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lunes, 24 de mayo de 2021

4.560 - YO SOY...



Yo soy, 
quizás lo fui, 
un loco enamorado, y el poeta,
de unos sueños juveniles
que querían ver la vida,
rescatados de los ojos
y los labios
que nacieron con tus versos.

Yo soy la voz que
te reclama en el silencio,
soy la pupila que te llama
desde el abismo de tus ojos,
soy la palabra enmudecida
de unos labios balbuceantes
y sellados.

Yo soy la bruma de la noche
y el eco de las nubes que no veo,
y soy el que te grita, "sin palabras"
y te dice que te ama,
y tú escuchas ese grito,
como un eco,
en las líneas, muy nerviosas,
de un poema inacabado..."

Rafael Sánchez Ortega ©
31/12/20

sábado, 15 de mayo de 2021

4.550 - A VECES, PARECE...


 

A veces parece como si el hombre

"necesitara" estar enfermo para encontrar 

el equilibrio de su vida.


¡Valiente contrasentido!, te dirás,

pero es cierto, y suele ocurrir.


Hay veces que se necesitaría gritar, correr, 

andar, respirar el aire puro 

y sentir el frío en el cuerpo. 


Otras veces quisieras mojarte con la lluvia, 

sentir sus gotas en la cara y en tus manos, 

creer que es el cielo quien te llama 

y te besa impuramente,

hasta notar el cosquilleo de la sangre 

al correr por las venas, 

en ese galope figurado 

de la persona que busca el amor 

ansiosamente. 


Pero también te gustaría gritar: "te amo" 

y mirar a la cara a la persona amada, 

quisieras abrazar ese cuerpo 

y sentirle estremecer,

en respuesta a tus caricias, 

quisieras amar y sentir el amor ;

fundirte en una comunión humana, 

y en un suspiro, 

como si buscaras y necesitaras la luz del sol, 

el aire, la brisa 

y el susurro de la luna 

y las estrellas en la noche...


Es posible que todo esto, tan sencillo,

necesite el alma enferma

y el espíritu del hombre, 

tan cansado, 

para recobrar la salud 

y la alegría por la vida.


¡Es posible...!


Rafael Sánchez Ortega ©

23/12/20

miércoles, 3 de febrero de 2021

4.451 - AMISTAD.



 No esperaba encontrar

esta sorpresa

en la forma de versos

y de letras,

pero es cierto y suscribo

lo que dicen;

la amistad tiene extrañas

coincidencias,

vericuetos de brisas

y palomas,

unas veces con rima

manifiesta

y otras más en la prosa

del lenguaje,

pero nace, se forma

y se alimenta,

con ternura y sencillez

en la palabra,

y buscando ofrecer

la poesía

como esencia sincera

de las almas.


Agradezco el paseo

de este tiempo,

la ilusión de escribir

a las estrellas,

de soñar, como niños,

en la infancia,

de buscar en la playa

a los cometas,

de sentir en el pecho

los latidos

y encontrar una mano

en la distancia.


¡Amistad!...

¡Qué bonita poesía,

bella flor que otras almas

nos regalan!

Es por eso que acepto

este regalo,

y en silencio, sonrío

y doy las gracias.


Rafael Sánchez Ortega ©

19/09/20

miércoles, 20 de enero de 2021

4.437 - DÍA DE LLUVIA.



 Antes recordaba que, en la mañana, 

había paseado bajo la lluvia 

y que lo hice con el paraguas abierto. 


Algo difícil, en mi caso, 

y más en un paseo de casi cuatro kilómetros. 


Es cierto que alguna vez he bajado con el paraguas 

y que también en alguna ocasión he tenido que abrirlo, 

pero ha sido a ratos 

y por el clásico chubasco 

que luego te permite volver a cerrarlo 

y continuar caminando sin tener que llevar el brazo 

aguantando ese armatoste. 


Es bonito caminar bajo la lluvia. 


Ahora me han venido a la cabeza 

momentos en los que he disfrutado 

de instantes así, 

mojándome y compartiendo con la lluvia, 

una caminata, una marcha, 

una ascensión en la montaña, 

una acampada bajo una tienda, en la sierra, 

una tormenta, y así un larguísimo etcétera 

que daría para poder escribir algún relato. 

Pero sé que fue en otro tiempo 

y con una figura más joven en edad y en fuerzas, 

en esos momentos que cada uno 

tenemos reservados en el libro de la vida 

para enmarcar con letras de oro 

y que luego rescatan los recuerdos 

y nos traen su aroma, 

como una taza de café, 

que tanto se añora y paladea. 


Y sí, tengo que reconocer 

que aquellos fueron momentos de magia, 

en que las pupilas cargadas de inocencia

iban descorriendo los visillos de la lluvia 

y mirando a través de ellos 

a un mundo desconocido, nuevo 

y lleno de encanto 

que venía a mi encuentro. 


Por eso no puedo olvidar aquella comunión, 

muchas veces repetida y aceptada, 

con los ojos recibiendo las lágrimas del cielo 

y llorando, a su vez, de emoción y alegría, 

ante un espectáculo tan maravilloso, 

mientras, el cuerpo, 

la figura con alma que me ha sido prestada 

y que da vida a mis pensamientos y sentimientos, 

se mojaba y empapaba, sin darse cuenta, 

para tener que buscar, luego, el refugio 

y el abrigo en un lugar seco 

y cambiarse de ropa 

y saborear, lentamente, esos instantes vividos.


Rafael Sánchez Ortega ©

05/09/20

domingo, 27 de diciembre de 2020

4.414 - HOY HE DISFRUTADO...


 

Hoy he disfrutado, en el paseo, 

con todo lo que iba apareciendo 

ante mis ojos... 


Unas campanillas blancas 

que eran como estrellas 

posadas en los matorrales, 

el río con ese susurro 

inconfundible y monótono, 

las mariposas volando 

y buscando compañeras 

para jugar y amarse, 

un banco solitario y en silencio 

esperando que alguien le acompañara 

en este rato de la mañana, 

una paloma posada en un árbol 

que alza el vuelo al acercarme, 

dos nogales jóvenes 

que pugnaban por seguir creciendo 

y estirando sus ramas para tocar el cielo, 

las peñas del monte cercano,

siempre vigilantes y rezando 

para que el sol salga de entre las nubes 

y les deje alguno de sus rayos...


...Y tú, conmigo y a mi lado. 

Paseando, charlando, 

caminando en silencio, 

otras veces, mirando los detalles 

que te señalan mis dedos...


Y mis ojos buscando los tuyos 

para leer en ellos unos versos inmaculados,

llenos de alegría y candor,

que vas dictando a unos labios temblorosos,

que yo cierro con mis besos.


...Por todo esto, quizás tan infantil,

"hoy he disfrutado" en el paseo...


Rafael Sánchez Ortega ©

18/08/20


sábado, 14 de noviembre de 2020

4.366 - HOY ME ACORDÉ DE TI...



 Hoy me acordé de ti en la mañana

y vi tu figura, sonriente,

acercarse hasta mi lado.


Sabía que era un sueño

y que nada de lo que veían mis ojos

correspondía a la realidad.


Pero pensaba en ti 

y alejé la tristeza y sus sombras

que tanto me agobiaban.


Cerré los ojos y busqué un jardín

donde una rosa temblaba

en un rosal.


Llevé mis dedos a la flor

y dudé en cortarla para enviártela

con mis besos.


Pero fue un instante nada más.

Sentí un escalofrío y te vi allí,

junto a la rosa con tu cara de niña.


"Buenos días poesía..."


Te saludé en silencio

y tu sonrisa, sin palabras,

llegó a mis pupilas, con un beso.


Beso invisible como la brisa

que llega de los mares

y con el aroma de tu cuerpo.


Me estremecí nuevamente

al sentirte entre mis brazos

y escuché tus latidos y los míos.


Hoy me acordé de ti, te digo

y te repito, aunque no hace falta,

pues lo sabes y colocas 

a tus labios en mis labios.


Rafael Sánchez Ortega ©

22/06/20

jueves, 22 de octubre de 2020

4.343 - FRAGMENTO DE UN DIARIO - DÍA 80 - (Tarde)


 

Tarde


Parece que la vida se va normalizando 

y que la primavera cobra todo su esplendor 

y punto álgido, 

incluso se ve la hierba alta en las praderas 

y las mariposas vuelan 

y pasan rozando los cuerpos 

como si nos quisieran abrazar 

y acariciar en este tiempo 

que se escurre de las manos.


Es un momento de felicidad, 

incluso ahora, 

con la sombra que nos persigue 

de este tiempo en que el temblor 

ha estado cerca y nos ha rodeado fuertemente. 


Quizás se vive intensamente el presente

 y tanto más cuanto que el encierro

 hace que disminuyan las fuerzas, 

que tenga sed el alma 

y no sepa encontrar el líquido preciado 

para calmar esa secura que llega a las pupilas 

y hace, a las personas, delirar y suspirar,

por tanta fiebre soportada.


Me detengo y pienso en la poesía. 

Busco dentro y encuentro unos versos 

y unas letras leídas hace tiempo: 

"...El amigo verdadero ha de ser como la sangre 

que siempre acude a la herida 

sin esperar que le llamen..."


Las heridas suelen sangrar 

y precisan de una mano que restañe 

y cure esos cortes. 

Hay que lavarlos, limpiarlos, 

desinfectarlos y hasta besarlos.


¡Sí, ya sé que es algo muy poético, 

y poco efectivo...! 

Pero ¿cuántas veces encontramos en la vida 

un poema roto y sangrando, 

mientras nosotros, pasamos, 

indiferentes, por su lado, 

y ajenos a su dolor...?


Te amo poesía, 

aunque no lo sepas, 

aunque no te lleguen nunca estas letras,

por eso quiero buscarte, 

besarte 

y curarme con tus versos, 

a pesar de todo.


Rafael Sánchez Ortega ©

02/06/20

miércoles, 21 de octubre de 2020

4.342 - FRAGMENTO DE UN DIARIO - DÍA 80 - (Mañana)



Mañana


Dicen que hay flores heridas, 

que si sangran las rosas, 

que lloran las amapolas, 

que sonríen las margaritas,

que hasta tiemblan los claveles 

y las violetas se esfuman...


No sé qué habrá de verdad 

y cuánto de sueños infantiles, 

pero es algo que me gusta 

y muchas veces voy persiguiendo esa utopía.


Lo malo es que volando con las mariposas, 

dejándose mecer por la brisa del mar, 

durmiendo sobre las olas de la playa 

y suspirando en los atardeceres 

de una infancia ya lejana, 

voy consumiendo las horas 

y van pasando los días y aquí seguimos 

en un estado de inocencia preocupante.


Y digo esto porque la vida continúa 

y sigue alrededor. 

Las gentes hablan, viven, 

se comunican y trabajan, 

caminan y hacen proyectos, 

entablan relaciones 

y yo sigo esos hábitos, 

sin darme cuenta, 

y en medio de mis sueños.


Lo malo es que vivir así 

es estar fuera de la realidad, 

no ver la piedra en el camino 

con la que vas a tropezar y caer, 

y seguir soñando indiferente, 

para volver a caminar 

ajeno a otros contratiempos 

que te van a surgir, 

inevitablemente, 

porque es parte de la propia vida.


Rafael Sánchez Ortega ©

02/06/20

martes, 6 de octubre de 2020

4.327 - FRAGMENTO DE UN DIARIO - DÍA 67 - (Tarde)



 Tarde


Fuimos una generación nueva

que buscaba en las tardes 

los paseos con amigos

para charlar allí de las cosas

que ocurrían a nuestro alrededor.


Por ese unos éramos demócratas 

y otros republicanos,

había creyentes, practicantes

y hasta agnósticos,

en una nación detenida y sin existir,

que vivía de recuerdos y nostalgias.


Admirábamos las películas americanas

y veíamos en ellas una cultura a copiar

y una sociedad para vivir

que no teníamos.


También notábamos ya las debilidades

de la misma,

y era feo saber de Hiroshima,

de Vietnam y de las organizaciones

mafiosas y sindicales de aquel gran país

que nos servía de referencia.


Pero se alegraban los ojos

con el ron y la cocacola,

con el coñac y el whisky

en las discotecas,

entre un baile de cuerpos y luces

mientras dejábamos la política

aparcada por unas horas.


De vez en cuando se miraba al cielo 

con miedo, 

y algunos marchaban a cursillos de cristiandad

para encontrar el equilibrio colectivo

de una moral que yacía abandonada

por las almas en los conventos.


Almas dormidas e inquietas

que empezaban a soñar 

y que buscaban las páginas 

de autores y poetas

como Bécquer, Unamuno, Diego,

Hierro y tantos otros,

desde Lorca a Machado,

siguiendo con Hernández, Alberti,

incluso con Darío y Benedetti.


Luego volvían las almas a los cuerpos

en una fusión intermitente

y empezaban a nacer las inquietudes,

brotaban los tempranos pensamientos

y vibraban los rescoldos 

de una nueva primavera...


Así, sin darnos cuenta,

entrábamos en ella.

Y llegó, de pronto, y nos abrazó 

aquel huracán desconocido,

aquella mezcla de un todo,

que abrasaba las entrañas

y quemaba los sentidos

con tanta libertad...


Y pasamos de vivir y de luchar

en una edad semi romántica,

a trotar en una senda que empujaba

y que invitaba a caminar 

tras mil banderas diferentes

con eslóganes y frases

que surgían de la nada

y llevaban hasta un mundo diferente,

separado por mil puentes.


...Hoy revivo aquel momento de la historia.

Me detengo en un instante mientras miro

aquellas páginas, marchitas, de un pasado,

que no vuelve.


Hay sonrisas que se quedan congeladas

en los labios,

hay promesas que recuerdas y que guardas,

hay suspiros que recoges olvidados,

hay campanas que se escuchan con latidos,

hay momentos de ese tiempo

que quisieras repetirlos...


...Al final te consuelas, mientras piensas 

que estás aquí, tras estas letras,

y que, para bien o para mal,

tienes suerte de contarlo.


(Unas lágrimas por ti y para ti,

con una sonrisa, 

querido amigo y compañero,

que no pudiste conseguir

aquel mundo de ficción 

y te quedaste en el camino.

Te veo allí, tras esas puertas

de un otoño señorial

confundido, como yo,

en tantos sueños

de una nueva primavera)


Rafael Sánchez Ortega ©

20/05/20


viernes, 2 de octubre de 2020

4.323 - FRAGMENTO DE UN DIARIO - DÍA 64 - (Tarde)



 Tarde


Apenas hay nubes en el cielo 

y pese al viento del nordeste que sopla 

la tarde invita a dar un pequeño paseo.


Los pasos son cortos 

y parece que cuesta caminar, 

pero allá van. 

Un paso, dos, 

las piernas se cansan 

y hasta los muslos protestan, 

pero siguen moviéndose en silencio 

y es el pensamiento el que les dice 

que "adelante", que no se rajen ahora.

La vista falla y se nubla a ratos, 

el cuerpo parece que hace eses 

como si estuviera embriagado. 

Es un mareo intenso, 

quizás por respirar este aire tan fuerte 

y tan inesperado. 

También la luz que entra por los ojos 

y deslumbra. 

Se ven montes cortados, 

prados a medio segar, 

animales paciendo, 

vecinos charlando 

y hasta perros ladrando 

a las figuras que pasan, 

para ellos, ya desconocidas. 

Quema el sol y hace calor 

donde no entra el viento. 

Hay que quitarse ropa 

y aligerar un poco las prendas 

para no ahogarse. 

El circuito se hace largo 

pero no importa. 

Al final se agradece 

aunque llegues con la lengua afuera 

en el regreso.

Los perros del vecino, ahora, te saludan 

en ese lenguaje inexpresivo que ellos tienen 

y que no sabes si te dan las buenas tardes 

o te piden una caricia.

Tú miras la hora y tomas el tiempo 

y la distancia para llevar un control 

sin importancia. 

(Es como cuando te tomas diariamente 

la fiebre y la tensión arterial: pura rutina)

Al final llegas y te cambias. 

Has salido y has regresado.

Ahora toca escribir un poco, 

volver a la vida y a la poesía, 

intentar hablar y charlar con ella, 

decirle todo esto que aquí sale 

y rogarle que no te olvide, pero... 


¡silencio...! Díselo en un poema 

y "sin palabras"...


Rafael Sánchez Ortega ©

17/05/20

martes, 29 de septiembre de 2020

4.320 - FRAGMENTO DE UN DIARIO - DÍA 63

 


Ha pasado la tarde 

mejor de lo que esperaba. 


Películas en la Tv, 

descanso en el sofá, 

algún Haiku, 

un crucigrama 

y pensando en ti. 


Buscándote entre la luz 

que entraba por el porche, 

en la alegría que la tarde dejaba, 

cerrando los ojos y viajando 

con tu figura que se acercaba hasta mi lado, 

musitando tu nombre en un suspiro, 

escuchando tus latidos 

a través de la distancia, 

mirando con tus ojos ya cansados, 

soñando con volver a ser nosotros, 

a tomarnos de la mano, 

a buscar nuestras miradas, 

a decirnos sin palabras 

todo aquello que sabemos 

y queremos que los ojos nos transmitan, 

a dormir entre las nubes 

y a volar entre las miles de figuras 

que ellas forman en los cielos, 

a besarnos 

y a sentir esas caricias tan ansiadas 

y a vivir, un día más, 

entre el amor y la esperanza...


Rafael Sánchez Ortega ©

16/05/20

domingo, 27 de septiembre de 2020

4.318 - UNA MAÑANA DE MAYO...



 Una mañana de mayo

vi deslizarse una garza,

con sus alas bien abiertas

en la campiña cercana,

y le envié mi sonrisa

con un beso y sin palabras,

para que fuera a su lado

mi caricia en la mañana,

luego envolví mi silencio

entre la colcha y la cama

para seguir cavilando

y contemplar musarañas,

porque los sueños vacíos

tienen carencias y vagan

entre las aguas bravías

donde se pierden las ganas...


Otra mañana de mayo

volví a ver, en la alborada,

a la garza de hace tiempo

con sus alitas tan largas,

y la sonrisa de antaño

no lucía ya en mi cara,

y unos labios temblorosos

enjuagaban una lágrima,

¿dónde estaba la sonrisa

y aquel verso con su magia,

que animaba los latidos

y la sangre de la cara?

...¡He buscado en todas partes

y no encuentro la mirada,

ni el latido entusiasmado

de aquel tiempo de la infancia!


"...Nueva mañana de mayo

desde el cielo y las montañas

viene una garza a mi encuentro

para ofrecerme sus alas..."


Rafael Sánchez Ortega ©

15/05/20

martes, 22 de septiembre de 2020

4.313 - FRAGMENTO DE UN DIARIO - DÍA 60


 

Tarde


Siguen los días grises 

y cargados de tristeza. 

Parece como si esta melancolía y nostalgia 

se pegara a las almas 

y las nubes no pudieran 

quitarse las legañas de encima.


Suspiro y pienso en ti. 

Sé que estás cerca, 

que tus latidos siguen ahí, 

esperando que vaya a escucharlos, 

que tu sonrisa también se ofrece 

amplia y generosa, 

que tu palabra, ahora en silencio, 

espera para susurrarme al oído 

todo eso que guarda y quiere ofrecerme 

vivamente.


Ansío el sol, 

los amaneceres alegres, 

la luz entrando por la ventana 

y jugando con sus rayos por el techo, 

quiero el perfume de esta primavera que pasa 

y que embriaga con el juego de colores, 

quiero subir y volar con las mariposas por el campo, 

quiero llevarte conmigo 

y que veas todo esto, 

que lo sientas, 

que lo vivas, 

que lo captes 

y que llegues a necesitar sus latidos,

de una manera tan profunda, 

que, sin ellos, tu vida no tenga sentido 

y quede huérfana...


Te quiero, 

te extraño 

y te ansío, 

¡poesía...!


Rafael Sánchez Ortega ©

13/05/20

lunes, 21 de septiembre de 2020

4.312 - FRAGMENTO DE UN DIARIO - DÍA 59


 

Sigue el tiempo gris 

y eso hace que los días se contagien 

de bruma y de tristeza. 


Es una pena que en jornadas así, 

con las horas de luz y primavera, 

no puedan traer un tiempo más apetecible 

para dar un paseo, 

para poder cerrar los ojos 

y aspirar el aire puro de la calle 

mientras los oídos se van llenando 

de voces y canciones 

que la naturaleza ofrece a cada paso.


A través de la ventana 

sigo el vuelo de las golondrinas. 

También puedo divisar a las vacas 

pastando en la campiña, 

diviso los bosques de eucaliptus, 

veo el humo que sale de la chimenea vecina, 

sueño con un paseo en bicicleta, 

(hace años que no me subo a una), 

y me dejo llevar, por los sueños, 

entre las resacas de las olas en la playa.


...Pero abro los ojos 

y veo que el silencio me abraza. 

La soledad sigue cerca 

y me amenaza con su sonrisa traidora. 

Me enseña la puerta de la libertad 

medio abierta, 

me invita a salir a pasear,

a pesar de la lluvia 

que llevan las nubes entre sus ojos.

Hay un calma latente que engaña. 


Me gustaría escribir para ti, 

contarte lo que pasa, 

lo que tengo, 

lo que ansío. 


Quisiera abrirte el corazón 

y que pudieras verle tal y como está ahora, 

cosido y remendado, 

y si acaso, también, me gustaría, 

que pudieras hacer una disección 

y penetrar hasta el fondo, 

al origen de sus latidos, 

hasta una criatura pequeña que reía y lloraba, 

que aceleraba el bombeo de la sangre 

al sentir la llamada de la vida, 

el abrazo de la luna y las estrellas, 

la pasión de los sentidos 

y el beso de unos labios invisibles.


Rafael Sánchez Ortega ©

12/05/20

jueves, 17 de septiembre de 2020

4.308 - FRAGMENTO DE UN DIARIO - DÍA 58



En la mañana 


Bajo los ojos cansados 

hay sombras y figuras 

que no precisan de gritos 

porque su ausencia, en la vida, 

es simplemente un suspiro, 

un parpadeo del alma, 

una resaca sin nombre, 

un torbellino del viento 

y una presencia presente 

que está en el pecho y conmigo...


Es la persona querida, 

que tiene nombre y latidos, 

que se ha cruzado en la vida, 

en la escalera, en el parque, 

en el colegio, en el super, 

en una charla en la biblioteca, 

en el jardín, en un banco, 

en una huella sin nombre, 

en un cometa y un hilo...


Bajo los ojos cansados 

hay muchos sueños dormidos, 

una esperanza latente, 

la sensación de estar vivo, 

el caminar por la tierra 

y hasta volar por los cielos 

para mirar las estrellas 

y comprender los susurros 

de las farolas 

que mandan mil parpadeos y luces, 

que tú quisieras contarlas 

hasta quedarte rendido, 

como el pastor al rebaño 

mientras canta una nana a los cometas 

que pasan con sus reflejos benditos...


En la tarde


Cambia el cielo 

y se viste de lluvia y de tormenta. 

Pasa el tiempo y el sopor va llegando. 

Las nubes bajan y se posan en las colinas. 

Amenazan con dejarnos sus lágrimas. 

Discurren los minutos y la oscuridad 

se va haciendo más palpable, 

ya que abraza y agobia un tanto. 

El suelo aguanta sin mojarse 

no sé hasta cuando.

Los pensamientos se condensan, 

el alma se estremece, 

los ojos se cierran. 

Se precisa un abrazo en la tarde. 

Se desea una caricia invisible. 

Se ansía un beso nervioso. 

Se quiere lo imposible 

y se busca una sonrisa, sin palabras, 

a través de la bruma y de la nada.


¡Te quiero poesía!, 

(repite un corazón enamorado...)


Rafael Sánchez Ortega ©

11/05/20

sábado, 12 de septiembre de 2020

4.303 - ANTES HABLÉ DEL SILENCIO...



 Antes hablé del silencio 

(o mejor dicho, lo mencioné), 

pero no lo escuché. 


Ahora sí, 

ahora quiero escuchar al silencio. 

Quiero entrar entre sus letras 

y embriagarme de ese néctar delicioso 

que contiene. 

Quiero avanzar entre sus formas invisibles, 

y sentir sus caricias que subyugan, 

quiero escuchar esa música sin nombre, 

y dormirme entre sus brazos, 

quiero comulgar con el beso de sus labios, 

y sentir su corazón acelerado...


...Quiero ser el silencio del viento, 

y el del mar, y el de la nube... 

Quiero ser y estar, en todo aquello 

que perciben mis sentidos. 


Quiero ser el verso humilde de un poema 

¡y nada más!


Rafael Sánchez Ortega ©

10/05/20

sábado, 29 de agosto de 2020

4.289 - FRAGMENTO DE UN DIARIO - DÍA 47


 

Pienso en las oscuras golondrinas 

del poeta, 

y pienso en las rimas escondidas, 

en los balcones de unas casas 

con la ropa tendida, 

en los nidos posados en las vigas, 

en los cristales silenciosos 

cubiertos por cortinas, 

en las alas invisibles 

que llamaban a los mismos, 

en el humo que se ve en la chimenea, 

en el viejo canalón que asemeja una cenefa, 

en la puerta señorial que se abre de la calle, 

en el perro que descansa en el zaguán, 

en el gato que se estira en una alfombra, 

en las voces congeladas de las tardes, 

en las sombras que llegaron y cubrieron 

tantos ojos, 

en las siestas y en las horas de descanso, 

en los sueños juveniles persiguiendo 

a las estrellas...


Por eso pienso en ti,

¡mi poesía...!


Rafael Sánchez Ortega ©

30/04/20


miércoles, 26 de agosto de 2020

4.286 - FRAGMENTO DE UN DIARIO - DÍA 45



 Me digo y me pregunto:

¿de qué te gustaría hablar...?


... A lo mejor de nada. 

Quizás me contentara con oír tu voz 

viniendo del silencio, 

sentir la presencia invisible 

de tu cuerpo en mi costado, 

poder cerrar los ojos 

y rozar tu mano con la mía, 

jugar, en tu cuerpo, con mis labios  

para buscar ese escalofrío 

que, también, consiguiera estremecerte

y estremecerme.


Pero me gustaría hablar de ti 

y hablarte a ti.


Dejarte en el oído mis palabras, 

leerte un sencillo poema sin nombre

que fuera naciendo en este acto,

llevarte de la mano, y sin destino,

por los campos y senderos, 

buscar la vieja encina tan soñada

y sentarnos a su lado, 

subir por las colinas de los montes

hasta el cielo, 

bajar a las orillas de los ríos 

para escuchar a las fontanas cantarinas, 

sentir como me miras y te miro

sin palabras, 

fundir nuestras miradas y latidos

por un instante eterno, 

amar y confundir los corazones 

haciendo que se paren los relojes, 

besar la quintaesencia de tu cuello

con mis labios...


...Y amarte, una vez más, 

¡mi poesía...!


Rafael Sánchez Ortega ©

28/04/20

jueves, 6 de agosto de 2020

4.266 - FRAGMENTO DE UN DIARIO - DÍA 33



El tiempo sigue.
Los días continúan en este encierro. 
A veces, las mañanas, parece que despiertan 
con otra luz. 
Es como si quisieran animarnos, 
decirnos que estamos en primavera, 
que asomemos los ojos y miremos al fondo, 
a los prados y a los campos,
que busquemos los árboles que el viento 
cimbrea en sus ramas, 
que escuchemos el río que baja juguetón
besando los meandros, 
que sintamos la brisa que llega 
y que nos besa los cabellos...

Pero luego la soledad y el silencio 
rompen esa imagen que la mañana ofrece 
y nos vuelve a la realidad.
La imagen se rompe, se transforma en mil retales 
y fragmentos por el suelo. 
La primavera silenciosa aparece muy lejana, 
como si estuviera, invisible, en alguna parte, 
esperando. 
Los prados son como una acuarela inmóvil 
en el fondo de la retina, 
los árboles no danzan ni se mueven con el viento 
y son espigas de algún cuadro gris y sucio, 
el río es una legaña, en este lienzo, 
que ha perdido la paleta de un autor desconocido 
y el viento, con la brisa, no me llega 
y me sofoco en un abrazo insoportable 
del encierro involuntario.

¡Creo que pesa el cansancio y mucho!

Creo que tengo necesidad de amar 
y de sentirme amado. 

Siento que debo decirlo, de gritarlo,
pero no puedo. 
Mi corazón es como un reloj de sol,
que en su, tic-tac, 
lleva un monólogo invisible 
que se apaga lentamente.

¡Te quiero, te quiero...!

(Sonríe la paloma mientras se enjuaga una lágrima...)

Rafael Sánchez Ortega ©
16/04/20

lunes, 3 de agosto de 2020

4.263 - FRAGMENTO DE UN DIARIO - DÍA 31 - (Tarde)


Tarde.

He pensado en ti, mariposa del alma. 
He pensado en la gaviota del puerto,
en la paloma del parque, 
en el mar y la playa de mi costa, 
he pensado en la iglesia de mi pueblo, 
en el campario inmenso por el que corría de niño, 
en el reloj de sol de su patio, 
en el viejo cementerio que había en la parte sur, 
en aquel rincón que llamábamos Ronda 
con su peña sobre la marisma, 
he vuelto a ver los Picos y montañas 
reflejados en las aguas, 
la barra del puerto, 
el faro con sus luces, 
los barcos entrando, 
las aguas hablándome en la tarde, 
he sentido al viento del nordeste
acariciar mi cabello, 
he aspirado el aroma de los robles, 
el perfume de las algas, 
he encontrado las largartijas dormilonas 
que surcaban las baldosas,
he oído los susurros de los árboles 
contándome sus penas y alegrías, 
he visto a los niños jugar en los recreos 
y me he unido a sus voces 
persiguiendo una pelota, 
unas canicas 
y un saleo...

En definitiva, "he vuelto a la vida" 
en un sueño, "mi sueño..."

Rafael Sánchez Ortega ©
14/04/20