Cada vez que termina el año, me gusta despedirme de ustedes, queridos lectores, haciendo un balance de lo que me dejó. Debo decir que me siento afortunado. Han sido muchas gratas sorpresas y siento que la vida me sonríe, cosa que me emociona y me empuja a seguir haciendo lo que amo.
Lo primero que debo decir es que este año me casé. Mi esposa ha sido el mejor regalo que he recibido en mi vida. Llegar del trabajo y tener su presencia a mi lado es un obsequio que no se compara con ninguno. Definitivamente, la mujer con la que duermo fue con la que siempre soñé.
En lo profesional hubo muchos cambios. Fracasé en un proyecto que me había trazado, pero me levanté rápido y recompuse mi ruta. Hoy trabajo al lado de exigentes profesionales que todos los días sacan lo mejor de mí.
Con respecto a la literatura, hubo grandes alegrías también. Quedé finalista en el Concurso de Ciencia Ficción de Art Gerust (página que he criticado mucho por el último fallo que dio y en la que declaro no volver a participar) con el microrrelato Horóscopo, los micros Izquierda y Guardián salieron publicados en el diario Tiempo Argentino, gracias a una convocatoria realizada por la excelente página Cuentos y más, Pegaso voló alto y se coló entre los finalistas del X Certamen de Microcuento Fantástico miNatura, De lo humano y lo divino se llevó el primer puesto en el Concurso de Wonderland, que también gana en prestigio, y tuve la gran fortuna de que un gran número de mis microrrelatos hubieran sido traducidos al portugués gracias a Jose Eduardo Lopes. Y como para cerrar con broche de oro, hace un par de días me publicaron al lado de Hemingway. Increíble, el cuento del Nobel, claro. Adicionalmente, La Internacional Microcuentista sigue creciendo a pasos agigantados y gana en lectores día a día.
Como ven, no tengo sino una palabra: ¡Gracias! Algo que le debo a Dios y que hago extensivo a todos ustedes por su lealtad a este espacio que el próximo año llega a los cuatro años de vida.
Que pasen unas felices fiestas y nos vemos en enero, cuando haya descansado lo suficiente de este año que me sacó más de una cana, pero que termina con muchas buenas noticias. Levanten su copa y brinden conmigo. ¡Salud!