Se ven montes cortados,
prados a medio segar,
animales paciendo,
vecinos charlando
y hasta perros ladrando
a las figuras que pasan,
para ellos, ya desconocidas.
Quema el sol y hace calor
donde no entra el viento.
Hay que quitarse ropa
y aligerar un poco las prendas
para no ahogarse.
El circuito se hace largo
pero no importa.
Al final se agradece
aunque llegues con la lengua afuera
en el regreso.
Los perros del vecino, ahora, te saludan
en ese lenguaje inexpresivo que ellos tienen
y que no sabes si te dan las buenas tardes
o te piden una caricia.
Tú miras la hora y tomas el tiempo
y la distancia para llevar un control
sin importancia.
(Es como cuando te tomas diariamente
la fiebre y la tensión arterial: pura rutina)
Al final llegas y te cambias.
Has salido y has regresado.
Ahora toca escribir un poco,
volver a la vida y a la poesía,
intentar hablar y charlar con ella,
decirle todo esto que aquí sale
y rogarle que no te olvide, pero...
¡silencio...! Díselo en un poema
y "sin palabras"...
Rafael Sánchez Ortega ©
17/05/20
martes, 29 de septiembre de 2020
4.320 - FRAGMENTO DE UN DIARIO - DÍA 63
Ha pasado la tarde
mejor de lo que esperaba.
Películas en la Tv,
descanso en el sofá,
algún Haiku,
un crucigrama
y pensando en ti.
Buscándote entre la luz
que entraba por el porche,
en la alegría que la tarde dejaba,
cerrando los ojos y viajando
con tu figura que se acercaba hasta mi lado,
musitando tu nombre en un suspiro,
escuchando tus latidos
a través de la distancia,
mirando con tus ojos ya cansados,
soñando con volver a ser nosotros,
a tomarnos de la mano,
a buscar nuestras miradas,
a decirnos sin palabras
todo aquello que sabemos
y queremos que los ojos nos transmitan,
a dormir entre las nubes
y a volar entre las miles de figuras
que ellas forman en los cielos,
a besarnos
y a sentir esas caricias tan ansiadas
y a vivir, un día más,
entre el amor y la esperanza...
Rafael Sánchez Ortega ©
16/05/20
domingo, 27 de septiembre de 2020
4.318 - UNA MAÑANA DE MAYO...
Una mañana de mayo
vi deslizarse una garza,
con sus alas bien abiertas
en la campiña cercana,
y le envié mi sonrisa
con un beso y sin palabras,
para que fuera a su lado
mi caricia en la mañana,
luego envolví mi silencio
entre la colcha y la cama
para seguir cavilando
y contemplar musarañas,
porque los sueños vacíos
tienen carencias y vagan
entre las aguas bravías
donde se pierden las ganas...
Otra mañana de mayo
volví a ver, en la alborada,
a la garza de hace tiempo
con sus alitas tan largas,
y la sonrisa de antaño
no lucía ya en mi cara,
y unos labios temblorosos
enjuagaban una lágrima,
¿dónde estaba la sonrisa
y aquel verso con su magia,
que animaba los latidos
y la sangre de la cara?
...¡He buscado en todas partes
y no encuentro la mirada,
ni el latido entusiasmado
de aquel tiempo de la infancia!
"...Nueva mañana de mayo
desde el cielo y las montañas
viene una garza a mi encuentro
para ofrecerme sus alas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
15/05/20
martes, 22 de septiembre de 2020
4.313 - FRAGMENTO DE UN DIARIO - DÍA 60
Tarde
Siguen los días grises
y cargados de tristeza.
Parece como si esta melancolía y nostalgia
se pegara a las almas
y las nubes no pudieran
quitarse las legañas de encima.
Suspiro y pienso en ti.
Sé que estás cerca,
que tus latidos siguen ahí,
esperando que vaya a escucharlos,
que tu sonrisa también se ofrece
amplia y generosa,
que tu palabra, ahora en silencio,
espera para susurrarme al oído
todo eso que guarda y quiere ofrecerme
vivamente.
Ansío el sol,
los amaneceres alegres,
la luz entrando por la ventana
y jugando con sus rayos por el techo,
quiero el perfume de esta primavera que pasa
y que embriaga con el juego de colores,
quiero subir y volar con las mariposas por el campo,
quiero llevarte conmigo
y que veas todo esto,
que lo sientas,
que lo vivas,
que lo captes
y que llegues a necesitar sus latidos,
de una manera tan profunda,
que, sin ellos, tu vida no tenga sentido
y quede huérfana...
Te quiero,
te extraño
y te ansío,
¡poesía...!
Rafael Sánchez Ortega ©
13/05/20
lunes, 21 de septiembre de 2020
4.312 - FRAGMENTO DE UN DIARIO - DÍA 59
Sigue el tiempo gris
y eso hace que los días se contagien
de bruma y de tristeza.
Es una pena que en jornadas así,
con las horas de luz y primavera,
no puedan traer un tiempo más apetecible
para dar un paseo,
para poder cerrar los ojos
y aspirar el aire puro de la calle
mientras los oídos se van llenando
de voces y canciones
que la naturaleza ofrece a cada paso.
A través de la ventana
sigo el vuelo de las golondrinas.
También puedo divisar a las vacas
pastando en la campiña,
diviso los bosques de eucaliptus,
veo el humo que sale de la chimenea vecina,
sueño con un paseo en bicicleta,
(hace años que no me subo a una),
y me dejo llevar, por los sueños,
entre las resacas de las olas en la playa.
...Pero abro los ojos
y veo que el silencio me abraza.
La soledad sigue cerca
y me amenaza con su sonrisa traidora.
Me enseña la puerta de la libertad
medio abierta,
me invita a salir a pasear,
a pesar de la lluvia
que llevan las nubes entre sus ojos.
Hay un calma latente que engaña.
Me gustaría escribir para ti,
contarte lo que pasa,
lo que tengo,
lo que ansío.
Quisiera abrirte el corazón
y que pudieras verle tal y como está ahora,
cosido y remendado,
y si acaso, también, me gustaría,
que pudieras hacer una disección
y penetrar hasta el fondo,
al origen de sus latidos,
hasta una criatura pequeña que reía y lloraba,
que aceleraba el bombeo de la sangre
al sentir la llamada de la vida,
el abrazo de la luna y las estrellas,
la pasión de los sentidos
y el beso de unos labios invisibles.
Rafael Sánchez Ortega ©
12/05/20
jueves, 17 de septiembre de 2020
4.308 - FRAGMENTO DE UN DIARIO - DÍA 58
En la mañana
Bajo los ojos cansados
hay sombras y figuras
que no precisan de gritos
porque su ausencia, en la vida,
es simplemente un suspiro,
un parpadeo del alma,
una resaca sin nombre,
un torbellino del viento
y una presencia presente
que está en el pecho y conmigo...
Es la persona querida,
que tiene nombre y latidos,
que se ha cruzado en la vida,
en la escalera, en el parque,
en el colegio, en el super,
en una charla en la biblioteca,
en el jardín, en un banco,
en una huella sin nombre,
en un cometa y un hilo...
Bajo los ojos cansados
hay muchos sueños dormidos,
una esperanza latente,
la sensación de estar vivo,
el caminar por la tierra
y hasta volar por los cielos
para mirar las estrellas
y comprender los susurros
de las farolas
que mandan mil parpadeos y luces,
que tú quisieras contarlas
hasta quedarte rendido,
como el pastor al rebaño
mientras canta una nana a los cometas
que pasan con sus reflejos benditos...
En la tarde
Cambia el cielo
y se viste de lluvia y de tormenta.
Pasa el tiempo y el sopor va llegando.
Las nubes bajan y se posan en las colinas.
Amenazan con dejarnos sus lágrimas.
Discurren los minutos y la oscuridad
se va haciendo más palpable,
ya que abraza y agobia un tanto.
El suelo aguanta sin mojarse
no sé hasta cuando.
Los pensamientos se condensan,
el alma se estremece,
los ojos se cierran.
Se precisa un abrazo en la tarde.
Se desea una caricia invisible.
Se ansía un beso nervioso.
Se quiere lo imposible
y se busca una sonrisa, sin palabras,
a través de la bruma y de la nada.
¡Te quiero poesía!,
(repite un corazón enamorado...)
Rafael Sánchez Ortega ©
11/05/20
sábado, 12 de septiembre de 2020
4.303 - ANTES HABLÉ DEL SILENCIO...
Antes hablé del silencio
(o mejor dicho, lo mencioné),
pero no lo escuché.
Ahora sí,
ahora quiero escuchar al silencio.
Quiero entrar entre sus letras
y embriagarme de ese néctar delicioso
que contiene.
Quiero avanzar entre sus formas invisibles,
y sentir sus caricias que subyugan,
quiero escuchar esa música sin nombre,
y dormirme entre sus brazos,
quiero comulgar con el beso de sus labios,
y sentir su corazón acelerado...
...Quiero ser el silencio del viento,
y el del mar, y el de la nube...
Quiero ser y estar, en todo aquello
que perciben mis sentidos.
Quiero ser el verso humilde de un poema
¡y nada más!
Rafael Sánchez Ortega ©
10/05/20
sábado, 29 de agosto de 2020
4.289 - FRAGMENTO DE UN DIARIO - DÍA 47
Pienso en las oscuras golondrinas
del poeta,
y pienso en las rimas escondidas,
en los balcones de unas casas
con la ropa tendida,
en los nidos posados en las vigas,
en los cristales silenciosos
cubiertos por cortinas,
en las alas invisibles
que llamaban a los mismos,
en el humo que se ve en la chimenea,
en el viejo canalón que asemeja una cenefa,
en la puerta señorial que se abre de la calle,
en el perro que descansa en el zaguán,
en el gato que se estira en una alfombra,
en las voces congeladas de las tardes,
en las sombras que llegaron y cubrieron
tantos ojos,
en las siestas y en las horas de descanso,
en los sueños juveniles persiguiendo
a las estrellas...
Por eso pienso en ti,
¡mi poesía...!
Rafael Sánchez Ortega ©
30/04/20
miércoles, 26 de agosto de 2020
4.286 - FRAGMENTO DE UN DIARIO - DÍA 45
Me digo y me pregunto:
¿de qué te gustaría hablar...?
... A lo mejor de nada.
Quizás me contentara con oír tu voz
viniendo del silencio,
sentir la presencia invisible
de tu cuerpo en mi costado,
poder cerrar los ojos
y rozar tu mano con la mía,
jugar, en tu cuerpo, con mis labios
para buscar ese escalofrío
que, también, consiguiera estremecerte
y estremecerme.
Pero me gustaría hablar de ti
y hablarte a ti.
Dejarte en el oído mis palabras,
leerte un sencillo poema sin nombre
que fuera naciendo en este acto,
llevarte de la mano, y sin destino,
por los campos y senderos,
buscar la vieja encina tan soñada
y sentarnos a su lado,
subir por las colinas de los montes
hasta el cielo,
bajar a las orillas de los ríos
para escuchar a las fontanas cantarinas,
sentir como me miras y te miro
sin palabras,
fundir nuestras miradas y latidos
por un instante eterno,
amar y confundir los corazones
haciendo que se paren los relojes,
besar la quintaesencia de tu cuello
con mis labios...
...Y amarte, una vez más,
¡mi poesía...!
Rafael Sánchez Ortega ©
28/04/20