lunes, 30 de septiembre de 2013

JOBS

Ayer Domingo, aprovechando que la niña tenía un cumpleaños y el padre y el niño se iban a nadar, me fui con mi hermana a ver JOBS.


Tenía ganas de ver la película, entre otras cosas porque Steve Jobs es una persona que siempre me ha despertado curiosidad. Me pasa con bastantes personajes relevantes que destacan en algún ámbito, digamos que "soy muy de biografías".
La película me resultó entretenida, pero se me quedó falta de algo, es como si pasa deprisa por algunos aspectos que yo considero relevantes y se detiene en otros técnicos que para mi no lo son. Seguramente es solo mi impresión, porque al haber leído bastante de la vida de este hombre, es difícil que una película, que lógicamente tiene un tiempo limitado, me dejara satisfecha por haberlo abarcado todo.

Como casi todos (por no decir todos) los hombres que han hecho cosas grandes, tiene muchas luces pero también muchísimas sombras. Una persona que revoluciona un ámbito de la vida, es muy difícil que ser normal, afable, completo y perfecto. Tiene una visión que guía su vida. Como dijo mi hermana en un momento de la película: "fúmate tú la brillantez" (me reí mucho con la frasecita, je). Y es cierto, es mucho más sencillo ser normal, pero eso es otro tema.
El talento sumado al individualismo extremo, tiene que impactar en los que rodean a la persona, y no siempre con un efecto positivo.

Le debemos mucho a Steve Jobs, nuestra forma de trabajar, de aprender y de comunicarnos hoy en día, para bien y para mal, está condicionada por lo que este hombre hizo. Esa persona maníatica de la comida sana y orgánica, que no se duchaba con frecuencia, que podía ser un gran déspota, que dejó la universidad... también fue el que puso en nuestras vidas el ordenador personal, el iphone, el ipod, la interfaz gráfica de usuario y en general yo diría que el concepto de "usabilidad" también se la debemos a él.

Quizá sus competidores también habrían llegado a cosas parecidas, eso no lo sabremos nunca, porque él llegó primero. Por lo pronto HP descartó la idea de  Steve Wozniak, que Jobs sin embargo supo apreciar en su medida. Jobs no sería quien fue sin Wozniak, por supuesto, pero seguro que hay muchos más en su camino que determinaron quién fue, empezando por sus padres adoptivos, y eso no le quita ningún mérito.
Hay que saber ver lo que tienes enfrente y aprovechar las oportunidades, y eso no es nada fácil.

El discurso de Steve Jobs en Stanford está ya bastante visto, pero como creo que ilustra muy bien cómo era, lo copio a continuación.
"....
Tengo el honor de estar hoy aquí con vosotros en vuestro comienzo en una de las mejores universidades del mundo. La verdad sea dicha, yo nunca me gradué.
A decir verdad, esto es lo más cerca que jamás he estado de una graduación universitaria.
Hoy os quiero contar tres historias de mi vida. Nada especial. Sólo tres historias.
La primera historia versa sobre “conectar los puntos”.
Dejé la Universidad de Reed tras los seis primeros meses, pero después seguí vagando por allí otros 18 meses, más o menos, antes de dejarlo del todo. Entonces, ¿por qué lo dejé?
Comenzó antes de que yo naciera.
Mi madre biológica era una estudiante joven y soltera, y decidió darme en adopción. Ella tenía muy claro que quienes me adoptaran tendrían que ser titulados universitarios, de modo que todo se preparó para que fuese adoptado al nacer por un abogado y su mujer.
Solo que cuando yo nací decidieron en el último momento que lo que de verdad querían era una niña.
Así que mis padres, que estaban en lista de espera, recibieron una llamada a medianoche preguntando:
“Tenemos un niño no esperado; ¿lo queréis?”
“Por supuesto”, dijeron ellos.
Mi madre biológica se enteró de que mi madre no tenía titulación universitaria, y que mi padre ni siquiera había terminado el bachillerato, así que se negó a firmar los documentos de adopción. Sólo cedió, meses más tarde, cuando mis padres prometieron que algún día yo iría a la universidad.
Y 17 años más tarde fui a la universidad. Pero de forma descuidada elegí una universidad que era casi tan cara como Stanford, y todos los ahorros de mis padres, de clase trabajadora, los estaba gastando en mi matrícula.
Después de seis meses, no le veía propósito alguno. No tenía idea de qué quería hacer con mi vida, y menos aún de cómo la universidad me iba a ayudar a averiguarlo.
Y me estaba gastando todos los ahorros que mis padres habían conseguido a lo largo de su vida. Así que decidí dejarlo, y confiar en que las cosas saldrían bien.
En su momento me dio miedo, pero en retrospectiva fue una de las mejores decisiones que nunca haya tomado.
En el momento en que lo dejé, ya no fui más a las clases obligatorias que no me interesaban y comencé a meterme en las que parecían interesantes. No era idílico. No tenía dormitorio, así que dormía en el suelo de las habitaciones de mis amigos, devolvía botellas de Coca Cola por los 5 céntimos del envase para conseguir dinero para comer, y caminaba más de 10 Km los domingos por la noche para comer bien una vez por semana en el templo de los Hare Krishna.
Me encantaba.
Y muchas cosas con las que me fui topando al seguir mi curiosidad e intuición resultaron no tener precio más adelante.
Os daré un ejemplo.
En aquella época la Universidad de Reed ofrecía la que quizá fuese la mejor formación en caligrafía del país. En todas partes del campus, todos los póster, todas las etiquetas de todos los cajones, estaban bellamente caligrafiadas a mano.
Como ya no estaba matriculado y no tenía clases obligatorias, decidí atender al curso de caligrafía para aprender cómo se hacía.
Aprendí cosas sobre el serif y tipografías sans serif, sobre los espacios variables entre letras, sobre qué hace realmente grande a una gran tipografía.
Era sutilmente bello, histórica y artísticamente, de una forma que la ciencia no puede capturar, y lo encontré fascinante. Nada de esto tenía ni la más mínima esperanza de aplicación práctica en mi vida. Pero diez años más tarde, cuando estábamos diseñando el primer ordenador Macintosh, todo eso volvió a mí.
Y diseñamos el Mac con eso en su esencia. Fue el primer ordenador con tipografías bellas. Si nunca me hubiera dejado caer por aquél curso concreto en la universidad, el Mac jamás habría tenido múltiples tipografías, ni caracteres con espaciado proporcional. Y como Windows no hizo más que copiar el Mac, es probable que ningún ordenador personal los tuviera ahora. Si nunca hubiera decidido dejarlo, no habría entrado en esa clase de caligrafía y los ordenadores personales no tendrían la maravillosa tipografía que poseen.
Por supuesto, era imposible conectar los puntos mirando hacia el futuro cuando estaba en clase, pero fue muy, muy claro al mirar atrás diez años más tarde.
Lo diré otra vez: no puedes conectar los puntos hacia adelante, sólo puedes hacerlo hacia atrás. Así que tenéis que confiar en que los puntos se conectarán alguna vez en el futuro. Tienes que confiar en algo, tu instinto, el destino, la vida, el karma, lo que sea.
Esta forma de actuar nunca me ha dejado tirado, y ha marcado la diferencia en mi vida.
Mi segunda historia es sobre el amor y la pérdida.
Tuve suerte — supe pronto en mi vida qué era lo que más deseaba hacer. Woz y yo creamos Apple en la cochera de mis padres cuando tenía 20 años. Trabajamos mucho, y en diez años Apple creció de ser sólo nosotros dos a ser una compañía valorada en 2 mil millones de dólares y 4.000 empleados.
Hacía justo un año que habíamos lanzado nuestra mejor creación — el Macintosh — un año antes, y hacía poco que había cumplido los 30.
Y me despidieron.
¿Cómo te pueden echar de la empresa que tú has creado?
Bueno, mientras Apple crecía contratamos a alguien que yo creía muy capacitado para llevar la compañía junto a mí, y durante el primer año, más o menos, las cosas fueron bien. Pero luego nuestra perspectiva del futuro comenzó a ser distinta y finalmente nos apartamos completamente. Cuando eso pasó, nuestra Junta Directiva se puso de su parte.
Así que a los 30 estaba fuera. Y de forma muy notoria.
Lo que había sido el centro de toda mi vida adulta se había ido y fue devastador.
Realmente no supe qué hacer durante algunos meses. Sentía que había dado de lado a la anterior generación de emprendedores, que había soltado el testigo en el momento en que me lo pasaban. Me reuní con David Packard [de HP] y Bob Noyce [Intel], e intenté disculparme por haberlo fastidiado tanto. Fue un fracaso muy notorio, e incluso pensé en huir del valle [Silicon Valley].
Pero algo comenzó a abrirse paso en mí — aún amaba lo que hacía. El resultado de los acontecimientos en Apple no había cambiado eso ni un ápice. Había sido rechazado, pero aún estaba enamorado. Así que decidí comenzar de nuevo.
No lo vi así entonces, pero resultó ser que el que me echaran de Apple fue lo mejor que jamás me pudo haber pasado.
Había cambiado el peso del éxito por la ligereza de ser de nuevo un principiante, menos seguro de las cosas. Me liberó para entrar en uno de los periodos más creativos de mi vida. Durante los siguientes cinco años, creé una empresa llamada NeXT, otra llamada Pixar, y me enamoré de una mujer asombrosa que se convertiría después en mi esposa.
Pixar llegó a crear el primer largometraje animado por ordenador, Toy Story, y es ahora el estudio de animación más exitoso del mundo. En un notable giro de los acontecimientos, Apple compró NeXT, yo regresé a Apple y la tecnología que desarrollamos en NeXT es el corazón del actual renacimiento de Apple. Y Laurene y yo tenemos una maravillosa familia.
Estoy bastante seguro de que nada de esto habría ocurrido si no me hubieran echado de Apple. Creo que fue una medicina horrible, pero supongo que el paciente la necesitaba. A veces, la vida te da en la cabeza con un ladrillo. No perdáis la fe. Estoy convencido de que la única cosa que me mantuvo en marcha fue mi amor por lo que hacía. Tenéis que encontrar qué es lo que amáis. Y esto vale tanto para vuestro trabajo como para vuestros amantes.
El trabajo va a llenar gran parte de vuestra vida, y la única forma de estar realmente satisfecho es hacer lo que consideréis un trabajo genial. Y la única forma de tener un trabajo genial es amar lo que hagáis. Si aún no lo habéis encontrado, seguid buscando.
No os conforméis.
Como en todo lo que tiene que ver con el corazón, lo sabréis cuando lo hayáis encontrado. Y como en todas las relaciones geniales, las cosas mejoran y mejoran según pasan los años. Así que seguid buscando hasta que lo encontréis.
No os conforméis.
Mi tercera historia es sobre la muerte.
Cuando tenía 17 años, leí una cita que decía algo como: “Si vives cada día como si fuera el último, algún día tendrás razón”. Me marcó, y desde entonces, durante los últimos 33 años, cada mañana me he mirado en el espejo y me he preguntado: “Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?” Y si la respuesta era “No” durante demasiados días seguidos, sabía que necesitaba cambiar algo.
Recordar que voy a morir pronto es la herramienta más importante que haya encontrado para ayudarme a tomar las grandes decisiones de mi vida.
Porque prácticamente todo, las expectativas de los demás, el orgullo, el miedo al ridículo o al fracaso se desvanece frente a la muerte, dejando sólo lo que es verdaderamente importante.
Recordar que vas a morir es la mejor forma que conozco de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo. No hay razón para no seguir tu corazón.
Hace casi un año me diagnosticaron cáncer.
Me hicieron un chequeo a las 7:30 de la mañana, y mostraba claramente un tumor en el páncreas. Ni siquiera sabía qué era el páncreas. Los médicos me dijeron que era prácticamente seguro un tipo de cáncer incurable y que mi esperanza de vida sería de tres a seis meses. Mi médico me aconsejó que me fuese a casa y dejara zanjados mis asuntos, forma médica de decir: prepárate a morir.
Significa intentar decirle a tus hijos en unos pocos meses lo que ibas a decirles en diez años. Significa asegurarte de que todo queda atado y bien atado, para que sea tan fácil como sea posible para tu familia. Significa decir adiós.
Viví todo un día con ese diagnóstico.
Luego, a última hora de la tarde, me hicieron una biopsia, metiéndome un endoscopio por la garganta, a través del estómago y el duodeno, pincharon el páncreas con una aguja para obtener algunas células del tumor. Yo estaba sedado, pero mi esposa, que estaba allí, me dijo que cuando vio las células al microscopio el médico comenzó a llorar porque resultó ser una forma muy rara de cáncer pancreático que se puede curar con cirugía.
Me operaron, y ahora estoy bien. Esto es lo más cerca que he estado de la muerte, y espero que sea lo más cerca que esté de ella durante algunas décadas más. Habiendo vivido esto, ahora os puedo decir esto con más certeza que cuando la muerte era un concepto útil, pero puramente intelectual:
Nadie quiere morir.
Ni siquiera la gente que quiere ir al cielo quiere morir para llegar allí. Y sin embargo la muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha escapado de ella. Y así tiene que ser, porque la Muerte es posiblemente el mejor invento de la Vida. Es el agente de cambio de la Vida. Retira lo viejo para hacer sitio a lo nuevo.
Ahora mismo lo nuevo sois vosotros, pero dentro de no demasiado tiempo, de forma gradual, os iréis convirtiendo en lo viejo, y seréis apartados. Siento ser tan dramático, pero es bastante cierto. Vuestro tiempo es limitado, así que no lo gastéis viviendo la vida de otro.
No os dejéis atrapar por el dogma que es vivir según los resultados del pensamiento de otros.
No dejéis que el ruido de las opiniones de los demás ahogue vuestra propia voz interior.
Y lo más importante, tened el coraje de seguir a vuestro corazón y vuestra intuición.
De algún modo ellos ya saben lo que tú realmente quieres ser.
Todo lo demás es secundario.
Cuando era joven, había una publicación asombrosa llamada The Whole Earth Catalog [Catálogo de toda la Tierra], una de las biblias de mi generación. La creó un tipo llamado Stewart Brand no lejos de aquí, en Menlo Park y la trajo a la vida con su toque poético. Eran los últimos años 60, antes de los ordenadores personales y la autoedición, así que se hacía con máquinas de escribir, tijeras, y cámaras Polaroid. Era como Google con tapas de cartulina, 35 años de que llegara Google, era idealista, y rebosaba de herramientas claras y grandes conceptos. Stewart y su equipo sacaron varios números del The Whole Earth Catalog, y cuando llegó su momento, sacaron un último número.
Fue a mediados de los 70, y yo tenía vuestra edad.
En la contraportada de su último número había una fotografía de una carretera por el campo a primera hora de la mañana, la clase de carretera en la que podrías encontrarte haciendo autoestop si sois aventureros. Bajo ella estaban las palabras:
“Sigue hambriento. Sigue alocado”.
Era su último mensaje de despedida. Sigue hambriento. Sigue alocado.
Y siempre he deseado eso para mí. Y ahora, cuando os graduáis para comenzar de nuevo, os deseo eso a vosotros.
Seguid hambrientos. Seguid alocados.
Muchísimas gracias a todos.
..."

domingo, 29 de septiembre de 2013

Reseña: Una vacante imprevista (J.K.Rowling)

(Antes de empezar, un mensaje para Eva: se que tengo pendiente leer tu libro, no me olvido y ten por seguro que lo leeré, pero me gusta sentirme muy libre en mi elección de lecturas, que tiene que ser en cada momento lo que me pida el cuerpo. Es la parcela de mi vida en la que más libre me siento, así que por favor, no te tomes mal que tarde un pelín en llegar a él. Un beso).

Este libro sabía que lo acabaría leyendo desde el mismo momento de su publicación, pero he tardado un poco porque me daba cierta pereza. Sabía que me iba a gustar, porque para mi Harry Potter fue más que un libro de ciencia ficción juvenil. Me gusta mucho cómo escribe la Rowling y me gusta la profundidad de sus personajes, incluso tratándose de un libro infantil/juvenil.

Por fin le llegó el momento a "Una vacante imprevista", desde el primer momento me gustó, aunque he tenido un parón cuando iba por la mitad, por circunstancias totalmente ajenas al propio libro. Al principio parece que no ocurre nada, simplemente te dedicas a conocer a los personajes que habitan en un precioso pueblecito inglés. Aun así las descripciones de todos son tan detalladas y se remonta a tantas vivencias pasadas que han tenido para explicar quiénes son, que te quedas con ganas de saber más de todos.
Ocurre algo en el pueblo, que visto desde fuera parece una cosa sin importancia, pero que según avanza la historia se ve lo relevante que es en el entramado de las vidas de todos los habitantes del pueblo.
La historia se va complicando y las vidas de los personajes también. Hasta que llegan al culmen al final del libro.
Como ya había oído comentarios del tipo: "el final se las trae", "ya comentaremos que te parece el final", estaba más o menos preparada. Es duro, porque todo el libro en realidad es duro, nadie es del todo bueno, nadie está ni medianamente edulcorado y muchos son francamente repulsivos.

Así que el final, en mi opinión era esperable, no me ha dejado mal sabor de boca porque unos caen y otros resurgen gracias a los que caen. No puedo decir mucho más sin hacer spoiler.

Mi conclusión es que la Rowling sabe escribir y sabe de la naturaleza humana, y de ambas cosas, hace gala en este libro.

Muy recomendable.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Tres ejemplos de telepatía

Sigo bastante saturada mental y físicamente, por los pequeños avatares a los que hago frente en este mes: cambio de departamento, ausencia maridil, inicio escolar etc.
Así que el poco tiempo que tengo libre no me apetece escribir en el blog, pero esto que os voy a contar quería escribirlo porque son de estas cosas que se me olvidan seguro si no lo hago ahora.

Siempre me ha maravillado lo bien que conoce mi hija a su hermano. Es algo realmente sorprendente porque le interpreta y traduce desde siempre, con una facilidad pasmosa. Os pongo tres ejemplos que han ocurrido en estos días:

1. En nuestro maravilloso viaje (del que parece que ha pasado una década por lo enmarronadillos que estamos ahora en comparación con lo libres y felices que estuvimos) le dimos duro al tema bolera. Descubrí, por cierto, que tengo un don para los bolos, pero eso ya os lo cuento en otro momento, solo deciros que he apuntado en mi lista de cosas para hace:, jugar a los bolos. Bueno, pues de pronto el otro día dice el niño: "mamá, me apetece mucho ir a ... eso... a lo que fuimos.... sí eso...mmm... lo de los zapatos... la tienda de zapatos...." y claro, yo flipando no sabía ni de qué hablaba y rápidamente la niña mientras hacía unas pulseras de tiras de goma, que se pasa el día haciendo ya ha regalado a todo el mundo alguna, dice: "que quiere ir a la bolera mamá". "Sí, eso, la bolera, que no me salía".
FLIPO. Ella como si nada, sin darle ninguna importancia como cuando hace estas cosas. Y él igual, ¿da por hecho que su hermana le lee el pensamiento o cómo es la cosa? ¿¿la bolera???. Insisto: FLIPO. Según me explicó la niña, mientras seguía dale que tienes con las pulseras, "estaba claro mamá, no ves que allí te dan unos zapatos?".

2. Algo que hacemos mucho es entrar a las tiendas de animales del barrio, somos muy conocidos en todas, a veces es para comprar comida para pajarito Lolo o cloro para la pecera, otras solo por ver. Hoy había en nuestra favorita un gatito ideal, a la salida en niño ha empezado una disertación de estas surrealistas suyas que no había ni por dónde cogerla porque se lía se lía, y al final yo creo que ni él sabe lo que estaba diciendo. Cuando le he dicho que se dejara de rollos y que se expresara mejor y de forma más clara, la niña me ha dicho: "pero si está clarísimo, te está diciendo que a lady Gaga y a Lolo no les cuida porque a veces se le olvida que están en casa, pero que a un gatito le daría de comer y le haría todos los cuidados porque siempre se acordaría de que está en casa". Bueno, pues yo solo le oía mucho blablablabla y algunos:eh mamá, acaso tú no oyes a un gato? eh mamá, pero a un pez le oyes??. No siempre tiene tan poca facilidad de palabra, pero hay momentos en que está como empanado y no hay quien le entienda, excepto su hermana, claro.

3. Ibamos por la calle de Alberto Aguilera de paseo y dice el niño: "mamá, por qué no vamos a la plaza de Chamberí", "pero hijo, si vamos en dirección contraria" - le digo yo-. "No mamá, quiere ir a Conde Suchil", "Sí eso". ¿QUÉ? pero ¿CÓMO? ¿Cómo sabe a qué plaza quiere ir realmente si no ha dado una letra?.
YO ALUCINO.

Menos mal que lo he dejado documentado, porque supongo que en algún momento mi hija dejará de tener telepatía con su hermano, y yo no recordaré estos ejemplos tan surrealistas de lectura de pensamiento...

Besos y feliz fin de semana

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Demasiada intensidad

¡¡¡¡Ay madreeeeeeeeeeeeeee!!!!!!!!! Qué duro está siendo el cambio de departamento!!!. Tengo que llevar una nómina en el bolsillo para mirarla cada vez que me entra el pánico y necesito recordarme por qué estoy haciendo esto.
Los que me conocéis/leéis sabéis que llevo peleando por el cambio de departamento desde enero. Ha sido por lo tanto algo meditado y muy peleado porque mis jefes no me dejaron irme fácilmente.
He ganado mucho en cierta tranquilidad. En mi anterior departamento llevamos dos años largos de sobresaltos: bajas incentivadas, prejubilaciones, intentos de vendernos a empresas externas que por suerte pasaron de nosotros, etc.
Además sabía dónde me metía.
Y aún así... Oma qué duro es esto...
Mi ex-jefa me llama casi cada día para ver si me he arrepentido y quiero volver, y eso no ayuda.
He pasado de un trabajo que dominaba a uno que desconozco totalmente, pero por lo que veo hay unas expectativas creadas en mi nuevo grupo como de que la ciencia infusa y yo, somos la misma cosa. Vamos, que sin formación específica, sino con un par de charlas super generalistas, de estas que les molan a los jefes iba a ser más que suficiente para que yo estuviera a pleno rendimiento.
He cambiado varias veces de trabajo en los 17 años que llevo en el mundo laboral, así que no es que tenga de natural una resistencia al cambio, más bien al contrario, me motivan los cambios. Peeerooo, ¡¡me duelen los ojos de mirar números en una pantalla negra!!! ¡¡¡ trabajar en host versus entorno windows!!! con números que no me dicen nada... es como la cocina, que no me habla... Me dicen: cuadra la cartera, si el precio de mercado ha sido coherente. Y yo: ¿y que es un precio coherente??, por dios, me faltan muchos datos para que mire un de esos horribles listados que me pasan y yo sepa ver descuadres...

Desde luego esto es un castigo divino en toda regla. Y a la vez, me siento feliz por tener trabajo y esa nómina a la que mirar guardada en el bolso. Suena muy bipolar, porque lo es, estoy más bipolar que nunca.

Marido sigue de viaje, tras Shangai y Seul, pasó el sábado en Madrid, para salir el domingo a Bruselas y luego Milan. El sábado fue apoteósico, los niños le recibieron como a un héroe de guerra. Madre de Dios cuantas emociones, abrazos, besos, regalos... Triunfó muchísimo el pater.

Más cosas: hemos tenido 3 cumpleaños, con sus correspondientes 3 regalos que comprar, llevar-traer hij@ y quedarte con el otro aburrido porque no está su amad@ herman@ con el que discutirá tan pronto vuelva a casa... Hemos comprado nuevos peces. Un año después de que muriera Nemo parece que las criaturas han superado el duelo y habemus dos beta hembras monísimas.

En general está siendo todo MUY INTENSO últimamente, no he tenido ganas de escribir ni de leer el libro con el que estoy (Una vacante imprevista, me estaba encantando hasta que mi coco se quedó demasiado saturado...).

Y eso es todo por hoy, espero que todo vaya volviendo a la normalidad: en el trabajo, marido en casa, el horario escolar normal... porque ya no estoy para tantos trotes!!.

Un beso

martes, 10 de septiembre de 2013

Sobre mis hijos XVIII

Hoy han empezado el colegio mis hijos, prácticamente todo Madrid lo hizo ayer, y algunos privados antes, pero en nuestro cole hacen cosas así, es un estilo propio que yo denomino “a su bolilla”, ellos van por libre.

Me habría encantado llevarles, porque además la niña pasa a quinto de primaria, y cambia de profes y de compañeros, les mezclan cada dos años (ya comenté el año pasado por estas fechas que no me gusta ese método). Pero no he podido ir, así que pasé las primeras horas en el trabajo nerviosa, esperando el guasap de mi hermana con la información de con qué profes y amigos le tocaba a mi hija…

Este año para variar, porque nunca había pasado así, mi hijo, el mismo que el primer día de cole amanecía llorando con un: “NO QUIERO IR AL COLEEEEEEEEEE”, resulta que estaba encantado. El domingo por la noche, de pronto nos mira a la hermana y a mí, con esa cara de sorpresa que pone a veces que entran ganas de darle un bocao, y suelta: “mamá, si te digo la verdad, tengo ganas de empezar las clases y todo ese aburrimiento. Es mi vida normal”.
Supongo que es su forma de decir, que ya ha tenido bastante diversión este verano y necesita rutina. El campamento de julio, el super-viaje, estar con la abuela, ir a la piscina… le ha parecido más que suficiente. También ayuda que vuelve con los mismos profes y compañeros del curso pasado. La tutora es maravillosa, pasó de una absurda Rotenmeyer en 2º prim a una profesional de la pedagogía en 3º, y claro, lo notamos todos mucho, no solo el niño.

La niña, siempre ha deseado empezar el colegio, porque la encanta aprender y se relaciona muy bien con sus compañeros, así que supongo que este año también tenía ganas pero le podían más los nervios.
Esto me recuerda algo que creo que ya conté por aquí: cuando mi hija empezó infantil de 3 años estaba ilusionadísima, porque pensaba que en el colegio iba a aprender muchísimo. Pero la primera semana de colegio fue decepcionante para ella, así que decidió resolverlo por su cuenta. Como si la viera, con sus dos coletitas y un libro en las manos, venir hacia mi y decirme: “mamá, enséñame tú a leer que en el cole solo juguemos y nos peleemos”.
Muy grande mi niña.

Cuando han salido del cole, ( porque hoy era jornada super-agresiva de 10 a 12:15, exactamente la que yo querría para mi trabajo ), he hablado con ellos por teléfono, y estaban los dos felices.
Para completar este sobre mis hijos, que me ha quedado muy corto porque no hay tanta anécdota relacionada con el inicio escolar, os cuento una de mi hija de ayer mismo. Me dice: “hay una cosa en las pelis que queda fatal y es que todo el mundo hable español. Viven en estados unidos y todo el mundo habla español, viajan a china y todo el mundo habla español. Que a ver, alguno habrá que hable nuestro idioma, ¿pero todos?, queda fatal”. - La explico el tema de los doblajes, ella lo entiende pero aún así, insiste: "ya, pero queda fatal".


domingo, 8 de septiembre de 2013

Sentimientos encontrados y algo de preocupación

Acaba de ocurrir algo que me ha dejado preocupada y disgustada, y aunque se trata de algo muy personal que no se si se entenderá, lo voy a contar aquí. Por fin, más de un año después de abrir este blog, veo sentido a haberlo mantenido en secreto. Porque aunque lo que os voy a contar seguramente desde fuera parezca una tontería, para mí no lo es, y no me gustaría compartirlo ni con mi madre, ni con mi hermana, ni con nadie de mi entorno que luego vaya a estar dándole vueltas al asunto.
Os pongo en antecedentes: marido está de viaje todo el mes, y los niños y yo hemos pasado lo que llevamos de fin de semana  haciendo cosas chulas, tipo: pedir pizza para cenar y acurrucarnos en el sofá a ver una peli, ir a la piscina, tomar helado, jugar a las palas… Esta mañana llama mi marido desde Shanghái y habla conmigo y con los niños. Al rato oigo sollozos desde la habitación de mi hija, voy asustada pensando que está otra vez con el dolor de tripa, y no, me dice que no le duele nada y que no pasa nada. Después de un largo rato sentada con ella, preguntando, esperando, dando mimitos, me cuenta que lo que pasa es que echa de menos cuando era más pequeña y echa de menos a papá. La primera parte me preocupa, mi hija ha sido muy sensible e intensa para todo, y me temo que va a tener una adolescencia de órdago a la grande. Con 10 años que acaba de cumplir, y siendo una niña que siempre ha querido ser mayor, está empezando a sentir nostalgia de cuando era pequeña. Me dice cosas como: “cuando éramos pequeños estábamos atontados y eso me encantaba” … “me estoy haciendo mayor y ya nada va a ser igual”. Se me pone un nudo en el estómago de pensar que mi hija está sufriendo por eso. Es demasiado consciente de todo.
Respecto de la segunda parte de la frase, la referente a que echa de menos a su padre, tengo sentimientos encontrados. Por una parte yo misma fomento desde siempre que quieran mucho a su padre, que tengan juegos juntos, momentos que sean solo suyos en los que yo no interfiera, y por eso me alegro de que se quieran tanto. Por otra parte, y esto no sé si me va a entender, me da rabia. La niña me dice: “en casi todos mis recuerdos divertidos de cuando era pequeña está papá”. Yo soy la que dejé de trabajar un año para quedarme en casa cuidándoles, la que ha renunciado a trabajos más interesantes, por la seguridad de una nómina y un horario de salida a las 3 cuatro días a la semana. Nunca he estado más de una noche fuera por ellos. Les recojo del cole, les llevo al médico, busco los mejores campamentos de verano, voy a las entrevistas del colegio… Y todo lo he hecho porque yo he querido. Pero querría verlo más claramente recompensado. Porque además, también me gustaría haber dejado mi trabajo y hacerme autónoma, en un momento en que se rifaba gente de mi perfil. Habría ganado mucha pasta en poco tiempo, pero habría tenido que viajar mucho, ya que casi todos los proyectos eran fuera de España, y no habría tenido seguridad laboral a largo plazo. Así que no me compensó. Y volvería a hacerlo. Pero se me cae el alma a los pies cuando la niña me dice que en casi todos sus recuerdos divertidos está papá. Ella no se da cuenta de que me hace daño, porque yo sonrío y la beso.
Esto me recuerda a una vez que el niño dijo que quería sentarse al lado del sabio (refiriéndose al padre), nos hizo mucha gracia el calificativo del sabio y le pregunté si yo no era sabia y me dijo que yo sabía de cosas menos interesantes como cuidarles bien, de los peligros y de lo que había que hacer. El padre sabe de animales, naturaleza y juegos divertidos. El padre viaja un mes y es la madre la que se queda con ellos…

Se me pasará, porque en cuanto acaben con las hojas que les toca hacer hoy del libro del verano, nos iremos a hacer algo, pero ahora mismo… estoy rara.

jueves, 5 de septiembre de 2013

Querido mes de septiembre...

El mes de septiembre dejó de ser un gran mes hace ya mucho tiempo.
De pequeña me encantaba septiembre, después de tres meses de descanso y vacaciones, era el momento de ver de nuevo a mis amigas y de estrenar material escolar nuevo (me encantaba el olor del papel y el plástico nuevo).
Durante la carrera también me las arreglé para aprobar siempre en junio, así que aunque mi estado natural óptimo son las vacaciones, he de reconocer que en septiembre veía con ilusión la vuelta a las clases y las juergas.
Toda alegría terminó tan pronto empezó la edad adulta y las obligaciones laborales, pero la verdadera tragedia aún estaba por llegar: la vuelta al cole de los hijos.
Para más inri, marido siempre tiene un viaje de dos semanas en septiembre, que este año se ha visto incrementado a cuatro.  Y yo, para los que no oísteis mis pucheros en la postdata de mi última entrada, acabo de incorporarme a un nuevo departamento. Todo precioso (modo irónico on).
¿¿¡¡¡Por qué Dios mío???!!! ¿Por qué???!!! (visualizadme postrada de rodillas con la mirada al cielo y los brazos en cruz, que a mi el melodrama me va mucho).

Esto es un infierno.
Mis días transcurren de la siguiente manera:
-          Me levanto ya cansada a las 7 de la mañana. Directa a la oficina donde paso entre 7 y 8 horas leyendo cosas que me suenan a chino mandarín antiguo e intentando echar un cable a mis compañeros para después sentirme el ser más inútil del universo. Durante todo ese tiempo, mi hermana está con mis hijos en la piscina, y a petición mía (que ya me vale lo masoca que soy) me manda algún mensaje con lo que están haciendo y comentarios muy de tita que babea con sus sobrinos en plan: “Tu hijo tiene un don para la natación, tía tenemos al nuevo Phelps en la familia!!”.
-          Fuera de la oficina: compro libros, forro libros, compro material escolar (que ahora ya me la sopla si huele bien o no, porque estoy hasta el moño), forro más libros, cuadro agenda de septiembre de cumpleaños, extraescolares… dejando hueco para las reuniones de inicio de curso con los profes y sigo forrando.
-          Como tres veces más de lo que comía hace una semana. Cuando estoy cansada me da por comer, pensé que era capricho para compensarme por la mala vida, pero no, me estoy observando y no se por qué será pero el hambre que me entra es muy real, no es un caprichito. Alguna explicación fisiológica tendrá, ¡maldita fisiología!.

Para compensar este sinvivir, mis hijos están más felices que nunca. Descansados, relajados, con ganas de ver a los amigos del cole, y sabiendo que empiezan dentro de nada, pero con clase solo por la mañana, que es lo que tenían que hacer en los trabajos a los adultos ¡¡una fase de adaptación!!!. La necesitamos mucho más que los niños de guardería, ¿no se dan cuenta?, que ya no somos esponjas, ni flexibles, ni todas esas bobadas que se dicen de los niños, y aún así, ZAS! De golpe todo el marrón sin anestesia. No hay derecho hombrepordiosya…


Lo dicho: querido mes de septiembre, ya no te quiero.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Experiencia bloguera

El otro día leí un tuit sobre la falta de honestidad y ética que alguien había encontrado en la blogosfera, y me quedé como aturdida. Todavía no entiendo a qué se refería, y no me he atrevido a seguir preguntando más.
A mí la experiencia bloguera, entre otras cosas, me ha devuelto el interés por las personas. Así dicho queda raro y hasta enfermizo, pero es la verdad. He sido una persona muy sociable desde niña, he tenido siempre buenos amigos, pero en los últimos años sentía que las personas ya no me aportaban casi nada. He seguido manteniendo la relación con mis grandes amistades, e incluso con amistades menores con las que simplemente me unen circunstancias y planes comunes. Pero he de reconocer que ese gusanillo de cuando era una niña pequeña y empiezas a descubrir cómo es de verdad tu amiga Cristina. O de jovencilla esas noches de charlas interminables en el cuarto de una de mis amigas. Ese tipo de emoción por conocer mejor a una persona, hacía mucho tiempo que no lo sentía. Veía a todo el mundo mucho más plano y previsible.
A través de los blogs que sigo y de los comentarios que me dejáis en el mío, he recuperado esa sensación. Ese ver la punta del iceberg de cómo es una persona, e ir poco a poco descubriendo más detalles. Las grandezas y las miserias de las personas quedan reflejadas en sus blogs.
Sigo sin entender qué puede pasar para que la percepción de alguien de este mundillo sea la falta de honestidad y de ética…

P.D.: cambiando de tema radicalmente, solo contaros que hoy ha sido mi primer día en el nuevo departamento, y ha sido… ¡terrible!. Como sé que al principio siempre ve uno todo lo que ha perdido y todo lo que le queda por aprender, voy a dar un margen antes de hundirme…