A toro pasado es fácil, pero cuando Feijóo flirteaba con los separatistas cabía pensar que alguien se lo había aconsejado. Me refiero a alguien con talento, González Pons no vale. Ya se ve que no.
Podía haberse fijado en ha habido dos modos de oponerse al pujolismo dominante allí que han funcionado: el de Vidal-Quadras y el de Ciudadanos. Al primero le cortó las alas Aznar y Ciudadanos fue utilizado por el PP y el PSOE para hacer desaparecer a UPyD. Conseguido esto, también desapareció Ciudadanos.
Lo que hizo Feijóo en Cataluña fue desmotivar a muchos potenciales votantes del PP.
Ha jugado sucio con Vox y eso está muy feo y tampoco le ha proporcionado ningún beneficio. Todos los aliados de Sánchez, terroristas, golpistas, vividores, populistas, sinvergüenzas, se han dedicado a estigmatizar a Vox y Feijóo ha colaborado con ellos en ese empeño. Tampoco ha obtenido ningún beneficio con esta actitud.
Hay que fijarse ahora en que Ayuso es como un verso suelto en el PP, porque tiene personalidad propia, no como Cuca Gamarra y todos esos que cuando Casado le dio el estúpido golpe bajo, lo apoyaron públicamente. Él se creía que ella se rendiría asustada, pero plantó cara, porque tenía razón, y ganó. Casado se fue de la política por el sumidero. Y de entre todos los que lo apoyaron no hubo ni una sola dimisión. Tampoco Feijóo le ha hecho ver a Cuca Gamarra que después de aquello su papel en la política no es airoso.
Cuando ocurrió este episodio, el PP debería haberse dado cuenta de que en Ayuso tenía un filón que aprovechar. Pues no, prefirieron rebuscar y encontrar alguien más acomodaticio.
Otro verso suelto del PP es CAT, a la que también mandaron al rincón y ahí la tienen, por atreverse a brillar más que el jefe.
¿El resultado? Las caras largas del domingo.
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