Un bebé falleció el pasado lunes en el Hospital San Pedro de Alcántara, de Cáceres, después de haber nacido en el domicilio familiar horas antes por deseo de los padres, que habían sido asistidos por una matrona.
La Consejería de Sanidad de la Junta de Extremadura sólo confirma el fallecimiento del bebé, y no se entra a valorar la actitud de los padres, ya que se entiende que es una decisión personal.
Por su parte, el fiscal superior de Extremadura, Aurelio Blanco, ha precisado que "si uno decide que va a tener un hijo en su casa, tiene que asumir también los riesgos que puedan surgir después en el caso de que algo vaya mal o que haya alguna complicación en el parto. Cada uno es libre de tomar sus propias decisiones, pero también tienen que valorar los riesgos que puedan tener" y ha puesto el ejemplo de alguien que decide libremente conducir a una velocidad superior a la permitida.
Odiosa comparación. Es evidente que uno es libre de circular a la velocidad que quiera, pero es un delito hacerlo a más de la permitida y si te pillan te sancionan. De hecho supone retirada de puntos y multa económica.
Se supone la fiscalía debe proteger a todos los ciudadanos y más si cabe de los menores. En pleno siglo XXI es un atropello el dar a luz en un domicilio, por lo que se trata de una atención inadecuada al bebé que va a nacer.
Actualmente no solo son considerados malos tratos los físicos sino también todo aquello que pueda originar un perjuicio al menor como no darle la medicación que le pauta el médico, no acudir a las revisiones de salud,…por lo tanto el dar a luz en el domicilio también debe serlo.
Creo que el fiscal ha metido el remo hasta el fondo. Por ejemplo, cuando un niño enfermo requiere ingreso hospitalario aunque los padres no quieran hacerlo la ley obliga a dar parte al juez de guardia que ordena el ingreso del niño siempre que exista un peligro para la salud del menor.
Estamos en lo de siempre, la libertad mal entendida. En una democracia se tienen muchas libertades, pero uno no es libre de poder hacer todo lo que le venga en gana, la libertad de uno acaba donde comienza la de los demás. Y en este caso se ha vulnerado la libertad del bebé a nacer en un sitio que reuna las condiciones mínimas necesarias para proteger su integridad.
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