Unos días después de visitar el "paraíso perdido" mi afán exploratorio me llevó al ibón que podéis ver en la imagen superior. Salta a la vista que la belleza del enclave bien valía el esfuerzo que lleva subir hasta aquí. Eso sí, desgraciadamente ni una sola trucha movía sus aletas en estas aguas. Desgraciadamente para mí, que subí con la intención de pescar alguna de ellas, pero afortunadamente para la fauna autóctona. Y es que el ibón hervía de vida, de vida anfibia. Los tritones pirenaicos (Calotriton asper) eran los reyes de este lago donde tambíén se podían ver pequeñas ranas bermejas (Rana temporaria) y unos grandes renacuajos negros que no he podido clasificar (se agradece cualquier aportación)
Ésta es la fauna natural de los humedales elevados del Pirineo. Una fauna en peligro por muchos factores, uno de ellos la introducción de la trucha en su hábitat. Por eso, aunque no pescase, esta vez volví a casa contento de no haber visto ni un solo pez.
Saludos y buena pesca