Avanza la muchedumbre ordenada, silenciosa y, en su devenir, dibuja el cono de un embudo sobre la tierra
yerma. Incansable, sigue su periplo, transita por los caminos de la derrota
bajo un cielo cubierto de nubes de chatarra. Llueve, aunque nada es real - ni
siquiera imaginario -. Todos saben que lo fingido es demasiado frágil, pero
nadie habla con nadie, abandonaron el lenguaje y esa mudez levanta entre
ellos una muralla de desconfianza. El tiempo es inclemente; sólo queda
caminar. Algunos distinguen la puerta en la lejanía, no hay mas estímulo que
ese. Maleados por el barro avanzan y la imagen se fragmenta, se rompe en mil
retazos de memoria. La intemperie ahoga. Las nubes hechas girones descargan un
óxido macilento. Precipitan los recuerdos. La fila avanza: un ser y después
otro en un movimiento sincopado, sin contacto, sin miradas, sin palabras.
Arrecia la ventisca. Se auscultan los versos de un poeta loco. La fila
se aquieta aturdida, todos giran sus cabezas como un ejército de marionetas. El
hombre cae exhausto y perece diluido en el fango. Luego las palabras expiran y
la lluvia llora en sus ojos. Al final una puerta y, tras ella, el acantilado.
© Xavier Blanco 2012.
Desde el Blog esta noche te cuento, para este mes de abril que hoy se extingue, nos propusieron
escribir un relato que tuviera “... lo trajo la lluvia...” como elemento conductor. Este texto
que habéis leído es uno de los que escribí, pero no envié. El otro, titulado “Francotiradores”
es el que participa en el Concurso: 2º certamen internacional de relato corto...para
mesilla de noche. Si os apetece lo podéis leer aquí: