" lo que tengo de animal me aferra a la vida"
- J.F. Fernández Figueras -
-Poema recuperado-
¿Convivir el cristal con la magnolia?
encima del absurdo,
más allá del desierto de los huesos,
se puede dialogar, rompiéndose, a retazos,
como la suerte misma, como el trigo y la noche.
Revivamos
creciendo sobre la gris basura
que nuestros poros vierten en la celda.
Es preciso, es mejor y así lo quiero.
Las golondrinas estarán contentas.
-Poema prometido-
Dentro de las mazmorras de tu mente,
dentro, muy dentro,
habita un pato triste de plumaje esmeralda.
Al fondo del corredor helado por flores de anteayer, brota una yedra boreal.
Ya no respira fuerte el fatuo caracol del argumento entre mi dentarura rabiosa de saberes, pues mientras la violeta de tu pie diminuto
dibuje escandinavias,
sé que hay tardes de té los jueves amarillos.
Besar ya no connota
argucias aprendidas del gorrión y del vino:
hay otro aljibe
novio de las noches de enero.
Y hasta para escribir tres letras
a la frágil penunbra de una luna total,
resumo mis pupilas en tren de rododendros.
(...)
Doy fe: somos raíz de piedra, de fe
en la madre de columna firme.
Somos un corazón sin diplomacias.
¡Y así nos va! - dice mi padre octogenario.
Y a mucha honra. - respondo altivo y digno.
- Sobremesa en "La Yuca"-
Pacífica impaciencia la del niño, la colina,
el río, la paloma, que no turbian sus días la envidia, ni los lujos, ni los cheques:
sí un jilguero, una chapa, tres canicas
y algún canto aprendido.
Feliz aquel
que copia tan tiernas naderías
para nutrir bodegas interiores.
Asomados el niño y sus rivales,
a un mundo gobernado por la astucia,
lloran,
o huyen,
o callan.
Sólo un poeta junta sus lágrimas,
sus pasos,
su esponjoso silencio.
- Coplillas del tren hacia dónde -
Voy en el tren del miedo
por veredas de brezo y de inquietudes.
¡Cuánto vaivén!
Voy a lomos
del viento de la ansiedad
visitando los vagones de la duda.
¡Qué pertinaz!
Llego al andén del triste,
del amargado,
tras un tunel de lunes, coñac y cardos.
Y a la estación del Norte
no llegaré
pues el Sur me seduce de luz y desdén.
- Tu laberinto (sive humana conditio)-
Caminarás por sendas erguidas de zarzales,
de nubes sin retorno, de cerezas amargas,
regresarás al buitre de atenazada infancia,
por más que te desandes, te desnudes, te ignores.
Has de llegar a ser el monstruo de ti mismo
con plenitud y holgura, con astrolabios locos.
Preguntarás cien veces el nombre de la angustia
en la taberna oscura que ignora diccionarios.
Descifrarás, tan sólo, el rastro de una estrella,
tan bella como muda, tan fiel como lejana.
Un sinvivir anónimo, o esteril lejanía,
coronarán el porche de tu arisca cabaña.
Al fin eres un hombre, o máscara de corcho,
o simbiosis del iris y la piedra,
de la quietud y el viaje.
- Introspección 4 -
Hoy, a las siete en tedio de la tarde,
tengo quinientos años bajo la lluvia de las mariposas.
Cada minuto fósil vale un lustro
en mi reloj de arcilla.
Ammonites sin ti, heliotropo contigo,
quemo mi espejo.
Si me asomo al sobaco del almanaque cúbico
de casa de la abuela, ya no descubro sábados
que saben a alameda, a paseos parejos sobre la carretera.
Suena tu tiempo.
Mas el río aún existe, y el ciprés y la mano que,
suavemente, apenas rozando los instantes,
te me devuelve joven golondrina.
Hierbabuena respiro,
respiraba,
respiro.