Tarta de Limón con Merengue

  Esta tarta la hice hace unos días porque tenía el antojo de una tarta fresquita, con mucho limón. Casualmente mi niña me "pidió" prestado el ordenador y me encontré sin internet para buscar una receta de Lemon pie, así que me acordé de un libro que compré hace muchos años "Cocina Tradicional Británica" y allí encontré esta receta.

  Quedó bastante ácida incluso a pesar del merengue, por eso recomendaría añadir más azúcar a la crema de limón. De todas maneras, como para gustos los colores, copio la receta original con las pocas modificaciones que yo le hice. 

Ingredientes:

Para la base:

• 175 gr de harina tamizada (y un poco más para amasar).
• 75 gr de mantequilla.
• 45 gr de almendras molidas.
• 50 gr de azúcar.
• 1 huevo.
• 45 ml de agua fría.

Para el relleno:

• El zumo de 5 limones (unos 300 ml).
• La ralladura de 3 limones.
• 90 gr de maicena.
• 300 ml de agua.
• 4 yemas de huevo.
• 30 gr. de mantequilla.
• 150 gr de azúcar (admitía más)

Para el merengue

• 4 claras de huevo
• 200 gr de azúcar.

  Las cantidades no son exactamente las de la receta original porque aumente en un 50% las cantidades para la base y doblé las de la crema de limón y el merengue (no me importaba si sobraban, aunque lo puse todo el la tarta).

  Para hacer la masa de la base, tamizamos la harina, le añadimos la mantequilla y lo mezclamos con los dedos (o con la Kitchen Aid, si ya lo sé, soy muy floja) hasta que tenga una textura de migajas.

  Se añaden las almendras, el azúcar y el huevo. Se amasa y, si es necesario, se añade poco a poco el agua, aunque hay que tener cuidado de no añadir demasiada porque si no la masa quedará pegajosa y la tarta quedará dura.

  Se envuelve en film transparente y se guarda un rato (como media hora) en la nevera. Mientras se enfría, encendemos el horno a 200º para que se vaya calentando.

  Se supone que la masa debe estirarse sobre una superficie enharinada y que hay que pasarla al molde, pero al estirarla con el rodillo se rompían los bordes y quedaba muy quebradizo.

  Entonces decidí poner la masa en el molde (de unos 25 cm, por cierto) y estirarla con las manos.

 Para que el borde quedara más uniforme, pasé el rodillo por encima para ir cortando la masa sobrante.

  Se pincha la base y los laterales de la masa con un tenedor para que no se abombe. 

  Se pone un papel de hornear (o papel vegetal) y un buen puñado de garbanzos o cualquier legumbre que le de un poco de peso. Yo utilizo siempre las mismas que guardo en un bote como "garbanzos para hornear".

  Se tiene 12 minutos en el horno. Se quitan el papel y los garbanzos y se hornea otros 5 minutos más. Lo de quitar los garbanzos parece una tontería, pero hay que tener cuidado. Yo suelo preparar una bandeja al lado del horno para coger el papel por las esquinitas y quitarlo rápidamente, pero en ocasiones el papel se ha tostado demasiado y se rompe, con lo que se llena la cocina de garbanzos bien calientes que te queman los pies. En cualquier caso, hay que intentar hacerlo rápidamente para que tampoco se baje mucho la temperatura del horno por tener la puerta abierta. 

  Una vez fuera la base, se baja la temperatura del horno a 150º.

 Mientras se enfría la base, hacemos la crema. Reconozco que con la crema estuve dudando en todo momento si aquello estaba bien hecho. 

  Empezamos mezclando la maicena con un poco del zumo de limón. Es una mezcla curiosa, a pesar de estar líquido cuesta trabajo moverla, es como un líquido-duro.

  Se añade poco a poco el resto del zumo de limón, removiendo para que no queden grumos y añadir la ralladura y el agua.

  El libro dice que hay que "llevarlo lentamente a ebullición, removiendo hasta que quede suave y espeso", así que yo lo puse en la Thermomix y programé 100º de temperatura, velocidad 1 y medio y empecé con 5 minutos. En vista que no espesaba lo puse otros 5 minutos y luego otros 5. De suave estaba estupendo, pero nada de espeso.

  Lo pasé a un cazo (por si era cosa de la Thermomix, que no le diera suficiente alegría) y lo llevé de nuevo a ebullición y con una cucharada más de maicena (no es necesaria).

  Aquello no espesaba para nada, así que con bastante miedito seguí la receta. Se saca del fuego y se añade el azúcar (yo pondría un par de cucharadas más) y las yemas.

  Se bate y por último se añade la mantequilla y se mezcla.

  Se vierte sobre la tarta. Reconozco que tuve muchas dudas sobre si ponerlo o no, porque seguía muy líquido y me daba miedo que reblandeciera la masa. Al final lo puse.

  Se me ocurrió meterla 10 minutos en el horno (que estaba a 150º) y milagrosamente (al menos a mi me lo pareció), la crema cuajó. De hecho, cuajó demasiado, quedó más que una crema como un flan espeso (supongo que por haber puesto una cucharada más de maicena y haber cocido la crema más de media hora...)

  De todas maneras yo estaba muy contenta de que se hubiera cuajado. Hice un merengue suizo para ponerlo por encima.

  Se puede poner en una manga con una boquilla bonita o simplemente extenderlo con una cuchara. El merengue queda tan firme que se pueden hacer distintos dibujos con la cuchara simplemente apretando más o menos.

 Se cubre toda la tarta.

  Y se mete al horno 30 o 35 minutos, hasta que el merengue tenga un color crema.

  Queda crujiente por la superficie, pero blandito por dentro.

  Y, aunque quedó un poco fuerte la crema de limón, se puede corregir añadiendo un poco más de azúcar. Además el merengue contrasta muy bien.