un diario posible

domingo, 18 de mayo de 2014

Mujeres de dos ciudades

2 comentarios


Esto lo encontré en el facebook de Elsa Manuel. Lo guardo acá para que no se me pierda,


"Todas las mujeres tejían. Tejían cosas sin valor, pero el trabajo mecánico era un sustituto mecánico de comer y beber : las manos se movían en lugar de las mandíbulas y del aparato digestivo. Si los huesudos dedos se hubieran quedado quietos el hambre habría apretado aún más .”


Charles Dickens

A Tale of Two Cities

sábado, 17 de mayo de 2014

Tiempo

1 comentarios
Aquel día lejano en que Sergio Raimondi anotó una invitación mía a tomar el té en el final de una lista enorme de obligaciones garrapateadas con letra minúscula dejó de ser mi amigo. Lástima, yo lo quería.

Quijota

0 comentarios
Lloro de indignación, de impotencia, por querer atrapar, por querer solucionar todo lo que no está en mis manos. Escribir, tejer está en mis manos, tal vez consista en eso una precaria felicidad, en entregarme humildemente a las cosas que fui hecha para hacer. 

Después de un recital de poesía.

2 comentarios
Tengo que entrar en mi huevo cósmico donde leo y escribo, escribo y tejo, tengo que aquietar el parloteo, las protestas por causas perdidas, tengo que ponerme a dieta de redes sociales.

La poesía, la música, el sol, el tejido abrigan, comunican, ligan, guarecen. El parloteo, el enojo, las peleas, la envidia, la vanidad, la codicia de un poder o de un dinero totalmente efímero aíslan, empobrecen, entristecen.

Un gran poeta, un poeta sensible, amoroso, preciso, en su versión de hombre civilizado me aconsejó que trabajara más en el mundo productivo. Yo trabajo lo estrictamente necesario, el resto del tiempo lo necesito para seguir aprendiendo cómo vivir, cómo seguir riéndome y llorando y enojándome como cuando tenía 5 años, como cuando tenía 15, cómo ser adulta sin transformarme en una persona seria, en una persona triste, en una persona aburrida, en una persona encadenada, cómo tener la libertad que no es ir demasiado lejos, sino caminar por donde se me cante, y que una nube rosa del atardecer sea un acontecimiento casi imposible de describir, y no la palabra nube que lleva a hablar del clima a poetas de menos de 30 años.


Si quiero ser poeta no puedo andar distraída por la vida, del clima hablo con la vecina en el ascensor si ella se siente demasiado incómoda como para pasar unos segundos sin hablar. Tengo que aprender a quedarme callada, a escuchar lo que se escucha cuando la mente está quieta, cuando el corazón está quieto, cuando la boca está cerrada. Tengo que aprender a amar el silencio. Ese silencio de cuatro bordadoras concentradas que están en compañía, que se reconocen, se quieren y se admiran, pero sólo intercambian frases cortas como pedir una tijera.

viernes, 9 de mayo de 2014

2 comentarios

Sentada sobre el mar,
sobre arenas movedizas
tejo al crochet
granny squares.
Juntos van a abrigar a alguien
separados me abrigan a mí
me dan la seguridad de lo monótono
de lo que está en mis manos
en medio de tanta incertidumbre.
La aguja va
de derecha a izquierda;
en lucha silenciosa con las agujas del reloj
detiene el tiempo.




miércoles, 19 de marzo de 2014

Para Walter

0 comentarios
La luz
de la última
mañana de verano
se refleja
en un ramo de margaritas y cedrón florecido
un ramo con olor a campo.
Escucho una música de piano
y pienso en vos, amigo
que tal vez tomes mate
rodeado por las plantas de tu balcón
en tu departamento en la Capital
que naciste hace treintaiseis años
tal vez en un día limpio
y amarillo
como hoy.



lunes, 17 de marzo de 2014

7:00 AM

0 comentarios

Salgo del edificio
dos hombres pasan con bolsas de harina
en equilibrio perfecto sobre la cabeza
rumbo de la panadería.
En la cuadra siguiente
ya se escuchan
los martillos
de la obra en construcción.
Apoyo el paraguas en la pared
pasa una fila de hormigas.
Un chico con auriculares
y una mochila de los Chili Peppers
va por 11 de abril.
Es casi el otoño
es viernes
está nublado
trabajamos.