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12 mayo, 2013

Un hemofílico en el deporte de la sangre

Del casting de Crepúsculo
Ya se habrá olvidado, pero el Saunier Duval -un equipo que no necesita presentación, y que acabó como acabó- tenía entre su plantilla médica a una recién titulada en Medicina cuya especialidad era la hematología.

El ciclismo es el deporte de la sangre, siquiera porque ellos mismos bautizaron a los incipientes controles de sangre para vigilar el hematocrito como vampiros, aunque los auténticos vampiros eran otros, como supo el gran público algunos años después.

Después vino la detección de la EPO, la vuelta a las tranfusiones autólogas para la mejora del rendimiento deportivo, los certificados médicos y la búsqueda desesperada de dolencias, en su mayoría inventadas o exageradas, para justificar la toma de sustancias dopantes. Si el ciclismo es el deporte de la sangre, también es el deporte de los asmáticos, aunque este no sea el tema.

El caso del ciclista británico Alex Dowsett es paradigmático. Nacido en 1988, pasó a profesionales en 2011 en el Sky, el equipo científico y que viene a renovar el ciclismo como si esto fuese inyectar el vial, colgar como un jamón la bolsa y apretar muy fuerte el puño, que son sólo unos minutos.

Desde el comienzo obtuvo muy buenos resultados en crono, siempre en carreras menores. En 2012 su equipo no lo alineó para ninguna carrera importante, y le dejó la puerta abierta para fichar por el Movistar. Como dijo Vande Velde ante la USADA, y como recuerda maliciosamente el sátiro de sí mismo Arribas ("la caverna de Wiggo", en referencia al Sky), es el típico intercambio de cromos entre equipos para saber que se meten unos y que se meten los otros, siempre entre fichas menores.

"Unzue abrió las puertas de su equipo para conocer de él los secretos del ciclismo llamado 2.0" Tal cual. Para matizar un poco lo que es una obviedad a todas luces, y para no cargar en demasía al chaval, resulta que no viene con ningun secreto, al contrario. Según Dowsett, "todo es cuestión de medios. En el Sky había un equipo A y un equipo B. Los del A tenían todo lo necesario a su disposición. Los del B teníamos que buscarnos la vida como si estuviéramos en cualquier otro equipo"

Todo lo necesario. Seguro que se refiere a la bicis Pinarello -el equipo B competía con Derbi-Rabassa, como es bien sabido- y los maillots negrísimos, sólo disponibles para Wiggins y su trenecito 2012, el de Porte, Froome, Boasson-Hagen y Rogers, uno que ha salido a la fuerza de "la caverna" y cuyo rendimiento es paupérrimo, como ya se comentó en su día.

En fin, que Dowsett está blanco. Porque es del Movistar -el equipo mimado siempre en cuestiones de dopaje, desde el probenecid hasta el Ferrari de Olano, pasando por Sabino Padilla-, porque es joven, porque escribe muchos tweets (pero muchos, muchos) y porque el ciclismo siempre está cambiando, y esta es la nueva generación, que al fin y al cabo es lo que viene a decir eso de 2.0.

Y un cuerno.

La principal característica de Dowsett es que es hemofílico. Un hemofílico en el ciclismo. Se habían visto experimientos con diabéticos -hay hasta un equipo menor que hace con estos enfermos como el Athletic de Bilbao con los vascos, antes vizcaínos-, epilépticos, enfermos de cáncer y bueno, no me cabía duda de que acabaría habiendo un Pistorius, pero lo de un hemofílico es ya una tomadura de pelo.

Nos informan los medios de propaganda que Dowsett es hemofílico, pero de los que no se hacen daño. Como nuestro Monarca, afamado deportista. En todo caso, se hacen daño. Que su enfermedad congénita es del tipo A, la más común y llevadera de las tres existentes. Que la mejor forma de llevar este enfermedad es con medicina preventiva -prevenir antes que curar- y que Dowsett, en las etapas en las que ve mayor riesgo, se medica "preventivamente" por si, queseyo, tiene una caída -circunstancia harto improbable en el ciclismo- y eso que tiene en las venas brota con la alegría de un pozo de petróleo en una pelí de Hollywood.

Se medica preventivamente. Vamos, que el señor Dowsett tiene un certificado médico de oro. No sube un cagarro, pero tiene 24 años y bueno, Wiggins empezó así: sin certificado de hemofilia, pero ganando prólogos. Ya ven como acabado. Para eso, además de la información que pasase a Movistar sobre el equipo científico, era para lo que servía el chaval.

Pues no. El sábado se disputó en la costa del Adriático la segunda crono más larga de una gran vuelta en los últimos 15 años, un regalo que la organización ideó para que Wiggins viniese a disputar el Giro, un regalo envenenado que el británico aceptó sin dudarlo mucho. La etapa la ganó Dowsett, el año pasado sirviente del hombre que sabe interpretar mejor que nadie la relación entre británico y Mallorca, para sorpresa y pábulo de los que seguimos este deporte.

¿Sorpresa? En absoluto. A nadie parece haber sorprendido que este corredor haya ganado, en buena lid -ni llovió a los demás, ni se levantó un huracán por la tarde- a gran parte de los mejores corredores del mundo en larga distancia contra el crono. Es cierto que el triunfo hubiese sido para Wiggins, por estrecho margen, de no haber sufrido un pinchazo, pero el resultado está ahí.

De hecho, un repaso a los medios de propaganda no indica nada raro. Es hasta normal ver a un corredor de 24 años ganar una crono el doble de larga de las que hasta ahora había olido. Y hemofílico. Se une así a la gran caterva de vencedores estrafalarios de cronos del Giro, donde el último había sido Konovalovas (¡ese Cerveló!) en la crono final del Giro 2009. También tenía 24 años. No volvió a hacer nada, y eso que también lo fichó Unzué, a ver que le contaba para poder aplicarlo en la Clínica Universitaria -por decir algo- de Navarra.  Ahora sigue por equipos muy menores,  y nadie se acuerda ni de él, ni de aquel equipo también de negro en el que militaba.

En la lucha por la general, Wiggins no sacó tiempo significativo y todo está muy apretado, con Nibali de líder. S. Sánchez se dejó 3´, Kiserlovski 5´ y Rafael Valls hizo una crono magnífica, que le situa entre los veinte primeros de la general y también en el punto de mira para los Dolomitas. Por enlazar con el inicio de este post, el diminuto escalador valenciano (pero eso no es óbice para una crono de 55 km prácticamente llanos, eh) empezó en el ciclismo con 20 años y con Matxín. Por cierto, ¿las etapas de más riesgo para un hemofílico no serán las que tienen más descensos, esto es: las más decisivas, las de montaña? No digo que Dowsett vaya a hacer un roto en la montaña del Giro -hoy no, veremos dentro de unos años- , pero si lo digo de Valls. Ahí queda.
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El agua chafó gran parte del espectáculo en la etapa de hoy, sobre el papel una espectacular San Sepolcro-Florencia. Se salía de la comarca del Casentino, durante muchos años sede de una de las pruebas por etapas sub-23 más prestigiosas del mundo, y se remontaba el valle del Arno, que se hace enorme en unos pocos km, para subir a una de las múltiples vertientes del paso de la Futa.

En un paisaje increíble de abetos gigantes, unos fugados hicieron camino mientras el pelotón sobrevivía en una subida muy dura que tendría que verse más por el Giro. De ahí saldría el ganador, un increíble Belkov del Katusha. Cinco años entre profesionales -fue campeón del mundo sub23 de crono- y gana su primera carrera tras ir en solitario los últimos 40 km que eran, eso sí, de bajada.

Ahí lo volvió a pasar fatal Wiggins, que llegó a perder casi un minuto respecto al pelotón principal, donde esta vez si se quedaron Henao y Urán. Parece que, viniendo de la pista (de la que siempre se glosan sus virtudes), no se aprende a bajar en mojado. O en seco, esa palabra que tan mal casa con Wiggins, salvo en el dry Martini.  

El resto del Sky se quedó con el ganador de prólogos en sus siete primeros años de profesional, transmutado posteriormente y en el prodigioso plazo de un invierno y una primavera en un corredor de grande vueltas. Consiguieron volver a enlazar antes del último repecho en Fiesole, donde cedió Hesjedal y perdió en meta más de un minuto.

Ahí saltó Betancur, el ansioso colombiano del Ag2r, desde hace mes y medio rondando una victoria que no llega por su ansiedad. Se vió en el País Vasco, volvió a repetirlo en Flecha Valona y ayer iban tan ofuscado que alcanzó a los fugados, no se enteró que por delante iba Belkov y celebró su segundo puesto como una victoria.

En general, ese tipo de celebraciones quedan para el pequeño anecdotario de una etapa, una carrera y un corredor, pero en el caso de ese colombiano, que transmite nervio y ansiedad por los cuatro costados -incluso en su pedalada doliente- parece que significa algo más: dificultad para ganar, como todos sus compatriotas (menos Quintana) y mucha inmadurez.
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La Vuelta a Asturias, reducida a sólo dos jornadas, para Amets Txurruka. Ganó la primera etapa, donde -cómo no- fue escapado y en la segunda aguantó en el Naranco mientras la etapa iba a Javier Moreno -Movistar- uno de esos que siempre está a la espera y que no termina de despegar.
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Comienza la Vuelta a California, la auténtica competencia del Giro, aunque este año tiene una participación muy pobre: ninguno de lo que estuvieron rondando el Tour el año pasado, por ejemplo. La primera etapa ha sido para XXXXX (la pueden ver a partir de las 22:00, pero ya lo dejo preparado)

10 octubre, 2012

A temporada pasada

Tour Eiffel, Tour de Sky
Con la temporada concluída -algunos ciclistas todavía están en Pekín rascando puntos UCI en una farsa de competición- es momento de hacer balance parcial a partir de lo publicado en enero, como viene siendo habitual en este modestísimo blog. Para entender este post es necesario leer el anterior enlace, como en las telenovelas.

Pozzato: "o asoma de nuevo la cabeza este año, o se verá abocado a una retirada prematura" Asomar asomó, especialmente en el Tour de Flandes -segundo, batido por Boonen-, pero ya antes y después vino su habitual retahíla de caídas. En junio se supo su especial relación de años con Ferrari, lo que le costó los JJ.OO, y no ha vuelto a hacer nada. Dicen que el próximo año lo quiere el Lampre, un equipo tan birrioso en este 2012 que va a tener entrada aparte.

Fuglsang: no he podido clavar mejor el ciclista y su trayectoria. Se quejó de la fusión Leopard-RadioShack, y la ha sufrido en su piel: se perdió el Giro por una inoportuna lesión, y fue excluído del Tour por decisión personal de Bruyneel al haber anunciado que se iba del equipo. Corrió y ganó la Vuelta a Austria, ha fracasado en todo lo demás que le dejaron correr.

Geraint Thomas: el talento galés corrió el Giro -y acabó segundo en el prólogo y la crono del último día- porque su objetivo de la temporada eran los JJ.OO de pista, repitiendo la temporada de 2008. Volvió a ganar el oro en persecución por equipos, pero después apenas ha vuelto a competir. ¿Temporada perdida? Probablemente. Y probablemente no haya espacio para más en el Sky, como ha comprobado en sus carnes Cavendish.

Taaramae: feo asunto. Al principio de la temporada, donde había empezado muy fuerte, dijeron que tenía la mononucleosis. Debió ser una cepa débil, porque llegó al Tour, donde sólo brilló -y de qué manera- en La Planche des Belles Filles. El resto de la carrera, a remolque. Como toda la temporada, básicamente perdida cuando había espacio para el salto.

Tony Martin: ¡me estoy dando cuenta que he gafado a todos! El alemán se cayó brutalmente entrenando en primavera, tras haber sido 5º en País Vasco. Volvió en un mes y ganó la Vuelta a Bélgica, pero en el Tour se cayó varias veces. Logró la plata en los JJ.OO y revalidar el título de campeón del mundo CRI, y hoy mismo ha ganado fugado la etapa del Tour de Pekín, pero su temporada se ha visto condicionada por las caídas.

Kittel: el alemán ha ganado 13 carreras, pero salvo el GP L´Escaut, todas menores. Debutó en el Tour pero se cayó a las primeras de cambio, dejando a su equipo -todos los otros ocho corredores eran lanzadores- a merced del viento. Salvo la etapa de la Vuelta 2011, sigue sin ganar en grandes citas, y en el equipo ya han dicho que el próximo al Tour va Degenkolb.

Visconti: un desastre anunciado, un corredor lamentable. Va de estrella y es un estrellado. Ha ganado una única carrera -la clásica de Primavera-, y porque se la regaló Valverde. Fracaso en clásicas, fracaso en el Giro, el equipo lo ha dejado sin correr carreras en las que aspiraba a hacer algo, y ha terminado la temporada ayudando a Nairo Quintana a ganar el Emilia. Un gran fichaje de los navarros.

Dani Moreno: siete victorias (etapa en Andalucía, GP Indurain, 2 etapas en Dauphine, 2 etapas y general de Burgos), gran gregario de J. Rodríguez en País Vasco, Ardenas, Giro y...bueno, en la Vuelta, donde amarró ser quinto de la general mientras su líder perdía la carrera por falta de compañeros. Siempre se reserva algo para sí mismo. Y un dato curioso: terminó su primer ciclo ganando la última etapa de Dauphiné en junio, y volvió dos meses después a la competición ganando la primera etapa de Burgos. Es que es muy bueno, por eso se peina así.

Gesink: otro gafado. El charlatán Antonio Alix dijo que era su favorito para el Tour, y así ha acabado: estrellado, como siempre. En la Vuelta acabó 6º y ganó la Vuelta a California, pero se puede hablar de otro año más a la mierda, y van demasiados.

König: ¿quien? al final no fue ni al Giro, y a su equipo lo invitaron precisamente por su concurso. Ganó una etapa en el Tour de Gran Bretaña.

Sicard: el nuevo Aurelien Passaron ya no disimula nada. Es un ciclista romo, incapaz de una mínima acción destacada. Debutó en una grande en la Vuelta, y como si hubiese seguido en su casa. La extraña lesión de rodilla de 2011 parece dar razón a los rumores de entonces que decían que era otra cosa. Por cierto, hay jóvenes franceses que ya están haciendo grandes cosas, mientras Sicard sigue haciendo calceta. Y encima largan del equipo a Txurruka.

Valls: yo no se que le ven a este corredor. Fue con el Vacansoleil al Tour y apenas se supo de él (41º final, al menos no se dejó llevar). Salió también en la Vuelta y acabó abandonando tras cerrar el pelotón muchos días. El próximo año hará pareja con Rujano, algo que me parece muy apropiado.

Porte: el talento australiano ha demostrado que la fórmula Sky le sienta muy bien. Ganó Algarve y ha sido parte fundamental en el tren Sky que ha ganado París-Niza, Romandía (4º final), Dauphiné (9º) y Tour (34º, 5º en la crono del penúltimo día). No contento con eso, fue a la Vuelta a tirar de Froome y fue 6º en la crono de Pontevedra y 2º en la Bola del Mundo. El nuevo Tyler Hamilton.

El BMC, como era de esperar, se ha estrellado en las clásicas y prácticamente el resto de la temporada: un Evans desconocido, Hushvod sin competir, Van Avermaet no ha ganado ni una carrera, el muy conocido año de Gilbert...; y Bruyneel ha fracasado miserablemente como director en el RadioShack-Leopard, al mismo tiempo que se conocía parte de sus vergüenzas.

Insisto en que este año parece que haya puesto el gafe en los corredores que escogí en enero, pero no era esa la intención.
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Phillipe Gilbert, muy contento en su remozada página web con el maillot de campeón del mundo. Ese juego de sombras hace que se vea lo contento que está, a la altura de la entrepierna.
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Ekimov, nuevo manager y director deportivo del Katusha. E-ki-mov. El doble campeón olímpico en CRI (Sidney 2000 y Atenas 2004) y conocedor de todo el entramado Armstrong no parece la persona más adecuada para hacer olvidar a Holczer....
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Albert Soler, el que fuera efímero presidente del CSD y delfín de Lissavetzky, también tuvo sus asuntillos con Urdangarín y el instituto Noos...será que su relación con el deporte venía bautizada....espero que todo esto trunque su nada disimulada carrera política de trepa.

17 enero, 2012

Una atención especial para...

                                                                                  Con algunos ciclistas ya rodando por Australia en ese criterium continuo que es el Down Under (etapas de apenas 100 kms., circuitos urbanos, 45º grados de temperatura) en algo que parece ciclismo, muchos ya dan por comenzada la temporada. Así, como todos los años en este vetusto y modesto blog, repasemos algunos corredores que, o bien se encuentran en una encrucijada de sus carreras, o bien tienen que empezar a descollar. En el fondo viene a ser lo mismo: corredores a los que seguir con especial interés a lo largo de la temporada. Fuera de Australia, claro.

Pozzato: un clásico de esta sección, y lo será siempre. El atribulado italiano ha pasado al modesto Farnese, que con este fichaje ha conseguido ser invitado en carreras muy prestigiosas. Il Principe sale de una temporada nefasta y una trayectoria descendente a la luz de todos; sin embargo, sigue siendo (potencialmente) uno de los mejores rematadores del mundo en un amplio abanico de carreras. O asoma de nuevo la cabeza este año, o se verá abocado a una retirada prematura.

Fuglsang: el danés, que en 2011 siguió creciendo (cuarto en Amstel, pero especialmente la primera mitad de la Vuelta, cuando parecía que podía luchar por el podio viniendo del Tour) manifestó su descontento con la fusión Leopard-RadioShack, porque le quitaba espacios. Sin embargo, no se ha movido. ¿Seguirá queriendo ser gregario en las citas más importantes del año?

Geraint Thomas: este maravilloso corredor, que domina todos los palos (pavé, sprint, crono) se desveló en el Tour como un potencial escalador y, para los que saben de esto, como aspirante a metas muy, muy altas, y todo gracias a su fuga en el Tourmalet, donde lo dio todo persiguiendo a Jeremy Roy. Si, una de esas etapas de ciclismo donde ninguno ganó, pero donde hubo más espectáculo que los 500 últimos metros que propone la Vuelta. En su equipo tiene espacio para crecer, especialmente en las clásicas, donde compite junto al caduco y quejumbroso Flecha.

Taaramae: acabó el 12º el Tour (incluyendo un 8º puesto en la etapa del Galibier, un resultado al alcance de poquísimos corredores), luchando por el maillot blanco. Vino a la Vuelta y ganó en La Farrapona. Tiene 25 años, sube como un ángel esforzado -pero un ángel-  y va bien contra el crono. Con un destino predestinado, estaría bien que este año obtuviese una bonita victoria ante los mejores del pelotón: puede y debe tener fuerzas para llegar. Y, en todo caso, su edad le da margen para fallar todo lo que quiera.

Tony Martin: tras una temporada de ensueño dentro de su especialidad contra el reloj y fuera (victoria final en P-N, por ejemplo), el alemán se va como jefe de filas en grandes vueltas (y en pequeñas) al Quick Step, un equipo que nunca ha tenido un rol así y que también ha fichado a Leipheimer y P. Velits, no se sabe si para arroparlo o por si se vuelve a quedar en el primer puerto duro-duro. Sigue siendo incapaz de pasar la gran montaña, pero se empeña en hacer cambiar su naturaleza: irá al Tour con el freno de mano puesto pensando en los JJ.OO, una auténtica religión en Alemania, y más en Alemania del Este, de donde procede. Veremos que tal le sale el año.

Kittel: el alemán consiguió el año pasado un récord de los que no se olvida. Es el neoprofesional más exitoso de la historia al haber debutado con nada menos que ¡17 victorias!, incluyendo la general de una vuelta en Holanda y una etapa en la Vuelta a España, además de cuatro en la Vuelta a Polonia, ambas WorldTour y ante parte de los mejores sprinters del mundo. Sigue en el Skil (que ha cambiado al imposible nombre de It4i) y es de esperar que no gane tanto, pero también puede ganar mejor.

Visconti: tres años después el italiano vuelve a un gran equipo, el sorprendente Movistar. Sorprendente porque nunca han tenido un corredor de sus características y nacionalidad, y porque tendrá que encontrar su espacio entre Valverde, Ventoso, Lastras y Rojas. Lo más seguro es que lo especialicen en el calendario italiano. También es probable que no aguante mucho en el equipo. Veremos.

Dani Moreno: competirá con 31 años y un caché creciente. El caso de Moreno es el del enésimo corredor español que va mejorando a través de un camino tortuoso y no muy esperanzador. El año pasado hizo un temporadón trabajando de gregario siempre, y aún así colándose en el top-ten de grandes carreras, clásicas y vueltas de tres semanas. O estalla, o revienta.

Gesink: este año el Rabobank, tras la brillante experiencia de los españoles en 2011, sólo ha fichado a Mark Renshaw, el sprinter-lanzador de Cavendish. Gesink, que fracasó en gran parte del año, ha visto como su espacio natural en el equipo se ha visto acortado por la espléndida eclosión de Kruijswik y Mollema. Él parece mejor, pero también se cae de una manera alarmantemente frecuente. Un año decisivo para ver qué corredor va a ser.

Leopold König: el brillante checo tendrá la ocasión de disputar el Giro de Italia, tras la invitación cursada a su equipo, en gran parte por la proyección de este talento. Escalador de raza, al que es una maravilla ver subir, acabó segundo en Austria, tercero en L´Ain y quinto en Gran Bretaña. Tiene 24 años y todos los ojos encima.

Romain Sicard: tras perderse todo el año pasado por una lesión de esas ignotas, y con extraños rumores en los que no queremos creer, el vascofrancés fue pillado borracho al volante. Su equipo lo respalda, pero nadie respalda a su equipo: nadie con dinero y nadie con dos dedos de frente. Se la juega esta temporada, y se juega ser alguien que cuenta o el nuevo Aurelien Passaron.

Rafael Valls: el supuestamente talentoso valenciano ha firmado un 2011 de pena, pese a lo cual ha fichado por el Vacansoleil. Si, si: el mismo equipo que fichó a Mosquera y Riccò hace justo un año. Ahí va a encontrar un ambiente donde será el único español en una plantilla de 29 corredores, y con las mismas características que los emergentes De Gent (mucho ojo) y Poels. Otro que estalla, o revienta, o dura un año.

Richie Porte: tras su increíble debut en 2010, el año pasado se tiró en el carro de Contador todo el año. ¿Resultado? Paso al Sky, y no al GreenEdge australiano. En el Sky no hay muchos espacios (Wiggins, Thomas, Urán, Froome, Rogers, Lovkvist, Cavendish y su tren), salvo que se especialice en el calendario italiano-español. Se juega quedarse en un buen contrarrelojista, cuando parece que da para más.

En el capítulo general, será sumamente interesante seguir la previsible explosión interna del superBMC en las clásicas ( Gilbert, Hushvod, Ballan, Van Avermaet) y el desempeño de Bruyneel guiando a los Schleck y a Cancellara. Nos vemos a final de temporada con estos mismos nombres, y a ver que ha sido de ellos.
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El Farnese Vini, invitado al Tour de Flandes junto a otros equipos de poca monta: la de puertas que abre Pozzato. Esperemos que aproveche su (última) oportunidad.
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La España profunda de la pandereta, en este caso de la gaita. Cangas de Onís, diminuta villa asturiana con grandes aspiraciones, ¡quiere albergar una etapa del Tour!, cuando dista 500 kms. de la frontera francesa. ¿500.000 euros? Eso no es problema. ¿Apoyos? Preguntamos a los ciclistas, que en estas cosas son ecuánimes y objetivos, igual que si preguntas a un motero sobre asfaltar una playa. Toda la noticia huele a petromocho, especialmente la última frase, pero da miedo eso del "director general de Política Deportiva del Principado de Asturias, Marcos Niño, gran aficionado por cierto al ciclismo, ya se ha informado, el cual ha mostrado gran interés por el proyecto", aparte del horror gramatical. Considerando lo que gusta la pandereta, la gaita y el grandonismo en los que rigen las políticas públicas en Asturias, a lo mejor ese "sueño" del que habla el titular se convierte en realidad. Mientras tanto, dejemos que muera la Vuelta a Asturias. Hay que defender "lo nuestro".
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Gómez Peña, bien conocido por sus fechorías, es capaz de construir una crónica de inicio de temporada cargando toda la culpa en la lentitud de la justicia. Como es Gómez Peña, el mismo que atacaba vilmente a Manzano por el simple hecho de hablar de lo que sabía y había experimentado, no dice en ningún momento que gran parte de ese retraso se debe las increíbles técnicas dilatorias que utilizan los abogados de Valverde y Contador, las figuras de su devoción. Sin ánimo de ser exhaustivos, me salen una máquina de la verdad, un recurso al Tribunal Constitucional suizo, un peritaje vacuno y el ocultamiento interesado de una bolsa de sangre perfectamente identificada. Gómez Peña pide rapidez, y en estos dos casos se podía haber aplicado inmediatamente: positivo y sanción tiene que ir parejos; bolsa de sangre y sanción también. Gómez Peña sabe cómo y lo escamotea al lector: mejor presentar a sus dos bienamados como víctimas de la justicia.

Después dice López-Egea, el colega suyo de El Periódico, que ataco gratuitamente a sus compañeros;  no, no: se descalifican ellos solos. Vosotros solos. Y si, lo hago gratuitamente, sin pedir nada a cambio, simplemente un poco de decencia en el ejercicio de vuestra profesión.