Truman Capote Fotografía de Richard Avedon Poster de T.A. |
FICCIONES
Harper Lee / Truman Capote era un sicópata, cariño
Casa de citas / Marcos Ordoñez / Relatos tempranos
Casa de citas / Marcos Ordoñez / Un día de trabajo
Casa de citas / Truman Capote / Sobre la felicidad
Casa de citas / Truman Capote / Tres fragmentos de "Mojave"
Casa de citas / Truman Capote / Escritores
Casa de citas / Truman Capote / Isak Dinesen
Casa de citas / Truman Capote / Soy un genio
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DE OTROS MUNDOS
Truman Capote / Citas
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Harper Lee / Truman Capote era un sicópata
Truman Capote / El látigo de Dios
Truman Capote / El talento y el látigo
Marilyn Monroe / Fantasía literaria y adorable criatura
Truman Capote, una sombra que pasa por Madrid
Muere en Los Angeles el escritor Truman Capote
Truman Capote / Un regalo de cumpleaños
Truman Capote quería terminar su libro "y luego morir"
Rosa Montero / Capote
Truman Capote / Ajuste de cuentas
Truman Capote / Arriesgarse al límite
Veinte años sin Capote
Sale a subasta el manuscrito de Summer Crossing, obra inédita de Capote
Truman Capote / Escritor vence a personaje
Hollywood rueda dos películas sobre la vida de Truman Capote
Truman Capote / La moral de los buitres
Truman Capote / El inocente y melancólico sureño
Truman Capote / Un seductor con oído paciente
El universo turbador de Truman Capote
Maruja Torres / El show de Truman
Truman Capote / Un placer fugaz / Los excesos y la fragilidad
Rosa Montero / Truman Capote se pudrió
Truman Capote para mitómanos / Una subasta
Truman Capote / La mariposa entre las flores
El nuevo show de Truman Capote
Truman Capote, el de Palafrugell
Truman Capote regresa a Palamós
A sange fría / Flores para los Clutter
Audrey Hepburn / La canción más tierna del mundo
El refugio de Truman Capote bate récord inmobiliario
Truman Capote / La ‘celebrity’ de las ‘celebrities’
Truman Capote / Treinta años después
Relatos tempranos / Truman Capote sin máscaras
Hallado un texto de Harper Lee sobre el crimen que inspiró ‘A sangre fría’
Las cenizas de Truman Capote, vendidas por cuarenta mil euros, irán de fiesta
CUENTOS
Truman Capote / Miriam
MÚSICA PARA CAMALEONES
Truman Capote / Prefacio
Truman Capote / Una hermosa criatura
Truman Capote / Una luz en la ventana
Truman Capote / Un día de trabajo
Truman Capote / Mister Jones
Truman Capote / Mojave
Truman Capote / Vueltas nocturnas
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DRAGON
Emilia Clarke / Breakfast at Tiffany´s
Elizabeth Taylor / "Eyes so liquid with life" by Truman Capote
Elizabeth Taylor / "Eyes so liquid with life" by Truman Capote
Short stories
(1924 - 1984)
Truman Streckfus Persons nació en Nueva Orleans el 30 de septiembre de 1924 y murió en Los Ángeles el 25 de agosto de 1984. Novelista estadounidense. Pese al carácter profundamente realista de su obra, combinó en sus narraciones el misterio y el refinamiento literario, poniendo de manifiesto las oscuras profundidades psicológicas del sistema norteamericano a través de caracteres inquietantes, como en el caso de A sangre fría (1966), la más famosa de sus novelas.
A los cuatro años sus padres se divorciaron y durante el resto de su niñez vivió la peripecia y la soledad del típico producto de "hogares separados" (inestabilidad o bonanza, traslados entre uno y otro progenitor), todo ello con el horizonte imperturbable de las granjas del Sur profundo y rural. Su madre se volvió a casar con un próspero hombre de negocios apellidado Capote, nombre que adoptó Truman casi de inmediato.
Truman Capote |
Escritor precoz, desde muy adolescente había comenzado a pergeñar historias para, como él mismo diría, paliar la soledad de su infancia. A los dieciocho años entra a trabajar en el New Yorker y a los veintiuno deja el periódico y publica un relato,Miriam, en la revista Mademoiselle, que atrae la atención de los críticos y es seleccionado para el volumen de cuentos del premio O'Henry de 1946.
Después del galardón y tras haber conseguido que se hablara de su estilo "gótico e introspectivo" y de la influencia de Poe en sus cuentos, Truman Capote escribe, durante dos años, Otras voces, otros ámbitos (1948). Esta novela impresionó más por su abierto planteamiento de las relaciones homosexuales que por sus verdaderos méritos literarios, y por sus reflejos autobiográficos más que por su delicada exposición de las vivencias infantiles: un niño solo, Joel, que busca a su padre en el profundo Sur y termina por elegir a un transvestido como figura paternal. En esta su primera novela, Capote fue comparado con Alain-Fournier, el autor de El gran Meaulnes, por su peculiar objetivación poética del mundo de la infancia, por su atmósfera lírica y por su exaltación de la naturaleza.
Lee Radziwill, Truman Capote y Jane Howard en 1967 Fotografía de Pierre Boulat |
Vinieron luego los años de sus viajes y de residencia en Italia, Grecia y España; visitó también la Unión Soviética. Durante la década de los cincuenta publica insuperables entrevistas en Playboy y termina una de sus novelas más deliciosas,Desayuno en Tiffany's (1958). El relato gira en torno a Holly Golightly, una joven sofisticada a quien el supuesto autor del relato (está escrito en primera persona) tuvo por vecina antes de convertirse en escritor famoso. Holly es una muchacha que vive su vida, sin tener en cuenta los convencionalismos sociales y dispuesta a conservar su libertad como sea. Le gusta vivir y vestir bien, para lo cual no tiene inconveniente en aceptar dinero de los hombres; fingiendo ser su prima, visita en la cárcel a un gangster, Sally Tomato, de quien más o menos inconscientemente hace de mensajera, y que le paga por ello 200 dólares cada semana.
En sus "horas negras", el mejor remedio que encuentra Holly "es tomar un taxi e ir a Tiffany's"; el ambiente elegante y la tranquilidad que allí se respira tienen la virtud de calmarla. Así pasa Holly por la vida, sin preocuparse por el pasado ni por el futuro; conservando un fondo de inocencia en medio de su alocada vida, que en muchos ambientes se consideraría reprobable. Al final, su amistad con el gangster le hará tropezar con la justicia y la obligará a abandonar el país, desapareciendo de la vida del autor.
Marilyn Monroe y Truman Capote |
Su interés por el periodismo y su intensa colaboración con la revista New Yorker lo acercaron a la disciplina del reportaje de investigación, lo que dio como fruto su célebre obra A sangre fría (1966), creadora del género de la non-fiction novel, que relata el caso real del asesinato de la familia Cutters, basándose en documentos policiales y el testimonio de los implicados. Por esta novela, junto a Norman Mailer y Tom Wolfe, Capote es considerado uno de los padres del new journalism (nuevo periodismo), que combina la ficción narrativa y el periodismo de reportaje, dentro de una nueva concepción de la relación entre realidad y ficción. La escritura de esta novela le llevó siete largos años y la crítica no tardó en saludarla como la novela más "dura" y significativa de la década de los sesenta.
Minuciosa reconstrucción de un crimen real (el despiadado asesinato de una familia de granjeros de Kansas), A sangre fría llegó a ser, tras su publicación, el mejor exponente de la novela-documento o novela-reportaje, y un claro ejemplo del nuevo género narrativo que diluye los límites del periodismo y la literatura. Para la realización de su novela, Capote llevó a cabo una dilatada investigación de los terribles hechos que relata y realizó numerosas entrevistas, manteniendo un estrecho contacto con los asesinos antes de ser ejecutados. Narrada con detallado realismo y una fría distancia, la novela es en un estudio incisivo de la América de su época que expone el desorden y la violencia que laten bajo una feliz apariencia de progreso y desarrollo.
A principio de los setenta, Capote comenzó a escribir la que sería su obra póstuma e inacabada, Plegarias atendidas. En 1975 publica Música para camaleones, un conjunto de relatos escritos con el magistral estilo de Capote, en los que bucea con implacable lucidez en la poesía y el horror de la vida. Capote, tal vez uno de los mayores narradores del siglo veinte norteamericano, fue un maestro en el arte de la construcción imaginativa (tanto en el relato corto, reportajes o novelas), y sobre todo un poseso de la perfección estilística. Su obra quedará al lado de las ya clásicas de Faulkner, Penn, Welty y McCullers.
EL PAÍS
1 JUN 1976
1 JUN 1976
El célebre escritor norteamericano, fue detenido el domingo por conducir bajo la influencia del alcohol. A continuación fue procesado por esta misma causa. El autor de A sangre fría, tomó a excesiva velocidad una curva cerca de su domicilio, en Nueva York y embistió a otro coche en el que viajaban cuatro personas. No hubo víctimas, pero el escritor tiene que responder ante el juez de conducir en estado de embriaguez, de no llevar permiso y de no observar la parte derecha de la calzada.
* Este articulo apareció en la edición impresa del Martes, 1 de junio de 1976
Truman Capote Fotografía de Richard Avedon Poster de T.A. |
Truman Capote murió
mientras dormía
Los Ángeles 27 AGO 1984
BARBARA CELIS
Nueva York 25 AGO 2009 - 12:35 COT
FILMOGRAFÍA
El novelista norteamericano Truman Capote fue encontrado muerto por una amiga suya que le había invitado a su casa de Los Angeles para celebrar su próximo cumpleaños. La policía local informó que Joanne Carson, ex mujer del famoso presentador de televisión Johnny Carson, halló el cuerpo sin vida del escritor en la cama de su dormitorio hacia el mediodía del sábado. Capote, que tenía 59 años de edad, solía tomar grandes dosis de tranquilizantes, lo que en varias ocasiones había provocado su hospitalización. Truman Streofkus Persons, su verdadero nombre, se declaraba abiertamente homosexual, padecía epilepsia y se confesaba alcohólico. Publicó su primera obra, Miriam, a los 20 años aunque su fama llegó con Otras voces, otros ámbitos. Su novela más conocida es A sangre fría, una dura reflexión sobre la pena de muerte.
Joanne Carson se disponía a despertarle para invitarle a tomar un baño en la piscina. La policía dijo que en la mesilla de noche había fármacos, pero se desconoce si la muerte pudo producirse como consecuencia de una sobredosis de droga. Capote, que el próximo mes de septiembre cumpliría 60 años, solía tomar grandes dosis de tranquilizantes, lo que en varias ocasiones le llevó a los hospitales para someterse a curas de desintoxicación.
Joanne Carson había invitado a Capote a pasar unos días en su casa del selecto barrio de Bel Air y estaba planeando celebrar una fiesta de cumpleaños, según declaró a la policía.Truman Streofkus Persons, verdadero nombre del escritor, que adoptó el apellido de su padrastro, cubano, se declaraba abiertamente homosexual, padecía ataques epilépticos, abusaba del Valium y se confesaba alcohólico.
Capote residía normalmente en Nueva York. "Es el único lugar que conozco que 'sea auténticamente una ciudad. Si quieres comprar un libro a las cuatro de la madrugada, lo puedes hacer", dijo en una entrevista reciente. Tenía casas en Long Island, cerca de Nueva York, Suiza y California, pero sólo amaba la ciudad de los rascacielos.
Truman Capote Fotografía de Richard Avedon |
Vivir sin complejos
El escritor, que admiraba a Marilyn Monroe, ("la bondad es Marilyn", llegó a afirmar en una ocasión) contestaba a los periodistas cuando le preguntaban sobre sus amaneramientos: "Sí, soy homosexual. ¿Y qué? Hay tantos que lo son...La vida es dura, muy dura, y si vamos a vivirla con traumas y complejos...". "Nunca traté de ocultar el hecho de que soy homosexual. ¿Par qué iba a hacerlo? Míreme, soy el prototipo del homosexual. Soy homosexual y, aunque no estoy orgulloso de ello, tampoco me avergüenzo".
Nacido en Nueva Orleans el 30 de septiembre de 1924, Truman Capote idolatraba a su padrastro, el industrial cubano José García Capote, que se pasó con su madre cuando el futuro escritor contaba cuatro años.
A los 17 años finalizó los estudios y comenzó a ejercer su verdadera vocación, la literatura. Publicó su primera obra a los 20 años, un cuento titulado Miriam (1944), y obtuvo el Premio O. Henry Memorial en los años 1946, 1948 y 1951.
Pero cuando logró la fama fue en 1948, con la publicación de Otras voces, otros ámbitos, novela a la que la crítica no recibió del todo bien. Esta obra fue escrita a lo largo de seis años, después de "vagar por las llanuras de Kansas y a punto de volverme loco.
En 1964 aparece Desayuno en Tiffany's, con la que obtuvo un resonante éxito y que fue llevada al cine. Un año más tarde publicó A sangre fría, considerada su obra maestra, que narra la historia de dos condenados a Muerte. Con ella logró más de seis millones de dólares.
Otros títulos suyos son: Answered players, Three of night, Local color, The grass Harp..., que han sido traducidas a numerosos idiomas y sólo en Estados Unidos alcanzaron más de 15 millones de ejemplares.
"Quedan tres o cuatro escritores de mi generación con vida en una carrera que siento voy a ganar", decía con soberbia en una entrevista, al autoconsiderarse el mejor entre los mejores.
Al enjuiciar a sus compañeros de profesión, Capote no se mordía nunca la lengua. Así, de Norman Mailer opinaba que "nunca fue buen novelista. Es un buen crítico literario, aunque tiene algunas estúpidas ideas". Con todo, el peor parado en sus juicios fue Hemingway al que odiaba como persona y como escritor. "Le odio todo entero. Era una engañifa. Un tipo absolutamente embebido en la idea del machismo, del supermachismo".
Truman Capote Fotografía de Arndold Newman |
Sagaz
En tiempos declaró que "la mafia literaria judía" controlaba el mundo del libro, si bien reconocía que últimamente las cosas habían cambiado.
Su sagacidad y crudo sentido del humor quedaron patentes en las numerosas entrevistas que se se realizaron. Así, al referirse a su costumbre de escribir los textos a mano, decía: "cuando envío el manuscrito al editor estoy seguro de cada palabra. Las palabras me han salvado siempre de la tristeza".
Respecto a las insinuaciones de que su obra estaba dedicada a la clase alta, contestó: "No, no soy el escritor de los ricos de Nueva York. Mi libro A sangre fría ha vendido ocho millones de ejemplares, y no creo que haya tantos ricos en Nueva York. Y si los hay, son demasiado bastos para gozar con esta literatura".
Su conocida adicción al alcohol la defendía diciendo que "todos los escritores, grandes o pequeños, son bebedores compulsivos, porque empiezan sus días totalmente en blanco, sin nada". De todas formas, la publicidad que se daba a sus poco ejemplares hábitos no le preocupaba. "Si tuviera que prestar atención a todo lo que se ha escrito sobre mí, en ese caso me habría tirado por la ventana tras la aparición de mi primer libro".
Pero si hacía gala de una gran mordacidad al referirse a los demás, no era menos generoso cuando se refería a él mismo. Sobre su escasa estatura dijo en una entrevista que "tengo el tamaño de un revólver y soy igual de ruidoso".
* Este articulo apareció en la edición impresa del Lunes, 27 de agosto de 1984
EL PAÍSTruman Capote, 1948 Foto de Irving Penn |
"Soy alcohólico. Soy drogadicto.
Soy homosexual. Soy un genio."
Truman Capote
Truman Capote Fotografía de Irving Penn |
Truman Capote
Por Juan García Ponce
La crítica a la deficiente biografía de Capote hecha por Gerald Clarke le sirve de hilo conductor a García Ponce para narrarnos la tormentosa vida del imprescindible autor de A sangre fría, quien se definió a sí mismo en una ocasión como homosexual, drogadicto, alcohólico y mala persona.
Letras Libres, septiembre de 2000
Antes que nada hay que aclarar que la investigación de Gerald Clarke debe ser tan minuciosa como todas las demás, pero su estilo es extremadamente aburrido y sus imágenes siempre pésimas; no aclaran nada, sino que dan un significado equívoco y son vulgares con la misma minuciosidad que debe tener su investigación.
Truman Capote, tan buen escritor, tiene un biógrafo que es muy mal escritor. Uno va en busca del placer literario además de los datos precisos. Es imposible no formular un último reproche a Gerald Clarke: siente un placer tan grande al mencionar nombres importantes del jet set como lo debe haber sentido Truman Capote al unirse a ellos en vez de dedicarse a su hermoso oficio. ¿Qué tiene que hacer un magnífico escritor como Capote organizando bailes de fantasía muy exclusivos? Pero en fin... tal como Joyce es Joyce y sin embargo escribe al final un libro incomprensible como Finnegans Wake, Capote, sin ser tan gran escritor, es Capote y los defectos "psicológicos" detrás de los que se encuentra su deslumbramiento por la fama social están más que justificados al repasar esta biografía.
Su madre, Lillie Mae Faulk, era una belleza suprema del Sur en su tipo. Se casa a los 16 años con un "simpático profesional", Arch Persons; queda embarazada, trata de abortar, no encuentra quien le haga el trabajo apropiado; finalmente, tiene al hijo a pesar de sus intentos por evitarlo, el 30 de septiembre de 1924, y para salir a divertirse con su marido lo deja encerrado en cuartos de hotel. Muy pronto la pareja de Lillie Mae y Arch se disuelve. Truman niño se va a vivir con tíos, tías y primos a un pequeño poblado, Monroeville, en Alabama. Ahí su vida es feliz, pero también entre los habitantes del pueblo ya empieza a ser considerado un sissi, maravillosa palabra empleada en Estados Unidos para referirse al afeminado. Hay muchas dificultades para traducirla, como siempre. ¿Sería adecuado decir mariquita? Mejor dejar la palabra en inglés. La vida feliz en un lugar chico se interrumpe cuando Lillie Mae se va a vivir a Manhattan y Truman con ella.
El joven Truman estudia en la Franklin School; no ingresa a ninguna de las universidades importantes a pesar de sus dones. En Nueva York Lillie Mae se casa con un hombre de negocios de origen cubano, Joseph García Capote. Truman adopta el segundo apellido del nuevo marido de su madre y como tal será conocido en la historia de la literatura: Truman Capote. Lillie Mae se convierte en Nina Capote. De la época colegial deben datar las primeras experienciashomosexuales de Truman Capote. Mucho más importante es el cambio en la generación joven sobre las revistas en las quepublican. No son revistas literarias sino de modas femeninas, Mademoiselle y Harper's Bazaar. Es ahí donde Capote, que había trabajado en el New Yorker sin ser considerado nunca más que un empleado de aspecto singular, publica sus primeros excepcionales cuentos, "Miriam", "Shut a final door", "The headless hawk". Uno de ellos, después de ser rechazado en Harper's Bazaar y publicado en The Atlantic Monthly, "Shut a final door", gana el Premio O. Henry. Truman Capote es muy amigo de Carson McCullers y ella es quien le sugiere ir a escribir a un lugar tranquilo donde los escritores se refugian durante un tiempo: Yadoo. Le dan a Capote un bello estudio. A pesar de su cortaestatura es un joven de excepcional belleza y vive una experiencia homosexual con otro de los asistentes a Yadoo. Ahí llega un serio profesor de literatura que es uno de los encargados de admitir a los asistentes al lugar y amigo de Carson McCullers: Newton Arvin. Como profesor es especialista en literatura americana del siglo XIX y su reputación es muy grande. Da clases en la Universidad Smith en Northampton, Massachusetts. Es feo, usa lentes, es mayor y, por supuesto, secretamente homosexual. No es difícil prever que cae prisionero de los encantos de Truman. El amante de éste se lo cede generosamente. Con su acostumbrado mal gusto Gerald Clarke nos dice: "El día que el anillo mágico se cerró —lo cual probablemente significa la primera vez que Truman y Newton hicieron el amor— fue el viernes 14 de junio". La cuestión es la frecuencia con la que desde entonces Truman quiere ir a la casa de Newton en Northampton. Para Newton la belleza de Truman es un regalo maravilloso, pero está muy acostumbrado a su soledad como profesor y estudioso. Pasan días inolvidables en la casa de Newton. Sin embargo, Truman no deja de advertir hasta qué extremo Newton rompe sus costumbres por él. La relación es intensa para los dos y al mismo tiempo conflictiva. Es un gran romance destinado al fracaso. Aunque los conocimientos de Newton son para Truman el equivalente de Yale o Harvard. Leen juntos literatura del siglo XIX. Es significativo que para Truman Moby Dick es muy aburrido. Newton ganará el National Book Award en 1957 con un libro sobre Melville precisamente. La belleza de Truman no basta para romper la costumbre a la soledad de Newton. La necesidad de verlo continuamente es casi intolerable para la pasión de Truman por ese profesor serio y poco atractivo. ¿Quién puede conocer el secreto de los gustos de cada quien? Desde luego, menos que nadie Gerald Clarke. Por otra parte los conflictos de Truman con Nina, quien ya es abiertamente alcohólica, son cada vez menos tolerables. Él deja el departamento de su madre y se va a vivir solo. Más adelante ella se suicida con una sobredosis de Seconal.
Truman Capote termina ni más ni menos que Other Voices, Other Rooms. Es una novela extremadamente decadente, la cual había empezado antes de ir a Yadoo. Su protagonista, Joel Harrison Knox, tiene que trasladarse al ámbito en el cual vive su padre: una antigua plantación ruinosa, cuando él llega. Nunca conoce a su padre, éste vive recluido en sus habitaciones, es un inválido y sólo se comunica con los demás habitantes de la casa arrojando una pelota roja cuando necesita algo. Joel Harrison Knox tiene en efecto la ocasión de conocer Other Voices, Other Rooms. (Es significativo el hecho de que la traducción argentina mejora el título. Se llama en español Otras voces, otros ámbitos. Cuando Gerald Clarke se refiere con frecuencia a ella sólo le llama Other Voices.) La novela es una novela de iniciación a la homosexualidad. Termina cuando Joel Harrison Knox obedece al llamado de Randolph, una figura casi grotesca para él al principio, pero que logra seducirlo. Other Voices, Other Rooms, publicada por Random House, fue un best-seller absoluto a pesar de su tema, atrevido para esa época. Random House publicó los cuentos de Truman Capote con el título de A Tree of Night. Ya es un escritor famoso y también una figura que no disimula sino acentúa su homosexualidad. En la contraportada de la edición de Other Voices, Other Rooms aparece la famosa fotografía tomada por otro homosexual, Harold Halma, donde se muestra todo su ambiguo atractivo y su belleza.
Pero al contrario que a Beckett, por ejemplo, a Truman Capote no le interesa la buena pintura, la buena música, sino los lugares frívolos famosos. Siendo ya rico viaja a París y es sorprendente su desapego por las bellezas artísticas de la ciudad y su interés por todo lo banal. Así, visita sólo los cafés famosos y a los escritores conocidos por su reputación escandalosa. La estrella para él, por ejemplo, es Jean Cocteau. Conserva siempre el regalo de Colette, una rosa blanca encristalada, que usa como pisapapeles. A su regreso cambia de amante. Su elección ya no es un feo profesor sino un bailarín del coro en una comedia musical: Jack Dunphy. Lo conservará muchísimo tiempo, aunque para ninguno de los dos la fidelidad es un requisito indispensable. Viajan por Italia principalmente, se establecen en pequeños poblados del sur que son favorecidos por homosexuales de todo el mundo. Jack Dunphy hasta se vuelve escritor. Hay que decir que los dos trabajan toda la mañana, lo cual no impide que Truman se haga íntimo de un árbitro de elegancias homosexuales: Cecil Beaton. La siguiente novela de Truman Capote es The Grass Harp. Sus novelas son cortas. Esta es considerada unánimemente en Random House, con Bennett Cerf a la cabeza, quien siempre fue amigo y protector de William Faulkner, como una obra frustrada. Capote se empeña en publicarla. Tiene un éxito absoluto.
No obstante, también señala el principio de una época desafortunada como escritor para Truman Capote: sus aventuras teatrales. The Grass Harpes adaptada para teatro por él mismo y la escenografía —un árbol descomunal que ocupa todo el escenario— es de Cecil Beaton. Después un viaje a Haití le inspira la creación de una comedia musical con puros negros. La música es de Harold Arlen. Yo no la vi, sólo conozco las magníficas canciones. Pero la obra, House of Flowers, es un fracaso. No sé por qué, no sé por qué. No hay que discutir con los críticos.
Capote escribe después la que para mí es la más seductora de sus novelas: Breakfast at Tiffany's: personajes adorables, mezcla de humor y nostalgia, ambiente preciso, prosa deslumbrante. Es un maestro tan dueño de su oficio que el New Yorker lo comisiona para cubrir todos los acontecimientos considerados importantes; también adapta películas. En este terreno uno de sus logros definitivos es Beat the Devil, dirigida por John Huston, actuada por Humphrey Bogart, Jennifer Jones, Gina Lollobrigida, Peter Lorre, y filmada en algún lugar de Italia. Los relatos y las fotografías existentes sobre esta filmación nos muestran que debe haber sido una diversión formidable para todos, gracias sobre todo a Truman Capote, quien empieza por cambiar por completo el guión convirtiéndolo en una sutil comedia. Al acabar la filmación, John Huston le dice a Jennifer Jones, quien acaba de ser premiada por The Song ofBernardette: "Amor mío, si vas a ser recordada por algo, es por esta película". La película, por supuesto, no es muy apreciada en su momento por los críticos: es una obra maestra.
Sigue el principio del desastre, o sea, el mayor éxito aparentemente. Truman Capote se entera de un crimen cometido en Holcomb, Kansas, donde un próspero agricultor, su mujer y sus dos hijos han sido asesinados "a sangre fría", y decide trasladarse ahí en compañía de Nelle Harper Lee, autora del best-seller con el hermoso título To Kill a Mockingbird. Su primer éxito es ganarse la confianza de todo el pueblo a pesar de su figura singular y su voz chillona. Se hace amigo de Alvin Dewey, el policía del pueblo, quien hasta entonces había llevado una vida tan apacible como el pueblo mismo y ahora tiene que resolver el inexplicable asesinato de la familia Clutter. También se hace querer y estimar por el pueblo en general. Es un fenómeno difícil de explicar e indiscutible. Sin él la novela sin ficción, como la califica el mismo Capote, no hubiera sido posible. Son los recursos secretos de un gran artista que al mismo tiempo se propone ser un reportero atenido a los datos reales. El resto es de sobra conocido: In Cold Blood es un éxito excepcional. Sin embargo el precio... Los dos asesinos son localizados y aprehendidos. Sus nombres son Dick Hickock y Perry Smith. Se inicia el juicio y son condenados a muerte. Hay un dato definitivo en el hecho de escribir una novela sin ficción: para ello hay que esperar que la historia termine con la ejecución de la sentencia y Dick Hickock y Perry Smith apelan una y otra vez, de tal modo que el carácter final de la sentencia se prolonga, se prolonga y la novela no puede ser terminada y publicada. Truman Capote tiene todo escrito menos ese final que sólo debe consistir en unos cuantos párrafos. Está seguro de que ha escrito un best-seller definitivo y no obstante no puede publicarlo. Su exasperación ante las continuas apelaciones exitosas es total y al mismo tiempo encierra una dolorosa ambigüedad: se ha hecho íntimo amigo de los dos asesinos. No es extraño, la vida de Truman Capote a pesar de sus éxitos como novelista es tan ambigua, infeliz al principio y tan fuera del orden establecido como la de los asesinos. Después de todo Perry Smith y Dick Hickock están más cerca de Truman Capote que los Clutter. Las apelaciones terminan al fin. Los asesinos, cuyo propósito inicial fraguado en una prisión fue cometer un robo y que muy pronto se dan cuenta de que Herbert Clutter no tiene ningún dinero en efectivo en su casa y lo que los lleva a cometer el crimen es más que nada la frustración y el miedo, son ahorcados. Truman Capote presencia la ejecución. Antes ha hablado a solas con ellos y las palabras finales de Perry son patéticas. Él dice que ya es demasiado tarde para arrepentirse pero que está contra la pena de muerte y que todo podía haber sido diferente. En el fondo Truman Capote nunca se repone de la escena de la que ha sido testigo, llorando sin cesar. Ahora In Cold Blood ya puede ser concluida y convertirse en el best-seller que finalmente fue. Es un éxito manchado por una contradicción secreta. Para lograr el éxito total de In Cold Blood (título reprochado con amargura por Perry Smith cuando se entera de él) Truman Capote debe escribir una escena que ofrece un supuesto final feliz en el que se encuentran en el cementerio Alvin Dewey y la íntima amiga de Nancy Clutter, mediante la cual se sugiere que la vida sigue a pesar de todo en vez de terminar con la terrible ejecución de la sentencia, con lo cual la obra hubiese resultado demasiado negra.
¿La vida sigue para Truman Capote? Los elogios son tan unánimes y entusiastas como para satisfacer a cualquiera. Capote no sólo es un excepcional escritor, sino que ha encontrado una nueva forma de arte: la novela sin ficción. Nosotros podemos afirmar que las novelas contemporáneas tienen muy poca ficción, pero esto es muy diferente a la creación de un nuevo género en el que se parte del hecho de que nada en ella es ficticio. Claro, está el muy poco probable encuentro en el cementerio de Alvin Dewey y la amiga de Nancy Clutter, pero ¿quién puede probar esto? La forma elegida por Truman Capote tiene un enorme éxito comercial, tan grande que algunos académicos lo toman como un motivo para negarle el debido reconocimiento. Truman Capote lo resiente. Newton Arvin había obtenido el National Book Award con su libro sobre Melville; Norman Mailer, quien había calificado a In Cold Blood como una renuncia a la imaginación creadora, poco después recibe el National Book Award con una novela sin ficción que imita el método descubierto por Truman Capote: The Armies of the Night. Truman Capote puede considerar que el lugar más importante de Venecia es el Harry's Bar, puede afirmar que las visitas a monumentos arqueológicos durante los viajes en yate a los que lo invitan sus amigos ricos son un tedio y él prefiere quedarse en el yate; pero, en tanto escritor, los reconocimientos académicos se pueden desear. In Cold Blood es una obra maestra, el hecho de que sea también comercial no es un defecto; al contrario, Shakespeare también es comercial.
En cambio, sí es un defecto de carácter dedicarse a hacer un baile de máscaras muy original y costoso, así como gustar tanto de los ricos. Truman Capote hasta se ocupa de los méritos de las mujeres con belleza y éxito social, a las que él llama "cisnes". Pero los ricos son un clan muy poderoso. Cuando Truman Capote cae de su gracia publicando en Esquire cuatro capítulos de su próxima novela, especialmente uno de ellos, cuya acción transcurre en un restaurante famoso llamado La Cote Basque, cierran filas en contra de quien habían aceptado en su clan. El rechazo es unánime, Capote no es alguien digno de confianza. Él trata de justificarse: Answered Prayers, su futura novela de la cual esos son los primeros capítulos, va a ser el equivalente de En busca del tiempo perdido, y los escritores no son confiables. Pero si no son confiables tienen que pagar el precio por no serlo. Y para Capote ese precio es demasiado alto también. A su muerte no se encontrarán más que los tres capítulos publicados en Esquire de Answered Prayers. El En busca del tiempo perdido de Truman Capote no existe, cuando sus editores pensaban que iba a ser un éxito incomparable y muy probablemente lo hubiese sido. Por otro lado la vida personal de Truman Capote empieza a mostrar la crueldad de la realidad en vez de la bondad de la ficción. Parece un horror semejante al de la muerte de Dick Hickock y Perry Smith. Él había tratado de hacer una estrella de Lee Radziwill y fracasado en su intento. Cuando la publicación de "La Cote Basque", perfectamente reconocibles aunque los nombres estén cambiados, aparecen tanto Lee Radziwill como su hermana Jacqueline Bouvier, o sea Jacqueline Kennedy y muchos, muchos otros más, igualmente reconocibles y en situaciones ridículas muchos de ellos. Lee Radziwill se suma al rechazo de todos los que aparecen en el capítulo y cuando Truman Capote tiene un pleito judicial con Gore Vidal, homosexual también y que en su juventud había sido muy amigo de Truman Capote junto con Tennessee Williams, los califica a los dos de fags, término insultante y despreciativo que equivale en español a "jotos". Truman Capote siente una ira profunda. Pero eso no es todo. Jack Dunphy vive ya casi definitivamente en la casa, propiedad de Truman Capote, en Suiza. Él tiene sucesivamente dos amantes de los que siempre presume que antes no eran homosexuales, sin tener en cuenta que en el instante en que se convierten en sus amantes ya son homosexuales. Como de costumbre trata de guiar sus vidas llevándolos a un éxito, a ellos y a sus familias, que no pueden alcanzar. Fracasa en sus intentos y en cambio ya es un absoluto alcohólico y drogadicto. Lo que no deja de ser nunca es buen escritor.
Su último libro, Music for Chamaleons, es muy original y vuelve a ser un best-seller total. Está formado por seis cuentos, una supuesta novela sin ficción titulada A Nonfiction Account of an American Crime y que es totalmente ficción y siete entrevistas tan buenas como el resto del libro y entre las cuales se incluye una maravillosa recreación de un día pasado con Marilyn Monroe posterior a su suicidio titulada "A Beautiful Child". Después, como culminación de su vida privada desastrosa, Truman Capote muere en Los Ángeles arrullado en un sillón por Joanne Carson.
Escribir sobre la vida de escritores pretendiendo poseer una realidad tan minuciosa que incluye detalles imposibles de conocer personalmente es tal vez una tarea condenada al fracaso, pero eso no impide que la habilidad literaria de algunos biógrafos haga verdadero hasta lo que tal vez no lo sea. Las pretensiones de otros han despertado a su vez mi propio demonio literario hasta el punto de que mi único deseo ha sido ignorarlos. Asumo esta culpa. La necesidad de hacer positivo hasta lo negativo me ha llevado asimismo a imaginar acciones sin una base definitivamente confiable y en otras ocasiones, en fin, la simpatía despertada por alguno de los biografiados me ha hecho vencer hasta mis antipatías literarias o, podríamos decir en términos más académicos, hasta mis negaciones literarias.Todo esto forma un conjunto. En última instancia, esta suma de lecturas de biografías forma un laberinto en el que se muestran mis propios gustos; este laberinto no es mi biografía, pero debería serlo. Creo en la acción realizada por Marcel Proust: para recuperar el tiempo hay que salirse del tiempo y entrar al de la literatura. Vicios, manías, afinidades, desacuerdos, respetos e irresponsabilidades se mezclan en este laberinto. Ya lo dijo Borges en El hacedor: "[...] ese paciente laberinto de líneas traza la imagen de su cara".
Manuscrito hallado en Brooklyn
JAVIER APARICIO MAYDEU
18 MAR 2006
18 MAR 2006
TODO EN CAPOTE se tiñe de un modo u otro de literatura. Desde su sórdida infancia de David Copperfield sureño al descubrimiento de su valiosa ópera prima póstuma en 2004, Crucero de verano, en la que ya trabajaba mucho antes de redactar Otras voces, otros ámbitos (1948) y que cumple con el viejo tópico cervantino y gótico del "manuscrito hallado". Al marcharse de Brooklyn, quiso Capote que todo se arrojara a la basura, pero un listillo se lo guardó. ¿Un nuevo caso de aquellos "testamentos traicionados" a los que dedicó un libro Milan Kundera quejándose del apremio con el que albaceas, fiduciarios y parientes se avienen a sacar a la luz textos que sus autores condenaron al olvido? "Querido Max [Brod]: Mi testamento será muy sencillo, mi ruego de que lo quemes todo", escribe Kafka en 1921. Hacia 1951, Vera Nabokov salvó del fuego los borradores de Lolita que Vladímir quiso destruir. Caso Capote: a su íntimo Jack Dunphy Crucero de verano no le gustó. "Opinaba que era tenue, adjetivo que hace que un estremecimiento recorra la espina dorsal de cualquier escritor. Truman dijo: 'Pensaba que estaba bien escrita y que había buena prosa, pero no acababa de gustarme. Así que lo rompí". Y está bien escrita. Grady McNeil, esa nínfula nabokoviana que recorre sus páginas, libérrima y adinerada lolita en Manhattan, es el prototipo de la futura protagonista de Desayuno en Tiffany's (1958), Holly Golightly. Cuento de hadas neoyorquino, el relato nace iluminado por el amor adolescente y va oscureciéndose a medida que la oscura virilidad de Clyde, la sombra de la tragedia, trunca una Arcadia perversa. De repente, el último verano.
Aquí están ya sus brillantes comparaciones poéticas, el arte de la insinuación y esas precisas frases de relojero del Capote de los cuentos de Un árbol de noche (1949) y de sus novelas de madurez: "Al despertar se lo imaginaba en la orilla del lago, plantado entre los juncos como un pájaro del alba", frágil pompa de jabón que la frase siguiente revienta de golpe, "vamos, enciéndeme un pitillo", como si el narrador regresase a la trama después de disfrutar del estilo, que Capote vio siempre como la única religión verdadera.
* Este articulo apareció en la edición impresa del Sábado, 18 de marzo de 2006
Truman Capote Fotografía de Richard Avedon |
25 años sin Truman Capote
Se cumple un cuarto de siglo de la muerte del padre de la novela de no ficción
BARBARA CELIS
Nueva York 25 AGO 2009 - 12:35 COT
"Sagaz,
amable, divertido y extremadamente cariñoso. Pero bajo los efectos del alcohol
su agresividad se disparaba, mordía". Así describió el fotógrafo Richard
Avedon a uno de sus mejores amigos, el escritor estadounidense Truman Capote,
con quien colaboró en el reportaje del que después nacería un libro sin el que
es imposible entender la literatura o el periodismo actual, A sangre fría. Hoy se conmemora el 25 aniversario de la
muerte de este escritor extremo, polémico y genial que con aquel título abrió las
puertas de lo que se llamaría la novela de no ficción, uno de los géneros
quizás más exitosos de la actualidad.
Falleció
en Los Angeles mientras dormía a los 59 años, víctima de una flebitis y con
múltiples sustancias tóxicas en su cuerpo. Fue un final triste para un hombre
que había alcanzado fama internacional en 1965 con la publicación de A Sangre fría y que tras aquel triunfo no
consiguió volver a escribir practicamente nada relevante en dos décadas.
Antes
de la publicación de aquel libro Capote ya era un conocido escritor no
excesivamente prolífico pero al que títulos como Desayuno en Tiffanys y múltiples relatos cortos le
hicieron ganarse la admiración de sus contemporáneos. Su estilo hizo que
autores como Norman Mailer le definieran como "el escritor más perfecto de
mi generación".
Además
de su talento como escritor, Capote tenía fama de ser un conversador
excepcionalmente entretenido, por lo que tanto la intelectualidad neoyorquina
como las celebridades más frívolas de la época se lo rifaban para que acudiera
a los eventos. Sin duda eran otros tiempos puesto lo que hoy se busca es la
compañía de personajes huecos como Lindsay Lohan o Paris Hilton. Aunque, al
igual que esas famosas de la actualidad, Capote también acabó ahogándose en su
propio éxito y fue carne de revista rosa que explotó sus debilidades
alcohólicas hasta el final.
Según
contaba Philipp Seymour Hoffman, quien le interpretó en la oscarizada
película Capote hace cuatro años, "era un hombre que
no tenía poder sobre sus propios demonios. Pero eso no es una excusa. Hizo
cosas que tienen que ser criticadas. Pero tenía algo que le impedía superar sus
propias compulsiones y eso acabó con él". Aquel filme se centraba en la
historia que rodeó la construcción y publicación de A sangre fría, un libro que originalmente nació como un
reportaje de investigación para la revista The New Yorker. El sangriento
asesinato de una familia en un paraje de la América profunda fue el punto de
partida para una historia que llevó a Capote hasta Holcomb (Kansas), donde su
carácter extravagante y su homosexualidad explícita le hicieron en un primer
momento, ser rechazado por los habitantes del pueblo.
No
obstante, su perseverancia y su encanto personal le ayudaron a ganarse su
confianza y así pudo comenzar a escribir una historia en torno al crimen y sus
consecuencias en la que incluyó las miradas de los habitantes Holcomb y que dio
un giro radical cuando los asesinos fueron arrestados. Ahí fue cuando decidió
que el relato podría convertirse en libro. Capote optó por hacerse amigo de uno
de los asesinos, Perry Smith, para poder incluir en su libro también su punto
de vista y cuando tuvo todo el material listo, se alejó de él y le abandonó a
su suerte, esperando con ansiedad a que fuera ejecutado para poder publicar su novela.
Esa larga espera de seis años pudo con él, según sus contemporáneos.
Capote
había nacido en Nueva Orleans y su infancia estuvo marcada por la soledad. Sus
padres se divorciaron cuando apenas tenía cuatro años y fue criado por
parientes lejanos hasta que a los 11 años se mudó a Nueva York con su madre y
su padrastro, de quien tomó su apellido. Se refugió pronto en la escritura y
con veinte años ya estaba publicando sus relatos en revistas como Harper's Bazaar oThe Atlantic Monthly.
Su primera novela fue Other voices, other rooms,
un éxito de crítica que le dio fama instántanea en 1948. Ahí comenzaron sus
años de gloria con colaboraciones en Broadway y en Hollywood y otros éxitos
sonados como Desayuno en Tiffany's. No obstante
fue A sangre fría la novela que puso el broche a una
trayectoría que sin embargo, cayó en picado tras aquel libro. Se volvió
alcohólico y las noticias sobre sus entradas y salidas de las clínicas de
rehabilitación sustituyeron a las relacionadas con su obra, que pasó a ser casi
inexistente.
Curiosamente,
más de 20 años después de su muerte, se descubrió la existencia de su primera
novela, Summer Crossing, nunca publicada, y cuyo manuscrito se
creía perdido. Se editó en 2006 y fue muy bien recibida por la crítica.
120 testimonios forman la biografía deTruman Capote
George Plimpton sostiene en su libro que el éxito de la obra maestra 'A sangre fría' acabó con el escritor
Javier Valenzuela
Washington, 4 de enero de 1998
, Su obra maestra, A sangre fría, mató a Truman Capote literariamente y, en cierto sentido, también física y espiritualmente. Capote jamás volvió a terminar una novela larga y se sumergió para siempre en sus viejos amigos: el alcohol, la droga, el cotilleo y la promiscuidad. El relato de esa decadencia, pero también el del ascenso y el cenit del escritor, está minuciosamente detallado por George Plimpton en Truman Capote, una biografía oral que ha ido acogida con un nutrido aplauso por la crítica de Estados Unidos. La novedad del libro reside en que ha sido compuesto casi exclusivamente con los testimonios de cerca de 120 personas que conocieron al escritor. Un puzzle que traza el complejo perfil de este escritor que fue, él mismo, un personaje de novela.
El recién publicado Truman Capote, que lleva como subtítulo 'Donde varios amigos, enemigos, conocidos y detractores recuerdan su turbulenta carrera', supone en sí una novedad formal: lo que Plimpton denomina "biografía oral. La vida, obra y milagros de Capote están contados a través de unos 120 testimonios en primera persona recogidos por Plimpton. Jamás se escucha la voz del biógrafo, que se limita a engarzar con hilo invisible las de sus testigos. "Con su coro fantasmal, este libro", escribe James Wolcott en Vanity Fair, "es tanto una tertulia como un funeral''."Tras las ejecuciones [las de Dick Hickock y Perry Smith, los dos criminales que protagonizan A sangre fría], me senté al lado de Truman en el avión que le devolvía a Nueva York", cuenta en el libro Joe Fox, el editor de Capote en Random House. "Truman", prosigue, "cogió mi mano y lloró durante todo el viaje, y fue un viaje muy largo".
Y es que Capote se había metido en una trampa terrible. "No podré publicar el libro hasta que sean ejecutados", le confesó en 1963 al compositor Ned Rorem. Su carrera como escritor necesitaba que se cumpliera la condena, que Hickock y Smith fueran ahorcados. Pero al mismo tiempo le horrorizaba que la justicia exterminara a sangre fría a aquellos dos hombres, en especial a Smith, del que se había enamorado durante sus muchas entrevistas en el corredor de la muerte. Esa contradicción terminó por destruir su frágil equilibrio psíquico.
Nacido para ser estrella
"Capote nació para ser una estrella; su triunfo particular fue que él mismo terminó siendo su más controvertida y memorable creación", escribe Llyod Rose en su crítica de la biografía de Plimpton para The Washington Post. Nacido en 1924, en Nueva Orleans, criado en un pueblo de Alabama, neoyorquino de adopción y gran viajero, Capote fue, como subrayan las críticas periodísticas y los programas de televisión que está suscitando la salida de su biografía, no sólo uno de los mejores escritores norteamericanos del siglo, sino todo un personaje.A los siete años, recuerdan sus primos, Capote ya escribía cuentos y organizaba las mejores fiestas de cumpleaños y carnavales de Halloween de todo Alabama. Más tarde, pero aún muy joven, se trasladó a Nueva York y comenzó a publicar relatos cortos en revistas como The New Yorker y Harper Baiaar.
En 1948, su primera novela, Otras voces, otros ámbitos, fue un éxito inmediato. El texto provocó casi tanta polémica como la foto de contraportada, en la que Capote, homosexual militante, posaba afectadamente como una especie de Lolita.
Capote, de talla pequeña, voz, atiplada, calor sureño e ironía neoyorquina, se convirtió en el enfant terrible, el golden boy, de la alta sociedad. A los hombres les encantaba escuchar a aquel tipo divertido e irritante que era tanto un encantador de serpientes como una serpiente venenosa; para las mujeres tenía un oído paciente y atento que les llevaba a contarle sus más íntimos secretos de alcoba.
Marilyn Monroe fue una de las amigas que le hicieron toda suerte de confidencias. Tras su muerte, Capote le consagró esa joya del retrato periodístico llamada Una adorable criatura.
Tras los éxitos de la novela Desayuno en Tiffany's. el ácido retrato de Marlon Brando para The Neis, Yorker y los textos de un libro de fotos de Richard Avedon, Capote, en 1959, a los 35 años de edad, necesitaba un renacimiento literario.
Al leer el suelto de The New York Times sobre el brutal exterminio de una familia de Holcomb (Kansas) a cambio de un botín de 40 dólares, Truman Capote propuso a la revista The New Yorker ir allí y escribir un reportaje. El trabajo comenzó en 1959 y terminó en 1965, los seis años que fueron necesarios para que Dick Hickock y Perry Smith, los autores del crimen, fueran detenidos, juzgados, condenados a muerte y ahorcados. Invitado por Hickock y Smith, Capote fue testigo ocular de las ejecuciones en una prisión de Kansas.
En 1965, tras seis años de trabajo y haber asistido personalmente a las ejecuciones de Smith e Hickcok, Capote alumbró A sangre fría. "Aquello", recuerda Vanity Fair, ''fue para la literatura lo que la beatlemanía para la música". A sangre fría apareció primero en cuatro ediciones consecutivas de la revista The New Yorker -agotadas antes de ponerse a la venta- y luego como libro, en Random House. Los lectores estaban no sólo ante uno de las mejores inmersiones de todos los tiempos en las sórdidas profundidades del sueño americano, sino ante una revolución literaria.
Capote se proclamaba inventor de la "novela de no ficción", un largo texto escrito con las técnicas de la ficción literaria, pero a partir de hechos reales y de una investigación periodística. No era rigurosamente exacto: el mejor periodismo venía usando desde sus comienzos los recursos técnicos del relato corto y la novela para sus reportajes. Pero A sangre fría dio la bendición a esa tendencia, se convirtió en la biblia de un estilo de contar la realidad que Tom Wolfe llamó "nuevo periodismo".
A sangre fría convirtió a Capote en una superestrella y terminó con él. Muchos de los testigos que hablan en la biografía de Plimpton dicen que la experiencia de las ejecuciones de Kansas reventó su alma; algunos, que la gloria y la fama obtenidas por el libro le provocaron una embriaguez definitiva; otros aseguran que se quedó literariamente seco.
Baile en blanco y negro
En 1966, Capote organizó en Nueva York su famoso "baile en blanco y negro", en homenaje a Katharine Graham, la editora del Washington Post. Fue el Woodstock de la alta sociedad: ricos y famosos se dieron de bofetadas por conseguir una invitación. Capote estaba en la cima, pero a partir de ahí sólo podía bajar.¿Cómo podía superar el bombazo de A sangre fría? ¿Creando otro nuevo género literario, descubriendo un remedio para el cáncer, presentándose a la presidencia de Estados Unidos? Incapaz de encontrar una salida, Capote se dio de lleno a la vida nocturna.
A todo aquel que le encontraba, borracho y drogado, en la discoteca neoyorquina Studio 54 le decía que estaba preparando una nueva obra maestra. A mediados de los setenta publicó sus tres primeros capítulos, en Esquire. Era Plegarias atendidas -un título, según Capote, sacado de una cita de santa Teresa de Ávila-, y pretendía ser el nuevo En busca del tiempo perdido.
A todo aquel que le encontraba, borracho y drogado, en la discoteca neoyorquina Studio 54 le decía que estaba preparando una nueva obra maestra. A mediados de los setenta publicó sus tres primeros capítulos, en Esquire. Era Plegarias atendidas -un título, según Capote, sacado de una cita de santa Teresa de Ávila-, y pretendía ser el nuevo En busca del tiempo perdido.
Pero lo que sus amigos retuvieron era que lo que el protagonista de la historia -el masajista y prostituto P. B. Jones- contaba eran los cotilleos de la alta sociedad neoyorquina, en particular los asuntos de cama. Y ello sin apenas ocultar las identidades de los protagonistas. Capote se convirtió en un paria. Su estrella terminó explotando en un agujero negro. Sus últimos años fueron patéticos. Falleció en la casa de una amiga de Los Ángeles, en 1984.
* Este articulo apareció en la edición impresa del Domingo, 4 de enero de 1998
Truman Capote Foto de Irving Penn |
Capote: las cartas boca arriba
TRES NUEVOS LIBROS
Javier Aparicio Maydeu
18 de marzo de 2006
El autor de A sangre fría, que ha inspirado una reciente película, irrumpe con tres libros. Se trata de una biografía, una obra con su correspondencia y Crucero de verano, una novela publicada ahora pero escrita en su juventud.
La prodigiosa reencarnación de Truman Capote (1924-1984) en el oscarizado Philip S. Hoffman ventila los años consagrados a la redacción de A sangre fría(1966) por un jactancioso, brillante, histriónico y antojadizo escritor gay de moral distraída e incontables máscaras cuya vida, hecha de pequeños equívocos sin importancia y una inmensa hoguera de las vanidades, alcanzaba su punto álgido. Quienes deseen completar el retrato del genio, acérquense a la célebre biografía novelada de Gerald Clarke de 1988, cuya traducción reedita Ediciones B con ocasión de la película, y al esmerado volumen de correspondencia que editó el propio Clarke (Too Brief a Treat, Random House, Nueva York, 2004) y que ahora ha traducido Lumen. El lector descubrirá sin duda al glamuroso cosmopolita que vive en Francia, la Costa Brava (España, "un país raro de por sí"), Grecia o Venecia, codeándose con los Agnelli de la Fiat, Orson Welles, la divina Garbo o Christian Dior, coronado "Grand Seigneur de Sicilia", esponja de martinis secos en el Harry's Bar y estrella del firmamento social que aspira en cuerpo y alma a no ser fugaz. Fue el enano que quiso subirse a hombros de gigantes ("cuanto más hablaba Truman, más nervioso se ponía Faulkner"), presumiendo de conocer a Gide y de contar con la amistad de Tennessee Williams, Paul Bowles o Saroyan, de habitar como un fetichista la hermosa casa de Taormina en la que D. H. Lawrence escribió El amante de Lady Chatterley, de ejercitarse en la crónica rosa a costa del nuevo vrai amour de Dylan Thomas y del "fulgor sexual" de la Monroe, de pasarlo en grande pergeñando un perverso juego de salón que encadena affaires hasta relacionar a Cab Calloway con Hitler, de abordar elQueen Mary con veinticinco maletas, dos perros, una gata y un amigo, de asistir a una fiesta de Gallimard en su honor, en fin, de ser carne de Vogue y emplear todas las palabras del Webster a excepción de "tedio".
Con todo, más que al personaje legendario en que quiso convertirse o al mago de la mundanidad, la biografía y las cartas revelan al cuidadoso escritor profesional que siempre fue. Redacta personalmente su biografía para la solapa de Otras voces, otros ámbitos (y poco menos que se la inventa como si compusiese un relato), cree en el arte más allá del oficio ("el mundo está loco, y lo único cuerdo está en el arte", "ser artista es como un acto de fe; no reporta nada salvo la satisfacción del arte mismo"), juega al pastiche de un relato gótico de Carson McCullers en una carta a su editor, pide una beca Guggenheim apadrinado por E. M. Forster, sugiere a su editor que Isherwood podría ser el crítico ideal para reseñar su último libro, piensa en denunciar a los productores del musical Guys & Dolls por plagio de uno de sus textos, negociaroyalties y anticipos con editores y revistas como Esquire o Harper's Bazaar,elabora su canon de bolsillo (Dinesen, Bowles, Hemingway, malgré tout, "también aprecio mucho a buen número de escritores horribles: Agatha Christie, Fleming...") para ayudar a un joven escritor al que le aconseja "escribir sobre lo que conoces", "no creer que la buena escritura es la más vistosa" y "aprender areescribir las cosas. A pulirlas" y, orgulloso, se queja de que Random no haya incluido sus Selected Writings en la prestigiosa Modern Library, cuando en cambio ha aceptado autores como Salinger o Mailer que ni siquiera corresponden a su catálogo. Las cartas y la escrupulosa biografía de Clarke dibujan claramente la espiral de vanidad y dependencia emocional en la que Capote quedó atrapado para siempre, en detrimento de su inacabable talento literario. A sangre fría, ese as que se sacó de la manga inventándose la novela de no-ficción, lo convirtió en un mito. Plegarias atendidas (1986), su caída en la tentación de desvelar los secretos del establishment que lo aupó a la cumbre, en un guiñapo conservado en alcohol
Truman Capote. La biografía definitiva. Gerald Clarke. Traducción de Víctor Pozanco. Ediciones B. Barcelona, 2006. 623 páginas. 21 euros. Un placer fugaz. Correspondencia. Truman Capote.Traducción de Jaume Bonfill. Lumen. Barcelona, 2006. 740 páginas. 22 euros.
* Este articulo apareció en la edición impresa del Sábado, 18 de marzo de 2006
TRUMAN CAPOTE EN EL CINE
En 2005 se realiza la película Capote, bajo la dirección de Bennet Miller, en la cual se narra el período de su vida transcurrido durante la investigación de su libro A sangre fría, sobre el asesinato de una familia en Kansas, y cómo el escritor desarrolla una estrecha relación con Perry Smith, uno de los asesinos. Philip Seymour Hoffman ganó el premio Óscar por su interpretación de Truman Capote. La película tuvo, además, cuatro nominaciones: Mejor película, Mejor director, Mejor actriz de reparto y Mejor guion adaptado.
En 2006 se estrena Infamous (en España, bajo el título Historia de un Crimen), donde actúan: Toby Jones, como Capote; Sigourney Weaver, en el papel de Babe Paley, y Sandra Bullock como Harper Lee. Se trata de una adaptación de la novela de George Plimpton Capote: In Which Various Friends, Enemies, Acquaintances and Detractors Recall His Turbulent Career (1997). El guionista y director Douglas McGrath ofrece un contraste entre el Capote en Kansas y sus aventuras posteriores en medio de la alta sociedad neoyorquina.
No hay que entregarles el corazón a los seres salvajes: cuanto más se lo entregas, más fuertes se hacen. Hasta que se sienten lo suficientemente fuertes para huir al bosque. O subirse volando a un árbol. Y luego a otro árbol más alto. Y luego al cielo. Así terminará usted, Mr. Bell, si se entrega a alguna criatura salvaje. Terminará con la mirada fija en el cielo.
Truman Capote
En Europa son raros los novelistas o dramaturgos que escriben guiones de cine. En Estados Unidos son menos raros, y la paradoja hay que buscarla en el hecho de que el cine europeo es, pese a esta circunstancia, más proclive que el norteamericano a acercar la literatura a la pantalla.TrumanCapote fue de una estirpe de escritores norteamericanos no sólo impregnados de cine en cuanto tales escritores, sino también involucrados profesionalmente por la escritura cinematográfica considerada en sí misma.
La literatura de todos ellos tienen que ver con el cine, muchas de sus obras fueron convertidas en películas; pero es que, además, escribieron con todo rigor y humildad guiones de cine, a veces de manera anónima, y esto no siempre resulta fácil para un literato puro, ya que se ve obligado en esta tarea a desterrar su tentación de estilo. Capote era de los pocos de su especie que poseían esa facilidad de desdoblamiento. Alguno de sus relatos fueron llevados al cine -recordemos Desayuno con diamantes, una buena comedia de Blake Edwards, y A sangre fría, excelente filme, mezcla de documento social y de relato negro, de Richard Brooks- y ambas novelas, leídas en libro, llaman por sí solas a la puerta de la pantalla. Los relatos literarios más puros de Truman Capote llevan el cine en la sangre.
Intervino Capote como guionista en dos buenas películas: Beat the devil, de John Huston, y Suspense, de Jack Clayton. Especialmente en el segundo su aportación fue decisiva, y esto es mucho decir, porque si bien la película es sólo aceptable tirando a buena, el soporte literario aportado por Capote es de calidades poco comunes, que hay que situar cerca de la perfección.
Un trabajo exigente
El enfoque cinematográfico que Capote dio al relato de Henry James Otra vuelta al tornillo es impecable y su desarrollo está lleno de conocimiento del medio. Jack Clayton, que tradujo a imágenes este guión con mucho y buen oficio, deterioró en parte el exigente trabajo de Capote con algunas fáciles incursiones, al final del filme, en un barroquismo de juegos fotográficos y sonoros pasados de rosca. Pero la película se salva porque tras estos excesos hay un guión de alta calidad y, sobre todo, de no menos alto dominio del lenguaje y la estructura específica del relato cinematográfico.
Tal dominio es también paradójico, porque Capote, que no se prodigó como guionista, se manifestó en Suspense casi como un escritor rata de estudio, como un endiablado guionista chusquero con docenas de años de profesión a sus espaldas, y no era en absoluto así. Truman Capote pasó por el cine, como por todos los lugares donde se detuvo, de largo. Sembró su pasión por lo perfecto y se fue.
* Este articulo apareció en la edición impresa del Lunes, 27 de agosto de 1984
"A sangre fría", de Truman Capote |
FILMOGRAFÍA
ESTACIÓN TERMINI (1952) de Vittorio de Sica.
Guión de Cesare Zavattini y diálogos de Truman Capote para esta historia romántica protagonizada por Montgomery Clift y Jennifer Jones.
LA BURLA DEL DIABLO (1953) de John Huston.
Huston contó con el protagonismo de Humphrey Bogart, Jennifer Jones, Gina Lollobrigida, Peter Lorre y Robert Morley y con la ayuda en la escritura del guión de Truman Capote en esta adaptación de una novela de James Helvick sobre unos buscadores de uranio en el continente africano.
DESAYUNO CON DIAMANTES (1961) de Blake Edwards.
Conocida comedia romántica que supuso uno de los vehículos más populares para la actriz Audrey Hepburn, acompañada en esta ocasión por el rubio George Peppard.
La película, en la cual también aparecen Mickey Rooney y Patricia Neal, está basada en la novela “Breakfast at Tyffany’s” de Truman Capote y se centra en las reflexiones existenciales de una muchacha de vida frívola.
SUSPENSE (1960) de Jack Clayton.
Una gran película, en la cual Truman Capote adapta la obra de Henry James “Otra vuelta de tuerca”.
En ella se cuentan los miedos de una niñera que cree que los dos niños a su cuidado están poseídos por un maligno matrimonio ya fallecido.
Con Deborah Kerr, Pamela Franklin, Martin Stephens, Michael Redgrave y Peter Wyngarde.
A SANGRE FRÍA (1967) de Richard Brooks.
Excepcional título, uno de los mejores films de Richard Brooks basado en el conocido libro de Truman Capote sobre la historia real de dos peligrosos criminales de Kansas.
Robert Blake, Scott Wilson, John Forsythe y Paul Stewart son los principales protagonistas.
EL ARPA DE HIERBA (1995) de Charles Matthau.
Piper Laurie, Sissy Spacek, Walter Matthau, Jack Lemmon y Edward Furlong protagonizan esta adaptación de la conocida novela de Capote.
Dirige Charles Matthau, hijo del gran Walter Matthau.
OTRAS VOCES, OTROS AMBITOS (1997) de David Rocksavage.
La novela escrita en 1948 por Truman Capote (su primera obra) es llevada con acierto por Rocksavage a la pantalla, gracias al buen hacer de sus protagonistas.
Un joven retorna a su hogar para cuidar de su padre enfermo, que está siendo atendido por dos extravagantes parientes.
Con Lothaire Bluteau, Aubrey Dollar, Frank Taylor, David Speck y Anna Levine.
TRUMAN CAPOTE (2005) de Benneth Miller.
Philip Seymour Hoffman encarna a Truman Capote en esta película biográfica basada en un libro de Gerald Clarke.
La obra de Truman Capote es inquietante, seductora, agridulce, sugestiva, realista e indispensable en cualquier biblioteca personal. Uno de los grandes narradores del siglo XX que supo incorporar a sus relatos el ritmo de la vida presente.
Este 30 de septiembre (de 2014), se festejará el 90 aniversario del natalicio de Truman Capote y para recordar al inolvidable escritor norteamericano, lo recordamos con los 11 libros y cuentos indispensables para amar sus letras.
'Niños en su cumpleaños'
Un novela dulce y suave llena de alegría, que narra la amistad de Peachester Star y Billy Bob Murphy, dos niños de Alabama, a los cuales les cambia la vida con la llegada de Lily Jane Bobbit, pues competirán por ganarse su atención, una batalla infantil con toques adultos que describe la experiencia del primer amor y la amistad verdadera.
'Miriam'
Cuento corto publicado en 1945 y con el que ganó el premio O. Henry, relata la historia de una niña intrépida, reflexiva, alegre, frágil, que despierta el cariño que las solteronas guardan por los niños. Una pequeña a la que no le desanima la falta de techo en Nueva York y que tiene una maldad metódica, por eso comienza a perseguir y acosar a Mrs. Millers para quedarse a vivir con ella.
"Miriam" es una obra maestra, una pieza infaltable de cualquier antología.
'Otras voces, otros ámbitos'
Tras la muerte de su madre en Nueva Orleans, Joel Knox, a sus 13 años, es enviado con su padre al que nunca conoció, que vive en una lúgubre mansión y con él espera encontrarse, descubrir su identidad, pero al tenerlo cerca y convivir se decepciona de lo hallado. Intenta huir de la realidad que se le presenta, pero algo que le cambia el sentido a su vida.
'Desayuno en Tiffany's'
La historia de Holly Gollightly, una mujer hermosa y elegante que rechaza la oportunidad de brillar como actriz de Hollywood y se muda a Nueva York donde es conocida por la sofisticada manera de conducirse, hasta convertirse en compañera de tipos extravagantes que le cumplen sus caprichos. Se describe la experiencia de una amistad amorosa con cada unos de ellos, diálogos certeros y caprichosas aventuras recorren esta novela.
'Una navidad'
Buddy, es decir, el pequeño Truman, viaja a Nueva Orleans para encontrarse con su padre, al que apenas conoce. Esta narración forma parte del libro Tres cuentos que también incluye “Un recuerdo navideño” y “El invitado del día de Acción de Gracias” del mismo autor, que aborda los recuerdos familiares, momentos de inocencia, amor y maldad, donde las experiencias personales son transformadas en obras de artes.
'Plegarias atendidas'
Algunos piensan que esta obra marcó la decadencia personal y literaria, física y espiritual, de Truman Capote, porque echó mano de sus experiencias personales para narrar las disparatadas vidas del jet-set con cruel realísimo, abordando diálogos y costumbres en su mayoría sexuales, así muchos de sus amigos miembros de la alta sociedad norteamericana y europea con los que convivió se convirtieron en objetos literarios para describir y exhibir.
'Un placer fugaz'
Una recopilación de las cartas de Truman Capote, reunidas por su biógrafo y amigo, Gerald Clarke, el epistolario abarca desde principios de los 40 hasta el último telegrama. Son las cartas que envió a sus más queridos amigos, escritores de su generación, pero también actores, actrices, pintores y demás, con su clásica lengua viperina, sin reservas, inhibiciones y formalismos, donde habla de sus éxitos, fracasos, alegrías y penas.
'A sangre fría'
La crónica novelada de un crimen y de la vida carcelaria. La novela la escribió con magistral prosa a partir de que leyó en el New York Times la noticia del asesinato de los cuatro miembros de una familia de un pueblo de Kansas, a manos de un par de individuos que se llevaron un botín ridículo.
'Crucero de verano'
A sus 17 años, Grady Macneil una chica de alta sociedad rechaza un crucero por Europa junto a sus padres para quedarse sola en un departamento de Central Park en Nueva York para vivir un romance veraniego con Clyde Manzer, un joven judío de 23 años que no pertenece a su estatus social. Diferentes gamas amor y pasión que se desvían por rutas insospechadas.
'Música para camaleones'
Un libro misceláneo de reportajes y retratos, en otras obras Truman Capote se mantenía al margen y oculto, pero en esta obra se ponen en el centro de los relatos, reconstruyendo encuentros y conversaciones, como testigo. Hay recreaciones de encuentros con personajes diversos y contrastantes, desde la guapísima Marilyn Monroe saliendo de un funeral hasta la desconocida pero inquietante Mary Sánchez, su trabajadora doméstica.