Pero algo habrá que llamarle, porque miente a sabiendas y con el descaro, emulando a su jefe, el Felón, e insultando a todo trapo a quien no ha hecho más que cumplir con su deber, actitud esta que debe de ser totalmente desconocida para él.
Lo que ha hecho Jesús Albiol, concejal de Cultura de Burriana, es cancelar la suscripción a las revistas catalanistas a las que estaba suscrito el ayuntamiento de forma indebida. No las ha vetado, como el sinvergüenza de Illa. ¿Por qué hay que subvencionar al catalanismo? Blasco Ibáñez ya denunció en su día a la lepra catalanista. Si en 1907 ya era francamente dañina, en 2023 es mortífera. No hay más que ver el daño que está haciendo en toda España y principalmente en Cataluña. En la Comunidad Valenciana también está esparciendo su veneno, gracias a los impresentables Aznar, Zaplana, Camps y González Pons, pero también de otros, porque en el PP hay muchos catalanistas. Y esto puede ser el fin de este partido más pronto que tarde, porque el catalanismo es un movimiento, por llamarlo de algún modo, que no tiene principios, ni ética ni vergüenza, ni respeto por la verdad. El catalanismo se basa en la tergiversación, la mentira y el invento. Es corrosivo.
Basta con fijarse en cualquier catalanista, Salvadorilla, Puigdemont, Chimo Puig, Mónica Oltra, Baldoví, Junqueras, Juliana, Rahola, entre muchos otros, todos del mismo nivel ético y moral, para comprender que no puede llegar muy lejos. Pero en todos los sitios en los que logra influir hay declive. Si el PSOE no hubiera abrazado el catalanismo no estaría tan mal. Y el PP también está muy infectado, aunque hay gente sana en este partido. También la hubo en el PSOE, pero fue expulsada o se tuvo que ir. Y también me ha parecido ver catalanistas o mediastintas en Vox.
La gente llega a la política sin preparación, solo pensando en obtener cargos.
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