miércoles, 3 de mayo de 2023
Desde ultratumba
miércoles, 21 de agosto de 2019
Mil años después...
Ayer me nació dejar un comentario en el blog del respetable Profesor Luis Azpe Pico en una entrada dedicada a sus tan célebres lecciones de etimología grecorromanas, y tras dos años de haber dejado mi último texto en esta vieja bitácora, releí el blog y recordé cuánto me llenaba dedicar unos minutos a una reflexión muy personal y extensa de algún evento en mi vida.
Claro: en Twitter mis ideas llegan más rápido al público, y en Facebook hoy día el intercambio de opiniones es más álgido...pero ninguna de las dos es íntima. Eso era lo que amaba de Blogger, pues era el equivalente de un diario o carta que por azares del destino llegaban a posar ojos distintos a los míos con mi consentimiento y de donde podía nacer una afinidad temática, estilística o directa a mi persona. Y gracias a ese mismo medio hice amigos muy queridos que me han visto crecer desde mis primeros años de universitario hasta mi nueva etapa como esposo y médico especialista.
Pero, ¿qué puedo compartirles en esta época donde en otros lares pueden dar hasta con una foto mía siendo acosado por mis gatas en paños menores a las 11 de la mañana?, ¿qué ideas puedo plasmar en la era de las batallas campales de twits y piolinazos?, ¿me quejaría todos los días de los largas que son las jornadas de consulta externa viendo pasar por mi escritorio señoras cuyas rodillas ya no las aguantan?
Esas fueron las interrogantes que me detuvieron, además de los inconvenientes de funcionalidad de mi tablet y laptop, mi creciente cronopenia que padezco como buen treintón que ya soy, y los cambios vertiginosos que ha tenido vida desde nuestro último intercambio.
Así que, ahí les va una breve reseña.
-En el verano de 2017 me fui de Torreón, Coahuila a hacer mi servicio social de la especialidad a un hermoso pueblo costeño de Tamaulipas por un semestre. Ahí experimenté por primera vez la responsabilidad de ser un médico a la cabeza de un equipo multidisciplinario, la eterna bronca de la falta de recursos, y tener que arreglármelas solo a mitad de la noche con equipo y espacio limitado con urgencias que me rechazan el traslado muy comodamente a kilómetros de distancia en un hospital de ciudad.
-Terminando el servicio, en la primavera del 2018 me mudé al Estado de Chihuahua con mi esposa, dejando a mis padres, hermanos, familia, al Negrito cara wey y amigos de toda la vida en Torreón. Desde entonces han sido contadas las veces que he podido regresar a casa, aprendí a amar una tierra ajena y a terminar mi transformación en adulto funcional al endeudarme por 20 años con una casa y tener qué dividir mi tiempo y quincenas en base a la puta necesidad.
-Desde la Navidad de 2018 nuestro auto 2004 ha sufrido múltiples descomposturas que junto con la inestabilidad laboral de mi mujer nos ha golpeado muy duro en nuestra economía. Aquí es donde inauguro una nueva sección del blog llamada 'Stratus from Hell'.
-Por fin hicimos nuestro sueño realidad, y somos los felices dueños de tres gatas: Calígula, Claudia y Cybel de 5 años, 1 año y 8 meses respectivamente. Tristemente perdimos a dos bebés rescatados a los que con mucho amor llamamos Rómulo y Remo, y descansan en paz en el patio de la casa que rentamos en nuestro primer año de mudanza.
-De momento, nuestro proyecto de convertirnos en padres biológicos está en pausa. Tentativamente lo retomaremos en 2020.
-En este momento estoy en una sala de espera afuera de un quirófano esperando noticias de mi suegro junto a Lucerita Asíntota (nada grave, no se preocupen). Tenemos muchísima hambre.
¿Y qué pasará ahora? Bueh, tal vez no puedo hacer mucho trabajo de edición desde el celular, pero a la mierda: NECESITO volver a escribir para nadie.
Así que ps me tienen de vuelta.
En cuanto tenga chansa quitaré mis adornos chairos del templete, rediseñaré el sitio y les compartiré mis otros espacios de escupidera.
Todavía hay mucho de qué hacer berrinche en esta vida jodida.
Saludos a todos.
martes, 26 de mayo de 2015
The Smiths - Please, Please, Please, Let me get what I want
No tengo mucho de conocer ésta canción de The Smiths. A lo más dos años. Llegó en una época en la que apenas me estaba comenzando a reajustar tras muchos tropiezos, desencantos y topes contra la pared ante una frustración enorme de sentirme estancado en muchos aspectos de la vida. La desesperación y yo somos viejos conocidos, pero volver a experimentarla una y otra vez no deja de ser devastador para mis nervios y en aquellos días comencé a creer firmemente que no merecía volver a experimentar la felicidad y que las cosas iban a ponerse cada vez peores.
Meses antes de comenzar a retomar las riendas de mi vida y de reordenarla, Ludy comenzó a devolverle algo de color a mis ojos. Salvo mis padres, ella era lo único bueno que de verdad sentía legítimamente mío; sí, fui malo y grosero con ella, le había roto antes el corazón, y sin embargo ella aún se preocupaba por mí y me acompañaba en mi proceso al mismo tiempo que yo la apoyaba en el suyo. Comencé a mandar al carajo mis paranoias, quitar las redes de seguridad, y nuevamente volví a amar a sabiendas de los riesgos que implicaba, y desde entonces hasta la fecha cuando oigo de nuevo esa canción, ya no me siento tristemente desesperado, sino muy feliz de cultivar todos los días mi relación de pareja con mi gran compañera de armas y de tener la certeza de que ese tesoro tan preciado no lo descuidaré.
No sé...de repente me gusta mucho la canción como primera balada de esposos...
lunes, 30 de marzo de 2015
Té de menta para el vómito
Ludy vino hace una semana, y me iluminó la vida por unos hermosos pero fugaces dos días, el deseo de casarnos se vuelve cada día más fuerte y cuando menos lo pensamos ya estamos teniendo otra conversación sobre planes de boda para dentro de dos años. Pensamos en la lista de invitados, pensamos en el lugar, pensamos en el menú, pensamos en los malditos gastos que implicará dar una fiesta a un chingo de gente para tratar de darles gusto en vano en nuestro mejor día, pensamos en lo lejos que aún se siente y de cuánto anhelamos contar con el amor y apoyo del otro en vivo a diario, aún a pesar de los malentendidos y la rutina que puede implicar, y de cuánto me gustaría encargar con ella un bebé desde la primera noche o tras el primer año. ¿Cuándo me animaré a decirle a mis papás que ya tenemos una fecha tentativa y que estamos comenzando a reservar parte de nuestros sueldos a ese fin?, ¿como siempre en todas mis decisiones importantes me cuestionarán si estoy seguro de lo que voy a hacer?, ¿me enojaré?.
Atrás se oye una fiesta pendeja de mocosos que obviamente ya salieron de vacaciones, no tienen por qué irse a dormir temprano y levantarse contra los mandatos del cuerpo a trabajar como burro de carga a cambio de poder adquisitivo (dulce, dulce poder adquisitivo sabor Droga-Cola Inc.). Oyen canciones actuales, de mi tiempo y del tiempo de mis papás, ¿qué coños es eso?, algo mejor que la basura de narcocorridos que acostumbran los otros mojones, eso sí he de admitir. ¿En qué me quedé?. ah sí: mocosos idiotas con harto tiempo para desperdiciar sin preocupaciones de salud, incertidumbres del mañana o responsabilidades por las cuales deban dar la pinche cara.
No quiero salir ahora mismo de casa, no quiero ir al idiota hospital a buscar un médico de los pocos que se han dignado verme trabajar más de quince minutos para que con mano en cintura se dignen a imponerme números que le den un valor subjetivo a mis guardias y cooperación periódica en un servicio y unidad a la que no pertenezco ni soy del todo bienvenido. No pienso ir, a la verga iré a joder en otro momento, no ahora. Malditos cabrones que a sabiendas de que tienen gatos pendejos que les hagan la chamba a cambio de un título se largan a su casa a dormir hasta que reciben un fonazo de que alguien se nos está muriendo. Cabrones, cabrones, cabrones.
Hoy necesito despejarme, necesito mandar a la verga tantos miedos y corajes que se me han ido juntando. Tal vez necesito otra conversación sobre la boda. Aún tenemos que platicar de dónde nos iremos a vivir si nos casamos durante su especialización. No podemos comprar una casa sin un empleo fijo, así que tenemos qué pensar qué clase de departamento rentaremos.
jueves, 12 de febrero de 2015
Desaparecido
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Y justamente el cambio brusco de clima, un misterioso olor a mar en el aire en una ciudad seca, y el recordatorio del invierno en un árbol me hicieron darme cuenta que ya me tardé en escribir algo. |
miércoles, 6 de agosto de 2014
Cuando uno de esos cabrones me la trató de jugar a mí gritándome como vieja histérica con el palo mal ensartado en la cola, acusándome de acosarlo solo por salirme de mi cubículo a dar las buenas tardes y extender una invitación protocolaria a la valoración médica, luché contra mi ego y las groserías las respondí con amabilidad y educación.
La mano me tembló por horas del esfuerzo que hice por tragarme la ira, los deseos de echarle en cara al cabrón lo deshuevado que me salió, de decirle cuánto me la pela su gremio de iletrados que nada me puede hacer y el cojare que me dió darme cuenta que por más que nos la cante el departamento de seguridad e higiene, en realidad nosotros estamos solos.
Me alegro de ver que ya hace rato me dejé de pendejadas de dimes y diretes y comencé a actuar según mi categoría, pero debo admitir que es un poco frustrante que mientras más renombre tiene uno, los mediocres que no tienen nada qué perder pueden hacernos los que queramos sabiendo que solitos nos mancharemos la reputación al rebajarnos.
Ya me está comenzando a cansar el juego de la paciencia.
miércoles, 4 de junio de 2014
Jim Croce - Time in a Bottle
If I could save time in a bottle
Casualmente supe de la existencia de esta canción el fin de semana en mi cita con mi chiquita viendo cierta película geek...pero al buscarla y leer con más detenimiento las letras, supe que esta canción ilustraba perfectamente esta etapa de mi vida.
Claro que no será para siempre, que llegará el momento en el que de nuevo tendré tiempo de sobra para disfrutarlo con los que más quiero o a solas, pero mientras tendré qué encontrar la manera de poder estar con ellos.
Y curiosamente, muchas veces el mal del tiempo es el origen de las grandes decisiones en la vida. Porque si no es ahora, tal vez mañana no volverá a ser.
sábado, 12 de abril de 2014
Y lo mejor de todo es que ya hace tiempo decidí dejar botado por ahí el equipaje extra que me estorbaba en el camino a la tranquilidad.
El día acabó en una nota más alegre, (gracias, Lu), y mañana será día de descanso y de renovaciones.
martes, 18 de febrero de 2014
Como todo un Godínez
Por el momento no tenemos muy buenas expectativas sobre lo que pase con el proyecto de aquí a unos dos meses, pero puede que el tiempo me demuestre errado y finalmente veamos la luz del túnel. Curiosamente muy a pesar de las dudas, cada día siento que voy mejorando en mi técnica, discurso, gestos y uso eficiente del tiempo, logrando ver volúmenes de 30 personas cuando antes apenas podía aspirar a que sobrepasaran los 8 en un día cualquiera de visita institucional, y hasta me atrevería a decir que voy extrañando un poquito menos al día mi antiguo empleo ahora que me consta que mi ciclo ahí llegó a su fin puntual.
Los mantendré al tanto (pronto, quizás) de eventos mucho más interesantes y coloridos que mi vida laboral.
miércoles, 15 de mayo de 2013
Nunca Más
Creo que fue de la película de Beetlejuice de donde saqué esta idea: si no puedes librarte de los fantasmas del pasado, al menos ignóralos de forma tal que su sola presencia te pase desapercibida.
Debo admitir que me duele, pero sopesando las cosas, ahora que cuido un poquito mejor mi anonimato de Internet y no admito comentarios de gente no usuaria de alguna forma de blog, ya no necesito de ningún servicio de control de tráfico o contadores de visitas, ni me debe preocupar quién entre y salga de aquí.
Algo había en estos hábitos que me daba alguna clase patética de alegría al pensar que tal vez después de tantas cosas que pasaron, yo aún era importante para tí. Por eso es que aunque me molestara tu presencia, no podía tampoco evitar desear encontrar rastros tuyos de tus lecturas furtivas.
Siempre termino recayendo de una u otra forma, y aunque me lo he propuesto y he seguido con mi vida hay algo que me hace voltear atrás y contemplar aquellos días en los que quiero pensar nos hacíamos mutuamente felices. Ya alguien se atrevió a decirme casi a manera de insulto que jamás superaré nuestra caída, algo que para mí ya es una alerta roja de que las cosas se me están comenzando a salir de control y demanda acciones drásticas.
Y aún si no se tratara de tí, ya es tiempo de librarme de esa obsesión malsana al dejar de buscar espectros donde quizás no los hay.
jueves, 2 de mayo de 2013
Vanesa Quiroz - Esperándote
Sólo imagino
Todo es real
Ojalá que así lo fuera
Es sólo otro día
Otra noche fría
No sé si me buscas
O si me esperas
Puedo ver en tus ojos
Y también tu rostro
Quiero verme amada
Y dormirme abrazada
Dime que me quieres
Dilo por favor
No puedo dejarte
Y menos olvidarte
No puedo saber
Qué quieres de mi
Puedo tocarte
E incluso verte
Ven hacia mi
Vamos, más cerca...
Puedo sentirte
Tan cerca de mi
No me persigas
No lo soporto
¿Por qué me torturas?
¿Qué quieres de mí?
Dime quién eres
Dime dónde estás
¿Qué quieres de mí?
¿Qué necesitas de mí?
No puedo saberlo
¿Que quieres de mí?
No puedo dejarte
Y menos olvidarte
No puedo saber
Qué quieres de mi
Puedo tocarte
E incluso verte
Ven hacia mí
Vamos, más cerca...
Puedo sentirte
Tan cerca de mi
No lo soporto
No me persigas
¿Por que me torturas?
¿Que quieres de mí?
Dime quién eres...
Dime dónde estás
¿Qué quieres de mí?
¿Qué necesitas de mí?
No puedo saberlo
¿Qué quieres de mí?
Dime quién eres
Dime dónde estás
¿Qué quieres de mí?
¿Qué necesitas de mí?
Dime quién eres
Dime donde estás
Dime amor
Porqué me quieres
Que todavía me anhelas
Cuando te acercas
Muy cerca de mi
Puedo sentir tu dolor
Tu miedo y afliccion
Yo no sé porqué
Desconozco la razón
Cuando te acercas
Muy cerca de mí
¿Nunca has sentido como si alguien te vigilara?
¿Nunca has sentido como si alguien te esperara?
¿Estoy soñando?
¿O sólo me lo imagino?
¡Ay amor!
Te esperaré toda la vida
Te esperaré hasta la muerte
Siempre...siempre...siempre...
Estoy amor...esperándote
No puedo dejarte
Y menos olvidarte
No puedo saber
Qué quieres de mi
Puedo tocarte
E incluso verte
Ven hacia mí
Vamos, más cerca...
Puedo sentirte
Tan cerca de mi
No lo soporto
No me persigas
¿Por que me torturas?
¿Que quieres de mí?
Dime quién eres...
Dime dónde estás
¿Qué quieres de mí?
¿Qué necesitas de mí?
No puedo saberlo
¿Que quieres de mí?
Demasiadas coincidencias ultimamente. Es bueno simplemente sacarlo del sistema de vez en cuando...para variar.
martes, 30 de abril de 2013
No existen las blancas palomitas
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La manzana de la discordia. |
Antes de abrir esta Caja de Pandora, debo aclarar que acepto ser apenas un mocoso imberbe que apenas lleva dos años ejerciendo su carrera, que desgraciadamente la he llegado a cagar en algunas ocasiones con mis pacientes, y que también tengo el defecto de que a veces (aunque procuro que no sea tan seguido) con tal de no admitir mis limitaciones de conocimiento he tenido que aventarme choros mareadores con tal de que mi diagnóstico sea aceptado por un paciente de trato difícil. Está mal, es una falta de respeto a mis maestros y mis pacientes, y por ello cada que he incurrido en fallas a mi deber, me he sentido obligado de abrir de nuevo los libros, pedir consejo a compañeros, y de referir a mis pacientes con gente más digna de su confianza. Ni soy un médico de las mil maravillas, ni me tildo a mí mismo de no pecador.
Ahora que eso queda aclarado, pasemos a los chingadazos: me caga mi gremio. Desde el primer año de la escuela hasta la fecha, no puedo evitar mover los ojos a los cielos cada que veo a un cabrón de esos pasearse por las calles en bata blanca, o presumir a sus amistades o familiares en las reuniones de que él/ella "salva vidas" nomás para dizque apañarlos a todos. Yo creo que por culpa de esa falacia de "salvar vidas", las distintas sociedades donde los médicos hemos existido en la historia del hombre en este mundo hemos sido ejecutados, encarcelados, humillados, mutilados o desterrados al fracasar en dicha proesa.
Por crear ese mito tan absurdo de que nosotros poseemos el poder de los Dioses gracias a Esculapio o cualquier otra figura mítica que se les ocurra, nosotros nos atrevimos a ser algo más que hombres libres y esclavos sin amo mantenidos por la sociedad a la que servimos, aspiramos a ser lo más cercano a Señores Feudales si no es que Dioses sobre la tierra vendiendo esa premisa absurda con la que impresionabamos a los campesinos y supersticiosos. La expectativa que nosotros mismos creamos a nuestro alrededor fue la soga que solitos nos pusimos en el cuello.
Nuestra prepotencia, nuestra necedad en que somos los poseedores de todo conocimiento, las ínfulas de que por derecho debemos pertenecer a la parte más alta de las castas, y nuestra explotación siniestra de la tanatofobia de la humanidad hacia un hecho tan natural y neutral como la muerte haciéndonos pasar por sus salvadores son la causa del desprecio de la gente letrada e iletrada por igual.
¿Y todavía tenemos el descaro de reclamarle a la sociedad con pendejadas de esas que circulan por correo y Facebook? No exculpo tampoco a la gente, que espera que a cambio de miserias de pago los tratemos como reyes y hagamos todo lo que nos piden; pero creo que hay qué hacer un poquito de memoria y afrontar los hechos sin culear.
Yo por eso insisto que no salvamos gente: manipulamos la naturaleza para prolongar la vida hasta donde eticamente (otra cosa digna de debate) es permisible...eso y también aconsejamos, educamos, ayudamos y consolamos. Esas últimas creo que nadie nunca las toma en cuenta porque ya casi nadie las lleva a cabo.
Pffft, en fin. Ya me desahogué del disgusto que me dí al leer las peleas pendejas de Internet acerca del tema.
miércoles, 24 de abril de 2013
Una entrada en la que se supone debí escribir sobre libros
Ya sobre los libros, lo resumiré así: no leas solo por leer, no te sientas obligado a gustar de lo que otros llaman "buena literatura" ni tampoco con el compromiso de acabar un libro que por más que quieras no termina de gustarte. Como en todo es cosa de gustos, y todos lo tenemos variado. Leer es bueno porque ejercita la imaginación, nos da un breve recuento de las cuestiones básicas de la gramática y la buena ortografía (gracias, editores), además de que a diferencia de un iPod, una iPad, un PSP, NDS o lo que sea, muy rara vez nos lo robarán a menos claro que el caco en cuestión de pura casualidad coincida en preferencias con uno, lo cual lo hace un medio de entretenimiento fácil de transportar a todos lados.
Personalmente disfruto mucho leer crítica social, humor, ficción y algo de misterio, algunas veces uno que otro clásico y aquello que involucre mis temas predilectos de la historia nacional o mundial, cualquiera de esos tópicos en mis tiempos muertos de trabajo o cuando espero a alguien en un restaurante.
Como sea, busquen el libro que sientan que está a su medida como si se tratara de un traje, disfrútenlo y dejen que esa sea su guía inicial para buscar otros buenos ejemplares por ahí.
martes, 23 de abril de 2013
En otras noticias, por fin hoy pude adquirir mi cigarro electrónico y vaya que no se siente mucho la diferencia a la versión empapelada.
Ojalá en la próxima entrada les tenga mejores noticias.
miércoles, 17 de abril de 2013
Ennio Morricone feat Gheorghe Zamfir - Cockeye's Song
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"El gallo enamorado", de la autoría del célebre pintor Marc Chagall. |
Y escuchando esta melodía el día de hoy en el trabajo, que me aguanto las ganas de llorar al traerme un recuerdo lindo, distante y al final muy triste de un instante breve de pasado.
Lo bueno es que ya pasó y lo saqué de mi sistema.
lunes, 25 de marzo de 2013
Noches que resuenan
El calor de las últimas tres noches me han traído a la mente muchos recuerdos de mis días en el campo. De lo fácil que era salirme de la clínica por la noche a refrescarme caminando hacia ese pequeño pero frío charco de agua donde se refugiaban los patos; contemplar el paso veloz de las nubes arrastradas por el viento; contar estrellas en el firmamento hasta el cansancio; apreciar los cambios de apariencia de la luna en cosa de horas y días; oír el relinchar frenético de las bestias que corrían libres a una distancia peligrosa de mí; y cómo el sabor de las bebidas se intensificaba más esas noches de luna llena.
Aunque ya estoy lejos de esa tierra, aún siento en mí las huellas que dejó en mi mente. Y vaya que en días de ansiedad sirven mucho como zona de confort en mi mente.
domingo, 9 de diciembre de 2012
También existen pacientes mezquinos
Ni siquiera la gente de los barrios más peligrosos de la ciudad a quien atiendo gratis (tomando en cuenta que aquí las farmacias cobran $30 la consulta) me falta el respeto (mucho menos porque yo haga lo justo).
Esta noche me voy a la cama muy decepcionado. Pero espero el lunes pueda volver a mi rutina normal de atender a mis pacientes desvalidos.
sábado, 1 de diciembre de 2012
Hay quienes argumentan que hay qué seguir adelante y aceptar que las cosas pasaron como pasaron, que a final de cuentas siempre nos quejaremos de nuestro gobierno.
Pero lo que aquí está en juego es cuántos años más seguiremos excusándonos de que no podemos cambiar y que resistirse a la corriente es fútil.
domingo, 25 de noviembre de 2012
Yoko Kanno feat. Joyce - Run, Wolf Warrior, Run
Hoy casualmente me topé con esta canción después de casi ocho años de no haberla vuelto a escuchar. En aquellos días me parecía bonita para ser música de estilo folklórico (que entonces para mí no era más que música de hippies), pero el día de hoy me llevó a un momento mágico de mi pasado.
Ya antes había tenido la oportunidad de acampar o pasar fines de semana con mi familia fuera de casa en el área rural vecina a mi municipio, a lo más había vacacionado hasta la Sierra de Durango; naturalmente de niño no podía apreciar de lleno la tranquilidad de una zona lejos de las luces, el ruido y la molestia de tener qué quedar bien con otras personas para poder sobrevivir. Sin embargo hace dos años que viajé a un lugar distante a varias horas de distancia de mi hogar para prestar mi servicio social como uno de los requisitos finales de mi título, tuve una nueva oportunidad.
Por razones obvias no mencionaré ni el nombre ni la localización, pero al principio cuando yo elegí ese destino en la repartición de plazas no sabía si alegrarme o sentirme avergonzado, pues cuando le conté a mis amistades de otras ciudades aledañas ellos me contaban que era el lugar más alejado, aburrido y carente de recursos, me preguntaban incluso qué había hecho yo para merecer semejante castigo, si fuí el último de los turnos y solo me quedó esa opción, o si me hicieron tonto en la elección de plazas. No importaba: estaba hecho y lo más importante era no retractarme y hacer lo mejor que estuviera en mis manos para salir bien ese año en aquel poblado pequeño de 120 habitantes donde ni había cableado eléctrico (pero sí celdas solares), señal de celular, mini supers, pavimento, tuberías de agua o drenaje.
No solamente trabajé de manera ordenada, bajo protocolo, con buen manejo de mi escaso presupuesto mensual monetario para sobrevivir y manteniendo todo bajo control, sino que terminé enamorándome del lugar (mas no de su gente...cabrones) que a pesar de estar rodeado en su mayoría de arena, tierra y maleza, también había fauna salvaje de la cual debía cuidarme desde insectos (uno me dejó una roncha que no cicatrizó en todo un año), serpientes de cascabel, aves de rapiña, osos, coyotes, pumas y venados de cola blanca provenientes de las montañas aledañas (boscosas y frías, ideales para acampar); una variedad enorme de plantas y árboles desérticos bajo cuya sombra nunca antes me había resguardado; dos pequeños estanques donde las ranas se procreaban, los patos que migraban desde el Norte hacían escala, y al llegar el invierno se congelaba cual pista de hielo; manadas de ganado caprino (¡los weyes esos son vaciladores como los perros!), bovino, equino y asnos (los dos últimos son especialmente peligrosos de noche en verano...épocas de celo y peleas por la supremacía); ventarrones tan potentes que podían elevar kilos de tierra a más de 50 metros de altura; lluvias que aunque escasas eran prolongadas y dejaban una estela de arcoiris e infinidad de insectos y animales que cantaban al unísono al caer de noche; y por último y no menos importante, noches estrelladas con muchas estrellas fugaces que me entretenían más que una radio o mis libros, cuyos cielos no podía dejar de ver hasta pasada la media noche cuando mis ojos se cansaban y la lógica me decía que si no descansaba despertaría tarde para dar consulta.
Si a este hermoso escenario le agregaba que la basura que generaba cada vez era menos y cuidaba muy bien la clase de productos que consumía (porque tenía que incinerarla, y pues no es nada bueno dejar residuos más tóxicos de lo esperado), y que aprendí a moderar mi consumo de agua en cosas simples como mi aseo diario, la limpieza de mi clínica (siempre impecable a pesar de estar enmedio del desierto) o mi fosa séptica, contaba con una perrita que me hacía compañía diario y le compartía de mi comida, quien a cambio escuchaba mis berrinches y monólogos haciendo de cuenta que me entendía y que cada que salía a pasear en las afueras del pueblo, los estanques o las cercanías del monte, ella siempre me seguía el paso brincando de lo lindo sin una correa que le quitara su libertad o la mía.
Un año entero formé parte de algo más grande que yo, algo que creí que en mi vida iba a sentir o ver con mis propios ojos, y que de darse la oportunidad lo volvería a experimentar.
Y ahora que estoy ganando algo de independencia económica, espero pronto comenzar a acampar por mi cuenta o hacer algo de ecoturismo...¿y por qué no?: más adelante construir en ese solitario lugar una casita de adobe donde de vez en cuando pueda escaparme de la ciudad y tener mi pedacito de Paraíso.
Cada día la música de mi gusto dispara recuerdos más elaborados...pero todos bonitos.
domingo, 12 de agosto de 2012
Me ayudó no solo para darme cuenta de cuánto he crecido ahora que puedo desprenderme de más cosas de mi pasado, sino también a irme despejando del problema que surgió sin previo aviso y que de momento regresamos al status quo.
Hoy realmente no tengo nada de qué quejarme, reflexionar o recomendar. Fue un domingo tranquilo y silencioso en todo sentido de la palabra.
Mañana habré despertado como si el día de hoy solo fuera un sueño insípido.