He andado por la vida,
descalza e incasable,
luchando con los molinos,
pudiendo ser alcanzable.
Todo los sueños que tuve,
entraron en engranaje,
sin descanso, sin parar,
a destajo sin trucaje.
Por ser mujer alguna vez…
encontré algún sabotaje,
quizás dura pude ser,
pero salve el placaje.
Nadie me dio nada jamás,
mi tesón fue inagotable.
No se me resistían metas,
lo suplía con coraje.
Mas hoy me he dado cuenta,
que no llevo en mi bagaje,
cosas tan puras y sencillas,
que llevar en mi equipaje.
La tierna y dulce mirada,
de ese amor que me relaje,
la caricia de unas manos,
que el corazón me ultraje.
Ese beso en mis labios,
que por fin me agasaje,
ese tacto con mi cuerpo,
que me haga un abordaje
Echo de menos un cariño,
suave sin ser salvaje,
que me quiera, que me entienda,
que me lleve de “viaje”
La dulzura de unas manos,
de unas tiernas palabras,
que suenen en mis oídos,
como meloso masaje.
Que me de sus sentimientos,
que me sirva como anclaje,
para seguir el sendero,
viendo juntos el paisaje.
De ésta vida complicada,
que nos viene con peaje,
dados por añadiduras,
de “otros… embalajes”.
En ésta mañana efímera,
no tengo portaequipaje,
solo deseo cosas simples,
cariños como vendajes.
Que envuelvan mi corazón,
besos como utillajes,
abrazos tiernos y sinceros,
que me arropen como un traje.
En un día… muy nostálgico y visceral
Mariola