Al ir bordeando un precioso arroyo de montaña que viene del desagüe del ibón al que nos dirigíamos, la mayor dificultad, por encima de ir ganando el cansancio de las piernas durante la ascensión, era evitar la tentación de montar el equipo e intentar sacar algún pez de esas aguas.
Una vez arriba había que encarar la dura realidad: a tanta altitud el azote del viento era casi inevitable. Y de esa manera la deificultad en la localización de los peces y en el lanzado fue la tónica general de la jornada.
En estas situaciones lo que prima es no darse por vencido. Al contrario, estas jornadas nos dan la oportunidad de poner a prueba nuestras habilidades como pescadores. Encontrar los lugares donde "seguro" que habrá peces comiendo, esmerarse en el lanzado... ¡y clavar! Consejo: los días de viento no olvidéis lanzar a la espuma que suele formarse a unos metros de la orilla. Allí es donde los peces suelen buscar comida.
Este ibón me dió 6 preciosas truchas. El otro que se encuentra durante la bajada, más pequeño y menos ventoso, otras 6 me alegraron la tarde.
Como siempre, las capturas volvieron al agua con una pequeña caricia. Esa es la única manera posible de poder combinar con la pesca las maravillosas panorámicas que nos brindan estos maravillosos rincones. Y justo en ese momento, cuando el pez se libra de nuestras manos y nada libremente hacia el centro del lago, cuando uno siente la libertad. La libertad de encontrarnos en ese entorno natural y de poder brindar la libertad al ser que nos ha alegrado el día y acelerado el corazón.
A partir de ahora, vuelta a los cursos medios y bajos de lor ríos y a sus embalses, a tentar a los maravillosos barbos y carpas que, en mi opinión, no tienen nada que envidiar a las delicadas pintonas.
¡Saludos y buena pesca!
Hola Jorge, Por lo que veo lo pasate genial, Jejeje. La trucha que posa en la foto es increible.
ResponderEliminarNunca he podido pescar en esos increibles ibone, pero lo tengo pendiente.
Un saludo y buena pesca.
Tienes razón, tanto los peces como el marco son incomparables. Altamente recomendable su visita. Si subes y te apetece, avisa. ¡Saludos!
EliminarQue envidia sana me das!!! jeje, yo también hace años que tengo pendiente subir a algún ibon, pero entre unas cosas y otras... asi sigue, pendiente.
ResponderEliminarEste mes de momento me tengo que ir conformando con alguna salida de madrugada de un par de horas a nuestros queridos barbos del Gállego... que por cierto, estan muy recelosos y me estan obligando a ser extremadamente sigiloso y a cambiar de moscas para poder clavar alguno.
Bueno, espero que sigas disfrutando de la buena pesca y de esos impresionantes parajes.
¡Un saludo!
David09
Mientras sea sana... jaja. Yo a ver si baja la temperatura y vuelvo al Gállego. La última vez que me acerqué fue en julio y bajaba corto de caudal y alto de suciedad y algas. Una pena, vamos. ¡Saludos!
EliminarEl Gállego sigue igual que en Julio y no creo que mejore en caudal y, por supuesto, mucho menos en suciedad y algas, todos los días pierdo algún barbo que acaba enredado en ellas... una pena lo de este río y lo de otros tantos, con lo que podrían ser...
EliminarMuchas veces se me pasa por la cabeza hacer algo para intentar mejorarlo, pero no se ni por dónde empezar.
¡1Saludo!
Menudo lugar maravilloso. Tengo pendientes los ibones del Pirineo. Para el año que viene. ¿Estrimer, seca, ninfa?...
ResponderEliminarHola compañero. Gracias por el apunte porque se me olvidó completamente. La mayoría cayeron a seca, concretamente hormiga de ala de foam. Vi una natural flotando y no me costó decidirme. También una emergente de ¿quironómido? funcionó. Aunque soy de la opinión de que dado que tienen 3 o 4 meses a lo sumo para comer, toman cualquier cosa bien presentada que parezca comida. ¡Saludos!
EliminarMenudo entorno que nos muestras Jorge...y vaya truchas...fantástico..
ResponderEliminarUn saludo y enhorabuena.
¡Gracias compañero!
EliminarEn situaciones de viento, suelo pescar en la orilla hacia la que se dirige este, ya que arrastra todo tipo de alimento y las truchas lo saben.
ResponderEliminarEsta vez has sacado unas truchas preciosas, que espero no sean las últimas en un entorno tan fantástico.
Saludos
Allí fue precisamente donde estaban las truchas, nunca falla. A ver si siguen allí el año que viene... Un saludo
EliminarMuy guapo, seguro que lo gozarías. Se ve un pelín de oleaje, estarían movidas.
ResponderEliminarUn saludo,
¡Hola tocayo! Una vez que me hice a la idea del viento conseguí engañar a una docena de ellas, asi que movidas si que estaban. ¡Saludos!
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