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Lo era por el patrocinador implicado (Geox, una empresa italiana de zapatos y prendas deportivas de dudoso gusto estético y que supuestamente respiran) y porque empezaron haciendo el equipo por el tejado: el fichaje doble de Carlos Sastre y Menchov auguraba, cuanto menos, una guarnición de corredores a la altura de estos corredores habituales en el top-five de todas la grandes vueltas del último lustro.
Nada de eso se confirmó. Lo que acabó siendo el Geox era poco más que el Fuji (2009) o el Footon (2010), con la extraña pareja ruso-abulense. Fichando corredores vinculados a Matxín que estaban dando tumbos por ahí (De la Fuente, Cobo), un cadáver deportivo galaico-portugués de 35 años, un colombiano de dudosa trayectoria que ya quiso para sí en el Saunier y absolutamente nada más, a nadie sorprendió que en enero el Tour anunciase que no irían a la carrera.
Al poco se conoció el maillot, y ahí ya se vió la curiosa amalgama de patrocinadores minúsculos, rodeando como un enjambre a la palabra Geox: al igual que los maillots de los anteriores años, ahí no había un patrocinador preponderante, simplemente acumulación con horror vacui de patrocinadores pintorescos como Cantabria infinita (¿Del Sella al Nervión?) y los suministradores de material deportivo.
Y la temporada ha sido desastrosa: hasta la Vuelta a España, el equipo había conseguido ¡tres! victorias, a cada cual más brillante: la clásica de Almeria (Pelucchi), un sector de etapa en el Trentino (Duarte) y una etapa del Brixia Tour, carrera que ha estado a punto de no celebrarse. Y los puestos de prestigio están acordes a las victorias.
Vale que cuando fichas como estrellas a Menchov (en 2010 no ganó ninguna carrera, y como mucho gana tres al año) y Sastre (sobran dedos para contar sus victorias profesionales) te arriesgas a este tipo de resultados paupérrimos, pero aquí lo que interesa es que el Geox, por arte de magia o de chuletón de kilo consumido en algún lugar entre Galicia y Asturias (vía León) ha sido una máquina de arrasar en la Vuelta a España.
No empezó bien, no: en la CRE por equipos de Benidorm, el equipo que anuncia calzado que supuestamente evita el mal olor quedó ¡el penúltimo!, sólo superado por el Andalucía por razones obvias. Se dejaron 43" en 13´5 kms., con fuertes críticas de Sastre hacia la dirección alopécica. Ya sabemos que el abulense es un españolazo de esos de boca gruesa y lengua tocinera, pero quizás matizaría sus declaraciones de saber que el Footon fue el último equipo en la CRE inaugural de 2010. Poca diferencia en un año, empero.
Sin embargo, todo responde a una cuidadosa estrategia de Matxín, que para algo tiene perfil, altura y ambición de gran estratega, porque lo importante es creerselo. El Alejandro Magno bilbaíno (pero que ha encontrado su Persia en Cantabria) siempre planifica sus carreras así: en el Giro 2008, ese en el que Riccò ganó dos etapas y llegó al último día con sólo 4" por debajo de Contador, fueron los 15º en la CRE inaugural.
Aquí lo importante es cúando se come el chuletón, y desde luego no tiene que ser en las primeras etapas, como demuestra la epopeya de Ricco. Como sabrán, el Geox llegó a Asturias a tal nivel que regalaron la etapa de la Farrapona (2º De la Fuente, escapado el día anterior 150 kms. y con 4.500 metros de desnivel, 3º Cobo) y aplanaron el Angliru con Cobo sin levantarse de la bici en ningún momento y Menchov tercero. En toda la temporada no había hecho nada ni minimamente parecido.
Eso es lo que cuenta. Como también cuenta que el equipo, construido con retales, corredores amortizados, viejos amigos de Matxín, el hijo de Gianneti (que es profesional por sus méritos y no por ser hijode, ojo, el ciclismo es un deporte donde no se practica el nepotismo) y neoprofesionales italianos no tuviese, ni mucho menos, garantizada su continuidad para el próximo año.
Según publica la Gazzetta, Geox se deja más dinero en patronizar los zapatos del conductor de bólidos Vettel que en el ciclismo. Y que el patrocinio para 2012 no está asegurado. De hecho, el propio Cobo sólo tenía contrato por un año -y con unas condiciones económicas muy bajas-, igual que Sastre, que ya ha anunciado que no continuará. El resto de la plantilla andará en la misma tónica, salvo Menchov. Este es el equipo que toma la salida en Benidorm (20º, qué papelón): un equipo desesperado.
Ahora, con los laureles del éxito, se cuenta con que aparezcan patrocinadores. Ya veremos, como demuestra el caso del Leopard -compitiendo en la mejores carreras del mundo siempre en primeros puestos, y sin patrocinador todo el año- y las recientes fusiones de equipos. De hecho, la propia estructura Matxín/Gianneti ya fue objeto de esos rumores a finales de 2008, y ahora dicen que se cortejan con el Astana.
En esas condiciones, que nadie se extrañe que un corredor que tenía hace tres meses pie y medio fuera del ciclismo sea capaz de ganar la Vuelta, o que su equipo gane la clasificación por equipos con una ventaja sideral. Así, que nadie se extrañe del rendimiento esta Vuelta, es una mera lucha por la supervivencia: si sale bien, continuo; si sale mal, no me voy a quedar peor de como estaba. Hay que conseguir que en el ciclismo este tipo de cálculos salgan siempre negativos para determinada gente muy marcada por su pasado. Si no, nunca podrá ser posible la regeneración.
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Entrevista bastante insulsa a Olano, que incluso llega a ver en la famosa rotonda de Haro "una moto". Conocía a El motorista fantasma (Ghost Rider, un personaje de Marvel Comics), pero no la moto fantasma. Eso sí, no esconde culpas y reconoce que fue un fallo de organización.
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Cobo y sus rarezas.
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Vídeo-biografía de Cobo. Lo mejor de los vídeos son los comentarios del Dúo Cómico. Por cierto, me había olvidado que esta bestia cántabra fue el primero que atacó el día de Hautacam...