El día del libro siempre es propicio para hablar de libros, aunque, como en este caso, sean libros leídos hace quince años. Esta nueva sesquidécada, correspondiente a abril de 1996, se halla escindida en dos bloques literarios: Autores latinoamericanos y autores en lengua catalana medievales. Juan Carlos Onetti, Ricardo Piglia, César Vallejo, Alejo Carpentier, Cristina Peri Rossi, Rubén Darío y José Martí, frente a Jaume Roig, Bernat Metge y Francesc Eiximenis. Puesto que yo mismo tasé estas sesquidécadas en un máximo de tres autores, me quedaré con los siguientes:
Alejo Carpentier tiene un delicioso libro de cuentos llamado Guerra del tiempo y otros relatos. Ya conocía la prosa de este autor gracias a El siglo de las luces, una novela imprescindible para los que quieran disfrutar del idioma, del estilo y de la técnica narrativa. Si os apetece algo más ligero, no os perdáis "Viaje a la semilla" o "El camino de Santiago", incluidos en esta recopilación que he citado (podéis encontrarlos en Scribd).
Otra sorpresa fue Trilce, de César Vallejo. Tal vez, si hubiese llegado a este autor desde cualquier otra obra suya, el impacto no hubiese sido tan fuerte. Sin embargo, la lectura de los poemas salvajes de Trilce pone a prueba la resistencia literaria del lector más avisado. Es como si uno se acercase a los cuadros de Francis Bacon después de haber tenido que limpiar sus pinceles y su estudio. Los poemas de Trilce son la cara B de la poesía, una trastienda en la que reina el caos, con unos versos que dejan al lector desamparado. No me atrevo a dar consejos, pero quien no conozca a Vallejo, tal vez deba empezar su lectura con otros poemarios, como España, aparta de mí ese cáliz, un punto más inteligible.
Salvar a Jaume Roig con su Spill o llibre de les dones constituye un pequeño acto de provocación. En estos días en los que Francia veta a Céline por su antisemitismo, conviene mirar a nuestras figuras literarias clásicas, para ver si alguno se salvaba de la quema. Jaume Roig sería uno de los que habría que vetar, como a buena parte de nuestros moralistas castellanos -el Arcipreste de Talavera, sin ir más lejos-, pues encabeza el comando de "misoginia exhaustiva" medieval, políticamente incorrecto hoy día. Aunque sus diatribas contra la mujer son recopilaciones de escritos anteriores -sobre todo eclesiásticos-, no deja de sorprender ese empeño en convertir a la mujer en origen de todo mal. Mirando la consideración que tiene hoy la mujer a los ojos de la mayor parte de religiones, sorprende también comprobar lo poco que hemos avanzado desde la época de Jaume Roig; tal vez no no sea tarde para que incluso lo canonicen.