Egipcios, griegos, chinos, incas, mayas o vikingos hicieron del Sol su dios. Sus adoradores se han mantenido fieles a su fé a través de los siglos y hoy aún podemos verlos en nuestras ciudades y nuestras costas. Cualquier momento y lugar es bueno para ofrecerse a su dios al que adoran sin recato. Nada les detiene. Miedo me dan.