La sombra del ciprés es alargada,
se percibe así, que aún es de día;
y el camino, sin ti no existiría,sin la hoja roja aquella afelpada.
La Partida quedó difuminada,
un año de mi vida, se perdía;
siestas con viento sur le animaría,
el tesoro suyo, dejo me atada.
Diario de un cazador furtivo,
que vá a la caza de la perdiz roja;
con la escopeta al hombro irá altivo.
Los estragos del tiempo la deshoja,
La Envidia podrá ser inquisitivo;
El último coto una paradoja.
En homenaje a M. Delibes