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19/1/09
27/11/08
(La otra mirada de) Granada
Gracias:
A Rafa (Jaén), los ciclos nunca nos superan.
A Jesús Ortega por la charla de hermanastros literarios en el Piaf. Honda, como el cante.
A Miriam y Chema, por lo que saben. Pasan los años y nos queremos. Eso es más que suficiente.
A esa jovencita de acento mexicano que bajando del Generalife delante de nosotros dijo al grupo de amigas que la acompañaban: “Saben, chicas, ya acabé de leer El laberinto de Noé” (nosotros asombrados, las bocas abiertas, ¿tu crees que ha dicho?, seguro, ¿seguro?, sí, no sé si decirle... pero bueno, para qué; ya, pero es tan bonito)
Ya no estaba José Carlos (Cienvinos), ni aquella taberna decrépita (edificio en reforma) con las mejores tapas de Granada (aquellas berenjenas fritas y aquel barreño de gazpacho). Pero descubrimos otros rincones increíbles a los que volver.
A Rafa (Jaén), los ciclos nunca nos superan.
A Jesús Ortega por la charla de hermanastros literarios en el Piaf. Honda, como el cante.
A Miriam y Chema, por lo que saben. Pasan los años y nos queremos. Eso es más que suficiente.
A esa jovencita de acento mexicano que bajando del Generalife delante de nosotros dijo al grupo de amigas que la acompañaban: “Saben, chicas, ya acabé de leer El laberinto de Noé” (nosotros asombrados, las bocas abiertas, ¿tu crees que ha dicho?, seguro, ¿seguro?, sí, no sé si decirle... pero bueno, para qué; ya, pero es tan bonito)
Ya no estaba José Carlos (Cienvinos), ni aquella taberna decrépita (edificio en reforma) con las mejores tapas de Granada (aquellas berenjenas fritas y aquel barreño de gazpacho). Pero descubrimos otros rincones increíbles a los que volver.
21/11/08
GRANADA
Allí donde se detuvo el tiempo,
donde se refugia la nieve
cada amanecer,
donde la vida camina
bajo la celosía de un ventano
donde se refugia la nieve
cada amanecer,
donde la vida camina
bajo la celosía de un ventano
engalanado
tras la urna de cristal,
donde las últimas luces
tiñen de carmín la historia,
donde Cienvinos pasea
con su guitarra
rasgada de lamentos
y tarantos,
donde no existe el final.
Desde el avellano llegan
rumores de charlas,
bajo la sultana están
los tristes peregrinos,
en la plaza beben vino con tapas
los que dan de comer
al cuerpo
después de dar de beber
al alma.
Desde los jardines flotantes,
desde los paseos del agua,
desde carmenes punteados
tras la urna de cristal,
donde las últimas luces
tiñen de carmín la historia,
donde Cienvinos pasea
con su guitarra
rasgada de lamentos
y tarantos,
donde no existe el final.
Desde el avellano llegan
rumores de charlas,
bajo la sultana están
los tristes peregrinos,
en la plaza beben vino con tapas
los que dan de comer
al cuerpo
después de dar de beber
al alma.
Desde los jardines flotantes,
desde los paseos del agua,
desde carmenes punteados
de cipreses
y guirnaldas,
desde cada rincón se desprende
el aroma de la rosa,
va bajando lentamente
con su manto entretejido
de pasiones poderosas.
Ve y mira,
siente,
cierra los ojos:
huele,
curiosea, escarba,
bebe y charla con los amigos,
escribe poemas de amor,
o de dolor,
madruga y despiértala,
siéntate en cualquier rincón y,
si te has de marchar,
ya sabes, puedes llorar,
pero aquí siempre estará,
porque no tiene final.
y guirnaldas,
desde cada rincón se desprende
el aroma de la rosa,
va bajando lentamente
con su manto entretejido
de pasiones poderosas.
Ve y mira,
siente,
cierra los ojos:
huele,
curiosea, escarba,
bebe y charla con los amigos,
escribe poemas de amor,
o de dolor,
madruga y despiértala,
siéntate en cualquier rincón y,
si te has de marchar,
ya sabes, puedes llorar,
pero aquí siempre estará,
porque no tiene final.
27/3/08
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