No
sería justo dejar atrás “Zulueta’s World” sin rendir homenaje a la tía Enrieta y
a Carmen, Pekevasión en el Foro y amiga en mi corazón… :) A Enrieta le debo los
muebles de mi escena y sus historias, a Carmen todas las pequeñas cosas que
ilustran esta entrada y otras que para mí –y creo que también para ella- son
como pequeñas estrellas fugaces que van dejando chispicas en este cielo que
compartimos :)
Enrieta debe su nombre a Sir Jenry, el gato oriental de la abuela Catalina… :) Os invito a explorar la raza... Se ha
contado desde siempre en las tertulias familiares que aquel animal era un extraño portento de la naturaleza, con un
olfato que le permitía detectar un ratón a vuelapluma y un prodigioso instinto
para presagiar las tragedias, por eso, cuando el abuelo Blas lo vio aparecer
sorpresivamente en el río aquella tarde, no dudó un instante en recoger sus
aperos y regresar apresuradamente a casa, sin detenerse en mayores reflexiones.
Apenas había cruzado el umbral de la puerta cuando descargó la tormenta con una
furia hasta entonces desconocida y el recodo donde Blas siempre había pescado
sus truchas desapareció bajo la riada por los siglos de los siglos. Por eso, a
nadie le extrañó que, cuando quince días después de aquello nació la niña, el
abuelo sentenciara que la pequeña habría de llamarse Jenrieta :). Con el correr de
los años ella demostró su toque felino desterrando la “J” al baúl de los
olvidos y ya era Enrieta con todas las de la ley cuando yo la conocí.
Antes
de decidirse a remodelar y disfrutar de la casa de la costa, pasaba buena parte
del verano en Lanjarón tomando las aguas. De aquellas estancias, he conservado
la pasión por los buñuelos, soplillos y piononos :) con los que siempre celebrábamos
su regreso y el delicado vasito de balneario que siempre llevaba en el bolsillo
de su albornoz :). Nunca le creí, pero ella solía contarme regocijada que lo había
encontrado en una grieta inexplorada de la Cueva de las Güixas (os invito a explorar la gruta) y que parte del
beneficio de aquellas aguas salutíferas de sus veranos se debía al efecto que
sobre ellas producía la huella de la bruja que, antes que Enrieta, había saciado
su sed con él, mil kilómetros al norte de Lanjarón :)
A
Enrieta se le puede pedir cualquier cosa excepto hipocresía; la riada que
anunció su nacimiento debió llevarse con ella todas las reservas de impostura disponibles para
aquellos días dejándola así libre de ella para siempre... Quizá por eso no tuvo
reparos en desterrar del álbum de familia el retrato del tío José y poner en su
lugar el de D. Cosme, un buen hombre que se ocupó de llenar el vacío que José dejó
en el corazón de la prima Luisa cuando decidió probar suerte con el algodón en Massachusetts
y de dar color al alfeizar de las ventanas de la casa solariega con las hortensias más
maravillosas que Enrieta haya conocido en su vida :)
Quizá fue el color de aquellas hortensias lo que despertó en ella la pasión por el azul que años después la llevaría hasta la orilla de la playa… :)
No, no busquéis… el marino no está en el álbum familiar… hay otro álbum… en el primer cajón de su mesita de noche… “Nerrer to thee”… más cerca de ti… pero ese es un cajón que solo se abre cuando la noche impone su presencia y la luna se cuela a través de los visillos del duermevela… :)
El que sí está es el primo Baldomero, Balduin desde que solicitó el ingreso en la Policía Montada del Canadá para añoranza y desvelo de Susi Mery. Ese gorrito de explorador que no se quitaba de pequeño debió habernos servido de aviso...
La
tía Enrieta siempre ha dicho que la suerte de aquel muchacho cambiará el día en que decida dejarse de monsergas y volver para hacerse cargo del ultramarinos de
la Calle Mayor y esto suponiendo que el abuelo Ernesto se resigne algún día a
soltar las riendas y cambie la silla junto a la caja registradora por otra en la mesa del dominó de la tasca de Plaza
Candela, pero no sé yo si me veo a D. Ernesto bailando ese baile, la verdad…
Habéis reparado en la pareja que posa en la playa, al lado de la foto de Balduin? Son Encarnita y Sebastián en uno de sus baños de olas en Santander :) Otro día os cuento que hoy ya se
hace tarde…
:)