—Mariana, se acerca tu cumpleaños…
—Ya sé, papá….
—¿Qué te gustaría de regalo?
—Un pegaso…
—¿Un pegaso…?
—Sí, papá, un pegaso, ¿los conoces? Son caballos con alas…
—Claro... ¿dónde consigo uno?
—Papá, ¿cómo me preguntas eso? Cualquiera que quiera puede conseguir un pegaso.
—Me gustaría saber dónde lo viste para comprártelo…
—Papá…. Los pegasos no se compran…
—¿Cómo que no se compran…?
—Los pegasos se imaginan, papá...
—Claro, hija, claro… ¿No te gustaría otra cosa? Una muñeca… ¿Una bicicleta, tal
vez?
—Papá, yo quiero un pegaso...
—Hija, no te puedo regalar eso. Los pegasos no
existen…
—Eso mismo dicen ellos…
—Dicen quiénes…
—Los pegasos. Dicen que los papás no existen.
viernes, 1 de abril de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
17 comentarios:
Me parece uno de los mejores micros que te he leído, muy bueno.
Un saludo
es bestialmente hermoso Aplaudo de pie! chapeau!
Genial, no me extraña la negación de inexistencia por parte de ambos. Yo le dije a mi hija que dios existía para quien creyera en él, y con los pegasos pasa lo mismo.
Pues qué quieres que te diga, como soy mama y no papa, voy a regalarme uno!
Un abrazo y felicidades por el relato!
¡Fantástico! Tendrás que creerle a la niña, porque si su papi existe...
Me encantó Esteban!
Abrazos,
Increible, ojala nunca perdamos esa capacidad de imaginar!, por volvernos "adultos responsables".
Entra a mi lista de favoritos.
Un beso.
Excelente. Me encantó este micro. Keep Writhing
Veo muchos rostros nuevos por esta casa y me encanta.
Montxu, es una alegría recibir tu comentario. Hace parte de una serie de microrrelatos que he llamado tentativamente Zooilógico.
Sandra, y yo agradezco con una venia.
Anita, regálate uno, porque igual has imaginado con maestría en anteriores ocasiones y no te debe quedar nada difícil. Un beso.
Claudia, el hombre y la imaginación son indivisibles, inseparables. Imaginar es mi verbo favorito.
Angelita, ojalá volvamos a tener capacidad de asombro.
Clawer, muchas gracias. Bienvenido a esta casa.
Es un micro buenísimo Esteban, me lo guardo con tu permiso.
Un saludo indio
¡impresionante!
David, es todo tuyo. Guárdate este y todos los que quieras.
Mauro, ¡gracias! ¡Una alegría verte por aquí de nuevo! Pásate más seguido.
El final es genial y también inquietante.
Los niños sí que saben.
Saludo
Lo saben todo, Rosana, y si no, lo imaginan, que es mucho más fascinante.
Felicitaciones !!! además que hermoso relato :)
¡Merecido premio! Un relato tierno y con miga. Enhorabuena.
(Lo leí en su día, es un gusto volver a hacerlo).
Muy bueno, Esteban. Felicitaciones.
Un abrazo.
Campanula, Elisa y Manolo, gracias por los buenos deseos. La suma de sus alegrías da como resultado una emoción enorme.
Publicar un comentario