El baño es un poco, como tantas otras cosas,
según te lo plantees… en función de eso, de ser un útil lugar de paso, trasciende a espacio con nombre propio,
pleno de un encanto que, de otro modo, resulta imposible concebir.
Por pequeñas que sean, a mí me gustan las
cosas con nombre propio, así que coloqué flores y cuadros en el baño y traté de
llenarlo de pequeños detalles en los que primé el encanto a cualquier otra
sensación, delatando con ello que es una estancia tan especial como el resto de
la casa, en la que la vida discurre al ritmo de un reloj que no conoce la
prisa.
Así entendido, las flores resultan imprescindibles, por lo que, además de elegir un papel que integra una delicada guirnalda de rosas, coloqué algunas macetas por aquí y por allá.
Estas que vais a ver son flores d'Aragón; en primer plano, un bonsai con maceta doro y flor de nácar. Reconocería un bonsai de Azu allá donde lo viera! :) Al fondo, una de mis flores favoritas, las amapolas d'Aragón :).
De las amapolas me conmueve su aparente y engañosa fragilidad y el rojo intenso con el que bañan la hierba que las cobija. Aún conservo en mi memoria la imagen de un prado de mi infancia cuajado de amapolas que podía contemplar a través de la ventana de mi clase de primaria... preludio de calor y primavera, bálsamo para el tedio de las tablas de multiplicar...
Los maceteros han brotado de mi gancho, como alguna otra cestita que coloqué en el estante... pequeñas cosas... :)
Un baño "a la importancia" como es el mío, siempre ha de tener un cestito para la ropa sucia, con un lacito de gratitud. El tacto de una toalla esponjosa sobre la piel después del baño hace incontenible un suspiro que hincha el corazón y los pulmones en un instante de dicha que, por más cotidiano que sea, no debemos pasar por alto. La vida está siempre llena de pequeñas grandes cosas en las que creo que debemos reparar y agradecer. No desechéis con desdén la toalla después del baño, tened siempre a mano para recogerla un cestico con un lacito de gratitud, aunque se trate de una toalla como mi toalla azul de trapo chino con puntilla de menos dos en la escala del buen artesano :)
Las pequeñas alfombras son otra de mis debilidades, cuánto más en un lugar donde tantas veces los pies están descalzos... En el baño de mi casita hay alfombras por todas partes, ya lo veis, y de entre todas, a mí me tiene enamorada esta, un regalo de Aurora (Lary78 en el foro "Tus Miniaturas"). Preciosa y perfecta! :)
Pero vayamos por partes! :) Mi baño tiene dos entradas... no había ninguna necesidad de esto, ni tiene otra explicación que el hecho de que no me decidía a colocar la puerta ni en un lado, ni en el otro; habéis experimentado esa horrible sensación de incertidumbre? Le puse remedio no desechando ninguna de mis dos preciosas puertas! La, la, la...
De esta manera, si uno elige la entrada de la derecha, se encuentra al frente con el lavabo :)
A pesar de ese halo con el que me encanta envolver muchas de mis fotos, los ojos se van a la toalla, verdad? Es una toalla Violeta Llaneza, nadie las borda como ella! ♥
Los cachivaches que hay sobre la repisa forman parte del baúl de mis creaciones :) y no vale la pena ampliar el zoom, creedme :)
Si eligiéramos la entrada de la izquierda, al frente toparíamos con mis amapolas y otra toalla de Violeta que espero que distraiga lo suficiente como para que nadie se pregunte qué hace ese camisón ¿? azul colgando de mi armarito sin puertas... :)
Me encanta mi armarico blanco sin puertas! Yo sola lo llené de arriba a abajo :). En él guarda mi dama sus toallas de repuesto, sus sales, cremas y perfumes para el baño, el cepillo con el que, cada noche, saca brillo a la melena que acariciará su caballero y la palangana de la tía Dorothy. La tía Dorothy que, en realidad nació Dorotea, se casó con un curtido vaquero de Kansas que se embarcó en un ruinoso negocio de loza a la que ahora ella da salida en cada una de sus visitas. A mi dama le tocó en suerte la palangana y a mí me gusta :)
No siempre resulta fácil decidirse entre el cepillo y el peine, el rosa o el azul para las toallas, o la lavanda y el jazmín para el baño, así que mi dama a veces ha de detenerse un buen rato ante el armarito; para inspirarla, coloqué dos cuadritos en la pared, para que pueda alzar la vista y tomar la distancia que, en toda decisión importante, merece la pena tomar.
Y finalmente, en el centro de la diana de esta habitación, está el recodo en el que mi dama se recuesta, sumergida en el agua cálida con flor de lavanda y cerrando los ojos, se pierde en los acordes de un piano que mece la tarde sin prisa, sin ruido, sin sombras...
Me encantan esas bañeras que te hacen sentir que vuelas en una goleta rumbo al sueño que decidas soñar :); mi dama no se merecía menos...
Habéis reparado en el detalle? Sí, la tía Dorothy regresó por Navidad; esta vez fue una jarrita :) Las zapatillas verdes son otro de mis excesos, tenía tres pares! A estas les tengo especial cariño; cada vez que Azu las ve se desternilla de risa y yo hago lo mismo con las ocurrencias que le inspiran mis zapatillas verdes con cuello en pico :)
Dulces baños!!! :)