Mostrando entradas con la etiqueta Chema Madoz. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Chema Madoz. Mostrar todas las entradas

miércoles, 5 de octubre de 2011

Chema Madoz / Poeta de la imagen


POETA DE LA IMAGEN
(Madrid, 1958)

Analizando el azaroso mapa de señales que emiten las cosas desde el lugar que ocupan en el mundo, Madoz individualiza y desordena, confronta y manipula hasta conseguir mostrar un nuevo orden, una cara oculta del sentido, una nueva verdad simbólica que resalta por impacto el desorden de la lógica. Las cosas, los objetos, situados en un nuevo lugar, desnudos del entorno natural donde realizan su función, están ante la cámara emitiendo otras señales diferentes. Convertidos en signos están ahora literalmente hablando. O mejor, son imágenes que están literariamente hablando. Porque partiendo de la estética de la semejanza y la vecindad de referentes, Madoz desplaza el sentido natural de los conceptos a otras comprensiones explotando al máximo sus capacidades simbólicas y resolviendo su discurso con figuras y tropos de honda relación con el lenguaje: analogías, metáforas, paradojas o metonimias visuales que ofrecen al espectador un juego de percepción poética y le exigen una colaboración activa.
Borja Casani




José María Rodríguez Madoz nació en Madrid en 1958. Entre 1980 y 1983, estudió Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid y al mismo tiempo cursó fotografía en el Centro de Enseñanza de la Imagen.
Como orfebre de la imagen, Madoz siempre utiliza el blanco y negro para crear sus objetos artísticos. Ajeno a la carrera sin fin que imponen las nuevas tecnologías, su lugar de trabajo se asemeja más al taller de un artesano que al estudio de un fotógrafo contemporáneo. Madoz confecciona imágenes con un ritual sencillo y con instrumentos básicos en la vida del hombre.
"Desde mi punto de vista, el blanco y negro genera un tipo de imágenes que son más abstractas, que tienen que ver más con la imaginación, con la memoria, entonces yo creo entronca muy bien con el tipo de imágenes que yo creo. También el trabajo intenta jugar con el mínimo de elementos posibles, que además en la mayoría de los casos están reducidos a la mínima expresión y, al mismo tiempo, el equipo que utilizo es mínimo: una cámara y punto. En ese sentido, la utilización del blanco y negro, por supuesto con toda la gama que tienen, supone una reducción de las posibilidades y siempre me ha parecido atractivo, que dota al trabajo de una cierta magia", explica el fotógrafo español.
En 1985 La Real Sociedad Fotográfica de Madrid decidió exponer su primera muestra individual. Tres años después la conocida Sala Minerva del Círculo de Bellas Artes (Madrid) realizó la apertura de su programación de fotografía exponiendo sus trabajos.
El propio Madoz explica así su trabajo: "En mi obra no hay un intento de marcar una postura de rebelión. En realidad pretende ver como la realidad puede ser mucho más rica de lo que nos podría parecer al primer corte de vista. Desde mis primeras imágenes aparecían las personas, pero siempre ha habido un hilo conductor con mis primeros trabajos, que quizás sí tienen una distancia formal muy fuerte con mi trabajo más reciente. El hilo conductor creo que ha sido esa aspiración a saltar de un nivel de la realidad a otro a través de pequeñas manipulaciones u alteraciones". En 1990 comenzó a desarrollar el concepto de objetos, con el cual se convirtió en un fotógrafo sumamente reconocido.
En 1991, su obra sale del país al hacer parte de la exposición Cuatro direcciones: fotografía contemporánea española,  organizada por el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Ese mismo año, recibió el premio Kodak, y dos años después, la Bolsa de Creación Artística de la Fundación Cultural Banesto. La Editorial Art-Plus de Madrid editó en 1995 su primera monografía: el libro Chema Madoz (1985 - 1995). Tres años más tarde fue la Editorial Mestizo, A. C., de Murcia quien le publicó un tomo al artista. El libro se tituló Mixtos - Chema Madoz. En 1999 el Centro Gallego de Arte Contemporánea de Santiago de Compostela muestra la exposición individual de trabajos realizados entre 1996 y 1997. A finales de ese año, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía le dedicó la exposición individual Objetos 1990 - 1999, que se configuró como la primera muestra retrospectiva que este museo dedica a un fotógrafo español en vida. En el 2000 recibió el Premio Nacional de Fotografía de España. Ese mismo año la Bienal de Houston Fotofest le reconoce como "Autor Destacado". Su obra sobrepasó fronteras llegando no sólo a la ciudad norteamericana sino también hasta el Chateau d’Eau de Toulouse (Francia).
Su última exposición incluye una amplia representación de su trabajo desde el 2000 hasta el 2005, en el que continua con su peculiar manera de crear objetos artísticos a través de una cámara. De los utensilios que utilizamos en la vida diaria —como fósforos, vasos, cucharas o relojes— crea una imagen poética. Por eso Chema Madoz es más que un fotógrafo. Es el poeta de la fotografía contemporánea española.